Mafiosita, apóyame comentando.¿Que tal te ha parecido la historia? XOXO
CAPÍTULO 127: SOLO CONTIGO.Esa noche, Artem llegó a casa, cansado pero feliz de estar allí. Al entrar, sus ojos se posaron en Liana, quien lo esperaba con una sonrisa traviesa y un conjunto de ropa íntima que lo dejó sin aliento. Se veía increíblemente sexy, y la pequeña caja de regalo que sostenía en las manos solo añadía un toque de misterio. Sin pensarlo, se acercó a ella, la tomó de la cintura y la besó con hambre, como si no pudiera contenerse más.—¿Qué es esto? —preguntó, aun sin soltarla, mirando la cajita con curiosidad.—Un regalo —respondió ella, sonriendo coqueta.Artem soltó una carcajada suave y le acarició el rostro con ternura.—Aún faltan dos meses para mi cumpleaños treinta y seis —le dijo, divertido—. Pero no me molesta recibir este por adelantado.Con cuidado, abrió el regalo, sus dedos moviéndose con agilidad, pero cuando vio lo que había dentro, su expresión cambió por completo. Se quedó perplejo, levantó la mirada hacia ella, y sus ojos se llenaron de incredulid
CAPÍTULO 128: PERFECCIÓN.—¡Sí! —gimió Liana en voz alta, disfrutando de la lengua de su marido jugar con su clítoris. Su cuerpo se estremeció por el orgasmo, y Artem se deleitó con cada momento, saboreándola como si fuera el manjar más exquisito que jamás hubiera probado.—No hay nada en el mundo tan adictivo como tú.Liana escondió la cara en la almohada y sonrió. A medida que su respiración se volvía más lenta, de repente Artem le dio una nalgada que la tomó por sorpresa.—Esto apenas empieza, krasota —dijo con un tono dominante, agarrándola de las caderas y posicionándola con firmeza. Le dio otra palmada en el culo, arrancándole un pequeño chillido. —Te dije que no iba a poder controlarme —añadió, sus ojos ardiendo con deseo. —Ahora asume las consecuencias.Liana giró la cabeza para mirarlo por encima del hombro, con una sonrisa sensual en los labios.—No estoy pidiendo que lo hagas, esposo —respondió con un tono provocativo—. Dámelo todo.Artem apretó sus dedos en las caderas de L
CAPÍTULO 129: PROMESA ROTA.—Todo marcha bien con tus análisis, Liana —dijo el médico, mientras revisaba sus notas—, pero recuerda que los primeros tres meses son cruciales. No olvides tomar tus vitaminas y, sobre todo, disfrutar de esta etapa tan especial.Liana le dio una sonrisa radiante y asintió emocionada.—Cumpliré sus órdenes al pie de la letra, doctor. Voy a cuidar a mi bebé.—Bien, entonces te espero el próximo mes —el médico se puso de pie y Liana lo siguió—. Tendremos tu primera ecografía.Liana asintió de nuevo, esta vez más emocionada. La idea de ver a esa pequeña vida en su interior hacía que su corazón se acelerara y se llenara de amor. El médico quería hacerla ese día, pero ella quería hacerlo con Artem y él estaba en un asunto de negocios. Después de que asumiera el mando de la organización de su padre y la de Mijaíl, el trabajo era doble. Pero estaba segura de que la próxima vez estaría a su lado para ver a su hijo.Al salir al pasillo, los guardaespaldas asignados p
CAPÍTULO 130: PROMESA DE VENGANZA.«¡Quédese atrás, señora!…¡Liana, corre! ¡Por Dios, corre!..¡No, no! ¡Déjenme!..Los secuestradores la arrastraron hasta una camioneta negra. Intentó resistirse, pateando y gritando, pero fue inútil. Uno de ellos la golpeó en la cabeza y todo se volvió negro.»Cuando Liana despertó, la oscuridad la envolvía. Estaba atada a una silla, sus muñecas le dolían por las cuerdas que las inmovilizaban. Su cabeza latía, como si alguien la hubiera aporreado repetidamente. Trató de recordar todo lo que había pasado, pero los fragmentos eran confusos, como un mal sueño que no terminaba de encajar.De repente, la puerta se abrió y un hombre alto y corpulento entró en la habitación. Tenía una cicatriz profunda que le cruzaba el rostro, y en su sonrisa se reflejaba la crueldad que emanaba de él.—Veo que despertaste —dijo con una sonrisa malvada—. Y eso es bueno, porque tenemos mucho de qué hablar… tú y yo, 'amina (princesa). Mucho de qué hablar.Mientras tanto, en
CAPÍTULO 131: UN PLAN MAESTRO.En su estudio, Artem seguía caminando de un lado al otro; cada segundo que pasaba sin tener noticias de Liana le quemaba por dentro. Ahora que sabía que Jamal estaba detrás de todo, esa certeza lo enfurecía aún más. Había escuchado hablar de la crueldad de los jefes árabes, y el miedo se instaló en su pecho como un cáncer, empezando a destruirlo todo.No podía permitirse perderla, y menos sabiendo que estaba esperando un hijo suyo. Es por eso que la desesperación lo empujó a buscar a Santino, y ya estaba cansado de esperar.―¿Qué tanto puede tardarse? ―le dijo a Alexei, quien solo se había limitado a mirarlo.―Ten calma, ya llegará. No tiene alas, Artem...―¿Calma? ¿Calma? Nunca la tuve antes, ¿y crees que voy a tenerla ahora?Alexei solo respiró hondo y se esforzó por comprenderlo; él en algún momento fue él. Así que solo iba a dejarlo exteriorizar.―Voy a llamarlo de nuevo...Apenas iba a marcar cuando se abrió la puerta.―Lo siento, el tráfico hoy es
CAPÍTULO 132: COMIDA PARA GUSANOS.Después de la conversación, Santino y Alexei se fueron a afinar los detalles. Aunque Alexei no podría ir debido a su recuperación, quería ayudar en todo lo que pudiera. Mientras tanto, Artem estaba en su estudio, acompañado de su hombre de confianza.—Aquí está lo que pidió, señor —dijo el hombre, dejando un archivo en el escritorio.Artem, con el rostro inexpresivo, abrió el archivo y alzó una ceja al ver la fotografía. Era la chica nueva del servicio, la que habían contratado después del incidente de Víctor Rossi. La misma que había pasado desapercibida… hasta ahora.—Hice la tarea —continuó el hombre, con una expresión seria—. La chica tiene una identidad falsa. Pertenece a una célula conectada con un tal “Yamal”, y todo parece indicar que estos están unidos a la mafia de los Emiratos.Artem apretó los labios, y la ira cruzó su mirada. Las venas en sus manos sobresalían mientras cerraba el archivo de golpe.—¡Perra! —exclamó con desprecio—. Nos ha
CAPÍTULO 133: UNA TIERRA ANTIGUA.El avión privado descendió suavemente sobre la pista del aeropuerto de Abu Dhabi. A lo lejos, la majestuosidad de la ciudad se desplegaba con rascacielos resplandecientes y palacios blancos como perlas, deslumbrando entre las vastas arenas del desierto. Una vez todo estuvo en su lugar, Artem y Santino descendieron por la escalerilla del avión. Esperándolos, se encontraba un hombre de imponente presencia. Vestía una dishdasha blanca inmaculada, y sobre su cabeza un keffiyeh sujeto por un agal negro, destacando su porte real. Su mirada oscura y penetrante irradiaba una intensidad que hablaba de poder y peligro. A su alrededor, un grupo de guardaespaldas vestidos de negro vigilaban con rigidez, sus rostros severos y atentos.El hombre se apartó con elegancia de su Rolls-Royce y caminó hacia ellos y, extendió la mano primero a Santino y luego a Artem.—Bienvenidos —dijo con un ligero movimiento de cabeza.Artem y Santino respondieron con un asentimiento
CAPÍTULO 134: SUBASTA DE HALCONES.La noche había caído en el palacio y Artem y Santino fueron conducidos a sus habitaciones. Era un lujo que cualquier persona apreciaría, pero no Artem. Nada lograba distraerlo de la realidad desgarradora de saber que el amor de su vida estaba en manos de un hombre cruel y despiadado.Incapaz de conciliar el sueño, se levantó de la cama, vistiendo solo un pantalón de chándal, y se dirigió al balcón, donde las estrellas brillaban en el cielo como pequeños diamantes sobre el vasto manto oscuro del desierto. Sus ojos grises se posaron en la belleza del horizonte nocturno, pero su mente estaba lejos.La amargura y la desesperación lo consumían.—Resiste, krasota… Resiste. Iré por ti, aunque tenga que descender al mismo infierno para traerte de vuelta.Su pecho se contrajo al recordar la felicidad que había sentido al escuchar a Liana hablar de su hijo, de los sueños que tenían juntos. Pero ahora, esos sueños parecían tan lejanos, casi inalcanzables.De rep