CAPITULO 1:

Los leones: una especie casi extinta, pero muy especial, no son tan afortunado como los lobos o los demás seres, ya que estos no son creaciones de la madre luna y por tal razón no cuentan con una pareja destinada; al pasar de los años se han ido mezclando con otras especies incluyendo a los humanos, teniendo en sí descendencia que con el tiempo hacen perder su gen, pero hay una manada. La única que queda la manada del rey León, fuerte poderosa y sobre todo hermosa, está manada está oculta, es como si fuera otro planeta en medio de la misma tierra en la que viven los humanos e incluso los demás seres, pero hasta ahora no ha visto ni brujos o hechiceros que hayan   podido dar con su paradero, puesto que estos seres son creaciones de la madre naturaleza y ella en sí los protege. 

Hasta que un día los demonios pudieron traspasar la barrera que los protege tomándolos desprevenidos, mientras ellos estaban en su época de apareamiento. En esa época el rey León no permite que ningún integrante de su manada salga de ella, ya sea hembra o macho, pues teme a que se mezclen con otra especie. Y si hay algo que él odia es a los híbridos y no es solo eso, sino que los leones tienen un gran problema. Si el macho se aparea con alguien en su celo, esa persona pasa a ser su pareja durante ese ciclo por el resto de su existencia. 

Narra Alisan. ☆

Me encontraba de viaje cuando mi beta Egan me informó por nuestro vínculo que la manada estaba siendo atacada por los demonios, seguido pensé en usar el poder de trasladarme, pero el problema es que estoy rodeado de los humanos que trabajan para mí. No suelo usarlo mucho, pero en momentos como este o cuando me llega el ciclo de celo estando fuera de la manada, lo hago para no estar cerca de los humanos. 

Para mí sería desagradable tener que depender de una criatura tan débil y no son solo los humanos, sino otras especies que, en sí, son un chiste de la diosa luna que no sabía qué demonios crear. 

—esta reunión ha terminado por hoy— impuse ante todos dando así por terminada, la reunión que tenía con mis empleados humanos.

—pero señor todavía… —quiso refutar uno de los gerentes de la empresa, pero seguido lo miré a los ojos guardó silencio comprendiendo que si seguía objetando se quedará sin empleo. 

Caminé a toda prisa sintiéndome incómodo al tener que comportarme como un lento y tonto humano. Llegué a mi oficina y estando allí me puse en marcha.  No pasaron más de cinco minutos y ya me encontraba en la manada, todo estaba hecho un desastre, los cachorros corrían de un lado a otro, al igual que sus madres intentando calmarlos. 

Encontré a los guerreros custodiando la barrera que divide nuestro mundo del de los humanos. 

—mi alfa que bueno que ha venido— me dice Leandra la leona alfa fastidiosa con la cual me acuesto de vez en cuando. Sus ojos brillan por el celo y la lujuria en su mirada es bastante desagradable. En esta época siempre trato de mantenerme alejado de ella o de cualquier mujer que pueda provocar a mi lado felino a querer actuar por impulso. 

☆Dices que no quieres a una criatura débil para aparearnos, deberíamos acoplarnos con Leandra; nuestros cachorros serían fuertes y seguirán en la sucesión al liderazgo de rey, si algún día nos sucede algo☆ me aconseja mi felino interno intentando convencerme, deseoso por acoplarse a una hembra. 

☆Ni lo sueñes, no soportaré a Leandra por el resto de mi existencia☆ le dije cortante antes de cerrar la conexión e ignoré a Leandra. Nosotros los Leones no mantenemos el liderazgo al igual que los lobos por provenir de familia de alfa reales y tales cosas, no, los fuertes quedamos reinando porque demostramos ser lo más eficaz para gobernar.

—¿Qué pasa Egan?—  pregunté con un tono autoritario. 

—En realidad no sé, de verdad mi rey, estos demonios solo han venido a molestar, puesto que solo traspasaron la barrera y se fueron sin más, temo que sea confirmando ciertamente el lugar para luego atacarnos— me indica preocupado. 

—eso tiene una solución simple— ellos me miran con dudas. 

—¿trasladar la manada? — preguntó uno. 

—no, salir a cazarlos para que no puedan decir nuestra ubicación y dejar sus cuerpos como advertencia a quien se atreva nuevamente a querer saber de mí— dije y todos me miraron sorprendidos.

—rey, pero usted sabe que no estamos en condiciones de salir de la manada, nuestro celo es fuerte en esta ocasión— comenta Egan con un poco de temor. 

—Somos más fuertes de lo que crees, Egan y si hemos estado aquí junto a tantas hembras en época de apareamiento y no hemos optado por no emparejarnos con ninguna es porque podemos controlarnos — le aclaré haciéndole ver que tenemos más control de lo que él piensa. Suelo tener muchas mujeres tanto lobas como vampiresas y hasta leonas, sin contar con la leona alfa que cree que solo por poseer ese poder tengo que ser su marido por obligación cosa que me desagrada, pero mi regla principal es no usarlas en tiempos de celo, aunque mi pueblo espera ver pronto a un o una heredera, mis planes son otros, pues soy inmortal y no veo por qué hay que desesperarse por tener cachorros. 

Narra Nadia. ♡

No importa cuánto lo neguemos o intentemos ocultar; todos soñamos con ser especial. Suelo desear ser alguien interesante que cuente con poderes o con alguna dote que sea notable. No me basta con ser solo la hija del rey de los lobos o con pertenecer a una familia tan fuerte como la mía, quizás ese sea el problema que yo soy la más débil de todos y eso me hace sentir muy poco para ser parte de ellos. 

He sacado la parte traviesa de mi abuela, y la parte jocosa de mi tía, pero nada más. De qué me sirve ser buena haciendo bromas o comentarios chistosos si siempre mi primo Lucas es quien tiene que ser mi defensor. 

Ya que no soy capaz de enfrentarme tan siquiera a un omega. No soy fuerte al ser solo una simple coneja, mi fuerza es casi parecida a la de un humano. 

La alarma suena a las 8:00 am como todos los días, me paro de la cama y empiezo a prepararme para ir a la universidad; no es que me agrade. Siempre me han gustado los estudios, aprender cosas nuevas. El motivo por el cual no me gusta ir a estudiar tiene un solo nombre "Lidia” mi hermana mayor. 

Les contaré mi triste historia de una manera graciosa y a mi estilo modo víctima:  de cómo he querido ser vampiro, hombre lobo y hasta bruja. Sí; quizás ni me lo crean, pero he buscado todas las pócimas posibles con tal de no ser una simple y aburrida coneja, mi primo Lucas me dice que yo soy perfecta tal y como soy, pues supuestamente él, la diosa luna a quien no llevo el gusto de conocer crea seres perfectos, pero ¿a mí qué? 

<<Yo diría que se equivocó esta vez>>

Como les contaba; cuando quise ser vampiro duré dos meses guardando mi mesada para comprarle chocolates al abuelo Erick con tal de que me transformara, pero el canijo de mi abuelo después de que se cansó de comer chocolates me dijo que yo soy hermosa siendo una dulce y tierna conejita.

A quién demonios se le ocurre que una coneja que se le sale la orina cuando se asusta es dulce 

<<más bien creo que es salada>> pues ese sabor creo que tiene el de hacerse el uno, no crean que lo he probado he, bueno; no voy a mentir, si, le he tomado el sabor, ya que en la secundaria mi presumida hermana se compuso con sus amigas para meterme de cabeza en el retrete.

Mi hermana, ese otro tema que debo explicar ¿cierto? Pues le diré que, con esa, la supuesta diosa se esmeró de no darme nada, le pasó todo lo mejor a ella por ser la primera hija, y a mí me dejó las sobras.

<<no crean que me victimizo>>

¡Bueno, un poquito! Pero es que aquí realmente soy la víctima. 

Siempre salgo perdiendo en todo y tengo una suerte, híjole, para qué les cuento. 

Ustedes tranquilos que de todos modos se los diré y es que no sé guardarme nada.

Es que con lo pequeña que soy me guardo algo y el cuerpo me revienta. 

Si no tengo espacio para nada salvo en mis grandes melones que fue lo único bonito que pude heredar de mi madre (azul) ella siempre me cuenta su historia donde solía ser una simple y asustadiza coneja y terminó domando a mi padre (Javier) pero no todos los días una lleva un lobo guardado dentro, ni que se tratara de un cofre del tesoro.

Sí, llevo años hablando sola y na’ que aparece otra voz, solo la apraxia; sí porque les cuento que mi coneja tiene problemas para hablar y es torpe.

Bueno, un poco más que yo, pero no estamos hablando de mí ¿cierto?

 Volviendo al tema de mi fallida transformación en vampiro después de haberme rendido con el abuelo, le pedí a la tía loca y consentida, la reina de los vampiros “Lera” la incomparable, que me convirtiera ella y resulta que me dijo que si, incluso me pidió comprar un ataúd.

Ese fue otro gasto innecesario, y lo que más me causa tristeza es que rompí a Molí, mi alcancía de cerdito solamente para ser la burla de mi tía y toda mi familia, me traicionó hasta la que nunca pensé que lo haría “la abuelita Amber” ella no me engañó tan cruelmente como los demás, pero la vi reírse y eso es más que suficiente para mí.


Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo