La noche estaba en su apogeo unido a la vez con una lluvia incesante, tanto que las calles estaban casi inundadas de agua por varias partes; mientras una mujer pasaba por el área de la acera con dolores de parto, buscando llegar al hospital más cercano de su estado, sus gemidos de dolor eran incesantes tocando su barriga a la vez, alzo su vista al cielo nocturno las gotas de lluvia la tenían mojada, su semblante era de profundo dolor a causa de un desengaño por encontrar a su prometido con otra mujer en su mismo apartamento, donde ambos vivían y eran felices solo que nunca vio más allá de la grieta, que se estaba formando entre los dos. Por lo que al tener esa noticia, salió rápido del lugar humilde en que vivían, sin contar que al salir al exterior se conseguiría una inclemencia feroz que no mermaba, estuvo durante dos horas llorando en un parque cercano, estaba des
Veinticinco años después. El sonido de unos tacones resuena en un pequeño edificio, con cada paso que da las miradas de cada una de las personas que viven en ese lugar tan apartado de la ciudad del sur de Londres, se quedan observando, como una mujer de estatura media, delgada con piel de porcelana y cabello ondulado de color rojo; pasa para llegar a la salida usando un atuendo de una falda color rojo muy provocativa, unido a una camisa blanca con botones de manga corta junto a una chaqueta del mismo color, para finalizar con unos tacones de aguja en negro, lleva consigo unos lentes de sol, que la hacen pasar desapercibida para los ojos curiosos, aunque el que la conoce sabría, que esa mujer no tiene una libra partida por la mitad y millones de deudas a su favor, que debe solucionar o se verá en serios problemas. Sin mirar a nadie en
(…) Unas horas después, estaba limpiando el área de los graneros porque las gallinas ensucian mucho su casita, que su Padre hizo hace tiempo para mantenerlas en un solo lugar; por ende no habría suciedad por todas partes, luego saco la basura dejándola en sacos que eran vaciados después de llenar los recipientes de comida para cada animal, fue a ver a su vaca que estaba echada durmiendo con total tranquilidad; es posible que en el siguiente mes, dé a luz su criatura está feliz por ese hecho uno de su vecinos amigos de su Padre preparo a su toro para aparearse con la vaca de ellos, teniendo como acuerdo que le den leche por dos años, conociendo a su progenitor lo haría con gusto, curvo una sonrisa antes de sentir el sonido de un caballo ir a su dirección. Enseguida Alba salió del establo, viendo desde tres metros a su a
Les tomo alrededor de una hora llegar a las montañas, que están detrás del campo de sus familias, Alba miro a su amiga algo inquieta; mientras galopaba a su jinete de color caramelo, quiso decirle algo pero se detuvo de hacerlo y solo espero llegar al gran árbol que pudieron conocer gracias a los Padres de ella, que una vez invitaron a la familia Ward a un almuerzo; fuera de casa ella tenía solo cinco años y Olivia seis se llevaban un año de diferencia, pero eso no las detuvo en ser mejores amigas, sonrió de lado recordando ese momento.— Ya llegamos Alba. — comento, por lo que miro a su alrededor y estaba en lo cierto. Bajaron de los cabellos y con pasos suaves, pero tranquilos llegaron al gran árbol, con hojas en color azul celeste era extraño en su clase; pero el
Después de ese accidente, todos volvieron a lo suyo y un mesero recogió los pedazos que había esparcido la copa al caer, la chica solo se retiró de ese lugar; para ir a su mesa una que su propio amigo la ayudó para estar en ese evento sin ser invitada; cuando pudo llegar a la mesa junto con personas mayores hizo una mueca al verse acompañada de esa gente, pero tenía que tolerar la situación. Para cuando estuvo sentada, tuvo una copa nueva en sus manos de ese espléndido licor que tanto le fascina Vodka semi seco, con aceitunas integradas para poder degustarlo mejor, se sintió relajada al beber; pero una voz masculina la hizo voltear a ver a la persona que estaba llamando su atención, frunció el ceño al saber que era otro tipo y no uno de sus objetivos. El mismo hombre le tocó el hombro
Los días pasaron y con ello el avance de Alba en su plan por estar cerca de los Magnates, en este caso lo obtuvo con Izan que después de dos semana se comunicó con ella, para invitarla a salir; eso no lo espero Vega, pero su amigo Hugo estaba contento con el avance de las cosas, ya pronto vería dinero en los bolsillos de ambos, porque cada día que ella llegaba a su casa, le recordaba que gracias a él todo se está dando; algo que odiaba admitir la pelirroja. Por lo que hoy Alba; estaba vestida para un almuerzo con Izan que la iba a buscar, al parque que ella le pedía desde siempre recogerla, no quería llamar la atención o menos llevarlo a su departamento que era una pocilga y más; para un hombre como él que lo tiene todo; así que respiró hondo sentada en la banca de ese parque muy conocido de la capital, miro a muchas personas ir y
El sol y la luna estuvieron presentes, hasta pasar un mes para ser exactos, siendo junio la apertura para la Weaving Industry Price; todo su personal llegó a tiempo en cada jornada el edificio es de forma recta con vidrios ahumados como reciclables, a petición del dueño mayor que siempre quiso, que todo fuera al cuidado del ambiente, los departamentos eran diez cada uno ejercía su trabajo, porque cada área tenía un gerente a cargo de sus subordinados; la parte directiva es en la parte alta, junto a su subdirector general que es Darío Price, el cuál está sentado en la oficial principal, organizando los papeles que tenía en su oficina, solo por un mes más; no podía creer que habían pasado el tiempo y que había sobrevivido a gran responsabilidad. Por su parte pudo dar órdenes a su asistente; una señora mayo
La mirada de la castaña se amplio, cuando le hicieron esa invitación en el momento negó al mirar de reojo a sus compañeras, que estaban cerca de ella, conversando como también pendiente de lo que diría, así que trago en seco al ver a la señora mayor de seguro unos cuarenta años.— Lo siento… pero todavía tengo trabajo y salgo dentro de quince minutos a comer. — respondió, pero Denisse sonrió de lado conociendo de antemano su respuesta.— Ya veo… pero vendrás igualmente, hay cambios de planes en tu almuerzo. — indico y pudo oír susurros, detrás de ella que lo que hizo fue girar para verlas con una mirada decisiva. Cuando Olivia vio lo que pretendía hacer la se&ntil