El timbre resuena en el aula, todos se levantan de prisa y salen del salón apresurados. Yo en cambio, espero a que se vayan la mayoría y me acerco a la profesora dispuesta a entregarle el informe que como siempre, suelo adelantar par salir de ello.
—¿Ya lo terminaste? —asiento con la cabeza.—Mckellen no podrá asistir hoy a su clase, me dijo que le avisara a usted para que estuviera al tanto —informo entregándole la carpeta azul de Jackson.—Oh, entiendo, gracias Ava.Sonrío y me despido de ella.Estando en los pasillos, diviso a Sam guardados sus cosas en el casillero, así que me encamino hacia donde está.—Hola —voltea a mi dirección y sonríe.—¡Ava! —me envuelve en un abrazo.—¿Por qué no habías asistido a clases?Pregunto al separarme de ella.—Oh, si supieras —arrugo el entrecejo—. Tuve que quedarme a cuidar a mis hermanos, y le pedí permiso al director. Aceptó porque prometí hacerle elEs hora de pasar la página y seguir adelante. Pero, ¿Valdrá la pena arriesgarse?—Te luce muy bien ese color —su voz me saca de mis pensamientos.Bajo la mirada al vestido que llevo puesto, e instintivamente acaricio la tela con mis dedos. —G-gracias —titubeo nerviosa—. Tu también te ves bien.Sonríe.—Gracias. Pero, no tienes que darme un cumplido, eso ya lo sé.Agacho la cabeza hacia mi regazo un tanto incómodo, sin embargo, de repente lo escucho soltar una estruendosa carcajada que invade el auto. Volteo a mirarlo confundida.—Tenías que ver tu cara, fue... —continúa riendo hasta que finalmente sus carcajadas cesan—. Es una broma, en serio. Solo quiero que te relajes Ava, te siento tensa y nerviosa cuando me tienes cerca. ¿Acaso te doy miedo? Chasqueo la lengua.—No, no es eso. Sabes que me cuesta ser expresiva, hay cosas que no puedes cambiar de la noche a la mañana —frunce el ceño, por lo que vue
Al bajar del yate me topo con un hermoso panorama. Jamás en mi vida había apreciado el mar de noche, iluminado solo por la luz de la luna y las estrellas que parpadean en lo más alto. El sonido de las suaves olas junto a aquella melodía que se escucha, es una combinación perfecta. Al fondo de lugar se encuentra ubicada una especie de tarima improvisada, donde yace la pantalla que aún no está encendida. Estar aquí es como sentirse parte de aquellas películas musicales, me recuerda a Teen Beach Movie. Lo único que falta es que aparezcan personajes vistiendo de los años sesenta y bailando canciones clásicas. Suelto una risita divertida.—¿De qué te ríes? —aplano los labios olvidándome por completo de que Jackson estaba a mi lado.—Nada —murmuro caminando hacia las mantas que están encima de la arena.—¿Nada? —repite curioso—. Las personas no sé ríen así como así, hay una razón. Chasqueo la lengua.—Vale, está bien. Al ver todo es
Abro el mensaje que acabo de recibir y se trata de papá. Avisa que ya ha llegado a casa. Le respondo que voy en camino para allá.Luego de salir al estacionamiento, subimos al auto y nos marchando del lugar. En todo el transcurso a casa, hablamos de cosas triviales y de vez en cuando compartimos una mirada cómplice. Es una de esa dónde no es necesario hablar para saber lo que el otro piensa. Una conexión que ambos sentimos y no parece incomodarnos a ninguno de los dos. —Nuevamente te agradezco por esta noche, la pasé increíble —digo sincera.—Debemos repetirlo, ¿No lo crees? Alzo una ceja sin entender.—E-eh...—Ava, yo debo confesarte algo —me interrumpe—. Quizás sea muy pronto para ti, pero estoy seguro de lo que siento. Me gustas.Ahogo un jadeo de sorpresa, mis mejillas se han tirando rojas al instante. Miro haci todos lados menos a su rostro, me cuesta creer que esto esté sucediendo.Abro la boca para emi
La sola idea de conocer a su familia me daba un poco de miedo quizás porque imaginaba y no iba agradarle o no sería la clase de novia que Jackson solía tener. Sin embargo, me obligue apartar aquellos pensamientos de mi mente y otro Lidia me agradó.—Me parece perfecto, me gustaría volver a ver a tu madre y conocer a tu padre —digo acomodando las gafas sobre el puente de mi nariz.—Sí, ellos están ansiosos de que vayas a cenar con nosotros un día de estos —de mis labios surca una sonrisa genuina—. ¿Es que es muy pronto que te lleve a casa de mis padres?—¿Por qué lo preguntas? —inquiero.Se encoge de hombros.—No lo sé, quizás porque todavía no hemos formalizado lo que tenemos y además no quiero apresurar las cosas y hacer que te sientes incómoda. Mi padres suelen ser un poco intensos cuando se trata de sus hijos y aunque no eres la primera chica a la que llego a casa, no no pasarán por alto que eres distinta a muchas de las que han ido. ¿
La cena en casa de los Mckellen fue de maravilla. Me hicieron sentir parte de la familia apenas crucé la enorme puerta de la mansión. Se mostraron muy cordiales y cariñosos conmigo, sobre todo la madre de Jackson que no dejaba de sacarme conversación. La velada transcurrió entre anécdotas de las familia, se podía notar lo unidos que eran todos. Luego, Jackson me mostró su hogar, en cada rincón veía una fotografía de él y su hermano Noah. El pequeño de los Mckellen me pareció de lo más tierno y adorable. —Bueno, esta es mi habitación —gira la perilla dejándome ver un dormitorio muy masculino. Hay muebles color negro, una enorme cama ocupa el centro del espacioso lugar. Estanterías llenas de libros, escritorio, armario y una repisa dónde se pude apreciar las medallas y fotos del pelinegro. —Es muy bonita —digo dándome la vuelta para mirarlo. Sonríe amable. —Gracias —revuelve su cabello desordenándolo—. ¿Quieres ver una película? Alzo las cejas sorprendida. —Claro. P-pero, ¿T
Corté el filete y llevé la carne a mi boca, dejando el cubierto al lado, rápidamente sentí ganas de escupirlo en el plato reluciente, igual que todo lo que había en ese restaurante. Odiaba esas reuniones, la mayoría aparentaban ser educados pero destilaban arrogancia, se creían mejores que el resto solo por haber estudiado es prestigiosas universidades y tener carreras que la sociedad solía catalogar como "la vida de millonarios". Y lo cierto es que así nos veíamos, nuestro apellido era reconocido en todo el país, la marca de "Palmer Hays" la más famosa joyerías de la ciudad. —¡Atención! —Despegué la vista del elegante mantel con piedrería brillante, había tanto que llegaba a aturdirme. Tío Braxton golpeo su copa con delicadeza y todos lo miramos esperando que hablara. —Como ya saben, la empresa pronto será dirigida por mi querida sobrina Annie, y no me puedo sentir más orgullo de que sea ella quien siga con el legado familiar. —¿Orgullo? Si claro. Plasmó una sonrisa tan falsa que m
Al llegar a casa subí directo a la habitación, encerrándome en ella. Cambié el largo vestido Chanel por una sencilla pijama de algodón. Caminé al baño y enjuagué mi rostro quitando todo el maquillaje. Regresé a la recamara y saqué el cuaderno lleno de retratos, los que solía hacer a escondidas para no ser descubierta, puesto que era un desperdicio de tiempo y les parecía basura a ellos, sobre todo a tío Braxton que se empeñaba en romper y botar mis lápices, pinturas y cuadernos con tal de que no verme dibujar. Por esa razón había decidido hacerlo solo cuando él no se encontrara en la mansión, es decir, los fines de semana que le tocaba ir de viaje de negocios. Unos toques a la puerta interrumpieron mis pensamientos, escondí el cuaderno debajo del enredón blanco. Acomodé los libros de la universidad simulando estudiar.—Querida, mañana temprano iremos de compras. Necesitas el vestido de boda cuanto antes. —Fruncí el ceño.—Pero, aún no hemos planeado la fecha.Leighton soltó un chasq
Días después...Caminé sin rumbo fijo por la acera desolada, había despertado con ganas de recorrer la ciudad, era agradable tener un día como las demás personas que por razones de la vida a pesar de no tener todo el dinero y las comodidades que yo si, eran felices, se les notaba en sus rostros cansados después de su ardua labor de trabajo, y aún así conservaban esa pizca de alegría que nada ni nadie, les podía robar.Quizás muchos pensaban que la fama era sinónimo de éxito. Pero no estaba tan segura de ello. Había una frase muy conocida que mi padre solía decirme.“Ten cuidado con lo que deseas, porque se te puede cumplir”Papá una vez me contó la historia sobre uno de los máximos representantes de la Ilustración, Voltaire, escritor y filósofo francés, que deseaba la fama. En su juventud escribió que le encantaría ser muy conocido, admirado y respetado. Muy normal en el ser humano, ¿No? La vida así se lo cumplió. Su intelecto y talento lo convirtieron en una de las p