Por fortuna, el dolor de cabeza no se intensifica más y por eso, puedo continuar presente en la cita del hombre que de inmediato, recibe su tratamiento aunque me mira suplicante para evitarlo.
— Eso no es negociable, los dos vamos a recibir nuestros respectivos tratamientos te gusté o no. Así pasó conmigo y aquí estoy; viviendo horas extras. — digo y él me observa con molestia.— No digas esas cosas, no son agradables. — dice mi suegro.— Dejaré de decirlo si aceptas recibir el tratamiento.— ¿Qué pasa si no lo hago? — pregunta mi suegro y yo lo observo amenazante.Sé que él es un hombre terco y más cuando se lo propone, por eso, miro seriamente a mi suero y me cruzo de brazos, para mostrarme imponente y lista para cualquier enfrentamiento.— Incluso si muero, sería capaz de hacer un pacto con satanás solo parMaximiliano no cree lo que le digo y me toma de la mano sana rumbo al área donde están las tomografías y demás estudios de radiación. Sin esperar una llamada o siquiera que alguien le permita mi ingreso, me sienta en la maquina y entra a la cabina del radiólogo.— Necesito ver si los tumores en su cabeza han crecido, así que, haga todos los estudios que yo lo pago.— Pero, señor…— Lo pago con dinero o con balas, usted decide. — dice Maximiliano y el pobre empleado.No quisiera darle las malas noticias, pero, él insiste y por eso, me quedo inmóvil para que realicen los estudios que por el dolor de cabeza que he tenido, debe ser grave. Como ya me han hecho varias veces el mismo estudio, sé que debo hacer y por eso, cuando salgo entiendo porque Maximiliano me observa con dolor.‘Las cosas no están bien.’ Me digo mentalmente.
Meses despuésNarra MaximilianoEl tiempo ha pasado, mi esposa ha tenido días buenos y otros no tan buenos, hemos paseado, recibido mucha medicina para dolor y poco pronóstico para mi mujer debido al crecimiento de los tumores.Los dolores de cabezas han continuado, unas veces más fuertes que otras, pero, además de la morfina ya inyectable, le han permitido que haga cosas divertidas, esas que le ayuden a distraer la mente y por eso, hoy estamos en un parque de diversiones.Porque de todas las cosas que hemos hecho, nos falta el beso en la noria con nuestra pequeña que está por cumplir un año y ya camina e incluso habla bastante, aunque la mayoría son balbuceos que no se entienden.— ¿Estás segura de sentirte bien? — pregunto a mi esposa y ella, con más ojeras que rostro, asiente.— Me encuentro mejor que el día que fuimos a surfear. — respo
Dos días después.Era el momento de despedirla, no era posible mantenerla más tiempo con nosotros cuando su alma, eso que la hacía ser una mujer que portaba paz, amor y deseos de ser mejor, ya no se encuentra con nosotros. Por lo menos, no se encuentra ya en su cuerpo.— Hijo, ¿Cómo te sientes?— Como si me hubiesen quitado el corazón, respiro de forma mecánica, pero, no lo hago bien, porque la mitad del corazón pertenece a los pulmones y la otra mitad, le lleva sangre a un cuerpo que quiere darse por vencido.— Maximiliano…— Pero, no lo voy a hacer, quiero estar con ella, continuar nuestra historia en el más allá, pero, es porque no quiero separarme de mi querida esposa y no porque quiera morir, no como antes que solo pensaba en eso, si no, como una forma de hablar con ella.— Eso quiere decir…— No necesitas preocuparte
Me miro en el espejo y me pregunto si es buena idea ser una chica que no soy e ir a lugares donde normalmente no me encuentro, pero, debo dejar de ser la chica que solo trabaja para terminar mis estudios y no es capaz de tomar una gaseosa porque se descuadra el dinero que tiene estipulado para sus gastos, por eso, usando la ropa de mi compañera de cuarto, salgo rumbo al club en el que soy mesera.— Normalmente los empleados se marchan lejos del lugar de trabajo cuando están de descanso, sobre todo, si es la primera vez que tiene un descanso después de tres años trabajando.— No me molestes, Lauren, déjame ser libre.— Donde trabajas. — resalta Lauren con incredulidad.— Dijiste que en el club están los hombres más atractivos y adinerados del estado, así que, es un buen lugar para coquetear.— ¿Tú vas a coquetear? ¿Axael Blanco va a coquetear?— Las tetas me llegan a la boca y siento la brisa tocar mi entrada por la ropa que tengo puesta, así que, si no voy a coquetear, ¿para qué voy c
Si había algo que no creía posible que me sucediera es este tipo de acoso, porque soy una chica que no es atractiva como las demás empleadas, por eso, aunque trabajo en uno de los clubes más importantes de Las Vegas, no había experimentado este tipo de acoso, por eso, cuando observo sus ojos color verdes y sus labios rojos e hinchados, no lo dudo y respondo dando una buena bofetada.Pero cuando creí que Andrés y el jefe me defendería, lo que hace es correr hacia el hombre que tensiona su rostro girado por mi bofetada. Todos los que me miraban, cubren su boca y cierran los ojos como si esperaran el inicio de algo trágico, cuando la realidad es que todos corren a auxiliar al hombre que aferra más su agarre a mi brazo.— Señor Barack…— Que nadie se me acerque. — dice el hombre que ahora conozco su nombre.Como lo ordenó nadie se le acerca, pero entiendo que la amenaza no es lo que le causa miedo, si no, el arma que se muestra en su pantalón, una que estoy segura que usará conmigo.‘Buen
Aturdida, abro mis ojos sintiéndome desorientada porque no tengo idea del lugar donde me encuentro aunque de cierta forma, me resulta conocido.— ¿Dónde me encuentro?— En una habitación del club, creí que al despertar en un lugar conocido no entrarías en pánico. — dice Maximiliano asustándome.— ¡¿Qué haces aquí?!— Pajarita, yo te trajee aquí, así que, ¿Qué te hace pensar que no estaré contigo? — pregunta Maximiliano y yo me reviso implorando que me encuentre aun con mi virginidad intacta.— Es un alivio. — susurro al notar que mi ropa está intacta.— ¿Qué pensabas que te haría? Yo soy un caballero y por eso, no voy a hacerte algo de lo que no seas consciente.Lo observo indignada, porque si hay algo que él hace desde que nos conocimos es realizar cosas sin que sea consciente hasta que es demasiado tarde.— No te creo. Eres alguien que se atrevió a secuestrarme, así que, eres capaz de muchas cosas más.— Pero no sería capaz de abusar de ti, si te traje aquí fue para hablar mejor las
Nuevamente despierto desorientada, pero, esta vez no estoy en una habitación si no, en el hospital con varios aparatos en mi pecho. Maximiliano, el hombre que apenas conocí hace poco, se encuentra a mi lado mirando el monitor aunque su mente parece en otro lugar.— ¿Qué me sucedió?— Lo siento, se me olvidó que tienes un problema cardiaco y ese tipo de… situaciones te afectan demasiado.— Estoy enferma, lo sabes, así que, déjame ir. Necesito volver al trabajo.— Comprendo que en el pasado estuvieras desesperada por trabajar porque tienes que cubrir los gastos de tu hermana y tu universidad, pero, ahora es diferente.— Nada ha cambiado.— Como tu esposo yo me haré cargo de todas esas responsabilidades y por eso, puedes concentrarte solo en cuidar de tu salud para que puedas estar más tiempo con tu hermana. porque como lo has mencionado, eres su única familia.Es una oportunidad única, no todos los días aparece un hombre diciendo que se hará cargo de todos los problemas económicos, pero
Ni siquiera sé que sucedió en la última hora, porque incluso me ayudaron a bañarme tan rápido que mi piel se siente extraña por toda la exfoliación que me realizaron antes de vestirme como la novia que soy cuando apenas llevo unas pocas horas conociendo al hombre que será mi esposo.‘Este es el matrimonio más repentino del mundo y lo peor de todo es que no hay un solo trago en mi sistema para tolerar algo así.’ me quejo mentalmente, mientras camino hacia un altar donde Elvis Presley me espera con Maximiliano.A mi alrededor hay al menos doscientos hombres perfectamente vestidos y armados quienes hacen parte del público que será testigo de esta catastrófica unión. Pero, sigo adelante, sabiendo en la locura de la que seré parte.‘¿Acaso este es un efecto de estar muriendo? ¿Por eso decido tan apresuradamente cuando sé que estoy caminando voluntariamente a un infierno?’ me pregunto mentalmente, pero, la respuesta es clara.— Voy a morir pronto, lo mejor es pasar mis últimos meses preocup