—Bienvenidos al mundo, Nikolay y Vladimir Volkov Ivankov. —inquirí mirando a mi par de gemelos con cariño. Alexey levantó la barbilla, sorprendido por los nombres.Yo no cabía en mi propia felicidad, era como estar dentro de un sueño. O en el sueño de un sueño. Cómo fuese, jamás quería que despertarse. Al fin estaban conmigo.—¿Los llamaste como tu padre y hermano? —preguntó bajándose la mascarilla para admirarlos. Mi esposo les regalo una sonrisa cegadora—Bienvenidos, Moi malen'kiye, Volkov. —Tenía la misma expresión que cuando nació Dominika. Absoluta felicidad.Observe atentamente a los gemelos. Uno de tenía una pequeña mata de cabello rubio platino, igual al mío. El otro continuaba pelón, pero con el tiempo le crecería. Todavía no habían abierto los ojos, así que no podíamos determinar si tenían el mismo color o no.—Es hora de llevarnos a los bebes, los traeremos cuando esté instalada en su cuarto para que los alimente. —dijo una de las enfermeras interrumpiendo nuestro momento f
Ambos nos quedamos viéndolos dormir. Quería disfrutarlos lo más que se pudiera antes de que empezaran a llegar las visitas y ya no pudiésemos ni tenerlos en brazos. Además, nuestra hija mayor también vendría y seguramente tendría muchas preguntas.Debía prepararme mentalmente para contestarlas todas en cuanto entrara por la puerta. Los gemelos incluso dormían diferente, Nikolay estaba en la misma posición que lo dejamos y Vladimir ya había girado varias veces en su cuna. Al principio pensé que se despertaría, pero solo fue para acomodarse. Sus pieles eran pálidas y pecosas, como la mía.Aunque la nariz y los labios eran los de Alexey. Sin duda alguna son lo mejor de ambos. Trate de dormir un rato para descansar, con el Boss aquí no tenía nada por lo que preocuparme. Y los guardaespaldas nos cuidaban del otro lado. Solamente dormí un rato.O al menos supongo, probablemente fue más y lo sentía de esa manera por el cansancio. Empecé a escuchar voces que se acercaban. Nuestros respectivos
A mis queridos lectores:Les informo que por situaciones ajenas a mí voluntad, estoy enferma y no estaré actualizando la novela. ¡Pero tranquilos! Solo será por los próximos 15 o 20 días. Aún tengo mucho que contar sobre mis personajes y tramas que cerrar. No pienso abandonar la historia. Espero que me den toda su compresión y continúen recomendando y leyendo a Alexey y Amaranta. En cuanto esté mejor volveré a subir capítulos y unas cuantas sorpresas que les tengo preparadas. Quizás hasta un pequeño adelanto de lo que se vendrá.Les deseo todo lo bueno y éxitos en sus respectivas vidas.Besos y abrazos: Virginia.
“Embarazada”.Esa simple palabra vino a mi mente en cuanto observé las dos rayas verticales que aparecían en la prueba de embarazo que había comprado esta mañana en la farmacia.Tenía días sintiéndome mal, vómitos matutinos y mareos constantes, también me llegaban antojos extraños a horas todavía más extrañas.Entonces la posibilidad de estar esperando un hijo apareció en mi mente, no perdí el tiempo y decidí hacerme una prueba cuanto antes, así fuese para descartar la idea. Me cubrí la boca con la mano, para sofocar el grito que pugnaba por salir de mis labios, instintivamente deslicé mi mano libre sobre el vientre.Ahí, creciendo dentro de mí, había un pedacito del amor que nos teníamos mi esposo y yo.Un amor que había dado frutos inesperados, pero no por eso menos deseado por ambos.“Daniel”.Inmediatamente saqué el celular del bolsillo de mi pantalón para llamarlo, pero desistí con la misma rapidez e imperatividad.No era el tipo de noticia que debía darse por teléfono, tomé ent
La sangre se me subió a la cabeza y fui contra el que se atravesó primero, tomé a Olivia por el pelo e intenté levantarla, pero ambas terminamos en el piso, golpeándonos como dos perras rabiosas.Clave mis uñas en sus brazos y ella hizo lo mismo, mi mano se deslizó por su rostro y sentí un pequeño asomó de satisfacción al ver cómo brotaban pequeños hilos de sangre.Por supuesto que la felicidad no duro mucho, solo lo suficiente para que Olivia me ensartará un golpe en la nariz que me hizo retroceder. Probablemente me la había roto.Aprovecho que yo estaba distraída para levantarse y para cuando me di cuenta, estaba clavando el tacón de su zapato sobre mi vientre.Un dolor punzante se instaló en esa zona, trate de moverme, pero entre la molestia y la fuerza que ejercía para someterme no podía coordinar mis movimientos.La cabeza empezaba a dolerme, nunca había sentido algo así, me parecía que en cualquier momento explotaría y mis sesos quedarían desperdigados por toda la habitación.“M
Me dieron de alta dos días después de lo sucedido.Empezaba a parecerme más a un robot y menos a una persona.Volví de nuevo en mí cuando el taxi se detuvo en frente del edificio donde vivía.En cuanto me bajé, observé la estructura y solté un suspiro.El departamento está a nombre de Daniel.En cuanto abrí la puerta del que anteriormente consideraba mi hogar, no sentía absolutamente nada, nada más que un enorme vacío en el centro de mi pecho.¿Tanto me hirió Daniel como para que el lugar que formamos juntos no tuviese ninguna reacción en mí?La espina de la traición seguía incrustada en mi costado derecho.Fui hasta la habitación que compartía con Daniel y coloqué la maleta sobre la cama.Caminé hasta el closet para buscar otra valija, el aroma del perfume que usaba Daniel me golpeó en cuanto abría las puertas.Maldije por lo bajo e intenté contener la respiración, pues las náuseas empezaban a asentarse en mi garganta.Me puse de puntas para tomar una maleta azul que estaba en la gav
—Claro, porque yo sabía que Daniel fue cómplice de la trampa que llevó a la muerte al Pakhan. —respondí con sarcasmo, sin importarme que, por la mirada de Andréi, estuviese a punto de colgarme del cuello en un poste. —Puedes pensar lo que quieras sobre mí, pero jamás permitiré que pongas en duda la lealtad que tengo con ustedes, con la organización y mucho menos con mi padre.—Nunca has querido tener nada que ver con todo esto. ¿Ahora quieres que te crea?Entrecerré los ojos, mirándolo.—Entonces, según tú, me case con Daniel y luego traicione al Pakhan. ¿Eso es lo que estás insinuando, Andréi Ivanov? —pregunté lentamente. Lo estaba retando para que me dijera a la cara lo que sus ojos me gritaban. —Parece que te gusta hablar, pero no tienes los cojones para mirarme a la cara y decírmelo. —Le escupí con rabia.Antes de darme cuenta, mi tío levantó de la cama y me tomó del cuello, estampándome contra la pared.Su mano rodeada la mitad de mi garganta, lo cual dificultaba que respirara co
Cuando termine de reír, seque con cuidado las lágrimas que me habían escapado. Mis labios terminaron formando una “O” a causa de la sorpresa, no podía estar hablando en serio, ¿o sí? Enarqué una ceja en dirección de mi tío, intenté captar un atavismo de diversión en su mirada, pero lo único que encontré fue la astucia de una hiena. —¿Has estado probando algún nuevo estupefaciente? —pregunte sin más. Andréi me lanzó una mirada mordaz, que me hizo cerrar la boca inmediatamente. —Deja tus comentarios de colegiala para quien le importe, estamos tratando un tema muy serio. Me sonroje de pies a cabeza, Andréi tenía razón. —Perdonadme, pero entiende que me esperaba cualquier cosa menos esto. —afirmé cruzando una pierna sobre la otra. —Alexey y yo nunca nos hemos llevado bien, ni siquiera cuando éramos niños. —aclaré con la esperanza de hacerle ver las cosas con claridad. Andréi rodó los ojos, un gesto que lo hizo parecer más joven por unos segundos. —A estas alturas deberías conocerm