Hanna BeckerNew YorkNo pensaba regalarle uno de mis besos, que sabía que, aunque lo negara le encantaban los míos, después de todas las tonterías que ha dicho.–Entraré a trabajar, a dónde no te importa – Le susurré al oído – Pero ya que insistes tanto en saberlo. Te propongo algo, quédate a dormir esta noche aquí y mañana temprano me llevas a mi nuevo empleo ¿Aceptas?–Siempre te has de salir con la tuya, no sé cómo es que puedes vivir así Hanna en serio, eres un misterio para mí.–Así llegas a conocer mejor a las personas, desnudando cada una de sus capas. Sí realmente quieres conocerme, no te soltaré de golpe todo de mí, te tocará a ti irlo descubriendo, además así es todo más emocionante.–Para todo tienes una respuesta y eso me desespera ¿Por qué haces todo tan difícil? No es tan malo que me respondas una simple pregunta y eres una egoísta. Mi amiga Chloe se quedó plantada por cumplir tu berrinche de llegar a New York hoy, porque mañana tienes que ir a tu trabajo nuevo. Lo meno
Devin BeckerNew YorkCuando vi a Hanna ahí, en el estudio me poseí de coraje. Esto sí que era mala suerte, ella sonreía con una sonrisa triunfal como si se hubiera salido al fin con la suya. La dejé de pie ahí en el pasillo y caminé de prisa para hablar con el jefe de departamento de recursos humanos, esto se podía estar tratando de una broma de parte de Hanna.–Hola buenos días, Arthur – Lo saludé – Lamento interrumpir tu desayuno, necesito que me des una información.Tenía que salir de una vez por todas de esta duda, no se me hacía justo que Hanna, empezara a trabajar para mí, estando nuestras vidas, en un completo desorden. De resultar esto verdad, el destino se debía estar dando la divertida de su vida.–Buenos días señor Becker – Respondió – No hay problema con eso, pase por favor.Entré al área de recursos humanos y esperaba sinceramente que Arthur, me sacara de la duda sobre Hanna. Yo iba a ser su jefe directo, pero ella jamás se había entrevistado conmigo y menos la había con
Devin BeckerNew YorkEra el tema que precisamente no quería tocar, es más, era el tema del que me hubiera dado gusto no poder hablarlo con nadie, pero mamá estaba de curiosa, como lo había dicho ella misma.–Ya que estás pidiendo explicaciones madre, yo con gusto te las daré después que tú me las des a mí – Respondí – Necesito saber ¿Por qué me contrataste una asistente, sin consultarme? Yo tenía mi propia selección.Bueno la verdad había tenido la intención de hacer una convocatoria y ser yo mismo, el entrevistador de las postulantes, pues el que iba a trabajar con ella era yo, no mi mamá.–Devin, creo que ahorita no estás para pedirme explicaciones. Además, no conoces a la Arquitecta que contraté, es una mujer súper preparada y que salió con un promedio sobresaliente de la Universidad de New York, además ha trabajado en varios estudios y está muy bien recomendada – Presumía mi madre – Ya debe de estar por llegar y ya la conocerás, seguro que te va a caer bien y que harán una dupla
Hanna BeckerNew YorkDespués que terminé mis trámites de ingreso a la empresa en recursos humanos, tomé el ascensor para subir al piso en el que trabajaría, al mando de Devin. Todavía no podía creer cómo era que la vida y el destino se habían empeñado en que coincidiéramos en Las Vegas para casarnos y luego al volver aquí a New York, enterarnos que seríamos jefe y asistente.Yo no soy como Susan, fiel creyente del destino, pero esto definitivamente desafiaba muchas cosas de ver la vida, al menos en mi persona, es como si fuera cosa de otro universo, como una cosa fuera de este mundo.–Buenos días, ¿Puedo pasar? – Pregunté a Devin – Ya soy formalmente a partir de ahora, parte de la empresa y claro tu asistente querido esposo. Ahora dime ¿Dónde me puedo instalar?Yo venía con toda la buena actitud del mundo, venía a trabajar no me iba a dejar influenciar por su mal carácter, me imaginaba que era de los que se levantaba con el pie izquierdo todos los lunes.–Buenos días, Hanna – Dijo mo
Hanna BeckerNew YorkMe había encantado desde que empecé a observar desde los diferentes ángulos, a simple vista se veía que llevaba años elaborándose.–Bueno cuñada, ¿Qué te ha parecido?, quiero que me digas si te interesa trabajar en esto conmigo – Me invitó – Vi tu currículum y es impresionante y quiero saber tu opinión o las sugerencias que tengas para esto.Desde que entramos al lugar, en mi cabeza se fueron planteando muchas sugerencias, el proyecto era ambicioso y claro que me encantaría participar en este en particular.–Claro que me interesa – Respondí de inmediato – Es un proyecto hermoso y creo que tiene mucho que dar. En mi opinión, tengo algunas sugerencias en base a lo que he visto, si quieres ya que volvamos al estudio te las hago llegar.–No, no volveremos ahora al estudio Hanna, vamos a almorzar. Por favor, quiero conocer y compartir un rato con mi cuñada, además de todos modos ibas a almorzar, así que ¿Vienes?–Claro, vamos y gracias.Katie era todo lo contrario a D
Devin BeckerNew YorkMe quedé observando la experiencia laboral de Hanna en la carpeta que me había dado y revisando meticulosamente lo que le había pedido que arreglara, me sorprendí gratamente dándome cuenta que a pesar de ser una persona irreverente y muy altanera, como arquitecta se merecía todos mis respetos, por lo poco que apenas estaba conociendo de ella. Dejé de lado lo de Hanna, cuando recibí en el teléfono una llamada.–Hola, buena tarde – Respondí en tono profesional – A sus órdenes.Casi nunca respondía una llamada si provenía de un número desconocido, pero también me ponía a ver, qué podría ser un nuevo cliente en potencia, por eso había tomado la llamada.–Hola, Devin – Era ella, era Vivianne – Sé que te estarás preguntando muchas cosas, entre ellas el motivo de mi llamada.Bueno, no era de sabios llegar a esa conclusión, porque no me imaginaba, qué era lo que quería esa mujer hablar conmigo, si entre ella y yo ya no existía ni siquiera una amistad.–Pues sí, de hecho,
Devin BeckerNew York–Listo Devin, ya tengo todo – Dijo Hanna al cabo de un rato – No me llevaré todo, son solo algunas de mis cosas. Después de todo en un mes, volveré aquí.–Eso es cierto, vamos.Salimos de su departamento y nos fuimos a la casa en la que íbamos a vivir, era una casa pequeña, pero con todos los lujos y apenas entramos Hanna, entró como si nada y empezó a desempacar sus cosas, cuando le dije cual sería nuestra recámara. Para ella todo era fácil y me daba risa que, sacaba todo de su maleta para meterlo al closet, sin molestarse en tener cuidado ni con sus prendas ni con sus zapatos, yo quisiera alguna vez ser, así tan despreocupado.–Ya estamos instalados, ahora ¿Iremos a comer? – Preguntó decidida – Me muero de hambre ¿No pensarás que volvamos al estudio sin comer, o sí?No había pensado eso, había pensado en algo mucho mejor, así nos íbamos ahorrar tiempo en ir a buscar un restaurante y que fuera de mi total agrado, así que se tendría que esperar un rato más.–No,
Hanna BeckerNew YorkNo podía creer la estupidez de Devin, esa mujer le hizo y le deshizo y ahora resulta que él pelea conmigo por su causa y no solo eso, no le parece en absoluto que yo le haya dicho lo que le dije a esa desgraciada. Por mucho que, en ese momento, estuviera que me llevara el mismo diablo, tenía que calmarme, tenía que ser más inteligente que él y tenía que detener esto, antes que el pleito tomara otras dimensiones y que eso me causara que Devin, me sacara del estudio.No podía darme el lujo de perder por lo que luché por tanto tiempo. Pues no todo el mundo podía entrar a tan prestigiado estudio de arquitectos, con solo escuchar el nombre de Levina Dickinson, era ya saber que estaban ante una tremenda obra de arte, lo que se pusiera en sus manos y en la de sus arquitectos, yo había postulado y había sido elegida, no le sería fácil deshacerse de mí. –Están tocando la puerta, al parecer ya llegó la comida – Dije como si nada hubiera pasado – Voy a abrir.–Está bien –