Me miro en el espejo y me pregunto si es buena idea ser una chica que no soy e ir a lugares donde normalmente no me encuentro, pero, debo dejar de ser la chica que solo trabaja para terminar mis estudios y no es capaz de tomar una gaseosa porque se descuadra el dinero que tiene estipulado para sus gastos, por eso, usando la ropa de mi compañera de cuarto, salgo rumbo al club en el que soy mesera.
— Normalmente los empleados se marchan lejos del lugar de trabajo cuando están de descanso, sobre todo, si es la primera vez que tiene un descanso después de tres años trabajando. — No me molestes, Lauren, déjame ser libre. — Donde trabajas. — resalta Lauren con incredulidad. — Dijiste que en el club están los hombres más atractivos y adinerados del estado, así que, es un buen lugar para coquetear. — ¿Tú vas a coquetear? ¿Axael Blanco va a coquetear? — Las tetas me llegan a la boca y siento la brisa tocar mi entrada por la ropa que tengo puesta, así que, si no voy a coquetear, ¿para qué voy casi desnuda? — Buen punto, te dejaré en la mejor sala, ya si alguien te invita a su sala privada, estás sola. — dice Cristian y yo sonrío. Hoy voy a salir de mi zona de confort, dejaré de lado la mujer que solo trabaja y estudia, para sacar a una Axael que nunca he visto pero que necesito conocer si no quiero que mi juventud se marche antes de yo disfrutarla. Lauren de inmediato celebra porque estamos en la mejor sala general donde apenas entra y ella es llevada lejos, por eso, quedo sola mirando a mi alrededor mientras Andrés niega observándome, porque ahora no soy yo. — ¿Estás segura que quieres esto? — Eso es lo que intento descubrir, ahora sírveme un wiski seco. — ordeno por primera vez en mi vida. — Nunca te he visto tomando, Axael. — El trago, por favor. — Recuerda que debes tomarlo con calma. — dice Andrés y yo tomo la bebida para marcharme lejos del molesto cantinero. De inmediato, miro a mi alrededor en busca de un asiento libre, pero, todos están en compañía que no puedo simplemente sentarme y fingir que puedo integrarme. Por eso, recorro la sala hasta que finalmente encuentro un hombre solo con muchos asientos a su alrededor solos. — Por fin puedo sentarme. — digo caminando hacia el hombre que solo me observa levemente para concentrarse nuevamente a su trago. Decido no molestarlo, ya que parece aburrido, quizás tanto como yo. Por eso, me siento a su lado en silencio deseando que la noche pase rápido, porque sin duda, la persona que es introvertida no socializa aunque el lugar sea para eso. Sin embargo, aunque llevo mucho tiempo trabajando en este club, el hecho que me vean y susurren entre ellos me causa preocupación ya que solo significa que he cometido un grave error. El problema es que no sé el error que he cometido. ‘No debí hacer esto, Lauren se ha marchado rápido y yo solo estoy siendo criticada por algo que no sé qué hice.’ me digo mentalmente. — Debí cometer un error muy grande. — ¿Por qué lo dices? — pregunta el hombre extraño a mi lado. — Es mi primera noche como clienta, así que, no sé muchas cosas, pero, la forma en que me miran todos solo significa que he cometido un grave error, — ¿En serio? — Sí, el problema es que no se cual es. — digo preocupada y el hombre a mi lado sonríe mostrándome unos perfecto labios curvilíneos y unos ojos verdes que parecen deleitar a cualquier mujer que tenga el honor de verlos. — Creo que el problema soy yo. — dice él aun sonriéndome. — No lo creo, solo me miran a mí y la verdad, nadie se atrevería a criticarlo cuando usted parece alguien muy importante y yo solo… Me quedo en silencio, se supone que no debería causar lastima sobre todo, cuando vine a divertirme y olvidar mis problemas. — ¿Solo qué? No terminaste tu oración. — Míreme. — digo con obviedad. — Eso hago, pajarito. — dice él observándome de una forma que aunque me asusta no lo hace de la forma en que normalmente ello me paralizaría. Es como si quisiera jugar con este peligro y no sé cómo interpretarlo, porque soy una chica de veintiséis años inexperta en todo el sentido de la palabra. — ¿Acabas de decirme pajarito? — pregunto confundida. — Sí, me pareces un lindo pajarito. — Debería detenerse, soy fácil de sonrojarme. — Lo sé, lo noté desde antes que te sentaras a mi lado. — dice él bebiendo por completo la bebida por lo que, yo tomó mi trago e intento levantarme, pero, una mano firme me agarra con fuerzas y me regresa a mi asiento. Todos emiten un sonido que silencian rápido porque aunque están muy sorprendidos no es siquiera posible que ellos molesten al hombre que se gira para verlos y todos de inmediato se alejan al menos un metro. ‘¿Quién rayos es este hombre que parece causar temor en todos los presentes?’ me pregunto mentalmente. — ¿Qué estás haciendo? — No te observan porque seas una chica insegura, te están mirando sorprendidos porque nadie se sienta por su propia voluntad a mi lado, después de todo, todos huyen de mí y quien se mantiene cerca, lo hace con una distancia prudente por temor a que lo mate. — dice él observándome mientras sonríe como si cada palabra dicha fuera una broma para él, aunque sus ojos me dicen lo contrario. — ¿M-matar? — pregunto implorando que me diga que es una broma. — ¡Axael! — grita Andrés con un rostro lleno de pánico. Si antes creía que debía marcharme, ahora estoy completamente segura al ver que Andrés ha traído al administrador del club. — ¿No sabes quién soy, pajarita? — N-no, pero no es necesario presentarnos, ya me marcharé. — susurro con temor a descubrirlo y arrepentirme. El hombre ni siquiera se ve molesto por lo que he dicho, por eso, intento alejarme, pero, lo que logro es sentir como él me hace girar solo para recibir sus labios en un beso que me aturde por completo. — ¡¿Qué estás haciendo?! — No querías presentarte así que salté ese paso, ahora dime pajarita, ¿disfrutaste el beso como yo lo disfruté?Si había algo que no creía posible que me sucediera es este tipo de acoso, porque soy una chica que no es atractiva como las demás empleadas, por eso, aunque trabajo en uno de los clubes más importantes de Las Vegas, no había experimentado este tipo de acoso, por eso, cuando observo sus ojos color verdes y sus labios rojos e hinchados, no lo dudo y respondo dando una buena bofetada.Pero cuando creí que Andrés y el jefe me defendería, lo que hace es correr hacia el hombre que tensiona su rostro girado por mi bofetada. Todos los que me miraban, cubren su boca y cierran los ojos como si esperaran el inicio de algo trágico, cuando la realidad es que todos corren a auxiliar al hombre que aferra más su agarre a mi brazo.— Señor Barack…— Que nadie se me acerque. — dice el hombre que ahora conozco su nombre.Como lo ordenó nadie se le acerca, pero entiendo que la amenaza no es lo que le causa miedo, si no, el arma que se muestra en su pantalón, una que estoy segura que usará conmigo.‘Buen
Aturdida, abro mis ojos sintiéndome desorientada porque no tengo idea del lugar donde me encuentro aunque de cierta forma, me resulta conocido.— ¿Dónde me encuentro?— En una habitación del club, creí que al despertar en un lugar conocido no entrarías en pánico. — dice Maximiliano asustándome.— ¡¿Qué haces aquí?!— Pajarita, yo te trajee aquí, así que, ¿Qué te hace pensar que no estaré contigo? — pregunta Maximiliano y yo me reviso implorando que me encuentre aun con mi virginidad intacta.— Es un alivio. — susurro al notar que mi ropa está intacta.— ¿Qué pensabas que te haría? Yo soy un caballero y por eso, no voy a hacerte algo de lo que no seas consciente.Lo observo indignada, porque si hay algo que él hace desde que nos conocimos es realizar cosas sin que sea consciente hasta que es demasiado tarde.— No te creo. Eres alguien que se atrevió a secuestrarme, así que, eres capaz de muchas cosas más.— Pero no sería capaz de abusar de ti, si te traje aquí fue para hablar mejor las
Nuevamente despierto desorientada, pero, esta vez no estoy en una habitación si no, en el hospital con varios aparatos en mi pecho. Maximiliano, el hombre que apenas conocí hace poco, se encuentra a mi lado mirando el monitor aunque su mente parece en otro lugar.— ¿Qué me sucedió?— Lo siento, se me olvidó que tienes un problema cardiaco y ese tipo de… situaciones te afectan demasiado.— Estoy enferma, lo sabes, así que, déjame ir. Necesito volver al trabajo.— Comprendo que en el pasado estuvieras desesperada por trabajar porque tienes que cubrir los gastos de tu hermana y tu universidad, pero, ahora es diferente.— Nada ha cambiado.— Como tu esposo yo me haré cargo de todas esas responsabilidades y por eso, puedes concentrarte solo en cuidar de tu salud para que puedas estar más tiempo con tu hermana. porque como lo has mencionado, eres su única familia.Es una oportunidad única, no todos los días aparece un hombre diciendo que se hará cargo de todos los problemas económicos, pero
Ni siquiera sé que sucedió en la última hora, porque incluso me ayudaron a bañarme tan rápido que mi piel se siente extraña por toda la exfoliación que me realizaron antes de vestirme como la novia que soy cuando apenas llevo unas pocas horas conociendo al hombre que será mi esposo.‘Este es el matrimonio más repentino del mundo y lo peor de todo es que no hay un solo trago en mi sistema para tolerar algo así.’ me quejo mentalmente, mientras camino hacia un altar donde Elvis Presley me espera con Maximiliano.A mi alrededor hay al menos doscientos hombres perfectamente vestidos y armados quienes hacen parte del público que será testigo de esta catastrófica unión. Pero, sigo adelante, sabiendo en la locura de la que seré parte.‘¿Acaso este es un efecto de estar muriendo? ¿Por eso decido tan apresuradamente cuando sé que estoy caminando voluntariamente a un infierno?’ me pregunto mentalmente, pero, la respuesta es clara.— Voy a morir pronto, lo mejor es pasar mis últimos meses preocup
Mi corazón se acelera porque el hombre con el que ni siquiera pude notar que me estaba casando, me ha dado una declaración muy preocupante mientras me sonríe como si disfrutara de mi preocupación.— Deja de decir ese tipo de cosas.— Son hechos y hay que darlos. Ahora, mi querida pajarita, ¿Qué piensas hacer ahora que nos hemos casado?— No he pensado en algo importante.— Básicamente estamos haciendo esto antes de partir de este maldito mundo, así que, podemos hacer lo que queramos.— Entonces, me iré a trabajar. — digo caminando hacia la salida, pero, Maximiliano me agarra del brazo y me carga en su hombro para llevarme en el sentido contrario del que intentaba usar.Ni siquiera me esfuerzo por pedirle una explicación, si no que, intento bajarme. Pero, él es demasiado fuerte.— ¡¿Qué rayos te sucede?! ¡Dijiste que podíamos hacer lo que queramos! — grito enojada y Maximiliano me hace subir al auto en contra de mi voluntad.— Estamos muriendo, pajarita. El mundo se está yendo al demon
Mi corazón se acelera y yo solo deseo correr, mientras mis oídos emiten un sonido que me deja sorda durante varios segundos, ya que, Maximiliano me dice cosas que no logro escuchar.‘¿Qué está sucediendo? ¿Acaso los chicos dejaron el gas abierto y por eso ha sucedido la explosión?’ me pregunto mentalmente intentando encontrar la causa en otra cosa.Pero, los disparos que parecen dirigirse y salir de nosotros, me dice que esto está relacionado al trabajo del hombre con el que me he casado creyendo que era una buena idea.Los chicos se alejan un poco y Maximiliano intenta hacerme levantar, pero, mis piernas no responden, estoy en un estado de aturdimiento donde ni siquiera soy capaz de pensar por mi propia cuenta.Por eso, él me levanta para cargarme mientras otros disparan corriendo con nosotros para ser el escudo que se mueve cada vez que Maximiliano lo hace. Es así como llegamos a un auto donde dos hombres se suben con nosotros para alejarnos del caos donde veo las hamburguesas en el
La chica me atiende y yo disfruto de mi primer día siendo esposa de alguien adinerado… de un jefe de la mafia para ser especifico, pero, no tengo suficiente tiempo de vida para analizar lo moral de esa decisión precipitada.La chica me deja en una silla que es del ancho de mi cama y me sirve pequeñas porciones de todas las comidas que se encuentran en el avión. Desde mi asiento puedo ver a Maximiliano y como el hombre fuma mientras mira hacia donde yo me encuentro.Unos hombres aparecen y él parece mostrarse feliz por su presencia al punto que se abrazan como si fueran grandes amigos, para mostrar al poco tiempo su anillo que lo anuncia como hombre casado.Al ver la felicidad, pienso en bajar y saludar para que conozcan con quien se ha casado, pero, la conversación que parecía magnifica, termina con Maximiliano sacando su arma a la velocidad de la luz para dispararle al hombre que retrocede seguramente tan sorprendido como yo.— ¡¿Qué está sucediendo?! — grito sorprendida.Maximiliano
No entiendo que es lo que estoy haciendo, porque yo fui quien le pidió que tuviera sexo conmigo y sí, estoy muriendo y ya nada importa más que disfrutar de mi vida, pero, ¿debía lanzarme así? Es como si saltara de un avión sin paracaídas.‘Tenemos público, al menos debí esperar que estuviéramos solos.’ Me digo mentalmente mientras continuo un beso que no sé cómo seguir.— Lamento si lastimo tus sentimientos, pero parece que no eres buena besando, querida.— No he tenido la experiencia, lo siento.— Sí, me han informado que solo te concentrabas en el trabajo y tu hermana. Así que, tranquila, yo voy a enseñarte. — dice Maximiliano cargándome para llevarme a una parte del avión que no he explorado.Cuando entramos, puedo ver una cama donde él me acuesta y con mirada lasciva acerca su mano a mi boca.— Succiona mi dedo hasta dejarlo completamente húmedo y después de eso, juega con tu lengua y mi dedo, mientras regulas tu respiración.— ¿Por qué haría algo así?— Porque debes hacerlo así,