La desesperación me estaba matando, en vista de que habían pasado treinta minutos y todavía no tenía noticias de ninguno de los dos, decidí bajar las escaleras al primer piso. No había nadie en la casa y eso si que era bastante raro. Por suerte una de las esclavas pasó corriendo en frente de mí y le hice una seña con la mano para que se acercara de inmediato.—¿Qué es lo que sucede? ¿Dónde están las demás empleadas? ¿Has visto al Boss y la señorita Dominika? Bajaron hace bastante tiempo y aún no regresan. —inquirí tratando de no verme tan preocupada como me sentía. Tenía un mal presentimiento incrustado en el pecho y rogaba que solo fuesen ideas mías y nada más. Observe atentamente a la chica.Esperaba una respuesta directa, sin embargo, esta comenzó a morderse el labio inferior, balanceando su cuerpo de un lado al otro. ¿Pero qué demonios le sucedía? Estaba actuando demasiado raro y eso no me gustaba ni un poco. Cruce los brazos sobre mi vientre y enarque una ceja en su dirección. M
—Todos conmigo, debemos hacía el sur. La mitad llegara por el lado derecho y el resto por el izquierdo. —Sus hombres asintieron y cumplieron ordenes inmediatamente. Estaban acostumbrados a trabajar juntos como una unidad. —Si te pido que te quedes aquí lejos del peligro. ¿Lo harías? —preguntó mirándome seriamente. Negué con un dedo.—Ni lo sueñes, Dominika están hija mía como tuya. —declare pasando el pie por encima de una raíz. —No voy a permitir que le pase algo y yo sea la última en enterarme. —declaré trotando hasta llegar a su altura. —Lo único que puedo cederte es ir a tu lado, ¿o prefieres que dirija al otro grupo? —cuestione ofuscada. Alexey no respondió y asentí.No discutimos más del tema y nos pusimos en marcha hacía una esquina del bosque. Cada vez quedaba menos distancia que me separaba de Dominika. Pronto estaríamos juntas nuevamente y mi ansiedad por su reacción solo aumentaba con cada metro cruzado. Deseaba verla y pedirle perdón por todos estos años en los que no estu
—¿Dónde estoy? ¿Amaranta? —La voz adormilada de Dominika llamó mi atención. Fui inmediatamente a la orilla de la cama, acercándome a ella. —¿Qué fue lo que paso? Me duele todo el cuerpo. —Parpadeó varias veces para poder acostumbrarse a la oscuridad. —Mis recuerdos están un poco borrosos. —dijo intentando sentarse en cama.—¿Qué es lo último que recuerdas? —pregunte ofreciéndole mi mano para que se ubicara mucho más cómoda. —Trata de no esforzarte mucho. —indique centrando mi atención en ella. —Estuviste perdida durante al menos hora y media. —explique lento.—Recuerdo estar enojada. Los escuche a ti y a papá decir tú eras mi verdadera madre. —El semblante de la niña cambio repentinamente, apartando la mirada. —Estaba demasiado enojada, así que salí de casa y fui corriendo hasta el bosque. —Parecía que ahora si le costaba un poco recordar todo. —Quise ir a lugar donde entreno, pero paso…—Terminaste perdida en la zona no inspeccionada del bosque. —termine por ella. Tome su mano para d
Desperté a media noche, sintiéndome repentinamente inquieta. Me voltee solo para encontrarme con el rostro de Alexey que dormitaba mi lado. Sus manos estaban alrededor de mi cintura, con una postura protectora sobre mi vientre. Sonreí de forma y consciente, estirando mi mano para apartar un mechón rubio de su rostro. Parecía un angelito ahí.Entonces recordé por qué había despertado y con cuidado quite ambos brazos, para liberarme de su jaula. Me quedé dormida desnuda, así que agarre el camisón más cercano y pase una bata por encima de este. Iría por un vaso de agua o de leche para relajarme. Mire por última vez al Boss antes de cerrar la puerta detrás de mí. Baje las escaleras.La cocina estaba totalmente vacía, las esclavas hace rato que debieron irse a dormir. A través de la ventana podía ver a los voyeviki en su turno. No eran los mismos que en el día, ya que se rotaban. Habían más de la cuenta, puesto que se unieron los hombres de Alexey y Dominika. Sumándolos todos, teníamos al
—Nunca fui buena con las armas, ni en la lucha cuerpo a cuerpo. —comencé a explicar. —No porque no fuese talentosa o tuviese madera para ello. Entendía todos los fundamentos básicos y los ejecutaba a la perfección. —explique recostándome sobre el sofá. —El problema es que nunca me sentí cómoda haciéndolo, incluso me producía asco.—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó volteándose para mirarme de frente. Aparentemente había capturado su interés por mí. Casi sonrió ante esa pequeña victoria. —A todos nos preparan desde niños para esto. Al crecer sabemos perfectamente quienes somos y para lo que estamos destinados. —Sonaba igual que mi padre al decir aquello.—Siempre pensé que mi vida no estaba atada a la organización. —Dominika lucía sorprendida. —Es por ello que me limitaba durante los entrenamientos y trataba de no destacar. Lo que me volvió “buena”, pero no al nivel que se requería por ser la hija del jefe. —inquirí esbozando una mueca de desagrado. —Todos esperaban que sea como él
Un mes más se fue con el calendario y por fin había llegado la ansiada cita para saber el sexo de los bebés. Estaba realmente inquieta a causa de ello. Íbamos en la camioneta hacía el consultorio de la ginecóloga. Bostezaba cada poco segundos, pues no logré pegar un ojo la noche anterior. Solamente di vueltas por toda la cama, ya parecía más bien oruga.—Tranquilízate, моя любовь (amor mío). —inquirió Alexey tomándome de la mano para que dejase de comerme las uñas. —Vas a quedar sin dedos cuando volvamos a casa. —exclamó cubriéndola con la suya. Cada tanto me daba palmaditas para calmarme.—Perdona. —me disculpe apenada. —Es solo que ya no puedo aguantar más para saber qué son. —dije sin poder contener la sonrisa que se extendió por mis labios. —He preparado una lista de cincuenta posibles nombres para ellos. —Alexey me miró incrédulo.—¿Cuándo tuviste tiempo de buscarlos? —cuestionó sin ocultar lo sorprendido que estaba. —Además, ya has esperado demasiado, unos minutos más no son nad
Los meses continuaron su curso, para cuando me di cuenta, habían pasado tres y mi vientre estaba a punto de explotar. En cualquier momento sería el día en que daría a luz. Sentía miedo y emoción por partes iguales. Quería que los gemelos estuviesen ya conmigo.Desde el día en que supe su sexo, no había dejado de comprar cosas y decorar su habitación. Alexey y Dominika solían burlarse de mí, aunque más de una vez los vi subiendo paquetes con toda clase de juguetes y ropa. Con la última mi relación mejoro.Todos estábamos preparados para que ocurriese en cualquier momento. Tenía un bolso con las cosas que necesitaría y Alexey mandó a desocupar un pabellón en el hospital para tener mayor intimidad, además de que se había quedado los últimos días conmigo.Lo más difícil de comprar en ese mundo, era la privacidad. Por eso reduje el personal que laboraba conmigo, solamente dejé a las esclavas de confianza. De los voyeviki no podía prescindir por cuestiones de seguridad. Así que limite a los
—Bienvenidos al mundo, Nikolay y Vladimir Volkov Ivankov. —inquirí mirando a mi par de gemelos con cariño. Alexey levantó la barbilla, sorprendido por los nombres.Yo no cabía en mi propia felicidad, era como estar dentro de un sueño. O en el sueño de un sueño. Cómo fuese, jamás quería que despertarse. Al fin estaban conmigo.—¿Los llamaste como tu padre y hermano? —preguntó bajándose la mascarilla para admirarlos. Mi esposo les regalo una sonrisa cegadora—Bienvenidos, Moi malen'kiye, Volkov. —Tenía la misma expresión que cuando nació Dominika. Absoluta felicidad.Observe atentamente a los gemelos. Uno de tenía una pequeña mata de cabello rubio platino, igual al mío. El otro continuaba pelón, pero con el tiempo le crecería. Todavía no habían abierto los ojos, así que no podíamos determinar si tenían el mismo color o no.—Es hora de llevarnos a los bebes, los traeremos cuando esté instalada en su cuarto para que los alimente. —dijo una de las enfermeras interrumpiendo nuestro momento f