—¿Vendrás con nosotras o no? —exigió Dominika alzando una mano para cubrir su vista del sol. —Dicen que nadar hace bien a las embarazadas. —continuó sonriendo.Ladee la cabeza de un lado al otro, desesperándola aún más con la tardanza.—No puedo meterme porque acabo de comer. —respondí acercándome hasta la orilla de la alberca. —Pero puedo introducir mis pies allí. —inquirí al ver la decepción en su rostro. El semblante le cambio y asintió repetidas veces, instándome a que lo hiciera.Con cuidado me quité las sandalias que llevaba y tomé asiento en el suelo.El agua estaba bastante deliciosa y empecé a salpicarla con mi pie. Ella comenzó a reír por la sorpresa y alzó sus manos para interponerlas entre el agua. Por el rabillo del ojo noté que Aleska parecía estar conteniendo una sonrisa, pero esta igual se le escapaba.—¿Eso es todo lo que tienes? —gritó Dominika sumergiéndose en el agua. Nado hasta quedar fuera de mi alcance. —Parece que ganado. —afirmó sonriendo victoriosa.—Fue un p
Era un lugar sencillo, aunque no por eso menos exclusivo. Nada más entrar me detuvieron en la puerta para saber si contaba con alguna reservación. Alcé mi anillo para demostrarle a dónde pertenecí y ambos camareros hicieron una reverencia como disculpa. En cuanto se levantaron, había algo en sus miradas que no me gustó ni un poco. Parecían nerviosos, incluso preocupados por lo que pudiese pasar. Eso era extraño, porque de nuestra organización, puedo asegurar que soy la más indefensa. Debian relajarse más. —El Boss está aquí en una reunión, olvido unos papeles y me pido que se los trajese. —expliqué pasando por su lado. —Si pueden tenerme un plato para llevar de su platillo estrella, se los agradecería infinitamente. —inquirí con una sonrisa bastante coqueta. —Por su puesto que sí, mi señora. —afirmaron para luego marcharse rápidamente. —Permítame guiarla hasta la mesa. —inquirió un mesero extendiendo la mano para dejarme pasar. Asentí y lo dejé guiarme hasta el fondo del restaurant
Antes de que pudiese responderle a Lucían, escuchamos como algo se rompía. Me volteé y vi como la copa que Alexey tenía en la mano se había roto. Aparentemente no se lastimo y varios encargados se acercaron rápidamente para limpiar el desastre ocasionado.Le dirigí una mirada de disculpa a los hermanos y me levanté con cuidado de mi asiento. Di la vuelta a la mesa para llegar directamente con mi esposo. Aquella “mujer” ya lo estaba revisando y le lancé una mirada de desagrado para que se alejara de mi marido.Intente tomar la mano de Alexey para revisar los daños, pero el se negó apartándola. Rodé los ojos, estaba actuando de manera infantil. Aunque bueno, no podía enojarme por ello, pues era lo que yo llevaba haciendo desde que llegué. Hizo amago alejarse de nuevo.Clave mis uñas en su muñeca con disimulo para que se quedara quieto. El dolor provoco que me lanzase dagas con sus orbes verdes, pero me mantuve ignorándolo por completo. Al parecer no había ningún corte que necesitase sut
Debo reconocer que en estas circunstancias el Boss era mucho más rápido que yo. Antes de darme me había estampado contra la pared y puesto mis manos sobre mi cabeza. El movimiento tan repentino ocasionó que un quejido saliese de mis labios, creo que me lastime la espalda, porque dolía bastante. Intente apartarlo, pero era mucho más fuerte. Alexey no parecía haberse dado cuenta, se encontraba totalmente cegado por la rabia. Quizás no fue mi mejor decisión responderle aquello, pero nunca me caracterice por tomar decisiones acertadas. Así que, a pesar del dolor, levante la barbilla hacía él, de manera retadora. No iba a amedrentarme con su presencia. Dos personas podían jugar este juego. —Repite lo que acabas de decir. —exigió encima de mi rostro viéndose enfadado. Una sonrisa sarcástica cruzo mis labios y asentí. Era evidente que, a estas alturas, todavía no aprendía a dejar de tentar a la muerte cada vez que podía. Pero si nos habíamos vuelto buenas amigas, debía saludarla si podía.
Comí en mi habitación y luego recibí la visita de Dominika que converso un rato conmigo. Era divertido simplemente escucharla, así que la dejaba dominar la charla. Me contó sobre su entrenamiento de día de hoy y el vestido nuevo que su padre le había regalada. También que pronto tendríamos la visita de Kira en casa, porque la traerían.Extrañaba bastante al animal, así que me hacía feliz tenerlo de nuevo con nosotras. Estábamos tan felices, que incluso hicimos planes para salir a pasear en cuanto llegase. Tigritsa rivalizaba con un loro en cuanto a hablar se refería. El almuerzo parecía haberle dado bastante energía para todo un día. Varias veces tuve que recordarle respirar aire.—Oye, pronto será mi cumpleaños. Papá me dijo que hablase contigo para organizar algo, porque eras la encargada de todas las propiedades al igual que yo. —Solté una sonrisa irónica que recompuse rápidamente. —Lo que tu decidas estaba bien para él. —Al parecer alguien quería ganarse mis disculpas usándola com
La desesperación me estaba matando, en vista de que habían pasado treinta minutos y todavía no tenía noticias de ninguno de los dos, decidí bajar las escaleras al primer piso. No había nadie en la casa y eso si que era bastante raro. Por suerte una de las esclavas pasó corriendo en frente de mí y le hice una seña con la mano para que se acercara de inmediato.—¿Qué es lo que sucede? ¿Dónde están las demás empleadas? ¿Has visto al Boss y la señorita Dominika? Bajaron hace bastante tiempo y aún no regresan. —inquirí tratando de no verme tan preocupada como me sentía. Tenía un mal presentimiento incrustado en el pecho y rogaba que solo fuesen ideas mías y nada más. Observe atentamente a la chica.Esperaba una respuesta directa, sin embargo, esta comenzó a morderse el labio inferior, balanceando su cuerpo de un lado al otro. ¿Pero qué demonios le sucedía? Estaba actuando demasiado raro y eso no me gustaba ni un poco. Cruce los brazos sobre mi vientre y enarque una ceja en su dirección. M
—Todos conmigo, debemos hacía el sur. La mitad llegara por el lado derecho y el resto por el izquierdo. —Sus hombres asintieron y cumplieron ordenes inmediatamente. Estaban acostumbrados a trabajar juntos como una unidad. —Si te pido que te quedes aquí lejos del peligro. ¿Lo harías? —preguntó mirándome seriamente. Negué con un dedo.—Ni lo sueñes, Dominika están hija mía como tuya. —declare pasando el pie por encima de una raíz. —No voy a permitir que le pase algo y yo sea la última en enterarme. —declaré trotando hasta llegar a su altura. —Lo único que puedo cederte es ir a tu lado, ¿o prefieres que dirija al otro grupo? —cuestione ofuscada. Alexey no respondió y asentí.No discutimos más del tema y nos pusimos en marcha hacía una esquina del bosque. Cada vez quedaba menos distancia que me separaba de Dominika. Pronto estaríamos juntas nuevamente y mi ansiedad por su reacción solo aumentaba con cada metro cruzado. Deseaba verla y pedirle perdón por todos estos años en los que no estu
—¿Dónde estoy? ¿Amaranta? —La voz adormilada de Dominika llamó mi atención. Fui inmediatamente a la orilla de la cama, acercándome a ella. —¿Qué fue lo que paso? Me duele todo el cuerpo. —Parpadeó varias veces para poder acostumbrarse a la oscuridad. —Mis recuerdos están un poco borrosos. —dijo intentando sentarse en cama.—¿Qué es lo último que recuerdas? —pregunte ofreciéndole mi mano para que se ubicara mucho más cómoda. —Trata de no esforzarte mucho. —indique centrando mi atención en ella. —Estuviste perdida durante al menos hora y media. —explique lento.—Recuerdo estar enojada. Los escuche a ti y a papá decir tú eras mi verdadera madre. —El semblante de la niña cambio repentinamente, apartando la mirada. —Estaba demasiado enojada, así que salí de casa y fui corriendo hasta el bosque. —Parecía que ahora si le costaba un poco recordar todo. —Quise ir a lugar donde entreno, pero paso…—Terminaste perdida en la zona no inspeccionada del bosque. —termine por ella. Tome su mano para d