Narra Alisan:
<<vaya sí que esto es interesante>> pensé y me acomodé sobre mi asiento para observar a la pequeña detenidamente.
—Alisan esa sonrisa malvada que tienes no pinta nada bueno— comenta Egan, tan incómodo como lo estoy yo por el asunto de nuestro celo. Y es que la chica que está molestando a la pequeña coneja que al parecer es su hermana y la verdad es que no está mal. Esa loba sería un buen desahogo si no hubiera estado en mi época de apareamiento.
—pienso jugar con esa chiquita— la señalé y ella se giró, no sé si fue que sintiera mi mirada o qué, pero estoy en un lugar donde hay poca luz y con sus escasos poderes no creo que pueda verme. Pero hay algo en ella que me causa intriga; sus ojos no son normales y menos en conejos.
Narra Nadia:
Me sentía fuera de lugar y más con el recibimiento que me dio mi hermana. Nos sentamos en la barra y a pesar de que no era la primera vez que consumo alcohol Lucas se estaba comportando pesado poniéndome límites con la bebida así que en un arranque de ira salí de ese bar con deseos de desaparecerme. Pues no soy una humana para que me traten como tal; controlándome con la bebida como si me fuera a embriagar.
Joder quiero dejar de ser tan patética, estoy cansada de esta vida de m****a, cansada de ser diferente, de que no me suceda nada importante, de que sé cuál será mi futuro sin mucho tapujo. Lógico si mi pareja destinada resulta ser un lobo o un vampiro estoy más que segura que me rechazará sin tan siquiera tomarle el gusto a mi aroma; mi suerte sería que mi pareja fuera un demonio malicioso o quizás un conejo, un brujo ni se diga porque, aunque no son tan presumidos como los jodidos lobos no aceptarán tal humillación de la diosa luna. Bueno no puedo seguir nombrando a otros seres, ya que no conozco más.
Caminaba sin contener que las lágrimas salieran de mis ojos, soy así de simple llorona, pero que hago si eso es lo que se me da literalmente bien.
—Nadia, vamos pequeña solo quiero protegerte ¡si! — me grita Lucas que al parecer me siguió. Adelanté más el paso.
—Lucas comprendo, pero quiero estar sola un momento por favor, solo un momento ¿sí? — le respondí con la voz a punto de quebrarme. Escucho como Lucas suspira y luego de un segundo vuelvo a escuchar sus pasos dirigirse de vuelta hacia el bar.
Sin poder contenerme más, empiezo a correr haciendo mi mayor esfuerzo, dándolo todo para ser veloz, mientras las lágrimas se deslizan por mis mejillas, sintiendo el viento frío de la entrada de la noche golpear mi cara.
Me adentro en el bosque más de lo que lo había hecho jamás, cada paso alejándome de Lucas y su protección, no porque él sea malo; por el contrario, corro porque estoy cansada de ser la niña que él debe de cuidar en cada momento, queriendo escapar de mi realidad. Algo sin sentido porque mi realidad soy yo misma es algo contradictorio, pero no todos somos felices como en los libros de fantasía.
Detengo mis pasos cuando mis músculos se queman y mis pulmones también, si es que tengo, gritan por un descanso; entonces decido dejarme caer de espalda a un árbol frondoso mientras el cielo empieza a llenarse de nubes.
—genial, un conejo empapado— bromeé en medio de mi llanto tratando de que mis lágrimas paren, pero como si tampoco pudiera dominar a mis feos ojos, no lo hacen llevándome la contraria los infelices.
<<Odio llorar>>
Cerré los ojos y me dejé llevar por el silencio; no tengo la mínima idea de cuánto tiempo estoy aquí, me recosté en este árbol tratando de calmarme. Decidida a irme escuché el crujir de una rama cerca de mí; el corazón me empieza a latir con fuerza como si se me fuera a salir del pecho, rápidamente me giro sobre mi eje, miedosa, cruzando los dedos para que sea Lucas.
☆No es él☆ por primera vez la retrasada de mi coneja habla rápido y fluido.
Pero tal y como me dijo la apraxia de mi coneja, allí no estaba Lucas, en su lugar, hay un completo extraño; el hombre más apuesto que he visto en mi vida, a pesar de que Maikel es super hermoso, la belleza de este es incomparable.
Está mirándome fijo con sus ojos plateados como con una mezcla de dorado y extrañamente brillantes, tanto o más que los míos.
—¿Y tú quién demonios eres? — le espete furiosa al desconocido, mientras me alejaba reculando hacia atrás.
Empezó a reírse dando hacia mí los mismos pasos que yo retrocedía, en ese momento me entraron ganas de hacerme del uno, los nervios me hacen temblar, juro que mi colita debe estar fuera. Por cosas como estas, es que siempre llevo puesto jeans.
—soy yo el que debería de preguntarte eso— comentó gracioso y Levanté la barbilla, me puse las manos en la cadera como me dijo la tía que debo mostrarme para que me vean amenazante y sobre todo grande, pero estoy más que segura que no debí de llevarme de su consejo.
<<Quizás lo que esté haciendo es el ridículo>>
Sí, delante de este grandullón debo ser más pequeña que uno de los enanos del cuento de blanca nieves, si apenas mido un metro cincuenta y cinco, mientras que él parece rondar como en el metro noventa y quién sabe si algo más.
Mis instintos no son para nada buenos y aun así siento que hay algo verdaderamente inusual en este hombre. Sin contar que no puedo percibir que tipo de ser sobrenatural es. No solo es atractivo, con el pelo rubio, alto, esbelto y con un cuerpazo lleno de músculos, pero lo que me pone los pelos de punta es su extraño comportamiento.
Siempre me han dicho que dentro de los bosques suelen aparecer cosas terroríficas ¿de dónde diablos había salido él? Que solamente pude escuchar su última pisada, mi audición no es tan mala, puedo escuchar mejor que cualquier humano promedio, es imposible que alguien fuera tan sigiloso como para no hacer ruido.
Él estaba en silencio mirándome con una pequeña sonrisa divertida que sus ojos fríos no demuestran porque me mira con calculación. Me fijé en su ropa costosa, que consiste de un suéter negro al igual que su pantalón de gabardina sumamente pegado a su cuerpo, dejando ver sus piernas musculosas.
<<Este sujeto no me agrada>>
Lenta y disimuladamente empecé a mirar a mis alrededores, la luz de la luna es diminuta, pero aun así sé que todavía estamos en terreno perteneciente a la manada.
—esto es propiedad privada— le señalo y le digo de manera autoritaria en fin de cierta manera este lugar me pertenece también, fingiendo que cada segundo que él pasa en silencio mirándome así con esos ojos de depredador hambriento, no me hiela la sangre- te recomiendo que salgas de aquí antes de que mi padre el alfa de esta y de todas las manadas del mundo venga por ti y haga batido de rubio raro con complejo de ser intrínseco— trato de fanfarronear hablándole de mi padre para que desista si, quiere lastimarme, pero el extraño en vez de ponerle asunto a mi amenaza toma un paso deliberado hacia mí y yo intento mantenerme firme, aunque es difícil hacerlo cuando te sientes como una presa fácil siendo rodeada por un predador. Es así como me siento, sus ojos no dejan de ver los míos en ningún momento y en un movimiento que parece ser más fluido de lo que fuera posible se coloca a solo dos pasos de mí, vuelvo a retroceder hasta que mi espalda choca contra el árbol que está a mi espalda y él sonríe con burla.
—¿Cómo te llamas, chiquita? - por fin habló él
No solo viene a una propiedad privada, violando las leyes de la manada y por supuesto retando a mi padre sin contar que ha ignorado todas mis preguntas, pero también se tiene que hacer el superior con ese tono de altanería.
—a ti qué diablos te importa— escupí las palabras y su sonrisa en vez de borrarse como me esperé solo se hizo más ancha. Esto no parecía ser nada más que un estúpido juego para él.
—para ser una criatura tan pequeña tienes un nombre bastante largo— se sonríe de medio lado mientras se pasa la mano derecha por la barbilla— no es así “a ti qué diablos te importa” ahora me podrías decir tu apellido si no es muchas molestias— juro que si sigue con este juego de idiotas lo mataré así me orine en el proceso.
— que te den— le grité enfurecida.
—¡vaya! Eres bien original “a ti que te importa que te den”— sí que me saco de quicio tanto que sentí como me sonrojaba y apretando los puños intente no darle una bofetada, pues tendría que saltar para lograrlo así que solo voltee los ojos ante su chiste tonto he infantil.
—¿qué puedo decir? - hablé con ira, demostrando que su burla no me afecta— soy toda una cajita de sorpresas.
Su cara se puso seria de repente y murmuró— seguro que sí.
☆Es… Estamos en celo☆ me dijo el genio después de que me di cuenta de que he soltado feromonas por todo el bosque.
Sin advertencia, su mano fue a parar a mi cara y sentí sus dedos calientes en mi mejilla.
—¡oye! — grité sobresaltada y quité su mano de un tirón, sintiéndome vulnerable ante ese toque que no fue para nada violento, de hecho, había sido suave como si de una pluma se tratara. Avivando más mi excitación, pero no es importante solo debo volver a casa y tomar varias duchas frías
¿Quién coños, se cree que es este tipo para tocarme?
Estoy más que segura que él puede oler mi celo porque su sonrisa burlona pasó a ser un rostro serio, si mal no me falla mi intuición, ahora su mirada es lujuriosa. Este hombre parece ser ardiente, su naturaleza extraña y desconocida para mí tiene genes que parecen irreales; sonríe cínicamente y vuelve a pasar sus dedos por mi mejilla estremeciendo todo mi cuerpo con su toque cálido, algo que me hace sentir cosquillas.
Me estudia con detenimiento y su dedo índice baja desde mi mentón hasta mi clavícula, estando su mano allí va a parar a mi cuello, pero no me aprieta; el brillo en su mirada se oscurece, en él puedo ver oscuridad infinita y eso solamente me hace sentir más temor. Mi primer beso me lo da con desesperación, aprieto mis labios tratando de que desista, me muerde el labio inferior, se detiene y me mira sin separar nuestros labios; sus ojos me advierten del peligro, entre abro ligeramente los labios comprendiendo que de nada me sirve luchar.
Narra Alisan:Quería jugar con ella, hacerla rabiar y lo estaba logrando, pero todo se salió de control cuando ella comenzó a fanfarronear sobre el territorio queriendo dejarme en claro que no soy más que un forastero, pero ese no es el problema: es que de un momento a otro empezó a soltar feromonas y mucha; había olvidado que a los conejos le llega el celo al igual que nosotros que no necesitamos de una pareja para eso. Ese aroma embriagador me aturdió provocando más mi lujuria y la criatura que me parecía hacen tan solo unos minutos una niña empezó a parecerme una mujer que hace palpitar mi miembro el cual lleva duro tres días, pero sabía cómo controlarlo, y ahora todo se ha ido al carajo porque mi mente morbosa solo me pide a gritos saber que se puede sentir con una conejita como ella, que con tan solo agar
Narra Alisan:He sido un tonto, tantos miles de años de pasar mis ciclos de apareamiento encerrado aguantando unos dolores insoportables, todo porque no quería atarme a una hembra teniendo en plan que el día que lo hiciera lo haría con una hembra fuerte digna de un rey como yo; la dejé con dudas mientras me ponía la ropa luchando contras mis propios instintos para no cagarla más y clavar mis colmillos en ese cuello tan débil que creo que no podrá aguantar una sola mordida. Mi felino me pedía a gritos morderla alegando que ya no hemos impregnado en ella, pero qué más da quizás con los sabios de la manada encuentre una solución si no le he mordido y eso cuenta; ningún león había aguantado no hacerlo.<<Todo es culpa de esa jodida coneja>
Narra Nadia:Después del alboroto que se armó, dije burlonamente que sin la presencia de mi abogado no daría ninguna declaración y como siempre la abuela Amber les pidió a todos incluso a mis padres que me dejen tomar mis propias decisiones reconociendo que ya soy toda una mujer y que si no quiero que ellos traten de encontrar al rey de los gatos es porque tengo bien claro que no lo quiero y que si él abusó de mí y yo no lo quiero decir también deben de entender mi situación, así acabó todo incluso ahora voy al lado de mi primo Lucas que no ha mencionado una sola palabra sobre el tema, solo resopla como si le desagradara mi aroma, pero me he duchado como diez veces para no oler a gato y aun así veo su disgusto. Tengo que reconocer que el gato huele rico, claro no más que Maikel. Narrador:⊙Alisan sabe que Nadia solamente quiere escaparse de él, pero le pareció más interesante jugar a la coneja y su cazador, además de que no se marchará de esa manada sin haber matado a ese mate que ella mencionó. Aunque supo que ella no se había acostado con él igual sabe que cuando lo mencionó no mentía y eso le molesta saber de su sola presencia, pues ya la coneja es de su propiedad y no dejará que venga nadie a quitarle lo que le pertenece por derecho según, el ganado. La soltó y tal como lo esperaba Nadia extendió la huida siendo mucho más lenta que él, pero de eso se trata de jugar con su presa la seguía con calma. Mientras Maikel la busca también yendo a parar a la mansión en donde vive Nadia. Sus padres que sintieron la presencia del rey león en la manadCAPITULO 7:
Narra Nadia.No dudo de que estoy cometiendo el peor error de mi vida y lo sé, ahora voy a su lado agarrando su mano dejando todo detrás a mi familia qué me ama demasiado, pero siento que si no salgo de sus vidas no seré nada más que Nadia la coneja asustadiza. Sé que mi plan inicial era irme a la madriguera y eso no ha cambiado, pienso hacerlo en cuanto esté gato se canse de mí y me eche de su manada. Además, no puedo ocultar que me causa intriga saber cómo son los Leones y su hábitat.—gato, por estar de enojona no he traído mi ropa— le hice saber, mirando que he venido solo con lo que llevo puesto.—no la necesitas a mi lado lo tendrás todo siempre y cuando respetes dos reglas y el n&uacu
Narra Nadia.Ya que estoy aquí encerrada como un maldito animal, al menos le haré la vida imposible hasta que me deje salir.Escuché el agua caer y supe que se trataba de él, así que aquí empieza mi plan, le dije cosas para encenderlo y dejarlo con más excitación porque he visto su erección durante el viaje. Ver su miembro así de duro hace que tenga fantasía con subirme sobre él y disfrutarlo hasta que esté caliente que tengo dentro de mi pase. No me siento incómoda cuando él me dice que durante su celo me usará sexualmente porque a pesar de que no lo amo disfruto de ser follada por él, solo que cuando me canse de este juego me iré y no me volverá a encontrar porque me cambiaré hasta el apellido.Lo hice rabiar y entro al baño para calmarse por un momento, pe
Narra Nadia. Joder en qué demonios me he metido, este gato loco me hace comportarme como una puta desesperada y luego que me prende me deja aquí tirada con mi celo a tope y encima me amenaza para que no me toque. No me quedó más que entrar al baño y tomar una ducha fría como al principio, pues bueno yo ya he aceptado ser su amante cuando estemos en celo y eso es porque me conviene, pero igual no voy a satisfacerlo y a quedarme con las ganas, eso sí, que no. Estando nuevamente sola y tirada en la cama es que me pongo a pensar que he marcado mi futuro y ya no podré tener hijos como alguna vez lo soñé, puesto que sin un mate no podré concebir por más que lo intente, pero bueno de nada me sirve pensar en eso ya lo hice y creo que esa fue mi mejor decisión, quizás con esto le he ahorrado a esos seres inocentes ser despreciado igualmente por su padre o que lo intentase esconder por vergüenza y eso es peor que no nacer. Sentí la puerta ser abierta por alguien y ni m
Narrador:Por primera vez en su corta vida Lidia estaba viajando a la madriguera de su bisabuelo, ya que una vez fue invitada hacerlo, pero menosprecio ese lugar repudiando con todo su ser porque aborrecía tener que estar un segundo en ese lugar y hoy no solo durará un segundo, sino que no tiene fecha para regresar a la manada, a la única casa que conoce.Viajando en clase turista como cualquier humano, llegó a Brasil, con enfado arrastra su maleta atravesando el aeropuerto notando que nadie se ha dignado en ir por ella. Y desde ese momento sabe lo que le espera.Salió en busca de un taxi y dos horas después se encontraba en lo que parece ser una manada que no es fea ni desagradable como se imaginó.<<Le llaman madriguera a una manada>>pensó pagando la cantidad de dinero que le indicó el taxista y miró que dentro de su cartera ya le quedaba poca plata, su padre s