Devin BeckerNew York–Listo Devin, ya tengo todo – Dijo Hanna al cabo de un rato – No me llevaré todo, son solo algunas de mis cosas. Después de todo en un mes, volveré aquí.–Eso es cierto, vamos.Salimos de su departamento y nos fuimos a la casa en la que íbamos a vivir, era una casa pequeña, pero con todos los lujos y apenas entramos Hanna, entró como si nada y empezó a desempacar sus cosas, cuando le dije cual sería nuestra recámara. Para ella todo era fácil y me daba risa que, sacaba todo de su maleta para meterlo al closet, sin molestarse en tener cuidado ni con sus prendas ni con sus zapatos, yo quisiera alguna vez ser, así tan despreocupado.–Ya estamos instalados, ahora ¿Iremos a comer? – Preguntó decidida – Me muero de hambre ¿No pensarás que volvamos al estudio sin comer, o sí?No había pensado eso, había pensado en algo mucho mejor, así nos íbamos ahorrar tiempo en ir a buscar un restaurante y que fuera de mi total agrado, así que se tendría que esperar un rato más.–No,
Hanna BeckerNew YorkNo podía creer la estupidez de Devin, esa mujer le hizo y le deshizo y ahora resulta que él pelea conmigo por su causa y no solo eso, no le parece en absoluto que yo le haya dicho lo que le dije a esa desgraciada. Por mucho que, en ese momento, estuviera que me llevara el mismo diablo, tenía que calmarme, tenía que ser más inteligente que él y tenía que detener esto, antes que el pleito tomara otras dimensiones y que eso me causara que Devin, me sacara del estudio.No podía darme el lujo de perder por lo que luché por tanto tiempo. Pues no todo el mundo podía entrar a tan prestigiado estudio de arquitectos, con solo escuchar el nombre de Levina Dickinson, era ya saber que estaban ante una tremenda obra de arte, lo que se pusiera en sus manos y en la de sus arquitectos, yo había postulado y había sido elegida, no le sería fácil deshacerse de mí. –Están tocando la puerta, al parecer ya llegó la comida – Dije como si nada hubiera pasado – Voy a abrir.–Está bien –
Hanna BeckerNew YorkDevin estaba lo que seguía de enojado y quién iba a decir que después del pleito que nos habíamos echado hace un rato, me llegaría la oportunidad de mi vida de hacerlo enojar más, tanto como él me hizo enojar a mí, tanto cómo él me alteró y me afectó hace un rato y no le pude reclamar. El karma llega porque llega y sin pedirlo, la vida me puso la oportunidad.–No, Katherine – Devin, dijo con voz alta a, Katie – Poco me importa si no tienes terminada tu dichosa presentación. Ese no es problema de mi esposa y mucho menos mío, arréglatelas como puedas, que nosotros tenemos un compromiso y nos iremos en este mismo momento.En eso si no estaba de acuerdo, yo tenía mis prioridades y una de esas era ayudar en lo que se necesitaba, no le veía que tanta diferencia podían hacer unos cuantos minutos más.–Devin, seré tu esposa, pero no estoy para conceder tus voluntades – Lo puse en su lugar – Tú madre, me explicó al contratarme, mis funciones en el estudio. Aunque la princ
Devin Becker New York Salimos del estudio después de ayudar a mi hermana en lo que me había solicitado. Ella estaba encantada con Hanna cosa que yo, desaprobaba en su totalidad pues eso me complicaría más las cosas a la hora de pedir la anulación de este matrimonio por error. –Está, padrísimo el proyecto de Katie –Dijo Hanna– Deberías de interesarte por ella, alguna vez. –Hanna, nadie te ha solicitado que hables, gracias –Respondí– No entiendo por qué no puedes quedarte callada alguna vez. –Porque no puedo, Devin y no quiero, el silencio me estresa. Replantearé tu pregunta, ¿Por qué tú no eres más agradable alguna vez? Esta mujer era imposible, todo cuestionaba, todo me molestaba y todo me estresaba. No le respondí nada y subimos al auto para partir a la casa. Me urgía llegar, ponerme otra ropa y salir a la fiesta. Estaba muy estresado y quería divertirme. En el camino puse música y Hanna interpretó mi silencio, para mi buena suerte, no habló en todo el camino. –Bien ya hemos ll
Devin BeckerNew YorkYa éramos varios en la fiesta y veía qué mi querida esposa y su amiga estaba de lo más felices cómo si ya conocieran a toda la gente que estaba aquí desde hacía mucho tiempo. Se notaba qué eran las reinas de las fiestas a dónde fueran cosa que no me caía muy en gracia.–Hola, Devin, por qué no te has acercado – Dijo Emma – Parece que le tuvieras miedo a tu esposa.Hanna, había estado hablando con mucha gente, veía que era el centro de atención, nada tenía que hacer yo ahí, si ella se sabía desenvolver a la perfección.–Para nada, Emma, Hanna, veo que fue muy bien aceptada por todos, como si ya llevaran tiempo conociéndola.Todos reían de lo que ella decía y veía que estaba en su elemento, me imaginaba qué siempre había sido así y por eso yo caí redondo, como un estúpido, en Las Vegas. Ella fue la que me convenció a mí, no al revés.–Es muy divertida, Devin, muy ocurrente y tiene muy buena vibra, no la vayas a dejar por nada del mundo. Sí, demasiado ocurrente par
Hanna BeckerNew YorkDevin seguía amargado en la fiesta, estuve un rato con él en el balcón y se notaba a leguas que si por él fuera, me podría hasta lanzar desde ahí, bueno no era para tanto, pero, cada vez comprobaba más que él, no me soportaba por ningún motivo, pero ese ya era su problema.–Hanna, Devin – Era Emma y nos tomó a ambos de una mano – Vamos a bailar, la música está buena y ya llegó el Dj que contrataron Daniel y la hermosa Susan, mi futura cuñada.–No quiero bailar Emma – Declaró, mi amable marido – No me gusta esa música, ni el ruido. Es más, mejor ya me voy.Si se quería ir que se fuera, la fiesta apenas estaba comenzando y él seguía con sus amarguras, que pesado era este hombre, no había quien lo aguantara.–Vamos a bailar Emma – Dije emocionada – Nosotras que no estamos amargadas.–Vamos Hanna.Emma y yo, nos integramos bailando a la pista y nos perdimos en medio de todos los asistentes a la fiesta, hasta que nos juntamos ahí con Daniel y Susan. Devin, estaba por
Hanna BeckerNew York–Hanna, en serio no me interesa hablar contigo ¿No puedes respetar eso y callarte? Te recuerdo que, el numerito que me hiciste hacer en la fiesta cuando bailábamos, no me pareció, ni me pareció que mis amigos te vieran como el alma de la fiesta, parecía que era a ti a quién conocen de tiempo y has llegado a causar furor, con las personas que yo conozco – Dijo enojado – Ahora, solo quiero llegar a casa en paz, quiero que te calles y que no digas nada, es más ni hagas ruido al respirar. Eso también me molesta.–No me callaré y no eres nadie para decirme que me calle. Eres una persona molesta, nefasta, enojona, amargada y grosera. No sé ¿Por qué te molesta tanto que yo sí, sepa divertirme? A eso se va a una fiesta o si querías que fuera a rezar, hubiéramos ido a una iglesia.– ¿Lo ves? No sabes estar callada. Cuando naciste seguro que, dentro tuyo metieron una boca adicional – Se burló Devin – Porque pobres de tus padres, que no debieron tener un día de paz, desde q
Devin Becker New York Hanna siempre se quería salir con la suya esta vez había ganado la habitación principal, pero no siempre iba a ser así, ahora porque en realidad estaba muy cansado y no quería seguir discutiendo con ella. Me encerraría en la otra habitación y me dormiría plácidamente. No quería ser molestado por esa voz tan desagradable que tenía y además para qué íbamos a dormir en la misma habitación, si no éramos ninguno de nuestro agrado, porque también veía que yo a ella no le caía nada bien, mejor cada quien en su habitación. Por tener prisa no me había dado cuenta del pijama, que había agarrado porque este era para invierno y yo ahora ni loco me lo iba a poner así que me quedé en bóxer para poder dormir a gusto, me acosté y nada que me llegaba el dichoso sueño. Salí de la habitación directo para ir a la cocina, me prepararía un vaso con leche caliente, así como nos lo preparaba mamá, cuando no nos podíamos dormir y siempre daba resultados, era un remedio maravilloso.