Narrador.
Y el día de la boda llegó, durante la ceremonia que se realizó en el Salón de ceremonias principal del prestigioso Hotel Sultán de la Cadena de hoteles de Powell Holding, se habían convocado más de dos mil invitados, entre empresarios, políticos, familiares y amigos de los novios.
Los novios se veían serios y muy atractivos, esperando en el altar a la llegada de las novias, cada uno iba vestido atendiendo a sus gustos, Michael, iba más moderno con un chaquet negro con botones dorados, estilo esmoquin de la casa Valentino, mientras Kevin J. con un esmoquin gris y negro, de la marca Ralph Lauren, Por último, el más serio y tradicional era Keanu un traje Dolce y Gabbana negro con una camiseta de cuello blanco. Toda mujer que los miraba parcia ver un desfile de Top-model masculinos, y muchas de las féminas estaban babeando, mirando a esos tres especímenes de hombres.
Cuando la música empezó a sonar aparecieron varias damas de honor acompañadas por varios padrinos, entre ellos estaban Jason Graham y su esposa Emily Graham, considerados, la pareja más atractiva de todo el sequito que acompañaban a las novias, y uno a uno se iban colocando en su lugar.
Al fondo tres mujeres caminaban a un mismo paso una detrás de otras junto a sus acompañantes, vestidas de novia, robándose toda la atención del público. Nadie sabía definir cuál de ellas eran las más bella.
Miriam iba con un vestido de corte moderno blanco y con el corpiño con un rosa pastel, el corpiño ese asemejaba a un corsé que se ataba por delante hasta la cintura con una asilla de gasa, se estrechaban tanto a su cuerpo que sus senos se elevaban llamado así la atención, el cuerpo estaba formado por gasa seda y perlas, y bordados de hileras plumas de cisne que daban la sensación de que en cualquier momento esa falda se iba a echar a volar. Su padre era quien la entregaba, vestidos de esmoquin y muy serio y solemne, todo el mundo destacó, la mirada afilada que el rígido y callado señor Lugo le dirigió al novio antes de entregar a su hija era claramente una amenaza de muerte, en forma de advertencia. Lógicamente, Kevin J. le prometió que eso nunca ocurriría, no solo porque amaba a su hija, sino porque Miriam ya pagaría, y había pagos que él aún nos estaba dispuesto a hacer.
Elena había elegido un traje más años cincuenta atada a la cintura por un lateral como si fuera una toga, que dejaba un hombro al descubierto era de seda y había una abertura que le llegaba casi a media pierna, caía recto, hasta que se abría en vuelo desde la cintura. También fue entregada por su padre, que iba muy atractivo, según comentaron algunas señoras que lo observaban avariciosas. El señor Corzo, bromeó con su yerno, con el problema que le caía encima, pero que no iba a dudar en asesinarlo si su hija sufría un solo día de su vida a su lado. Por su parte el novio, Michael Powell, prometió proteger y adorar a su hija, y morir a su lado.
Finalmente, Arianna era la más clásica, su vestido era corpiño de pedrería hasta la cintura donde se abría en una gran falda, el corpiño no tenía hombros, y una especia de rebeca bordada le cubría los hombros para la ceremonia. La novia fue acompañada de sus dos hermanos, que parecían dos auténticos divos salidos de un pase de modelos, de alta costura, que, al entregarla, casi hacen le firmar un documento de responsabilidad civil al novio, claramente le avisaron que mejor sería que se aniquilaran ellos mismo, antes que su hermana sufriera o llorara de cualquier forma, por cualquier daño que él le provocara, a su adorada hermana. Arianna tuvo que contener la risa nerviosa, ante la actitud de capo de la mafia que exhibía tanto Marcos, como Guille Cortes, aunque algunos invitados, no pudieron, y se oyeron en el silencio de la iglesia, algunas risas amortiguadas. Keanu Powell, serio y empresario de éxito, prometió que no hacía falta que ellos lo amenoraran, ya él mismo, mataría a quien dañara a su adorada Sirena, incluido él mismo.
Lo que más quedó gravado en la retina de todos asistían a la boda, la cara de los novios la ver llegar a sus futuras esposas caminando por el pasillo de la iglesia dirigiéndose al altar, eran todo un poema. Mientras que ellas, en varias ocasiones, quisieron salir corriendo para abrazarlos, para acabar con esto ya de una vez, y disfrutar de la tan deseada noche de bodas.
Los votos se hicieron rápidamente, por órdenes del abuelo Kevin S. Powell, tenía miedo de que alguno de sus nietos se arrepentirá antes de la boda, así que en media hora ya se estaba poniendo los anillos, y tras declararlos maridos y mujer, cuando de los herederos Powell cogieron a sus mujeres entre los brazos para besarlas con pasión. Fue así como las Miriam, Elena y Arianna se convirtieron en mujeres casadas, las señoras Powell, en las conocidas y admiradas herederas Powell. Lo que más destacaban los invitados que vieron la ceremonia, fue la cara de amor y emoción que se veían tanto en la cara de los familiares, como la de los novios, demostrando que estas bodas, verdaderamente, eran por amor.
Tras las bodas, las parejas se dirigieron a descansar a una habitación que se les había habilitado en el hotel, mientras los invitados y familiares se reunían en la lujosa sala, donde pronto se celebraría el banquete.
- “¿Esto va a tardar mucho?”- se quejó Michael, mientras abrazaba a su esposa, si querer soltarla.
- “Un minuto, ya es demasiado”- se quejó la descarada Mirian, acariciando los botones de la camisa de su marido, que la miraba embelesado.
Arianna, aprovechó esta conversación para llevar a un lado a Keanu, que no apartaba la mirada de ella, mientras sus ojos la devoraban con la mirada.
- “Podrías dejar de mirarme así, estas siendo muy descarado señor Powell, todos los invitados se van a dar cuenta lo que quieres hacerme, y no es precisamente disfrutar de nuestro banquete de boda.”- le dijo sonriendo coqueta, Arianna.
- “Perfecto, así, entenderán que nos vayamos pronto de este estúpido ritual que sólo retrasan lo que verdaderamente quiero hacer en este momento.”- le dijo abrazando a su esposa.
- “No tan rápido señor Powell, recuerda que tenemos un trato, antes de cruzar el barco que zarpa esta noche, y que ambos deseamos, tenemos que negociar ciertos términos, donde yo tengo que recibir una compensación. No eluda sus responsabilidades, CEO.”-le dijo acercándose los más posible a lo que pensaba ella, que era el hombre más deseable, y tentador que existía.
- “Quien ha dicho que pretendo eludir mis responsabilidades, está usted en mi terreno señora Powell, nunca rehuyó a una negociación.”- le dijo acorralándola contra la pared para proceder a besarla con pasión.
No había llegado a contactar sus labios, cuando Elizabet Powell, William Powell, los padres de Keanu y Michael, acompañada de Brenda Powell, la seria y exigente madre de Kevin J, aparecieron en la habitación, exigiendo que ya podían hacer la gran entrada, debido a que los invitados esperaban impacientes para celebrar el banquete.
Mientras las novias sonreían, divertidas, ante los gestos de hastío de los novios, las tres parejas acompañadas por los padrinos Jason y Emily Graham, procedieron a ir la celebración, que para los novios era más una fastidió, que una felicidad, ya que las tres parejas, estaban ya más en la noche de bodas, que en los engorroso tramite que con llevaba una boda, sobre todo una organizada por Elizabet Powell.
Pero todo lo que vendrá después, pondrá a prueba a los seis, así como el amor que se profesan.
¿Podrán la heredera Powell, y sus nuevos maridos, adaptarse a sus nuevas vidas? Conozcamos la historia del matrimonio de la última de las parejas, entre el pretendiente a CEO, Keanu Powell, y la mosquetera, más decidida, constante, y también emotiva, Arianna Cortes Basterra. ¿Podrán salvar todos los baches que este matrimonio les presentará?
Keanu. -“ Maldita sea madre ¿Cuánto demonios pretendes que duré este banquete?, te abierto que me estoy hartando”- le dije, mientras soportaba otra de las incontables felicitaciones, que los invitados , la mayoría invitados por mi madre , me hacían, mientras ella, sonriente, también los saludaba. -“No te entiendo, se suponía que este es tu terreno, la relaciones públicas, las posibles conexiones comerciales, debería estar contento de que tu boda sirva para mejorar relaciones con futuros socios o empresas que colaboren económica y comercialmente con Powell Holding.”- tuve que controlarme para no mirar a mi madre con esa mirada que tenemos todos lo hombres Powell, cuando nos da todo igual, y sólo queremos hacer lo que nuestro instinto nos indica en ese momento. Desde había más de dos horas, tras la gran cena, llevaba aguantándome las ganas de sacar a la preciosa Sirena, de esta condenada fiesta, a la que la gran señora Powell, nos había abocado, tanto Kevin, Michael, como yo, estábam
Arianna. - “Ese ya no es tu trabajo, lo sabes, tu trabajo es estudiar y prepararte, sé que quieres ser empresario, y así ayudar a tu hermana con su herencia, pero sabes que, como futuro empresarios, debes ser el mejor, la familia no espera menos de ti, ya sabes a prepárate y estudiar mucho. ¡Ah! y si te salen bien los exámenes, comenzaremos con las clases para que te saques el carnet de conducir, como me pediste. Y quién sabe, si eres cuidadoso, maduro y atento, incluso cuando te lo saques, hasta puedes elegir tu primer coche.”- esa parte de la conversación que Keanu mantuvo con mi hermano, en esencial la última parte, seguía rebotándome en la cabeza durante todo el trayecto al aeropuerto. En un principio le iba a recriminar que le hubiera dicho a un niño, como mi hermano, el cómprale un coche si se sacaba el carnet, ¡si aún le quedaban dos años!, mejor dicho, una año y medio, para cumplir la mayoría de edad, ¿por qué le había hecho esa promesa? Conociendo a Marcos, se la iba a to
Arianna. - “Comprendo que me quieras darme una sorpresa Keanu, pero entre una cosa y otra, llevamos viajando más de tres horas, y aun no me has dicho a donde vamos, hemos pasado de Madrid a Valencia, y ahora llevamos media hora en limusina hasta el puerto. ¿Me vas a decir de una vez dónde vamos?, a esto sigue así se hace de día, y me voy a pasar mi noche de bodas viajando, encima con un acompañante serio, que no suelta prenda, y que, desde luego, que no cumple con su deber…”- me tuve que controlar, al decir las últimas palabras. - “Vaya llevo demasiado tiempo con Miriam y se me están pegando algunas de sus manías, ¿Cómo puedo ser tan descarada, y exigirle a mi marido, que acabe ya con su viajecito y que me lleve a la cama de una vez?, ¿quién eres tú? y, sobre todo, ¿Dónde está la Arianna locuaz y razonable?, ¡Dios mío! Casarme con un Powell, y exactamente este Powell, me ha vuelto loca.”- pensé, mientras agachaba la cabeza, ni loca volvía levantarla para toparme con esa mirada de bu
Arianna. Pronto sus caricias se hicieron más atrevidas, mientras yo no dejaba de gemir, repitiendo mil veces el nombre del hombre que amo, que estaba domando y controlando mi cuerpo, como un perfecto domador de fieras. Sus manos y sus labios en mi abdomen en el interior de mis muslos, arrancado la pequeña tela que cubría mi entrepierna, para después con delicadeza acariciar el centro de mi placer, estaba en todas partes, y se me hizo hasta natural, en ningún momento me sentí incomoda, o temerosa, más bien esa parte de mi cuerpo hace un rato que exigían la atención de quien ellos consideraban su amo y señor. Y fue aquí donde comenzó mi tortura, una deliciosa y extenuante tortura, con esas manos y esa boca que se esforzaron en que yo me volviera loca, y que el deseo de que ese hombre me poseyera se volviera una maldita necesidad para vivir, respirar, o cualquiera de las cosas que una mujer nublada por el placer y la excitación deseara hacer en ese momento. - “Decididamente esto no
Arianna. -“¡No señora Powell!, dejé dormir a su marido, eres una maldita mujer insaciable.”- me reprendí mentalmente por quinta vez. Me obligué a salir de la cama para no terminar despertando a mi agotado guerrero, después de casi acabar con él, esta bendita noche, ya que para mi recuerdo, se me hacía casi increíbles que ese hombre pudiera haberle hecho a mi cuerpo lo que le hizo, y yo aun estuviera consciente y no muerta de placer, e incluso que aún pudiera caminar. Ni me había movido un poco cuando los músculos que ni sabía que tenía se quejaron en mi interior. Por ,lo visto lo de caminar lo tenía más bien complicado, o al menos caminar con algo de dignidad. -“ A esto debía referirse, Keanu, cuando tras el tercer asalto que hice de su cuerpo mi esposo, me advirtió que me llevaría a la ducha caliente, para intentar relajar mis músculos, o seguramente hoy no podría moverme del dolor.”- me dije haciendo un ultimo esfuerzo para ponerme de pie, consiguiéndolo a duras penas. -“Lasti
Arianna - “¿Seguro que estas decidida Elena?, tú tienes la empresa, no está bien que la abandones durante un tiempo para seguirnos en esta nueva decisión que hemos tomado, has luchado mucho por tu negocio para seguirnos en esto que hemos decidido Miriam y yo. Podemos ir a hablar con el abuelo nosotras solas.”- le pregunté a Aramis, cuando nos dirigíamos al despacho del abuelo Powell, el CEO general de Powell Holding. En la luna de miel, el problema se manifestó en como cambiaria nuestras vidas cuando ya estamos casada, y quedó claro que no queríamos ser la esposa casadas con empresarios, objetos decorativos, que no trabajaban. Todas queríamos ser como Elizabeth Powell, no como Brenda Powell, sobre todo Miriam, que quería ser todo lo opuesto que su agobiante suegra. Es por eso que, tras meditarlo, y para sorprender nuestros maridos, decidimos que queríamos conocer el grupo del cual éramos herederas. La idea la di yo, ya que nunca había pensado heredar nada, pero ya que estaba oblig
Arianna. - “No sé porque tenemos que ir hoy otra vez a casa del abuelo, hace poco que vinieron de la luna de miel, y quería que cenaremos todos junto hoy en la casa.”- se quejó Guille, mientras yo le preparaba la mochila para que fueran a dormir a casa del abuelo Powell. - “Pareces bobo enano, es porque esta noche estos dos tendrán una fiesta con juegos de adult….”- interrumpí al descarado de Marcos, ese niñato me estaba volviendo loca con su puta adolescencia de mierda. - “Marcos Cortes, hay conversaciones que ni tú, ni Guille, deben tener, y sobre todo de los que hacemos o dejamos de hacer Keanu y yo. Y termina de prepararte, que ya vienen William a recogeros. - “él sólo me miro sonriendo con una sonrisa que me recordaba mucho a la que ponía el descarado de mi marido, cuando se salía con la suya. - “Decididamente Marcos imita a Keanu en todo, pobre de la chica que se enamore de él.”- ese pensamiento, me hizo darme cuenta de que mi marido tenía razón mis hermanos estaban crecien
Arianna. -” ¿Como les fue?”- pregunto Elena se notaba por su voz que a ella no le había ido nada bien. -” De puta pena, salió la aniquiladora de hombres, y la fastidié”- dijo Miriam es su expresiva línea -” No te culpes, él sabe la lengua que te gastas, ¿Para qué te pica? En mi caso, Keanu salió hecho una furia, cuando le dije que yo no era uno de sus subalternos, cuando me ordeno con sus dotes de mando que mi deber era quedarme en casa cuidando de mis hermanos y de nuestros hijos cuando los tuviéramos, le dije que yo iba a hacer lo que creía correcto, y me dijo que me aplicara el cuento...”- le dije aun enfada conmigo misma y con el hombre que había salido por la puerta sin apenas hablarme. -” No digas más, el jefe de mi marido se llevó un rapapolvo como si fuera, uno de tus hermanos, déjame adivinar.... a que le dijiste, algo así, “Soy tu mujer, no tu esclava, y yo decido” .... ¿Estoy equivocada?”- dijo Emy muerta de risa, no era del todo la verdad pero se acercaba mucho a ella,