Hanna BeckerNew YorkDevin seguía amargado en la fiesta, estuve un rato con él en el balcón y se notaba a leguas que si por él fuera, me podría hasta lanzar desde ahí, bueno no era para tanto, pero, cada vez comprobaba más que él, no me soportaba por ningún motivo, pero ese ya era su problema.–Hanna, Devin – Era Emma y nos tomó a ambos de una mano – Vamos a bailar, la música está buena y ya llegó el Dj que contrataron Daniel y la hermosa Susan, mi futura cuñada.–No quiero bailar Emma – Declaró, mi amable marido – No me gusta esa música, ni el ruido. Es más, mejor ya me voy.Si se quería ir que se fuera, la fiesta apenas estaba comenzando y él seguía con sus amarguras, que pesado era este hombre, no había quien lo aguantara.–Vamos a bailar Emma – Dije emocionada – Nosotras que no estamos amargadas.–Vamos Hanna.Emma y yo, nos integramos bailando a la pista y nos perdimos en medio de todos los asistentes a la fiesta, hasta que nos juntamos ahí con Daniel y Susan. Devin, estaba por
Hanna BeckerNew York–Hanna, en serio no me interesa hablar contigo ¿No puedes respetar eso y callarte? Te recuerdo que, el numerito que me hiciste hacer en la fiesta cuando bailábamos, no me pareció, ni me pareció que mis amigos te vieran como el alma de la fiesta, parecía que era a ti a quién conocen de tiempo y has llegado a causar furor, con las personas que yo conozco – Dijo enojado – Ahora, solo quiero llegar a casa en paz, quiero que te calles y que no digas nada, es más ni hagas ruido al respirar. Eso también me molesta.–No me callaré y no eres nadie para decirme que me calle. Eres una persona molesta, nefasta, enojona, amargada y grosera. No sé ¿Por qué te molesta tanto que yo sí, sepa divertirme? A eso se va a una fiesta o si querías que fuera a rezar, hubiéramos ido a una iglesia.– ¿Lo ves? No sabes estar callada. Cuando naciste seguro que, dentro tuyo metieron una boca adicional – Se burló Devin – Porque pobres de tus padres, que no debieron tener un día de paz, desde q
Devin Becker New York Hanna siempre se quería salir con la suya esta vez había ganado la habitación principal, pero no siempre iba a ser así, ahora porque en realidad estaba muy cansado y no quería seguir discutiendo con ella. Me encerraría en la otra habitación y me dormiría plácidamente. No quería ser molestado por esa voz tan desagradable que tenía y además para qué íbamos a dormir en la misma habitación, si no éramos ninguno de nuestro agrado, porque también veía que yo a ella no le caía nada bien, mejor cada quien en su habitación. Por tener prisa no me había dado cuenta del pijama, que había agarrado porque este era para invierno y yo ahora ni loco me lo iba a poner así que me quedé en bóxer para poder dormir a gusto, me acosté y nada que me llegaba el dichoso sueño. Salí de la habitación directo para ir a la cocina, me prepararía un vaso con leche caliente, así como nos lo preparaba mamá, cuando no nos podíamos dormir y siempre daba resultados, era un remedio maravilloso.
Devin BeckerNew YorkAl ver a Hanna en ese mini pijama, despertó en mí, cierta curiosidad de saber qué fue lo que habíamos hecho en Las Vegas, porque algo me tuvo que haber sucedido qué la había convencido de que nos casáramos.Me acosté y no podías reconciliar el sueño algo me lo impedía. Trataba de hacer memoria de la noche que nos habíamos casado porque quería recordar qué era lo que me había traído de ella pero al detallarla por completo me dieron ganas de darle un beso de robarle un beso.Escuchaba sus movimientos en la habitación que estaba ocupando dándome cuenta que ella tampoco podía conciliar el sueño y me vino una idea loca a la cabeza pero mejor la deseche si inicia vamos algo ahora el divorcio no podría llevarse a cabo.– ¿Se puede saber qué es lo que estás haciendo, Hanna? desde acá puede escuchar todo el ruido qué estás haciendo, si no puedes dormir ponte unos audífonos y escucha esa música espantosa que te gusta.Era inaceptable que estuviera moviendo tantas cosas en
Devin BeckerNew YorkEra casi imposible de creerlo, llevaba una logística, casi perfecta, eso no se lograba de un día para otro, creo que llevaba años arreglado su guardarropa, era como si estuviera en una tienda de ropa, en una de las exclusivas boutiques de la quinta avenida. Katie estaría fascinada de ver algo así.–Me sorprendes, Hanna, estaba seguro que esto estaría patas arriba, entonces organicemos lo que tienes en la cama y te voy a tomar la palabra por lo menos esta noche acepto dormir en mi cama y ya mañana veo la forma de arreglar la otra habitación.Simplemente era cambiar el colchón, porque era al que estaba acostumbrado mi cuerpo, y estando sin nada que me lo impidiera, podía dormir donde quisiera, la otra habitación, la podía adecuar a mí mismo, con eso no tendría problemas.–Mira, ya viste cómo es la organización simplemente vamos integrando los demás accesorios al clóset.Me había puesto de buenas su entusiasmo porque al parecer esto era muy fácil y no era unas cuant
Hanna BeckerNew YorkLamenté un poco, correr a Devin de la recámara, pero él se lo había ganado, por estar espiándome mientras dormía. Me gusta mucho y al evitar que pasara algo más también, me quedé con ganas yo, pero ni hablar. Alguien tenía que darle una lección a Devin, no siempre las cosas le iban a salir cómo él quiere y para eso estaba yo aquí, para impedir que así fuera.Ya con él fuera de la recámara, y sin nadie que me molestara, me acomodé en la hermosa cama a mis anchas, para poder dormir cómo un bebé, no tuve que esperar por mucho tiempo a que me llegara el sueño, bien apenas había caído mi cabeza en la mullida almohada y me quedé dormida.A la mañana siguiente, me levanté temprano y salí a correr para ejercitarme un poco y sacar ese estrés de anoche, iba escuchando música con mi celular mientras lo hacía y una llamada de Susan, se metió en ese momento, lo cuál me alegraba, necesitaba hablar de lo ocurrido con Devin, con alguien, con mi mejor amiga.–Hola, Susan, ¿Cómo e
Hanna BeckerNew York–Me da gusto saber que ustedes si se han enamorado, algo que no pasa con Devin y conmigo y es mejor, no me gusta la gente negativa que no puede aportar nada bueno a mi vida.Era como si me fuera a pegar una fuerte infección si me juntaba mucho con Devin, lo malo era que estaría casi las 24 horas del día a su lado pero yo no le haría caso, después de todo.–Sé que mi amigo es difícil, pero es muy buena onda cuando lo llegas a conocer bien, ya verás que una vez que se entiendan, serán inseparables.–Gracias, por los ánimos – Me reí.Daniel y yo, entramos platicando y muy relajados al estudio y subimos hasta el estudio de Devin, Daniel ocupaba la oficina de a un lado y todos estábamos así en el mismo piso y espacio. Lo vimos muy concentrado trabajando en algo, Daniel llegó a abrazarlo y de inmediato se quejó, lo que era su costumbre.–Amigo mío, mínimo levántate y dame un abrazo – Le dijo Daniel – No he trabajado aquí desde que me fui de vacaciones, ya que he vuelto
Devin BeckerNew YorkLa reunión de Daniel y mía, con nuestro cliente, resultó ser todo un éxito. Al menos me daba cuenta que lo que Hanna había hecho estaba perfecto y aunque estaba furioso con ella por lo de anoche, al menos podía decir a su favor que nuestros problemas de convivencia en este absurdo matrimonio, no estaban afectando en absoluto nada en cuestión laboral.–Muy bien Devin, Daniel, nos complace decirles que, el proyecto que ustedes me han mostrado – Nos dijo el cliente – Me ha encantado lo que me han presentado y les deseo todo el éxito para llevarlo a cabo. Depósito en ambos, toda mi confianza.Esos eran los buenos negocios, que a la primera el cliente quedara totalmente convencido de querer trabajar con nosotros.–No te vas a arrepentir, Frank – Respondí – Estás con el mejor estudio de arquitectos de New York, tu proyecto está en las mejores manos. Y no hay necesidad de que te lo doga, nuestro trabajo habla por sí solo.–Sí Frank, tanto Devin como yo, hemos aprendido