Despierto con la deliciosa sensación de los brazos de Frank rodeándome y sus besos suaves en mi cuello, seguido de una mano traviesa que se desliza sobre mi abdomen y se cuela en mis bragas.
— Buenos días — murmuro sonriendo y sintiendo el calor de su cuerpo y su erección contra mi trasero.
— Son las cuatro...tenemos dos horas antes de que despierten — me asegura antes de tomarme por la cintura y sentarme sobre él, su erección caliente contra mis muslos.
— Entonces que valga la pena — murmuro inclinándome y besando su cuello, dándole un pequeño mordisco en la clavícula antes de seguir todo el camino hasta abajo, amando la forma en que su respiración se acelera cuando llego a sus boxers, doy un par de besos por encima de la tela antes de liberarlo.
— Nath — suspira cuando deslizo mi lengua por su longitud, sin meterlo en mi
Estoy terminando de revisar los documentos de la fusión de las empresas cuando escucho un estrépito en la sala, seguido del grito de dolor de uno de mis pequeños.Me pongo de pie tan rápido como puedo en dirección al ruido.— ¡Mamá! — un grito de dolor y en cuanto llego a la sala mi corazón se detiene, Orange está en el suelo, cerca de las escaleras, llorando del dolor mientras su pierna está en una posición extraña, mi corazón se acelera — mamá mi pierna.— Matthew! — llamo limpiando las lágrimas de mi hijo e intentando tranquilizarlo, mi madre estaba en casa de Henry, y Kyle en la ciudad, solo estábamos Orange, Zhevy, Mör, Max, Matt y yo— ¡Matthew ven aquí!— ¡Joder! Ya voy — gruñe Matt desde el pasillo — es que no...¡mierda!— Cariño,
— No quiero — murmura Frank estirando su mano y tirando de mi hasta tenerme atrapada en la cama bajo su brazo y contra su pecho — quédate en la cama.— Amor, es un desayuno con los ejecutivos de España — le recuerdo, pero él gruñe y me alborota el cabello — ¡Frank! Lo acabo de lavar.— No me importa, es muy temprano — murmura atrapando ahora mis piernas con las suyas y poniéndose sobre mí.— Frank, maldita sea, suéltame &mdash
Al llegar a casa, Orange está dormido, pero sus hermanos lo están esperandoatentos, y junto a ellos, mi madre luciendo preocupada.— Cariño, despierta — digo sacudiéndolo ligeramente — vamos,voy a preparar tu habitación y hacerte algo de comer ¿Quieres algo en especial?— ¿Puedes hacer alitas? — pregunta haciendo una mueca mientras lo ayudo a salir del coche, las muletas parecían molestas ahora, pero el mocoso encontraría como divertirse. Ponta Delgada - PortugalDespierto con el sonido de las gaviotas, el sabor a sal en mis labios y la sensación de mi brazo faltante empieza a ser una molestia.— André — me llama Videl, abriendo la puerta de mi habitación — Es tarde, tenemos un pedido grande ¡arriba hombre!— Ya voy — me quejo rondando en la cama y poniéndome de pie, mis piernas ya no dolían, pero trabajar con un solo brazo le daba serios problemas a mi espalda — ¿Hay desayuno? —Antes
- ¿Vas a salir? - pregunta Matt mirándome con los ojos entornados, yo aprieto los labios, intentando buscar la manera de evitar la confrontación.- Sí, iré a cenar con alguien esta noche - respondo lentamente, mirándolo desafiante, su sonrisa cínica no augura nada bueno, así que me pongo de pie, intentando ignorar su mirada.- ¿Desde cuándo "sales a cenar"? - pregunta apretando los puños.- Matt...no quiero hacer esto - me quejo - voy a salir y no tienes nad
Ponta Delgada - PortugalVidel miró a la mujer con curiosidad, no demasiado confiado, parecía turista, una pelirroja de cabello rizado y pecas que parecía al borde de un colapso nervioso, su amigo Tito había encontrado a un hombre hace unos días, pero el hombre había muerto unas horas antes.- No es él - susurró la pelirroja mirando a una chica delgada y rubia junto a ella - No es tu papá.Ambas empezaron a llorar desconsoladamente, y Videl empezó a cuestionarse si
Una vez dentro del coche de un muy confundido Chris, puedo respirar otra vez.— Bueno, hola — dice él mirándome con curiosidad, le sonrió a modo de disculpas, Chris es un hombre guapo y divertido, me alegraba por la mujer que se casara con él, se veía guapo vestido elegante, con sus ojos castaños mirándome divertidos — ¿problemas con los niños?— Creo que me voy a volver loca — admito recostándome en la silla de cuero.— Entonces
Ponta Delgada - Portugal— Tenemos que hablar — dijo Videl dejándose caer junto a André, su amigo estaba triste, más de lo normal, con el reciente nacimiento de su pequeño hijo, Videl notó como su amigo regresaba a ser huraño y taciturno al igual que los primeros díasluego de despertar.— Dime — fue la respuesta, André estaba sentado mirando al mar, con el puño apretado y los hombros tensos.— André....yo...hay algo que no te he dicho — admitió, su amigo lo miró con sorpresa — y...es, bueno, complicado.— ¿Es sobre mí? — la esperanza en los ojos de André lo derrotaron.— Al principio no lo sabía, de verdad que no, pero...— Videl, dímelo — rogó — Por favor, llevo dos años en esta isla, no tengo ni siquiera una pista sobre quien