Capítulo 123

—Bueno… El tío Andréi y yo nos hicimos amigos desde que nos conocimos. Es muy divertido, siempre me hace reír hasta que duele la barriga. —explicó Dominika riendo.

La mire confundida, ¿Andréi? ¿Divertido? ¿Acaso el mundo se había puesto de cabeza y yo no me di cuenta? Nunca escuche algo tan inverosímil como eso. Sin embargo, ella parecía estar diciendo la verdad, genuinamente convencida de lo que decía. Muy raro.

—Incluso dijo que la mayoría de los juguetes que estaban en mi habitación los compro él. También me llama tigritsa, al igual que tu y papá. —dijo bastante orgullosa.

Iba a agregar algo, pero en ese momento entraron las sirvientas con los platos de comida. El pastel de zanahoria olía delicioso y venía acompañado con dos vasos de leche. Los ojos de Dominika centellearon emocionados y se apresuro a dejar de lado sus libros.

—¡Es mi postre favorito! —gritó mientras una las chicas dejaban su pedazo en frente. “También el mío” pensé, aunque no lo dije. Las esclavas se retiraron ráp
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