Cada vez falta mas poco, asumo que unos cuatro capítulos, que nervios. Gracias por leer y las invito a mi nueva historia, Sueños de Mafia, está en mi perfil y los personajes de madre soltera busca marido harán un par de cameos. Diego Almary.
Johan se aferró a la cintura de su ex mientras el hombre manejaba en la moto por las intrincadas calles de la ciudad, el frio se le colaba en los huesos y se aferró a la cintura de Jhon como si la vida le dependiera de eso.Sentía la adrenalina en el cuerpo y los músculos calientes, si Clarissa estaba en riesgo él era el único que podía hacer algo real al respecto.— ¿Ya llegaron? — le preguntó Héctor a través del auricular que le había puesto y Johan se aclaró la garganta.— Si, ya — cuando llegaron se bajó de la moto.Transportes Imperio era un lugar grande, con más de diez pisos de oficinas y eso que apenas era una de las sedes principales, la cede principal quedaba en una ciudad costera y por lo que Johan había logrado investigar era el edificio más lujoso del país.— Ten cuidado, Luciano aún está en el edificio — Johan asintió con la cabeza.— Lo sé, es lo que necesito — volteó a mirar a Jhon que se quitó el casco y lo miró con los ojos abiertos.— Ten cuidado, niño — le advirtió
Clarissa tenía sed, era lo que más la estaba atormentando, más que la incomodidad en la que estaba, el frio por la brisa fresca o las manos entumecidas por las cuerdas que la tenían amarrada a la silla.Le pareció que había pasado por lo menos una semana desde que ese grupo de hombres la había metido en el auto y le habían puesto una capucha en la cabeza, pero no pudo haber sido más de un día.Estaba en la parte más alta de un edificio en construcción a las afueras de la ciudad, y cuando le quitaron la capucha no pudo evitar notar el fuerte olor a sangre que había ahí.Un par de hombres la custodiaban todo el tiempo, y no le habían permitido ni siquiera ir al baño, tampoco le habían brindado ni un solo trago de agua, aunque ella se los rogó.No pudo evitar pensar que todo lo que estaba pasando se lo había buscado ella misma, aunque Emilio había llegado a su vida y a pesar de todo lo agradecía, pero, ¿Cómo pudo haber sido tan idiota? Se ponía que era una mujer madura en camino a los tr
Clarissa sintió como las balas golpeaban contra el suelo a su lado y cerró los ojos, pero la luz del reflector era tan fuerte que aun así lograba verla atreves de los parpados cerrados.Un cuerpo grande y cálido saltó sobre ella y la derribó sobre el rasposo suelo y cuando abrió los ojos vio a Emilio sobre ella protegiéndola de los disparos.— ¿Qué haces? — le preguntó, pero él no le escuchó por sobre el ruido de las balas. Una voz a través de un megáfono les rompió los tímpanos.— Están rodeados — decía — suelten las armas y entréguense con las manos en alto o serán abatidos — Clarissa miró hacia la puerta de las escaleras, Luis estaba ahí tirado en el suelo con las manos sobre la cabeza y Luciano y sus hombres no estaban ya.Los disparos se detuvieron, y Emilio se levantó, tomó la silla de Clarissa y la acomodó de nuevo, luego comenzó a desatarla y ella le besó la cabeza, el cabello oscuro ya estaba largo y le hizo cosquillas en las mejillas.— Viniste — le dijo y él la miró a la ca
Clarissa sintió el frio del metal contra la cien, y aparte del corazón acelerado y las rodillas temblorosas, no podía sentir o ver nada más allá El cuerpo lo tenía entumecido como si una masa espesa la envolviera, como si estuviera muerta, tal vez pronto lo estaría. Emilio estaba dos metros más allá, con los ojos azul hielo bien abiertos y tratando de convencer a su hermano de que la soltara, pero Luciano la apretó con más fuerza y ya comenzaba a faltarle el aliento. — No tienes que hacer esto — le decía Emilio, el semblante agresivo había desaparecido, sabía que en ese momento estaba contra la espada y a pared — ella no tiene la culpa de nada — Luciano negó con la cabeza, Clarissa lo sintió. — No intentes escapar de esto, hermano, ya no hay vuelta atrás, tú decidiste involucrar a esta mujer y ahora pagarás las consecuencias — Emilio levantó las manos lentamente hacia él, pero el mafioso parecía un ciervo nervioso y arisco y retrocedió hasta que la espalda le chocó contra la puerta
Luis corrió por las escaleras con el corazón en la mano, cuando logró salir del edificio comprobó que las llaves de su auto no estaban en su bolsillo así que tuvo que correr de vuelta a la ciudad. Los pies le ardían cuando entró a las calles, y a esa hora de la noche apenas y pudo encontrar un taxi que lo llevara a las instalaciones de Transportes Imperio, y por más que acosó al hombre tardó por lo menos cuarenta minutos en llegar. Cuando bajó del auto le lanzó un billete al conductor y ni siquiera esperó las vueltas, corrió por la acera y cuando entró por a la recepción todo estaba encendido y los trabajadores pululaban por ahí a pesar de las horas. — ¿Qué pasó? — le preguntó Luis a la recepcionista que estaba pálida y con los ojos hinchados. — Hubo un tiroteo en el último piso — le dijo la mujer y Luis sintió un nudo en el pecho — los hombres de Luciano nos encerraron en la empresa, pero hace unos veinte minutos empacaron todo y se fueron, según escuché don Luciano murió — Luis s
Bien, gracias a todas y todos los que llegaron hasta aquí, la historia de Clarissa y Emilio llegó a su final, pero la historia en general no, y apartir de este capítulo comenzará una nueva historia, la historia de Maxwel en: "Padre soltero busca maestra" Sí, lo sé, me agradó la formula jeje En teoría no será muy larga, y terminará el proximo mes como historia corta. De nuevo, muchasgracias. Comencemos... Sinópsis. Maxwell tuvo la vida que deseó tener, una madre amorosa, un padre cariñoso y un padrastro que lo amaba tanto como él, pero sus planes a largo plazo se tergiversaron cuando su novia se embarazó en el momento en que ambos tenían diesices años y luego, esta murió en el parto. Gracias a Clarissa, logró darle un una vida decente al niño que tenía los ojos de su madre, pero, cuando su propia mamá decide emprender un viaje por el mundo con su esposo, Maxwell tiene que encargarse del niño y la conexión entre ellos no es la mejor del mundo, por tanto, en busca de educación pr
Maxwell tenía dolor de cabeza, le sudaba la frente y tenía las manos temblorosas, pero no podía dejar de mirar a través del microscopio que tenia frente a él. Buscaba la conexión perfecta entre los genes cuando el celular comenzó sonar en su bolsillo y él lo ignoró deliberadamente. — jefe, le hablan — le dijo alguien, pero él lo ignoró, estaba a punto de hacer el descubrimiento más importante de su carrera y el maldito celular no dejaba de vibrarle en su bolsillo y la molestia comenzaba a enloquecerlo. Se apartó de golpe cuando ya no aguantaba más, sacó el aparto y contestó la llamada. —¡Qué? — preguntó más bien en un tono cortante y molesto y la mitad de los científicos que estaban en el laboratorio levantaron la cabeza para mirarlo, pero él era el jefe, nadie le reprocharía la distracción. — Señor Maxwell, ¿Cómo está? Habla la directora de la escuela de su hijo Emanuel, tuvimos un inconveniente y necesitamos que venga por él lo antes posible — Maxwell se pasó los dedos por el ca
“— Voy a encontrarte, donde sea que te encuentres o te escondas allá voy a llegar, y quien esté contigo pagará las consecuencias por alejarte de mí, porque eres mía, solamente mía y deberás morir a mi lado. Te atraparé, y cuando lo haga, te daré la reprenda de tu vida, para que aprendas a respetar a tu hombre…” Ana se sentó en el banco que quedaba al cruzar la calle con su maleta a un lado, las lágrimas le impidieron ver con claridad a las personas que cruzaban frente a ella, así que se las limpió de dos manotadas furiosas y miró alrededor. Se preguntó qué podía hacer, su esposo la había amenazado prácticamente de muerte, no tenía a donde ir ni con quien, y lo único que le quedaba era la maleta que traía consigo. Había tenido que renunciar a la escuela y también a su vida, pero a pesar de todo, había tenido el mejor mes en años, aunque durmió una noche en una banca del parque y aunque llevaba dos días sin probar bocado completo, era feliz, feliz y libre de la vida que Albán le da