CAPÍTULO 37: LE TRAJE FLORES.—Todo está bien con usted y con el bebé, no hay nada de qué preocuparse. Ambos están sanos y en perfecto estado —dijo el médico con un tono sereno.André asintió, dejando escapar un suspiro de alivio, y agradeció con un ligero movimiento de cabeza mientras el médico se retiraba. Apenas la puerta se cerró, tomó la mano de Julieta entre las suyas, intentando darle un poco de consuelo. Ella, sin embargo, no apartaba la mirada de la pared, sus ojos llenos de un dolor tan profundo que parecían casi vacíos. La muerte de Natalia la había dejado devastada, y André sentía la impotencia de no poder aliviar ni un poco su tristeza.—Amore… —susurró, con ternura—. Sé que nada puede calmar este dolor, pero quiero que sepas que siempre estaré contigo. No importa lo que pase, voy a estar aquí, a tu lado. Prometo ayudarte a superar esto, amor. Lo haremos juntos.Julieta simplemente asintió, sin mirarlo, y luego se recostó, agotada y envuelta en su propio pesar. Unas lágri
CAPÍTULO 38: UNA BODA PECULIAR.André miró su reloj por tercera vez y suspiró, impaciente. Miró hacia el pasillo y alzó la voz:—Julieta, ¡por favor, apúrate! —dijo con tono firme, aunque algo resignado.A su lado, Santino agitó su vaso de whisky y le dio un trago con calma, disfrutando el sabor sin prisa. Con una sonrisa burlona, añadió:—Relájate, André, mejor siéntate, porque nos va a llevar un buen rato esperar.Julieta y Sophia aún estaban arreglándose en la habitación. Ese día asistirían a la boda de Enzo, un viejo amigo en común de Santino y André, y ambas querían lucir impecables.André se cruzó de brazos, frunció el ceño y volvió a mirar a Santino.—¿Estás seguro de que es su boda? —preguntó, quitándole el vaso de whisky y tomando un sorbo sin dudar—. No he visto ningún anuncio en el periódico, y los Bianchi suelen hacer las cosas a lo grande.Santino le arrebató el vaso de vuelta, murmurando:—Sírvete el tuyo. —Luego de un trago más, continuó—. Lo sé, no hay nada en ninguna
CAPÍTULO 39: UNA MADRE EQUIVOCADA.Boston, Estados Unidos.—¿¡Cómo que usaron mi esperma?! —la voz de Marco era fría, dura, y sonaba amenazante. Se puso de pie de un salto y sus ojos se entrecerraron.Al otro lado de la línea, el hombre de la clínica tartamudeó, visiblemente nervioso.—Se… se debió a una confusión —respondió, la voz temblándole—. Le aseguro que…Marco lo interrumpió de inmediato.—Más te vale darme toda la información sobre la mujer que lleva a mi bebé —amenazó, con una calma que resultaba aterradora—. De lo contrario, su cuerpo será comida para tiburones.—Sí, sí, señor… —dijo el hombre temblando— tendrá toda la información que necesite cuanto antes.Marco lanzó una última advertencia antes de colgar y, al hacerlo, se dejó caer en la silla, frustrado. Había acudido a esa clínica de fertilidad en Boston para cumplir un deseo que lo apremiaba a sus 37 años: tener un heredero. Bien podría casarse y tener una esposa. Pero no lo deseaba.No quería casarse ni complicarse c
¡Hola, mis queridas lectoras mafiosas!Así concluimos este emocionante viaje con la serie “Pequeñas Alianzas”. Sé que hay muchas emociones encontradas con la muerte de Natalia, pero quiero que entiendan que cada historia tiene su propio camino y desde el principio así estaba planeado.Muchísimas gracias por acompañarme en esta aventura con mis queridos personajes mafiosos.Aprovecho para aclarar la duda de Adriana: Enzo es quien le da la información de Rocco a André y es amigo tanto de él como de Santino. He explique un poco sobre él, y además, ¡su historia será la siguiente!Pronto podrán disfrutar de “Esposa Rusa: Cautiva del Tío Mafioso de mi Ex”. Así que estén atentas y espero que me acompañen a conocer a Enzo y Svetlana. Y no se preocupen, Marco también tendrá su historia.Un beso enorme, y las amo.
PRÓLOGOPRISIÓN DE MÁXIMA SEGURIDADEl sótano oscuro y húmedo de la prisión vibraba con la energía de una brutal competencia. Los gritos de los reos resonaban en la jaula de peleas clandestina, donde el sudor y la sangre se mezclaban en el aire cargado de violencia. Luces parpadeantes apenas iluminaban las caras distorsionadas por la excitación de los espectadores.En el centro de la jaula, el reo 201 se erguía como una sombra de muerte, un hombre de cabello rubio y ojos grises que destellaban como cuchillas. La furia hervía en su interior, una fuerza imparable que lo impulsaba a moverse con la precisión letal de un depredador. Cuando su oponente lanzó el primer golpe, 201 lo esquivó con agilidad felina y contraatacó sin piedad. Su puño se hundió en el estómago del otro hombre, arrancándole un grito de dolor mientras se doblaba en dos.―¡Vamos, 201! ¡Acaba con él! ―rugió un reo, sus palabras alimentando la furia en el pecho de Artem Vasiliev.Los demás prisioneros aullaron en aprobaci
CAPÍTULO 1: UNA PROPUESTAArtem observó a Vittorio Moretti con una mezcla de desdén y cautela. Los Moretti eran una de las familias más poderosas de Italia, su influencia extendiéndose desde Sicilia hasta Nueva York. Sin embargo, la sola idea de tratar con un italiano le revolvía el estómago. Sus pensamientos lo llevaron inevitablemente a Santino D' Luca, y la desconfianza en sus ojos se profundizó.—Supongamos que estoy de humor para escuchar tu propuesta, Vittorio. Así que date prisa. Me estoy aburriendo.Artem no se molestó en sentarse. En lugar de eso, giró para fijar su mirada en un antiguo retrato, su mente alejada de la presencia del anciano. Pero Vittorio, apoyándose en su bastón, se puso de pie con esfuerzo, con el rostro marcado por el paso de los años y la culpa que lo corroía por dentro.—Me estoy muriendo, Artem... —empezó, pero la risa seca de Artem lo interrumpió.—¿Y qué tiene eso que ver conmigo? —preguntó con una frialdad que cortaba—. ¿Quieres que te diga que lo sie
CAPÍTULO 2: UNA VISITA INESPERADA.En la mansión Antonov, el ambiente era festivo y alegre. El jardín estaba decorado con globos de color rosa y mesas adornadas con flores. La familia y los amigos se reunían para celebrar el bautizo de Milenka, la hija de Alexei y Tatiana. La música suave llenaba el aire mientras los invitados charlaban y reían.―No puedo esperar a ver cómo te las arreglas con la fila de pretendientes que tendrá Milenka cuando crezca ―dijo Santino, dándole una palmada en la espalda―. Con esos ojos y esa sonrisa, seguro que va a romper más de un corazón.Alexei, con su hija en brazos, miró a su amigo. Su expresión era fría y calculada, pero había un destello de diversión en sus ojos.―Te aseguro que cualquier chico que se acerque a mi hija tendrá que pasar primero por mi pistola ―respondió, con voz calmada pero amenazante. Y créeme, no es conocida por ser particularmente amable con los que tratan de quitarme lo que es mío.Santino soltó una carcajada, sin dejarse intim
CAPITULO 3: ELLA ES UNA MONJA.—¿O sea, que estás heredando una organización? —preguntó Alexei, aún procesando la situación.—Sí y no. Verás, ¿recuerdas a Vittorio Moretti? —respondió Artem.Alexei asintió.—Lo recuerdo, está metido en el negocio de armas y casinos.—Bueno, acaba de morir —dijo Artem con calma.Esa fue la segunda vez que Alexei se atragantó. Y Artem continuó, sin inmutarse.—Y dejó todo a nombre de su hija, su única hija.—¿Vittorio tuvo una hija?—Sí. Por lo que investigué, debe tener unos 20 años. Según Vittorio, la llevó a un convento a los 17. Tenía que casarse con Víctor Rossi, pero, tras romper el compromiso, la escondió allí.Alexei no dijo nada y procesó la información. Sus ojos se estrecharon de repente.―¿Estamos hablando del Víctor Rossi de la costa sur?―¿Sabes quién es?―No lo conozco, pero dicen que prefiere a chicas de 18. Y según los rumores, ninguna ha salido viva de su casa.Artem asintió mientras apretaba sus manos.―Bueno, entonces no mintió.Alexe