CAPÍTULO 147: YA NO ES SORPRESAConduzco hacia la empresa con una sonrisa enorme en mis labios. A pesar de las dudas sobre tener al hijo de Débora en la casa, me siento bien, por primera vez en muchos años soy plenamente feliz.No dejo de preguntarme cuál habrá sido esa sorpresa que Ricardo quería darme anoche, se me pasan muchas ideas por la cabeza, pero no quiero hacerme demasiadas expectativas y acabar decepcionada, así que prefiero no pensar en ello.Entro al edificio después de dejar el carro en el estacionamiento y tomo el ascensor. Las puertas se abren en el piso de presidencia y enseguida veo a Lucía y a Rebecca cuchicheando en una esquina, cerca de mi oficina.Cuando me ven ambas sonríen con una especie de complicidad que me pone nerviosa. Avanzo hasta ellas, quienes me ven con una sonrisa de oreja a oreja.—Hola —saludan al mismo tiempo, como esperando que yo diga algo más.—Hooola —digo en un canturreo, un poco confundida y quizá, incómoda—. ¿Pasa algo? —pregunto.Ellas nie
CAPÍTULO 148: UN MALENTENDIDOLa reacción de Jake rompe el ambiente por completo. El aire se siente denso y cargado de una incomodidad que ninguno de nosotros parece saber cómo manejar. Ricardo se levanta del sofá y deja a John jugando solo.—Solo quise animarlo un poco, el niño se veía bastante deprimido —explica en un tono suave, casi como si temiera que algo en mi rostro reflejara un juicio que no ha recibido.Respiro hondo, forzando una sonrisa.—Está bien, no tienes que explicármelo. —Mi voz sale más cortante de lo que pretendía—. ¿Pudiste hablar con Valverde? Pasé por su oficina, pero no estaba.—No, ha salido de viaje. Regresa pasado mañana. No quise adelantarle nada por teléfono —dice, moviendo las manos en un gesto de calma.—Oh, pues sí, mejor esperar un par de días más —respondo, sintiendo mi propia sonrisa tensa, casi forzada, aferrada a mis labios.Por dentro, no puedo ignorar las sensaciones que me golpean. Ver a Ricardo tan cercano a John me revuelve. Sé que no es racio
CAPÍTULO ESPECIAL IBeccaCuelgo el teléfono, sintiendo cómo la incomodidad se enrosca en mi estómago como una serpiente. Maldit0 Torres, siempre con malas noticias. ¿Cómo puede ser que me haya librado de ese desgraciado de mi exmarido, y aun así no pueda tener a mi hijo por completo? No, claro que no, porque ese imbécil dejó a sus padres como los responsables legales de Josh. ¡Qué conveniente! Así no tiene que preocuparse por ser un maldit0 padre, pero yo sigo luchando como loca.—Mamá, ¿estás bien? —me pregunta mi niño, con esos ojitos que siempre me desarman.Respiro profundo y le sonrío, o al menos intento.—Sí, mi amor, todo está bien —le miento con la mejor sonrisa que puedo fingir.Josh me observa por un segundo, como si supiera que no estoy siendo del todo sincera, pero luego su carita se ilumina.—Entonces, ¿puedo irme a casa de Andrew como habías dicho? Lo prometiste.Siento que el suelo se tambalea debajo de mí. Esas palabras me perforan. Claro que lo prometí, pero… ¿qué pa
CAPÍTULO 149: NOCHE DE CHICASNormalmente, soy yo la que llega llorando a las salidas con mis amigas, pero ver a Becca con los ojos hinchados y las lágrimas desbordándose como una cascada me deja completamente descolocada. Ella siempre ha sido la fuerte, la que usa el humor para tapar su dolor. Ahora está devastada, y eso me parte el alma.—Becca, ¿qué pasó? ¿Quién te engañó? —pregunto, aunque no quiero creer que esté diciendo lo que temo.—Cristhian —responde de golpe, puedo sentir su rabia y decepción en la tonalidad de su voz.Sabía que las cosas entre ellos estaban tensas, pero con todo lo que me ha pasado últimamente, no he tenido tiempo de preguntarle cómo va todo. Ahora me siento como una terrible amiga.—¿Qué? Pero… eso no puede ser, si Cristhian es… —empiezo, pero Becca me interrumpe con un gesto brusco de la mano.—Es un hombre —escupe con resentimiento—. Un hombre como cualquier otro que solo sabe pensar con lo que le cuelga entre las piernas.Lucía no puede evitar soltar u
CAPÍTULO 150: SU SOPORTEA Lucía y a mí nos cuesta demasiado convencer a Becca de regresar a su casa. Ella quiere seguir a su hijo, pero ambas sabemos que es una pérdida de tiempo y que no conseguirá nada así.—Cálmate Becca, tienes que tranquilizarte. Solo quieren verte así —le digo mientras volvemos al taxi.Nos subimos en el asiento trasero y el hombre pone el auto en marcha hacia su departamento. Mientras ella llora y ambas la consolamos no puedo dejar de pensar que he actuado como una completa estúpida. Mis problemas no significan nada comparado con lo que está pasando mi amiga en este momento y debería ser agradecida por haber podido recuperar a mi hijo.De no haber sido por esos documentos que Edward consiguió, no sé cuál habría sido el destino de Jake.Cuando llegamos a su departamento Becca abre la puerta con los ánimos por el suelo. La puerta rebota contra la pared y se regresa, Lucía pone su mano para evitar que la golpee, pero a ella ni siquiera le importa.Enciende la luz
CAPÍTULO 151: RECONCILIACIÓNAl día siguiente, Becca se despierta mucho antes que nosotras. Cuando abro los ojos, la veo sentada en la mesa del comedor, con el teléfono en la mano y una mirada decidida que no le había visto en semanas. Está hablando con el abogado Torres.Lucía todavía está profundamente dormida en el sofá, pero me levanto en silencio para no despertarla y me acerco a Becca, escuchando parte de su conversación.—...Sí, abogado Torres. Vino la policía con una orden para llevárselo —dice Becca en un tono mucho más calmado que anoche, sin embargo, sus manos tiemblan—. Necesito que hagamos algo, no puedo dejar que se lo queden.Me siento frente a ella mientras continúa la llamada. Puedo ver que lo que ocurrió anoche ha dejado su huella, pero ahora parece más enfocada.—¿Una apelación? —pregunta, y asiente rápidamente—. Sí, por favor. Lo antes posible. ¿Cuánto puede tardar?Escucho la respuesta del abogado a través del silencio que sigue. Becca respira hondo y aprieta los
CAPÍTULO 152: INJUSTICIARicardo y yo regresamos tomados de la mano al rancho. No puedo ni siquiera empezar a describir lo bien que me siento cuando todo está en orden entre nosotros. Sonrío con disimulo mientras él conduce. Cada vez que se detiene en los semáforos me mira de reojo con una media sonrisa que me derrite.Ahora no puedo dejar de pensar en qué momento va a pedirme matrimonio. Anoche tal vez arruiné una oportunidad y saber que lo hará en algún momento eleva mi expectativa y mi ansiedad. Si no fuese porque Becca está mal, la mataría por haberme revelado la sorpresa antes de tiempo.—¿Por qué me miras así? —pregunta cuando estaciona el auto frente al rancho.—Por nada en especial —le digo encogiéndome de hombros. Me saco el cinturón acercándome a él y le doy un suave beso en la mejilla—. Solo porque estoy muy enamorada de ti —admito a la vez que mis mejillas se calientan por la vergüenza.Ricardo me atrae pasando una mano por mi cuello y vuelve a besarme con intensidad. Sus
CAPÍTULO 153: SOLO BASTA UNA FRASERicardo y yo vamos en el auto en silencio. Hay una extraña sensación de tensión en el aire, como si ambos quisiéramos decir algo que al final nunca sale.Suspiro y miro por el espejo retrovisor al niño de diez años que está sentado ahí, mirando con curiosidad por la ventana. Ahora me doy cuenta de que me comporté como una estúpida inmadura, fui demasiado egoísta al enojarme con él por buscar un poquito de atención y afecto en Ricardo, que, aunque no es su padre, creo que es la primera vez que encuentra una figura masculina en su vida.Ricardo me toma la mano con suavidad y me mira a los ojos.—¿Estás bien?—Sí, solo estoy nerviosa por lo que dirá Valverde.—Ya lo puse al tanto, así que no será del todo una sorpresa para él.—Aun así… tengo que decirte algo importante.Él me mira con una ceja enarcada, preocupado por esas palabras. Sé lo que pueden significar, pero yo solo quiero decirle sobre las marcas que vi en el cuerpo de John. Sin embargo, no qu