Semanas después… El corre y corre junto, con los nervios por la boda, se ponen de manifiesto Ana y Rebecca, se arreglan juntas, en un moderno salón de belleza de la ciudad de Nueva York. —Rebecca, mira la hora que es y esta gente no se apura—mira su reloj—no me gusta, dejar a los niños tanto tiempo solos. —No están solos, está Flor, Abel y hasta tu padre con ellos. Se me olvida mencionar, a la niñera que te ayuda a cuidarlos. —Igual, estoy muy ansiosa. Esto era lo, que me temía con esta boda, solo que Tony insistió tanto. —Ya serénate hija, todo saldrá bien y serás, la novia más linda del planeta. Ya verás quedaras regia, solo relájate y disfruta—mira Ana a Rebecca, más apaciguada y bosqueja una sutil sonrisa. ***** En casa de Sofía. Danielle y ella están juntas arreglándose, para asistir al matrimonio de su mejor amiga, ambas son las madrinas del evento, junto con Helen. —Ah no Sofía, bájale al brillo, vamos a una boda y no un concierto, donde sueles bailar. —Danielle, si er
Cuatro años después… En este momento la familia Hufman Rodríguez, se encuentra compartiendo de un agradable convite en la finca de Ohio. La alegría los invade y el regocijo los abriga, Tony se toma un momento a solas y camina acuciosamente, por la dulce pradera dejando que, el verdor del campo lo internalice en una paz profunda, oye de pronto el eco del pasado y se refugia en él. Allí fue donde conocido, a quien fue el amor de su vida, su tierna ex esposa Micaela, por siempre la honra en su memoria y su grato recuerdo vivirá en su corazón. Repentinamente, se aproxima Ana y lo hace salir, de las corrientes de sus emociones. —Amor ¿Por qué te alejaste de todos? —Discúlpame cariño lo hice sin querer, recordaba a Micaela. Espero, no te moleste—indica Tony. —Para nada cariño, Rebecca me contó lo mucho que la amaste, con la misma intensidad que me amas a mí. —Así es, ahora eres tu mi presente y mi futuro. Micaela es solo un lindo recuerdo—la toma entre sus brazos y hunde su nariz en su
—Buen día señorita, vine a una revisión médica con el ginecólogo—expresa Ana tranquila. —Si como no, me permite su documento de identidad, para anotarla por favor—le indica la secretaria del consultorio. —Si claro—responde Ana esbozando una sutil sonrisa. —Me cancela por favor. —Aquí tiene—le entrega el dinero a la joven. —Espere en la sala, pronto la enfermera la hará pasar con el doctor. —Muy amable—Ana va y se sienta sonriente, a esperar su turno para ser atendida. Ana Rodríguez, es una joven sencilla de apenas 18 años de edad, estudiante universitaria, su buen rendimiento académico, la hizo acreedora de una importante beca, en una de las universidades más prestigiosas de New York, ciudad donde vive con su padre y su hermano. Toma su celular mientras espera y llama a su mejor amiga Sofía, quien también va junto con ella a la misma universidad: —Aló Sofí ¿Todo bien? —Si amiga ¿Dónde estás? —Estoy en consulta con el ginecólogo. —Ah ok. Ayer me lo mencionaste. —Si querida.
Al día siguiente… Continua Ana, con su rutina va rumbo, a la universidad con su mejor amiga Sofía, ambas son inseparables, tanto así que hacen todo prácticamente juntas. —Que fastidio hoy empiezan las clases—expresa Sofí. —Ay Sofí tu no cambias, no entiendo como continúas viniendo a clases, si odias el estudio—la reprende Ana. —Por mis papas, que prácticamente me obligan. —Eres una malagradecida, todo el esfuerzo que hacen tus padres, por darte de todo y tú les pagas enamorándote de mi hermano y haciéndole caso omiso a la carrera. —No me regañes, que suficiente tengo con el sermón de mis padres, cuando ven mis calificaciones—frunce Ana el ceño en señal de hastío. —Mejor vamos al salón—y la toma con rudeza por la mano. Al llegar al aula de clases, allí estaba Steven, un joven que esta perdidamente enamorado de Ana, a su manera, ya que lo único que haces es molestarla, buscando de llamar su atención. —Huy miren a quien tenemos aquí a la chica genio. —El bobo de la clase haciend
30 minutos más tarde… Ingresa a un restaurante de lujo, con finas lámparas y de mantelería exclusiva, sin mencionar la vajilla que era de plata autentica, busca con la mirada a su amigo, quien desde ya, lo espera en una de las mesas de distintivo lugar: —Hermano—estrechan sus manos y le propina un afectuoso abrazo. —¿Todo bien Tony? —No Justin, a ti no te puedo mentir, tengo que confesarte algo. —Wao así será, tu eres de lo que evitas los problemas. —Estoy metido en uno, por mi terquedad de ser padre. —Cuéntame, te escucho amigo. —No sé cómo empezar a narrar este enredo, sabes que contraté un vientre en alquiler, de una chica que conocí por internet. —¿Qué hiciste? ¿Qué? Te volviste loco, tu eres un hombre joven por favor, puedes tener tus hijos de manera natural, si tan solo dejaras descansar en paz a Micaela. Tony ella está muerta reacciona tienes, que seguir adelante con tu vida, si lo que más quieres es una familia e hijos, cásate tienes muchas mujeres a tu disposición. —
Un mes después… Hay una actividad recreativa en la universidad, Tony para integrarse más con los muchachos, práctica con ellos actividades al aire libre, sabe que su materia, para algunos resulta muy aburrida. Ana es la primera en decir que, si a todo lo que propone, Tony se ha convertido para ella, como una especie de amor platónico. —Ana, Ana—repite Tony dos veces su nombre—¿En qué estás pensando jovencita? —la mira con ligereza. —En nada profe—esboza un sutil suspiro, ya que estaba pensado en él. Por lo que a veces se escapa de este mundo por un rato. Ja, ja, ja. El amor está en el aire. Sofí se le acerca: —Párate vamos por algo de beber, este profesor parece mas bien de educación física—protesta Sofí producto del cansancio. Al Ana levantarse siente un fuerte mareo, su mente se nubla y no comprende el porqué, al tratar de poner firme, cae lánguidamente en el suelo. —Ana—grita de inmediato Tony, quien va junto con los muchachos a socorrerla. Es trasladada a la enfermería de l
Rápidamente el médico lee los resultados: —Señorita usted está embarazada—expresa el médico. —¿Es una broma? —reacciona Ana asombrada. —No para nada, véalo usted misma. —Debe de haber un gravísimo error. Yo no puedo estar embarazada. Ja, ja, ja, no puede ser es imposible—protesta Ana con escepticismo ante la noticia. —Bueno mientras digiere la noticia, yo me tengo que ir, tengo todavía muchos pacientes que atender. —Papá, esto es mentira. Tengo que hacerme este examen de nuevo, para dar con la falla, no es imposible que yo esté embarazada, si yo jamás he tenido intimidad con nadie. —Ya vámonos Ana—responde su padre con aprensión. —Papá usted me cree ¿Verdad? —pregunta desconcertada. —Salgamos de aquí—responde su padre con mucha seriedad Salen del hospital y antes de subirse al auto de su padre, Ana le dice: —¿Papá, usted confía en mí? —Ana, por Dios cómo pudiste. —Papá, te juro que no estoy embarazada es un error, es más paremos en la primera farmacia y me hago una prueba
Como la familia Rodríguez lo habían acordado, se dirigen muy temprano al consultorio clínico, que Ana había visitado días anteriores. —Hija ¿Cómo se llama el médico que te atendió? —John Jhetro. Se dirigen a la recepción y allí estaba la secretaria, era la única que había quedado trabajando en el lugar, entra en pánico, sin embargo, busca de esconder su nerviosismo. —Buen día señores, que los trae por acá—expresa tragando saliva. Abel hace contacto visual con ella y le guiñe un ojo. Ni en estos momentos deja al donjuán, que lleva dentro quieto. —Señorita venimos buscando al doctor John Jhetro, el trato en éstos días a mi hija y tememos, que hizo algo muy grave—la mira el padre de Ana con severidad. —El doctor no se encuentra, de hecho, ya no trabaja aquí. —El muy canalla huyo, es evidente lo que hizo—expresa Abel, quien es muy perspicaz. —Pues de aquí no nos vamos, hasta que alguien nos atiende y nos dé una explicación, de lo que le ocurre a mi hija. —Señor no sé de qué habla,