Corté el filete y llevé la carne a mi boca, dejando el cubierto al lado, rápidamente sentí ganas de escupirlo en el plato reluciente, igual que todo lo que había en ese restaurante. Odiaba esas reuniones, la mayoría aparentaban ser educados pero destilaban arrogancia, se creían mejores que el resto solo por haber estudiado es prestigiosas universidades y tener carreras que la sociedad solía catalogar como "la vida de millonarios". Y lo cierto es que así nos veíamos, nuestro apellido era reconocido en todo el país, la marca de "Palmer Hays" la más famosa joyerías de la ciudad. —¡Atención! —Despegué la vista del elegante mantel con piedrería brillante, había tanto que llegaba a aturdirme. Tío Braxton golpeo su copa con delicadeza y todos lo miramos esperando que hablara. —Como ya saben, la empresa pronto será dirigida por mi querida sobrina Annie, y no me puedo sentir más orgullo de que sea ella quien siga con el legado familiar. —¿Orgullo? Si claro. Plasmó una sonrisa tan falsa que m
Al llegar a casa subí directo a la habitación, encerrándome en ella. Cambié el largo vestido Chanel por una sencilla pijama de algodón. Caminé al baño y enjuagué mi rostro quitando todo el maquillaje. Regresé a la recamara y saqué el cuaderno lleno de retratos, los que solía hacer a escondidas para no ser descubierta, puesto que era un desperdicio de tiempo y les parecía basura a ellos, sobre todo a tío Braxton que se empeñaba en romper y botar mis lápices, pinturas y cuadernos con tal de que no verme dibujar. Por esa razón había decidido hacerlo solo cuando él no se encontrara en la mansión, es decir, los fines de semana que le tocaba ir de viaje de negocios. Unos toques a la puerta interrumpieron mis pensamientos, escondí el cuaderno debajo del enredón blanco. Acomodé los libros de la universidad simulando estudiar.—Querida, mañana temprano iremos de compras. Necesitas el vestido de boda cuanto antes. —Fruncí el ceño.—Pero, aún no hemos planeado la fecha.Leighton soltó un chasq
Días después...Caminé sin rumbo fijo por la acera desolada, había despertado con ganas de recorrer la ciudad, era agradable tener un día como las demás personas que por razones de la vida a pesar de no tener todo el dinero y las comodidades que yo si, eran felices, se les notaba en sus rostros cansados después de su ardua labor de trabajo, y aún así conservaban esa pizca de alegría que nada ni nadie, les podía robar.Quizás muchos pensaban que la fama era sinónimo de éxito. Pero no estaba tan segura de ello. Había una frase muy conocida que mi padre solía decirme.“Ten cuidado con lo que deseas, porque se te puede cumplir”Papá una vez me contó la historia sobre uno de los máximos representantes de la Ilustración, Voltaire, escritor y filósofo francés, que deseaba la fama. En su juventud escribió que le encantaría ser muy conocido, admirado y respetado. Muy normal en el ser humano, ¿No? La vida así se lo cumplió. Su intelecto y talento lo convirtieron en una de las p
El llanto del niño hizo que despertara de golpe, por la brusquedad siento la cabeza palpitar, presiono los costados de mi sien masajeándolos suavemente para aliviar el aguijón que se produce cada vez que los gritos del mocoso son más fuertes. Entorno los ojos al hombre que está a mi lado, sus dedos se mueven con rapidez en el teclado de su computador.Ya va, ¿No se había dañado? El sonido que hace es molesto, quiero tomar aunque sea una siesta antes de aterrizar, pero por lo que veo el universo parece conspirar en mi contra. Toco su hombro pero está tan concentrado en lo que hace que debo volver a darle un leve golpecito en el brazo, aún así nada.Frustrada, e irritada por el ruido, tomo el impulso de cerrar la pantalla de su portátil importándome un pepino si he aplastado sus dedos. Furibundo voltea a verme, lo miro de la misma manera elevando una de mis pobladas cejas castañas. —Algunos intentamos descansar, puedes tener la amabilidad de ser menos ruidoso con lo que sea que estás
Me sobresalto oyendo la risa ronca que suelta el pervertido, sin notarlo las comisuras de mis labios se elevan en una sonrisa. —A ver, ¿Y por qué vendrías tú y no otra persona? Debes ser una princesa muy arriesgada, eh. —Niego con la cabeza entre divertida y avergonzada. —¿Es tu primera ves en el país? —pregunta cambiando de tema. Su hombro roza con el mío al darle paso a un señor de barba que lo saluda con un asentimiento de cabeza.—Sí, ¿Tú? Intercambia algunas palabras con el señor de aspecto serio. Es inevitable no oír su perfecta pronunciación en árabe, finjo checar la hora en mi reloj que adorna la pálida piel de mi muñeca. —No, de hecho vivo prácticamente aquí. —Contesta. Frunzo el ceño sin entender. —Negocios —añade viendo mi confusión. —Oh. Guardamos silencio en lo que resta el transcurso en el elevador, a los pocos minutos las puertas se abren en el piso al que me dirijo, salgo del ascensor y el pervertido también lo hace. Solo que él va directo a una de las habitacione
El camino al centro comercial fue relativamente rápido, agradezco que el pervertido se ofreciera a traerme, sino estaría perdida en este lugar tan inmenso. La primera tienda a la que fuí tenían ropas muy extrañas, la descarté inmediatamente y me dirigí a la próxima tienda donde hay ropa de todos los estilos. Le tiendo la tarjeta de crédito a la chica de gafas y cabello rizado, ella mira por encima de mi hombro, enseguida sus mejillas se tornan rosadas. Avergonzada de que la haya descubierto observándolo, aparta los ojos del hombre a mi lado. No la culpo, la verdad es que es muy atractivo, posee una belleza perfecta en términos matemáticos, es decir, la distancia entre los rasgos de su rostro es la adecuada. Tiene unos llamativos ojos azules de forma ovalada, cejas con un espesor medio, rectas con los extremos curvos, nariz delgada y perfilada, de longitud media y recta. Sus labios no son ni delgados ni gruesos, tienen la medida correspondiente. El cabello oscuro y abundante cubren pa
A los doce años de edad supe que quería dedicarme al arte y a la fotografía. Un retrato capta en la foto la personalidad, e incluso el alma de la persona retratada, transmitiendo en ocasiones lo que está sintiendo al espectador, cautivándolo, a pesar de que este se encuentre a kilómetros o esté a años de distancia del momento de la toma. Pero que se encarga de capturar la esencia de esa persona ya sea destacando la mirada, la pose o sus cualidades físicas en general y transmitir su estado de ánimo u otro tipo de sensaciones.A mis tíos no les gustó esa idea, ya que estaba decidida a dar todo por ello. Recuerdo la sensación que sentí al pintar el primer cuadro, lo llevé al colegio para mostrarlo a mis amigos, la maestra me animó a tomar clases de pintura en la academia de arte y pintura. Sin embargo, tío Braxton se negó rotundamente, pero para mí el arte era todo lo que tenía y no dejaría que nada ni nadie se interpusiera en el gran sueño de ser una pintora. Así que comencé a ir a cl
«Esperen, ¿Él es su abuelo?»¿Por qué tuvo que aparecer justo hoy? No estoy lista para inventar una historia de como conocí a su nieto, ni siquiera sé que diré. Comienzo a arrepentirme de haber aceptado el estúpido contrato.Said carraspea y posa su mano en mi espalda, el tacto es tibio, es inevitable no sobresaltarme y que mi cuerpo se tense.—Lo siento abuelo, es que estaba entretenido con mi chica. —Me acerca a su cuerpo dejando una distancia prudente.¿Ah? «Ni que fuera juguete»Las espesas cejas del señor se elevan, fija sus invernales ojos en mí, su mirada es analítica y eso hace que incremente el nerviosismo en mi sistema. Luego del eterno escudriño, sonríe amable.—Tú debes ser la hermosa mujer de la que tanto me ha hablado Said. —Asiento sonriente.«Mentirosa»—Sí. Annie, un gusto conocerlo señor...—Raschid Arafat —complementa. —Y dime abuelo, "señor" me hace sentir viejo. —Bromea haciendo que suelte una risita.Debo admitir que lo imaginé intimidante, pero es todo lo contr