Devin Becker
Las Vegas
Dije ya un poco desesperado, tenía un certificado de matrimonio con sellos y firmas en mis manos, con nuestros nombres en letras mayúsculas y nuestras firmas, porque reconocí en ese papel que era mi firma, un poco chueca, pero al fin y al cabo, era mi firma.
–No hay nada que explicarte, ya lo has leído ahí todo. Nos hemos casado y no hay más y lo siento mucho, pero iré por mis cosas para instalarme aquí, contigo los días que me quedan en Las Vegas, pronto tengo que volver a New York, entraré a un trabajo nuevo allá y tendrás que venir conmigo.
No sabía yo de que me había perdido, cómo me quería llevar a New York sin mi consentimiento, aunque no le veía la necesidad, yo vivo en New York, de hecho, solo estaría aquí en Las Vegas por un par de días más.
–Qué curioso es todo, yo también soy de New York, pero te equivocas si piensas que voy a volver contigo y que viviremos en pareja de “recién casados” cuando no me acuerdo de ti, ni de cómo llegamos a cometer esa locura de casarnos.
Ella se veía que estaba bastante indignada y me sentía un poco mal por ella, pero no podía acordarme de nada y eso era la verdad. Empezó a recoger su ropa del piso y después caminó al cuarto de baño, no sin antes decirme:
–Dejaré que salga el alcohol de tu cuerpo Devin, para ver si así te acuerdas de lo que pasó – Me desafió – En caso de que no lo hagas, te diré solamente que el que estaba necio que nos casáramos, eras tú.
Me reí de forma histérica, eso no pudo haber pasado, yo no me pude aferrar a que nos casáramos si apenas la había visto ese día, porque su cara no se me hacía conocida de antes, ¿Por qué no solamente bebí y me quedé dormido o me puse a devolver el estómago u hacer un espectáculo de stripper, como un borracho normal?, no, me tuve que casar con una desconocida.
–No, eso sí que no te lo creo. Tengo que hablar con Daniel y, ya que lo haga, espero que estés lista y vestida para llevarte a tu casa, mientras veo la manera de anular esto.
Me miró con ojos desafiantes, no quería pensar que fuera a querer demandar por obligarla a casarse conmigo o que me acusara de haberla violado, esto lo complicaba todo, si ella me hacía eso, mis padres me iban a desheredar, bien que me lo había dicho mi madre, que Vivianne, no valía la pena para que me diera a la bebida. Pero no le hice caso y aquí me encontraba casado.
–No vas a anular nada, porque lo hicimos sin protección y bien podría yo estar embarazada y ni creas que dejaré que anules nuestro matrimonio, que tú te empeñaste en contraer para que ahora, me botes, así como si nada, pudiendo estar esperando un hijo tuyo, un hijo de los dos, que no tiene la culpa de las locuras de su padre.
Esto se me estaba complicando cada vez más, ahora resulta que puede estar embarazada, y estar esperando un hijo mío, creo que esta mujer, me quiere volver loco, podíamos pasar a la farmacia a comprar una de esas pastillas del día después, de ayer, de mañana; se lo iba a proponer, pero lo pensé mejor, debía calmarme y pensar como una persona cuerda.
–Bien, ¿Qué propones entonces? Que volvamos juntos a New York, que nos hagan una boda en grande allá o ¿Qué quieres de mí, Hanna?
Ella muy fresca se colocó muy cerca de mí, miré sus ojos y me gustaron, era como si me estuviera sonriendo, me quedé enganchado en su mirada. Tenía bonitos ojos, cero que ese fue el motivo de mi locura momentánea. Sus lindos ojos de un color azul casi transparentes, tan puros como el agua, pero ella de pura no tenía nada.
–Quiero que permanezcamos juntos, solo hasta que me venga mi periodo y si resulto no estar embarazada, seré yo misma quién pedirá la anulación de este matrimonio que estamos viviendo, por culpa tuya, ¿Trato? – Ella extendió su mano – Créeme que lo que menos quiero, es estar casada con alguien como tú.
Abrí los ojos como platos, yo era un buen partido, muchas habían estado detrás de mí y no creía nada de lo que me estaba diciendo, pues con eso de que ya se quería venir a vivir aquí y que nos fuéramos juntos a New York era de pensarse diferente. Ella quería algo de mí, una de esas era volverme loco de remate.
–Creo que eso es lo que más quieres y por eso quieres tiempo para que supuestamente te baje tu periodo, solo para retenerme a tu lado – Dije alterado – Pero está bien, viendo que no tengo de otra. Trato.
Tomé su mano cerrando el trato y ella, se metió a bañar. Yo me puse a buscar desesperadamente mi celular, tenía que llamar a Daniel para saber cómo terminé yo casado sin acordarme de nada. Quería poder cerrar los ojos y despertarme para encontrarme con que solo había sido un mal sueño, algo de mi invención. Tomo el teléfono lo prendo y lo desbloqueó. Se llena de muchos mensajes y llamadas entrantes, que nunca contesté.
Lo primero que me salieron fueron muchos videos en la bandeja de entrada, de parte de Daniel, me daba miedo abrir uno de ellos, estaba seguro de que eso me diría todo. En que buen lío me había metido, ahora estaba casado y muy probablemente en nueve meses sería papá. Había cometido una locura, la más grande del mundo. Tomé un poco de valor y abrí el primer video, pues no sabía con qué me iba a encontrar.
La pantalla me mostraba con unos tragos de más, pero no totalmente borracho, pues me veía bastante sobrio todavía, levantaba un vaso, quien sabe qué contenía, no era cerveza, ni era brandy, porque contenía un líquido color azul verdoso que tomaba como si fuera agua, luego había otro video y estaba brindando con todos e invitando a todo el mundo a que celebraran conmigo mi reciente soltería, se pueden ver a algunos conocidos, así que estaba entre amigos por así decirlo.
Luego en el siguiente video, estábamos en un carnaval, tiraban confetis de colores brillante, había muchas personas disfrazadas y me mostraba con una máscara con plumas y a mi lado estaba Hanna, ahí fue donde la vi, pero ella estaba bailando con otra chica, y se veían que ya estaban entonadas, sus movimientos no eran muy equilibrados, se veían un poco tambaleantes y yo tuve el descaro de sonreír y guiñarle un ojo. Creo que ese había sido el primer contacto.
Devin BeckerLas VegasEn qué buen lío te has metido, Devin Becker, pensaba preguntándome eso a mí mismo, sin encontrar una respuesta al tiempo que llamaba a mi amigo Daniel, esperando que ya estuviera levantado y solo, pues si se había ido con alguien no me iba a responder. Pensaba mil cosas, a mil por hora esperando en la línea hasta que, por obra del espíritu santo, mi amigo me contestó.–Ohhh, pero si es el señor Becker – Se burlaba mi amigo – Pensé que estarías de luna de miel.Parecía que Daniel, nunca se iba a tomar nada en serio, claro cómo no le estaba pasando a él, le causaba gracia mi situación. Yo sería el hazmerreír de todos cuando se enteraran, esperaba que esos videos no los haya publicado en ninguna de sus redes sociales, pues eran los que se regaban como la pólvora.–Buenas tardes Daniel – Saludé molesto – Necesito verte urgentemente, ¿Dónde nos vemos?No entiendo por qué, Daniel se largó y me dejó con mi supuesta esposa, esto no tenía que haber pasado ahora. Tengo qu
Devin BeckerLas VegasQuería poner mis manos en el cuello de mi amigo y apretarlas hasta que me dijera con seriedad todo el asunto, me estaba viendo en las condiciones que estaba y seguía con la burla, ya le tenía que bajar a sus bromitas, me estaba sacando de mis casillas.–A ver Danielito, antes que me colmes la paciencia o lo poco que me queda de ella. Vamos paso a paso ¿Quieres?–Sí, mientras con eso se te baje el mal genio. Claro que quiero.–Bien, porque estoy a punto de perder los estribos – Suspiré hondo – En los vídeos que me enviaste, no encontré ninguna de las respuestas a lo que te he preguntado y lo que necesito saber es específicamente ¿Cómo pasó lo del matrimonio colectivo? Y ¿Por qué no me acuerdo de nada?Daniel se me quedó viendo como si me hubieran salido dos cabezas, era más que obvio que ayer estuve fuera de mis cabales, por eso no me acordaba de cuanto había tomado y de las atrocidades que cometí. Bueno de la más grande que cometí.–Lo del matrimonio colectivo,
Hanna BeckerLas VegasHacía un buen rato que Devin se había salido del departamento y lo que era peor que me tocó pedir que fuera ahí mi amiga Susan, para llevarme algo de desayunar, pues el muy desconsiderado de mi “esposo” no me había dejado las llaves del departamento, para en caso de que yo tuviera hambre como era lo más lógico, saliera por algo de comer, porque en su refrigerador no había nada para poder preparar algo.Tomo el teléfono celular y es un milagro que todavía tenga algo de batería, así que busco el nombre de mi amiga, Susan y doy a la tecla de llamado. Suena por espacio de unos cuantos tonos y toma la llamada.–Hola, Susan, amiga, te toca traerme de desayunar, Devin se ha largado y me ha dejado aquí en su departamento y si me salgo no voy a poder entrar.–Hola, Hanna, apenas me voy despertando también, pasaré a llevar el desayuno para las dos.–Consigue lo que sea amiga, ya es tarde, imagínate como está mi estómago. – Dije famélica.–En un momento ya estoy allá, Hann
Hanna BeckerLas Vegas–No me digas – Él metió las manos en sus bolsillos como riéndose de mí – Apenas tenemos pocas horas de habernos casado y ya estás con tus exigencias.–No son exigencias, yo tengo obligaciones allá – Le advertí – No puedo quedarme a perder el tiempo aquí.–Sintiéndolo mucho, querida esposa – Se burló de mí – No me pienso ir hoy, porque Daniel y yo tenemos un compromiso esta noche y lo más que podemos hacer por ustedes dos, es invitarlas.–Lo siento Devin, son muy amables al invitarnos – Agradeció Susan – Pero, la verdad, yo tampoco me puedo quedar, tengo que volver a mi trabajo el lunes.Las dos, bueno, ella volvía a su trabajo y yo entraba a uno nuevo, no me podía dar el lujo de faltar a mi primer día de trabajo. Porque lo más probable era que al día siguiente no me permitieran la entrada y mucho trabajo que me costó conseguirlo.–Muy bien, yo lo que diga Susan lo acepto con agrado – Sonreía Daniel – Buscaré boletos de primera clase para esta misma noche.Devin,
Devin BeckerLas VegasTuve todo el tiempo mientras me bañaba, para pensar las cosas con un poco más de claridad, pues a medida que el alcohol había salido de mi cuerpo, podía pensar un poco mejor en lo que había pasado, ya sabiendo también no solo la versión de Hanna, sino la de Daniel quién era imparcial a esto.Estaba secando mi cuerpo con una toalla, cuando me llené de coraje y entonces lo decidí, que le comunicaría a Hanna, mi decisión, pero antes tenía que hablar con Daniel, teníamos que hacer algo y eso era a la voz de ya, no podía perder más tiempo.–Mi amor – Dijo Hanna con ironía – Susan y yo, necesitaremos ir a nuestro hotel donde estamos instaladas, para recoger nuestras pertenencias antes de volar a New York.Eso sí que no, ellas se podían quedar en su hotel e irse a New York a la hora que quisieran, yo de aquí no me iba a mover.–No hagas planes todavía de que volemos juntos a New York, no cantes victoria Hanna Dixon – Dije tajante – Aún queda algo por hacer y lo haremos
Devin BeckerLas VegasEse cuento se lo podía contar a otro, porque me daba la impresión que esta mujer buscaba algo, y yo había caído redondito en su telaraña.–Muy bien amigo, no se diga más y vámonos entonces. Les aviso a las chicas, que ya nos vamos – Se ofreció Daniel – Si eso no te molesta claro.–Está muy bien, avísales y mientras pido quien alguien nos lleve, somos muchos para irnos en la moto.–Está bien. – Dijo resignado.Llamé a un servicio de transporte privado que llegó, en cuestión de minutos a mi departamento vacacional. Hanna y Susan salieron riendo y felices del departamento, como si ya se hubieran salido con la suya de volver con nosotros hoy en la noche a New York, pero no contaban con lo que yo, estaba por hacer a continuación.Nos subimos al vehículo, los cuatro y cuando le di la dirección al chofer, tanto Hanna como Susan, voltearon a verse con un signo de interrogación en sus caras, se tendrían que aguantar unos minutos más.–Creo que te has equivocado de direcc
Hanna BeckerLas VegasLa molestia de Devin, se podía sentir en el ambiente. Tanto así que, cuando nos subimos al auto, de vuelta. El estaba bufando, sin importarle que estuviera incomodando a todos los que ahí estábamos, eso era de mala educación.–Chicas, ¿En que hotel están hospedadas? – Daniel nos preguntó a Susan y a mí – Les pregunto para ir por sus pertenencias.Era lo que más me estaba preocupando, esta había sido una perdedera de tiempo, pues el sitio quedaba lejos y nos estábamos retrasando para el acomodo de nuestras cosas.–Estamos hospedadas en el Planet Hollywood – Respondí – Debemos ir rápido o nos sacarán las cosas de la habitación.Si no hubiera sido por este desvío, ya estuviéramos saliendo del hotel, pero no se le podía decir nada al señorito, venía con cara de mírame, no me toques, venía con cara de Grinch. –Es cierto – Susan miró el reloj – Estamos a menos de dos horas que se venza el tiempo de la habitación.Me tenía que aguantar las ganas de decirle sus cosas
Hanna BeckerLas Vegas–Huy, que fuerte – Se reía Daniel – Yo les ayudo chicas, si no cabe en sus maletas Devin y yo, bajaremos a comprar unas. Debe haber tiendas aquí en el hotel.–No te molestes Danielito – Susan lo abrazó – Eres tan lindo, pero si cabrán en nuestras maletas, si ustedes nos ayudan claro que, será más fácil.Daniel empezó a ayudar a Susan a meter las cosas en las maletas, Devin muy molesto y todo tuvo que, ayudarme a mí con la pena. Si quería que nos fuéramos, y no perdiéramos el vuelo, más le valía cooperar. Cuando terminamos de empacar todo, bajamos todos juntos a recepción, Devin y Daniel tuvieron que cargar las cosas de Susan y mías.–Buenas tardes, venimos a entregar la llave de nuestra habitación – Dije al chico de recepción – Es la habitación 322.–Buenas tardes señoritas, muchas gracias – Respondió – Espero que hayan disfrutado de su estancia con nosotros.–Claro que sí, nos la hemos pasado increíble, esperamos volver pronto – Dijo Susan.A Susan, le gustaba