- ¿Vas a salir? - pregunta Matt mirándome con los ojos entornados, yo aprieto los labios, intentando buscar la manera de evitar la confrontación.
- Sí, iré a cenar con alguien esta noche - respondo lentamente, mirándolo desafiante, su sonrisa cínica no augura nada bueno, así que me pongo de pie, intentando ignorar su mirada.
- ¿Desde cuándo "sales a cenar"? - pregunta apretando los puños.
- Matt...no quiero hacer esto - me quejo - voy a salir y no tienes nad
Ponta Delgada - PortugalVidel miró a la mujer con curiosidad, no demasiado confiado, parecía turista, una pelirroja de cabello rizado y pecas que parecía al borde de un colapso nervioso, su amigo Tito había encontrado a un hombre hace unos días, pero el hombre había muerto unas horas antes.- No es él - susurró la pelirroja mirando a una chica delgada y rubia junto a ella - No es tu papá.Ambas empezaron a llorar desconsoladamente, y Videl empezó a cuestionarse si
Una vez dentro del coche de un muy confundido Chris, puedo respirar otra vez.— Bueno, hola — dice él mirándome con curiosidad, le sonrió a modo de disculpas, Chris es un hombre guapo y divertido, me alegraba por la mujer que se casara con él, se veía guapo vestido elegante, con sus ojos castaños mirándome divertidos — ¿problemas con los niños?— Creo que me voy a volver loca — admito recostándome en la silla de cuero.— Entonces
Ponta Delgada - Portugal— Tenemos que hablar — dijo Videl dejándose caer junto a André, su amigo estaba triste, más de lo normal, con el reciente nacimiento de su pequeño hijo, Videl notó como su amigo regresaba a ser huraño y taciturno al igual que los primeros díasluego de despertar.— Dime — fue la respuesta, André estaba sentado mirando al mar, con el puño apretado y los hombros tensos.— André....yo...hay algo que no te he dicho — admitió, su amigo lo miró con sorpresa — y...es, bueno, complicado.— ¿Es sobre mí? — la esperanza en los ojos de André lo derrotaron.— Al principio no lo sabía, de verdad que no, pero...— Videl, dímelo — rogó — Por favor, llevo dos años en esta isla, no tengo ni siquiera una pista sobre quien
Llegar a casa a las seis de la mañana me recuerda a la época en la que salía de fiesta con los chicos en L.A, Chris y yo habíamos recorrido los mejores bares de la ciudad yhabía sido malditamente divertido.- Te acostaste con él - me detengo de golpe en cuanto entro en la sala, Matt está en uno de los sillones, pero se pone de pie y me mira furioso - Eres una jodida puta ¿Cómo mierda pudiste? – grita.- Matt, ahora no - digo, sintiendo mi cabeza a punto de reventar.- ¿Ahora no? - pregunta ofendido - ¿Cómo mierda dices eso? Te follaste al maldito medico de mierda.- Mathew Hoffman, cierra el jodido pico - digo dando un paso al frente, si bien me arrepentía ligeramente de la bofetada del día anterior, este niño necesitaba disciplina.- No te las des de interesante conmigo - se queja - no eres más que una...L
Esa misma tarde llevo a Orange al hospital para que le quiten el yeso, aunque mi niño no luce demasiado contento al respecto.— Ya pasaron tres semanas Orange, hay que sacarlo — digo llegando al estacionamiento.— Sólo quieres ver a Chris — murmura de mal humor.— Te compro dos patinetas nuevas si dejas de quejarte — propongo mientras entramos, él gruñe.
— Bueno, el hueso sanó bastante bien — digo mirando las radiografías de Orange, el niño tenía doce años, pero era grande y definitivamente tenía cuerpo de deportista, su cabello naranja caía en leves ondas sobre su frente y cuello, era todo un rebelde al parecer, tiene ojos verdes igual que ella, con ese fuego propio de los Hoffman, tiene casi tantas pecas como su madre, pero allí se detenía el parecido.El chico tenía los rasgos de su padre, era obvio que era hermano de Viktor, de no ser por el cabello, el mocoso bien podría pasar por su propio hijo
El vuelo es tranquilo (la media hora que estuve consciente). Pero al llegar a tierra sin problemas me siento más tranquila, al revisar mi teléfono encontré varias llamadas perdidas de Chris, así que lo llamé de regreso.— ¿Quintillizos? — preguntó en cuanto respondí, lo que me hizo reír — Hablé con los cinco y ni siquiera lo noté ¿cómo lo logras? — pregunta.— Sus ojos — explico riendo, así que sí pensaba que eran solo dos, incluyendo a Anya— Orange los tiene verdes, Oran'zhevy azul oscuro, Mör los tiene claros, Mörk usa lentes y si no, son avellana, y Carrot los tiene grises.— Pudiste decírmelo antes — murmura — me acaban de dar un infarto, incluso hablan al mismo tiempo.— Sí, ellos hacen eso ¿tenían la misma ropa? — pregunto divertida.
El turno nocturno de los lunes era bastante tranquilo, como especialista, no tenía nada que hacer en urgencias, pero mantener la mente ocupada era una necesidad desde el accidente; Por desgracia, en momentos como este: sólo un par de pacientes con dolores y dos embarazadas esperando las contracciones. Todo estaba tan tranquilo que mi mente inevitablemente giraba en torno a mi pequeña.Era algo que intentaba evitar, demasiado doloroso como para recordar, demasiado aterrador para enfrentarlo. La fotografía en mi cartera me llama, sintiéndose como una piedra caliente en mis pantalones, suspirando, tomo asiento en la semi-vacía sala de espera y con manos temblorosas saco la fotografía.
Último capítulo