Capítulo 124

—¡Oh vamos hacía allá! —chilló Dominika emocionada. Prácticamente tomó mi mano y me arrastro hacía el campo de tiro que teníamos en medio del bosque para trabajar.

—¿No te gustaría ir a otro lugar? Hay un lago cerca que es bastante hermoso. —inquirí tratando de hacerla cambiar de opinión. Estaba totalmente concentrada en algo.

Mijaíl y yo habíamos dejado un par de armas la última vez que vinimos aquí para entrenar. Entre ellas una Makarov, dos rifles de asalto, tres 9mm y unas cuantas granadas. A Dominika casi se le salen los ojos de orbita en cuanto las vio. Sonreía realmente alegre.

—Mi entrenador me enseñó a manejarlas hace unos meses. Incluso papá fue a ver mi última práctica. Supongo que quería asegurarse por si mismo de mi progreso. —afirmó.

Iba a comentarle algo, pero antes de que pudiese hacerlo descargo el arma y volvió a cargarla, retirándole el seguro. Ella fue más rápida a la hora de dispararle al blanco de tiro que yo evitándolo. El sonido rebotó en todo el lugar, incluso
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