Devin BeckerLas VegasTuve todo el tiempo mientras me bañaba, para pensar las cosas con un poco más de claridad, pues a medida que el alcohol había salido de mi cuerpo, podía pensar un poco mejor en lo que había pasado, ya sabiendo también no solo la versión de Hanna, sino la de Daniel quién era imparcial a esto.Estaba secando mi cuerpo con una toalla, cuando me llené de coraje y entonces lo decidí, que le comunicaría a Hanna, mi decisión, pero antes tenía que hablar con Daniel, teníamos que hacer algo y eso era a la voz de ya, no podía perder más tiempo.–Mi amor – Dijo Hanna con ironía – Susan y yo, necesitaremos ir a nuestro hotel donde estamos instaladas, para recoger nuestras pertenencias antes de volar a New York.Eso sí que no, ellas se podían quedar en su hotel e irse a New York a la hora que quisieran, yo de aquí no me iba a mover.–No hagas planes todavía de que volemos juntos a New York, no cantes victoria Hanna Dixon – Dije tajante – Aún queda algo por hacer y lo haremos
Devin BeckerLas VegasEse cuento se lo podía contar a otro, porque me daba la impresión que esta mujer buscaba algo, y yo había caído redondito en su telaraña.–Muy bien amigo, no se diga más y vámonos entonces. Les aviso a las chicas, que ya nos vamos – Se ofreció Daniel – Si eso no te molesta claro.–Está muy bien, avísales y mientras pido quien alguien nos lleve, somos muchos para irnos en la moto.–Está bien. – Dijo resignado.Llamé a un servicio de transporte privado que llegó, en cuestión de minutos a mi departamento vacacional. Hanna y Susan salieron riendo y felices del departamento, como si ya se hubieran salido con la suya de volver con nosotros hoy en la noche a New York, pero no contaban con lo que yo, estaba por hacer a continuación.Nos subimos al vehículo, los cuatro y cuando le di la dirección al chofer, tanto Hanna como Susan, voltearon a verse con un signo de interrogación en sus caras, se tendrían que aguantar unos minutos más.–Creo que te has equivocado de direcc
Hanna BeckerLas VegasLa molestia de Devin, se podía sentir en el ambiente. Tanto así que, cuando nos subimos al auto, de vuelta. El estaba bufando, sin importarle que estuviera incomodando a todos los que ahí estábamos, eso era de mala educación.–Chicas, ¿En que hotel están hospedadas? – Daniel nos preguntó a Susan y a mí – Les pregunto para ir por sus pertenencias.Era lo que más me estaba preocupando, esta había sido una perdedera de tiempo, pues el sitio quedaba lejos y nos estábamos retrasando para el acomodo de nuestras cosas.–Estamos hospedadas en el Planet Hollywood – Respondí – Debemos ir rápido o nos sacarán las cosas de la habitación.Si no hubiera sido por este desvío, ya estuviéramos saliendo del hotel, pero no se le podía decir nada al señorito, venía con cara de mírame, no me toques, venía con cara de Grinch. –Es cierto – Susan miró el reloj – Estamos a menos de dos horas que se venza el tiempo de la habitación.Me tenía que aguantar las ganas de decirle sus cosas
Hanna BeckerLas Vegas–Huy, que fuerte – Se reía Daniel – Yo les ayudo chicas, si no cabe en sus maletas Devin y yo, bajaremos a comprar unas. Debe haber tiendas aquí en el hotel.–No te molestes Danielito – Susan lo abrazó – Eres tan lindo, pero si cabrán en nuestras maletas, si ustedes nos ayudan claro que, será más fácil.Daniel empezó a ayudar a Susan a meter las cosas en las maletas, Devin muy molesto y todo tuvo que, ayudarme a mí con la pena. Si quería que nos fuéramos, y no perdiéramos el vuelo, más le valía cooperar. Cuando terminamos de empacar todo, bajamos todos juntos a recepción, Devin y Daniel tuvieron que cargar las cosas de Susan y mías.–Buenas tardes, venimos a entregar la llave de nuestra habitación – Dije al chico de recepción – Es la habitación 322.–Buenas tardes señoritas, muchas gracias – Respondió – Espero que hayan disfrutado de su estancia con nosotros.–Claro que sí, nos la hemos pasado increíble, esperamos volver pronto – Dijo Susan.A Susan, le gustaba
Devin BeckerLas VegasAfortunadamente casi no estuvimos en la sala de espera, por el retraso que “mi esposa” y Susan nos ocasionaron. Yo seguía con mi cara de molestia y apenas nos íbamos a montar en el avión, cuando recibí una video llamada de mi madre, quién estaba más que encolerizada, sus ojos me miraban con enfado.–Hola Devin, ¿Cómo te va en Las Vegas, hijo? – Preguntó ella – Supe que te andas divirtiendo de lo lindo, tanto que hasta me han enviado unos videos, unos amigos tuyos.La gente que no podía dejar pasar las cosas, ya mi madre se había enterado de mi boda y todo lo que había sucedido.–Hola mamá, escucha ya pronto te veré en New York – Respondí – Porque, ahora estoy por abordar un vuelo para salir para allá.Si se podía dar cuenta yo estaba regresando dos días antes, le podía dar gracias a su “nuera” de que pronto nos vería las caras.–Apenas aterrices acá, quiero verte hijo, a ti y a tu esposa – Dijo mi madre dejándome perplejo – Y no te hagas tonto, que sé de todas l
Devin BeckerLas VegasEra desordenada, irreverente y muy altanera ¿Qué jefe en su sano juicio quisiera a una empleada cómo ella? Pero bueno, ya me había dado sueño y me dormí, con la última visión de ella, leyendo un libro y oyendo música, una vez que ya estábamos en el aire.–Devin, Devil, mi demonio –Soñaba que Hanna me decía tonterías –Despierta, que ya vamos a bajar del avión o además de todo ¿quieres que te llame también holgazán?Escuché de fondo las risas de mi amigo Daniel. Lo que indicaba que no soñaba, que había dormido todo el vuelo de Las Vegas a New York y que ya habíamos llegado y ni cuenta me había dado.–Vamos arriba, Devin –Daniel me quitó el cinturón de seguridad –Te pegó dura la trasnochada, ya están viejos los pastores.–Deja de reírte también tú– Reclamé a mi amigo –Según ustedes, es pecado ya hasta quedarse dormido.–Sí lo es – Hanna, de nuevo – A Susan y a mí, nos urge bajar del avión para recoger nuestro equipaje.–Ohh, pobres de ustedes, a lo mejor ya se han
Hanna BeckerNew YorkCuando ya teníamos todo nuestro equipaje con nosotras, Daniel amablemente había tomado un taxi de los del aeropuerto, al que subimos encantadas Susan y yo, hasta el mismo Daniel estaba contento y sobraba decir quién no lo estaba. Tan guapo que estaba mi marido, pero ese pésimo carácter del que era poseedor, no le ayudaban para nada y yo, no me iba a amargar la vida. Ya me había propuesto domarle ese carácter y eso haría.–Chicos, Susan y yo tenemos que ir a nuestro departamento, yo tengo que dormir hoy ahí al menos, unas ocho horas de corrido, tengo muchas cosas que hacer antes de mi primer día de trabajo – Dije orgullosa – Espero que eso no te moleste, amorcito.–Por mi no hay problema – Dijo un Daniel sonriente – Sirve que veo, dónde vive Susan.–Claro para cuando quieras ir, Dany – Susan le sonreía con coquetería – Pero bueno ya vámonos que yo también tengo que arreglar cosas para trabajar mañana.Nos subimos todos al taxi del aeropuerto, Devin iba sumido en e
Hanna BeckerNew YorkNo pensaba regalarle uno de mis besos, que sabía que, aunque lo negara le encantaban los míos, después de todas las tonterías que ha dicho.–Entraré a trabajar, a dónde no te importa – Le susurré al oído – Pero ya que insistes tanto en saberlo. Te propongo algo, quédate a dormir esta noche aquí y mañana temprano me llevas a mi nuevo empleo ¿Aceptas?–Siempre te has de salir con la tuya, no sé cómo es que puedes vivir así Hanna en serio, eres un misterio para mí.–Así llegas a conocer mejor a las personas, desnudando cada una de sus capas. Sí realmente quieres conocerme, no te soltaré de golpe todo de mí, te tocará a ti irlo descubriendo, además así es todo más emocionante.–Para todo tienes una respuesta y eso me desespera ¿Por qué haces todo tan difícil? No es tan malo que me respondas una simple pregunta y eres una egoísta. Mi amiga Chloe se quedó plantada por cumplir tu berrinche de llegar a New York hoy, porque mañana tienes que ir a tu trabajo nuevo. Lo meno