Las velas iluminaban la noche, creando una atmósfera cálida. Kara estaba recostada en el amplio pecho de Darius mientras él acariciaba su cabello. Ambos estaban en silencio mientras disfrutaban del momento.—Te amo, Kara —susurró Darius, rompiendo el silencio.—Yo también te amo —dijo ella y se alejó de él para poder girarse y sentarse sobre su regazo para envolverlo con sus piernas.Él no podía resistirse a sus labios llenos y se inclinó para besarlos. Ella le devolvió el beso que estaba lleno de la pasión que sentía el uno por el otro.—Te ves hermosa con los labios hinchados por mis besos —volvió a susurrar el alfa con ternura.Kara le creía, él la hacía sentirse amada sin sentirse insegura por su físico. El vínculo que los unía era tan fuerte que parecía que sus corazones latían al mismo tiempo. Nadie más que él, lograba hacerla sentir segura.—¿Cuándo me viste por primera vez imaginaste que estaríamos así?—No —respondió él con sinceridad—. Sabía que eras mi mate. La única oportun
Darius esperaba la llegada de Cillian Darkmoon en una de las ubicaciones secretas del clan dentro de la jungla. Las nubes oscuras que presagiaban una inminente tormenta contrastaban con la secreta reunión. El ambiente estaba tenso dentro de la habitación, por primera vez desde que había forjado una amistad con Cillian, el beta principal de la manada Luna oscura, se reunían a escondidas. Darius permanecía sentado, sin embargo, en su interior estaba inquieto, no le gustaba ni un poco tanto secretismo.—¿Crees que te pida ayuda para derrocar a su padre y tomar el mando de la manada? —conjeturó Leif, que se encontraba sentado al final de la mesa del consejo.—No creo. Cillian puede solo con Cormac. Si quisiera tomar el poder, la manada lo apoyaría —respondió Darius.Para nadie era un secreto que Cillian Darkmoon era el alfa que el clan Luna oscura necesitaba, pero para lograrlo, tendría que enfrentarse a su propio padre. Entre padre e hijo había una relación de amor y odio desde que Cilli
Cuatro días despuésEl sol se había ocultado dejando una nube oscura que ocultaba la luna. Los ánimos de los presentes contrastaban con la noche sin luz que presagiaba una inminente tormenta. La manada Hijos de la luna se estaban preparando para una guerra, no tenían seguridad de que el clan Luna roja, liderados por alfa Rohan, no hubiesen encontrado aliados dispuestos a tomar parte del asedio al que querían enfrentarlos, luego de que Cillian Darkmoon tomara el mando de su manada dos días antes. Darius levantó la mirada de las armas que estaba tomando y supervisó con la vista que sus guerreros estuvieran tomando las mismas precauciones.El eco de los gritos que se escuchaban en la plaza amortiguaban el ruido que hacían las armas al ser levantadas. Para no levantar sospecha de que estaban al tanto del día que iba a realizar el ataque, los miembros de la manada que no iban a participar de forma activa en la batalla fingían estar celebrando, mientras el resto estaban casi listos para re
Aunque la noche ya no estaba tan oscura, para Kara seguía viéndose lúgubre. Estaba rodeada de su suegra, Leif y el resto de miembros de la manada, pero su mente estaba en Darius. Estaba consciente que permanecer en el pueblo era lo más sensato, sin embargo, deseaba estar a su lado mientras luchaba. La incertidumbre de lo que estaba ocurriendo no la dejaba esperar tranquila, el miedo le atenazaba la garganta y le apretaba el pecho. Cuando comenzó la batalla y se escucharon aullidos en la distancia, el corazón de Kara comenzó a latir con fuerza.Kara sintió la imperiosa necesidad de correr hacia el lugar, el peso de su embarazo la detuvo. Darius tenía razón, no podía poner a su cachorro en peligro. Cerró los ojos para sacar a flote la mujer fuerte que había decidido ser, su pequeño tenía que llegar a este mundo sin más complicaciones. Pero cuando abrió los ojos, varios lobos aparecieron de entre los árboles. Frente a ellos lideraba un lobo de pelaje gris oscuro. Kara contuvo la respira
«¿Este embarazo es la confirmación de que soy la elegida, Diosa?». preguntó Kara mentalmente a la diosa luna, mientras se frotaba el vientre en una leve caricia delante del espejo. «¿Estás bendiciendo con un hijo el amor que Rohan y yo sentimos el uno por el otro?» Una sonrisa de felicidad dividió los labios de Kara. En ese instante se sentía la mujer más feliz del mundo. Nada podría oscurecer su alegría. Todo gracias a la Diosa que le había revelado su embarazo en un momento en que se sentía abrumada por el gran día. En unas pocas horas sería coronada como la Luna de la manada y estaba segura de que muchos miembros estarían en contra. Ella misma había tenido dudas, se preguntaba una y otra vez que tenía de especial para tener el favor de la Diosa Luna. Le había dado por compañero a un alfa y no a cualquiera, era la mate del alfa Rohan de la manada Luna Roja. Había crecido entre burlas por su aspecto, no era la loba más hermosa de la manada, ni siquiera estaba entre las más bonitas,
Kara esperaba que Rohan comenzara a reír y le dijera que era una broma. Que lo que estaba sucediendo era parte de la ceremonia. Era solo una prueba de la manada para comprobar cualquier elemento que necesitaran y que ella no lograba entender. Sin embargo, el alfa permanecía en silencio. La miraba sin emociones reflejadas en el rostro. En sus ojos no lograba ver al compañero que visitaba su cama cada noche.Decepcionada, Kara estaba a punto de marcharse, pero un carraspeo llamó su atención. La mujer que permanecía al lado del alfa la miró con una sonrisa irónica antes de comenzar a hablar.—He estado ausente por un tiempo, por algo que no es de tu incumbencia. Es comprensible que mi amor tenga las necesidades de un hombre. Pero no esperaba… —La mujer hizo una pausa, miró a Kara de arriba abajo con un claro desdén. Luego continuó con un tono cargado de sarcasmo—: Su gusto ha disminuido muy rápidamente. Debe haberme extrañado tanto que ya no elige la comida. Pero eso es bueno, también me
El dolor que estaba recibiendo el cuerpo de Kara era tan fuerte que no pudo conservar su forma humana. Su lobo emergió mientras ella estaba inconsciente, queriendo curarla y ayudarla a eliminar el abrumador sufrimiento que estaba sintiendo. Pero no era suficiente, a pesar de recuperar la conciencia, Kara no podía cambiar, estaba atrapada en su forma de lobo impidiéndole comunicarse. La desesperación la embargó al sentirse atrapada, mientras su loba exigía la conexión que la unía a su pareja. Su inquietud aumentó cuando escuchó que alguien le preguntaba al alfa que harían con ella. Se preguntó si la llevarían a la cabaña de la sanadora en ese momento o la llevarían a su cabaña para que se curara sola. Un grito ahogado se quedó atrapado detrás de sus labios cuando escuchó la respuesta de Rohan.—Tírala en la selva, lo que suceda con ella depende de su destino —dijo Rohan, sin compasión.«¡No, por favor, no! No daré problemas. Me iré lejos y dejaré que seas feliz con la mujer que elegist
Kara abrió los ojos, sintiéndose aturdida y pestañeó varias veces cuando la luz le molestó. ¿Había perdido la consciencia otra vez? ¿Cuánto tiempo llevaba dormida? Preguntas sin respuestas llegaban a su mente, aunque sabía que ninguna sería contestada. De lo único que estaba segura era que debía mantenerse tranquila, para recuperar todos sus sentidos y movilidad. Respiró profundo y cuando su vista se adaptó a la luz del sitio en el que se encontraba, miró hasta donde le fue posible desde su posición, pero no reconoció el lugar. Si bien su vista todavía se encontraba borrosa, estaba segura de que nunca había puesto un pie o una pata de su loba en esa habitación.Kara intentó incorporarse para explorar y encontrar respuesta a su pregunta de por qué el lobo la llevó allí y no la mató en la jungla. Al levantarse se dio cuenta de que estaba acostada en una cama de suave colchón y había regresado a su forma humana. Sonrió al descubrir que había recuperado su capacidad de transformación, era