—Nunca fui buena con las armas, ni en la lucha cuerpo a cuerpo. —comencé a explicar. —No porque no fuese talentosa o tuviese madera para ello. Entendía todos los fundamentos básicos y los ejecutaba a la perfección. —explique recostándome sobre el sofá. —El problema es que nunca me sentí cómoda haciéndolo, incluso me producía asco.—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó volteándose para mirarme de frente. Aparentemente había capturado su interés por mí. Casi sonrió ante esa pequeña victoria. —A todos nos preparan desde niños para esto. Al crecer sabemos perfectamente quienes somos y para lo que estamos destinados. —Sonaba igual que mi padre al decir aquello.—Siempre pensé que mi vida no estaba atada a la organización. —Dominika lucía sorprendida. —Es por ello que me limitaba durante los entrenamientos y trataba de no destacar. Lo que me volvió “buena”, pero no al nivel que se requería por ser la hija del jefe. —inquirí esbozando una mueca de desagrado. —Todos esperaban que sea como él
Un mes más se fue con el calendario y por fin había llegado la ansiada cita para saber el sexo de los bebés. Estaba realmente inquieta a causa de ello. Íbamos en la camioneta hacía el consultorio de la ginecóloga. Bostezaba cada poco segundos, pues no logré pegar un ojo la noche anterior. Solamente di vueltas por toda la cama, ya parecía más bien oruga.—Tranquilízate, моя любовь (amor mío). —inquirió Alexey tomándome de la mano para que dejase de comerme las uñas. —Vas a quedar sin dedos cuando volvamos a casa. —exclamó cubriéndola con la suya. Cada tanto me daba palmaditas para calmarme.—Perdona. —me disculpe apenada. —Es solo que ya no puedo aguantar más para saber qué son. —dije sin poder contener la sonrisa que se extendió por mis labios. —He preparado una lista de cincuenta posibles nombres para ellos. —Alexey me miró incrédulo.—¿Cuándo tuviste tiempo de buscarlos? —cuestionó sin ocultar lo sorprendido que estaba. —Además, ya has esperado demasiado, unos minutos más no son nad
Los meses continuaron su curso, para cuando me di cuenta, habían pasado tres y mi vientre estaba a punto de explotar. En cualquier momento sería el día en que daría a luz. Sentía miedo y emoción por partes iguales. Quería que los gemelos estuviesen ya conmigo.Desde el día en que supe su sexo, no había dejado de comprar cosas y decorar su habitación. Alexey y Dominika solían burlarse de mí, aunque más de una vez los vi subiendo paquetes con toda clase de juguetes y ropa. Con la última mi relación mejoro.Todos estábamos preparados para que ocurriese en cualquier momento. Tenía un bolso con las cosas que necesitaría y Alexey mandó a desocupar un pabellón en el hospital para tener mayor intimidad, además de que se había quedado los últimos días conmigo.Lo más difícil de comprar en ese mundo, era la privacidad. Por eso reduje el personal que laboraba conmigo, solamente dejé a las esclavas de confianza. De los voyeviki no podía prescindir por cuestiones de seguridad. Así que limite a los
—Bienvenidos al mundo, Nikolay y Vladimir Volkov Ivankov. —inquirí mirando a mi par de gemelos con cariño. Alexey levantó la barbilla, sorprendido por los nombres.Yo no cabía en mi propia felicidad, era como estar dentro de un sueño. O en el sueño de un sueño. Cómo fuese, jamás quería que despertarse. Al fin estaban conmigo.—¿Los llamaste como tu padre y hermano? —preguntó bajándose la mascarilla para admirarlos. Mi esposo les regalo una sonrisa cegadora—Bienvenidos, Moi malen'kiye, Volkov. —Tenía la misma expresión que cuando nació Dominika. Absoluta felicidad.Observe atentamente a los gemelos. Uno de tenía una pequeña mata de cabello rubio platino, igual al mío. El otro continuaba pelón, pero con el tiempo le crecería. Todavía no habían abierto los ojos, así que no podíamos determinar si tenían el mismo color o no.—Es hora de llevarnos a los bebes, los traeremos cuando esté instalada en su cuarto para que los alimente. —dijo una de las enfermeras interrumpiendo nuestro momento f
Ambos nos quedamos viéndolos dormir. Quería disfrutarlos lo más que se pudiera antes de que empezaran a llegar las visitas y ya no pudiésemos ni tenerlos en brazos. Además, nuestra hija mayor también vendría y seguramente tendría muchas preguntas.Debía prepararme mentalmente para contestarlas todas en cuanto entrara por la puerta. Los gemelos incluso dormían diferente, Nikolay estaba en la misma posición que lo dejamos y Vladimir ya había girado varias veces en su cuna. Al principio pensé que se despertaría, pero solo fue para acomodarse. Sus pieles eran pálidas y pecosas, como la mía.Aunque la nariz y los labios eran los de Alexey. Sin duda alguna son lo mejor de ambos. Trate de dormir un rato para descansar, con el Boss aquí no tenía nada por lo que preocuparme. Y los guardaespaldas nos cuidaban del otro lado. Solamente dormí un rato.O al menos supongo, probablemente fue más y lo sentía de esa manera por el cansancio. Empecé a escuchar voces que se acercaban. Nuestros respectivos
A mis queridos lectores:Les informo que por situaciones ajenas a mí voluntad, estoy enferma y no estaré actualizando la novela. ¡Pero tranquilos! Solo será por los próximos 15 o 20 días. Aún tengo mucho que contar sobre mis personajes y tramas que cerrar. No pienso abandonar la historia. Espero que me den toda su compresión y continúen recomendando y leyendo a Alexey y Amaranta. En cuanto esté mejor volveré a subir capítulos y unas cuantas sorpresas que les tengo preparadas. Quizás hasta un pequeño adelanto de lo que se vendrá.Les deseo todo lo bueno y éxitos en sus respectivas vidas.Besos y abrazos: Virginia.
“Embarazada”.Esa simple palabra vino a mi mente en cuanto observé las dos rayas verticales que aparecían en la prueba de embarazo que había comprado esta mañana en la farmacia.Tenía días sintiéndome mal, vómitos matutinos y mareos constantes, también me llegaban antojos extraños a horas todavía más extrañas.Entonces la posibilidad de estar esperando un hijo apareció en mi mente, no perdí el tiempo y decidí hacerme una prueba cuanto antes, así fuese para descartar la idea. Me cubrí la boca con la mano, para sofocar el grito que pugnaba por salir de mis labios, instintivamente deslicé mi mano libre sobre el vientre.Ahí, creciendo dentro de mí, había un pedacito del amor que nos teníamos mi esposo y yo.Un amor que había dado frutos inesperados, pero no por eso menos deseado por ambos.“Daniel”.Inmediatamente saqué el celular del bolsillo de mi pantalón para llamarlo, pero desistí con la misma rapidez e imperatividad.No era el tipo de noticia que debía darse por teléfono, tomé ent
La sangre se me subió a la cabeza y fui contra el que se atravesó primero, tomé a Olivia por el pelo e intenté levantarla, pero ambas terminamos en el piso, golpeándonos como dos perras rabiosas.Clave mis uñas en sus brazos y ella hizo lo mismo, mi mano se deslizó por su rostro y sentí un pequeño asomó de satisfacción al ver cómo brotaban pequeños hilos de sangre.Por supuesto que la felicidad no duro mucho, solo lo suficiente para que Olivia me ensartará un golpe en la nariz que me hizo retroceder. Probablemente me la había roto.Aprovecho que yo estaba distraída para levantarse y para cuando me di cuenta, estaba clavando el tacón de su zapato sobre mi vientre.Un dolor punzante se instaló en esa zona, trate de moverme, pero entre la molestia y la fuerza que ejercía para someterme no podía coordinar mis movimientos.La cabeza empezaba a dolerme, nunca había sentido algo así, me parecía que en cualquier momento explotaría y mis sesos quedarían desperdigados por toda la habitación.“M