Dos horas y media antes, en la mansión Zadoglu: El clásico vals se deslizaba como una melodía suave y elegante en el aire del salón, mezclándose con los murmullos de las conversaciones y las risas contenidas.La hora pico había llegado, ese momento crítico en el que la emoción y la diversión de la fiesta empezaba a disminuir, centrando la atención en Damián. Él se encontraba empinado en una esquina de la sala, sosteniendo un vaso de coñac en una mano y su bastón en la otra, mientras sentía cómo las miradas de todos se sumaban al peso de la furia que hervía en su interior.Kevin se acercó con una expresión de compasión. —Amigo, es momento de que digas algo, despide a todas estas personas.—No me mires con pena—, le reclamó Damián a Kevin, quien soltó una risilla y se rascó el cuello. —Me fastidia cuando pones esa cara. —Lo siento, solo es que hace días ya me dieron una probadita de lo feo que se sienten los desaires. Pues, supongo que no es fácil ser abandonado en medio de tu propi
Lara estaba recostada en un viejo sofá de la sala, con la mirada perdida en el deteriorado techo lleno de manchas de pintura descascarada. Sostenía un vaso para el mate entre sus manos temblorosas, sorbiendo el líquido lentamente, mientras su rostro reflejaba cansancio y tristeza.En ese momento, Luci regresó del exterior y se dejó caer a su lado en el sofá, con la intención de mostrarle cariño.—Mamá, ¿cómo estás? — trató de agarrarle la mano derecha, pero Lara la apartó. Cada día estaba más distante, lo cual entristecía a Luci, aunque ella creía que era lo mejor para que sus hijos no sufrieran una vez que ella dejara de estar con ellos.—Muy, pero muy bien — le respondió con una sonrisa forzada.Luci frunció el ceño al observar el vaso de mate en las manos de su madre, pero decidió no decir nada al respecto.—Sabes, mamá, hoy vi a algunos de mis antiguos compañeros del instituto y se burlaron de mí porque no he podido volver — le contó con tristeza en su voz.Lara soltó una risa iró
—Hoy no quiero que me veas mientras me pierdo en ti —. Él sacudió un pañuelo marrón frente a ella—. Solamente necesito que me sientas… y al finalizar quiero que me des tus explicaciones, entonces yo te contaré con exactitud, qué me enfureció.Le puso el pañuelo sobre los ojos. Con sus finos y delicados dedos ella tocaba la tela de seda, sin dejar de sonreír y de morderse el labio inferior, con la lujuria en su cúspide.Aylin no podía ver nada, únicamente podía oír su respiración errática y con cada movimiento que Damián hacía a su espalda, sentía como una erección potente se rozaba contra sus glúteos, provocando ese hecho que su sexo se humedeciera bastante. El no poder ver nada le agregaba un toque de excitación extra, y sin ser tocada ya se encontraba gimiendo y jadeando. Notó su mano en la espalda, el simple roce la hizo estremecerse y alzó los brazos para que él pudiera quitarle el vestido. Sintió la tela ser sacada de su cuerpo y luego el frío, que pronto se convirtió en calor c
Darío retrocedió unos pasos, pero logró mantenerse de pie cuando Tadeo arremetió contra él una vez más, con planes de apuñalarlo de nuevo. Sin embargo, esta vez no parecía tener la intención de solo herirlo en un hombro, sino que estaba dispuesto a ir aún más lejos. Darío forcejeó con él, sintiendo un profundo miedo a que pudiera matarlo, ya que Tadeo era mucho más fuerte.—Cálmate, pareces un loco —le gritó Darío, aterrado, mientras Tadeo sostenía el cuchillo apuntando a su pecho, listo para hundirlo con un solo movimiento. Nunca lo había visto tan enfadado.Tadeo mostró una expresión de rabia y desesperación.—¡Sí, estoy loco porque ahora me doy cuenta de que me has utilizado! —le reprochó furioso, soltándolo bruscamente.Respirando profundo, Darío se llevó la mano a la herida intentando detener la hemorragia.—¿Por qué dices esas tonterías? Estoy aquí en plena madrugada porque te quiero.Con la frente perlada de sudor frío, Darío luchó contra el dolor y avanzó hacia él para quitar
De camino a casa, Damián se encontraba sentado en la limusina, sumido en sus pensamientos sombríos y lleno de preocupación. Calculaba los peores escenarios en su cabeza, ya que Enrique le había informado que Tadeo logró escapar después de ser capturado, lo cual le llenaba de temores, pues suponía que él podría haber secuestrado a los niños.Frustrado y furioso consigo mismo, comenzó a golpear el asiento con rabia. —¡Soy un idiota! ¿Cómo pude darle poder a ese hombre? Él no podía entender por qué Tadeo quería ingresar a la habitación donde estaba Daniela. Sin embargo, después de escuchar el relato de Aylin, sintió que debía tener algo que ver con Darío, y gracias a su advertencia pudo trasladar a Daniela a una habitación diferente y descubrió que Tadeo no era alguien en quien confiar.Al borde de las lágrimas, Aylin murmuraba mientras se mordía las uñas desesperadamente: —Ellos tienen que estar bien, mi niño es muy astuto. Siempre le he enseñado qué hacer si una persona malintencionad
Damián se volteó para mirar a Aylin, totalmente sorprendido. —Podemos adoptarlo. Nos casaremos en unos días, y podremos demostrar que somos los padres que Sergio necesita. Damián se quedó sin palabras mientras Sergio se apeó de su regazo y corrió hacia Aylin, se paró delante de ella y le puso las manos en las piernas. —¿Te gustaría ser mi mamá? — le preguntó con ojos agrandados y brillantes. Aylin suspiró profundamente y sonrió, con el corazón rebosante de alegría antes de responder: —Si estás dispuesto a darme la oportunidad, estaré encantada de ser tu mamá. Sergio abrió la boca en forma de "O", miró a Chris y luego a Aylin. Estaba tan abrumado de emoción que no sabía qué hacer o decir. —Chris, hermano, ¿permitirías que Aylin también sea mi mamá? Chris extendió su mano hacia Sergio, y se estrecharon las manos como si estuvieran haciendo un acuerdo importante. —Solo no te la lleves toda — aclaró Chris, e inmediatamente las risas resonaron en el salón. #### Por otro lado, Lar
Continuación:—No, Daniela. No sabía nada de todo esto. Si hubiera sabido, te habría ayudado. Cuando llegué con el bebé a mi casa, mi papá me echó y tuve que vender mi celular, por lo que me quedé incomunicada durante meses.Daniela asintió antes de continuar:—Logré escapar a Tailandia. Cambié mi nombre y mi aspecto. Con el tiempo, fui capaz de construir una nueva vida, aunque siempre vivía con el temor de que me encontrara.Aylin se acercó a su amiga, la rodeó con sus brazos y la apretó contra su pecho.— Shhh, está bien, Daniela. Lo entendemos — susurró en su oído, acariciando su cabello suavemente.— No puedo creer que hayas pasado por todo esto — murmuró Damián con voz entrecortada.— Pero, ¿por qué no volviste a comprobar si Darío mentía? No puede ser que no me hayas visto ni siquiera en internet. Han surgido varias noticias sobre mí en estos años.— ¿Volver? Cuando vivía creyendo que un día Darío llegaría a mi casa y me mataría… ¿Sabes todas las pesadillas que tuve? Y si estand
Tres días después:Disfrazado y oculto detrás de unos falsos bigotes y lentes oscuros, Darío observaba con ansiedad el viejo edificio donde viven sus hijos y Lara. Su deseo de verlos era abrumador, pero la presencia de dos unidades policiales estacionadas allí lo mantenía cauteloso. Sabía que estaban esperando por él, y cualquier movimiento en falso podría ponerlo en peligro.Con un teléfono desechable en la mano, intentó llamar a sus hijos, pero cada vez que respondían, colgaban de inmediato al escuchar su voz. La angustia lo invadió, pero estaba empeñado en no rendirse tan fácilmente. Decidió esperar a que Mauro saliera del edificio, con la esperanza de abordarlo en un lugar más discreto.Cuando lo vio salir, esperó a que se alejara un poco antes de acercarse. Sin embargo, él se adentró rápidamente en un callejón.Al llegar al callejón, quedó estupefacto al ver a Mauro consumiendo drogas.La ira y la preocupación se mezclaron en su interior, y sin pensarlo dos veces, lo agarró por e