NARRA EMERSON ¿Entonces los firmó? – le pregunte a J. Jenks. Si, al fin lo hizo. Pero no me fio de él, señor Harker – dijo mi abogado preocupado. Tengo las pruebas para mandarlo preso, Jason. Lo sé Emerson. Pero debemos ser prudentes – contesto llevándose el café a su boca. – él es consciente que algo poderoso tienes en tus manos. Debes guardar esos documentos bajo siete llaves. Eleazar no es idiota, acuérdate que esta donde esta a cuesta de los demás, nunca lo hizo por merito propio – explico. ¡Es un hijo de puta! – exclame dando un golpe al escritorio. – no voy a permitir que siga haciendo de las suyas. Debe pagar cada cosa que hizo. Estamos de acuerdo en eso. Pero tenemos que pensar fríamente en los movimientos. Es una persona peligrosa y no se mueve solo, saber jugar muy bien sus fichas. ¿Has hablado con Peter? – pregunte serio. Por supuesto, empezara a profundizar la investigación. ¿Estás seguro de lo que vas a hacer? La imagen de mi padre está en juego. Siento que si lo
NARRA BERENICE ¿Entonces están bien? ¿No me necesitan en la noche? – pregunte. Calma Berenice, con Emmet nos estamos arreglando perfectamente. En dos días estaré en mi cama junto con mi familia. Está bien, me quedo tranquila entonces, se que estas en buenas manos. Mándale un beso enorme a la nueva princesita. Te quiero Rose – dije. Y yo te quiero a ti. Adiós – se despidió y corto la llamada. Fui nuevamente al fregadero y termine de lavar las verduras para hacer la ensalada. ¿Berenice? – me di la vuelta y me encontré con la mirada preocupada de Veronica — ¿Estás bien, cariño? – pregunto sinceramente preocupada. Claro, solo me duele un poco la cabeza – dije una parte de la verdad - ¿Puedo hacerte una pregunta? Dispara – contestó con una sonrisa. El sobre que hoy me entregaste… ¿Quién te lo dio? – pregunte al fijarme que no había nadie cerca de la cocina. Oh… era un muchachito… no más de 17 años, me dijo que alguien se lo encomendó. ¿Qué decía? Nada importante – mentí – solo q
NARRA EMERSON Desde esta tarde había notado a Berenice algo extraña. Luego del repentino llanto, me había preocupado y mucho. Odiaba que no me dijera lo que le estaba sucediendo, pero no quería presionarla, sabía que algo me estaba ocultando y no podía imaginarme qué era. En el transcurso de la cena, había estado muy callada. Solo contestaba monosílabos cuando era necesario, y las veces que sonreía –las cuales no eran muchas- la alegría no le llegaba a los ojos y sus ojos no brillaban como lo hacían a menudo. Tendría que ser paciente y esperar hasta que se sienta preparada de decírmelo. Por fin había hablado con mi tío y mi abogado. Me habían puesto al corriente de cómo transcurrió la reunión con el viejo Esposito. Michael no estaba tranquilo con la situación y más de una vez me pidió que me cuidara a mí y a mi familia. Yo creía que estaban exagerando, pero luego de ver las nuevas noticias que nos trajo Peter, podía esperar de él cualquier cosa. Debía hablar con Berenice cuanto an
NARRA BERENICE Me revolví en mi lugar buscando una posición más cómoda. Mi garganta ardía como los mil demonios y mi cabeza iba a estallar en cualquier momento. Sentía todo mi cuerpo caliente pero extrañamente moría de frio. Amor… - escuchaba de lejos, pero no quería abrir los ojos. Necesitaba seguir durmiendo. – cariño… despierta… - decía esa voz tan fácil de reconocer tocando mi mejilla una y otra vez. Abrí solamente un ojo encontrándome con los ojos verdes que hacían que me pierda en ellos en cuestión de segundos. Le sonreí a medias, pero la verdad era que me sentía fatal. El doctor Gerandy está aquí, vino a revisarte – me aviso ladeando la cabeza hacia la puerta. Me refregué los ojos y me limpie las lagañas que se me formaron por las horas de sueño. Asentí y me pare pero todo me dio vueltas. Emerson ayudo a estabilizarme. Fui hasta el baño a asearme y cuando salí el doctor me esperaba con una sonrisa cálida. Señorita Swan, soy el doctor Gerandy – se presento alargando la man
NARRA BERENICE Dos semanas después… —Extiende este brazo Dante –indiqué señalando el bracito derecho, terminando de colocarle la camisa a mi pequeño. —¿Eto onde va? – me preguntó mostrándome el pequeño moño mientras terminaba de abotonar su prenda. —Aquí –señalé tomándolo en mis manos y colocándoselo en el cuello de la camisa–. Estás hermoso –dije mirándolo con una sonrisa. Mi pequeño niño estaba envuelto en un hermoso traje de gala, de color gris oscuro y una camisa blanca con su pequeño moño negro. Estaba enorme y muy hermoso, ¿por qué el tiempo tenía que pasar tan deprisa? —¿Qué es casación mami? —Casamiento –corregí dulcemente –es un paso hermoso que hacen dos personas que se aman mucho, se prometen amor eterno –traté de explicarme. —¿Tú amas a papi? —Por supuesto que sí –respondí. —¿Pod que no se casan? –preguntó intrigado. —Son temas de adultos Dante, uno no decide de la noche a la mañana casarse –salvo Farrah y Gabriel pero no entendería mi pequeño. —¿Y con papá Jam
NARRA EMERSON La intriga carcomía mis entrañas. Pero no podía exigir una explicación de esos extraños sobres fucsias con un “Belly” escrito en su frente. Por la mirada asustada de Berenice, supe que era un tema serio que requería mucho tiempo para aclararlo. Justamente ahora, carecíamos de tiempo, es mas estábamos muy sobre la hora. Miles de teorías venían a mi cabeza, tenía miedo y no sabía por qué. Esas cartas no me daban buena espina. Berenice estaba ausente, como en estas últimas semanas. Al principio pensé que era por la angina que había pescado, pero luego de curarse seguía igual. ¿Qué demonios estaba sucediendo? Hace solo dos semanas, era todo color de rosas y felicidad. Estábamos saliendo adelante juntos como una verdadera familia, porque eso éramos… una familia. Confiaba en Berenice y ella había prometido que nada nos iba a pasar y por supuesto yo creía en ello. Miré de soslayo a mi novia, estaba pensativa manteniendo la vista fija en el paisaje. Miré por el espejo retro
La ceremonia pasó sin contratiempos, estuvo realmente hermosa y en el momento de los votos no pude ocultar mi emoción al ver como mi primita se casaba. Cuando pronunció el “si quiero” mis labios volaron a los de Berenice con el verdadero deseo que en algún momento no muy lejano nosotros ocupáramos ese lugar. —¿Lo estas pasando bien? –preguntó Berenice dejando un beso en mi pecho. —Teniéndote en mis brazos es difícil pasarlo mal, ángel –contesté dejando un beso suave en sus labios. —Dante está encantado con su nueva prima, mira como la observa –comentó luego de unos segundos llevando su vista hasta nuestro pequeño. Era verdad, desde que Dante había conocido a Mía, no había momento en que no la nombrara, estaba encantado con la pequeña. Serían muy unidos, eso era visible. De seguro tendrían una relación tan estrecha como la mía con Farrah. Seguimos bailando al ritmo de la suave música en la pista de baile, viendo como todos los invitados bailaban, comían y reían. Está claro que mi
NARRA BERENICE Este niño iba a sacarme canas verdes. De un momento a otro había desaparecido, estuvimos unos diez minutos buscándolo por todos los recovecos –hasta debajo de las mesas— pero no tenía idea en donde se encontraba. El alma volvió a mi cuerpo cuando recibí un mensaje de Emerson avisándome que lo había encontrado. —¡Dios! Ese pequeño va a matarnos un día –. Exclamó Rose dándole de amamantar a Mía. —Fueron cinco segundos, estaba junto a nosotros y solo… desapareció –. Explicó Emmet. —Ahora me entienden cuando digo que tengo que tener cuatro ojos con él –dije sonriendo. Nos entretuvimos hablando unos minutos cuando el momento del ramo era anunciado por los micrófonos. Fui obligada por mi hermana –no miento—a participar de ello. Cuando me acerqué hasta el centro de la pista, donde todas las mujeres solteras estaban sonriendo en busca de su “pasaje al matrimonio”, Farrah al verme, sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas, y les juro que me dio un poco de