JAJAJAJA, ESTOS DOS.... NO CHICO, QUE CALOR... XOXO
CAPÍTULO 129: PROMESA ROTA.—Todo marcha bien con tus análisis, Liana —dijo el médico, mientras revisaba sus notas—, pero recuerda que los primeros tres meses son cruciales. No olvides tomar tus vitaminas y, sobre todo, disfrutar de esta etapa tan especial.Liana le dio una sonrisa radiante y asintió emocionada.—Cumpliré sus órdenes al pie de la letra, doctor. Voy a cuidar a mi bebé.—Bien, entonces te espero el próximo mes —el médico se puso de pie y Liana lo siguió—. Tendremos tu primera ecografía.Liana asintió de nuevo, esta vez más emocionada. La idea de ver a esa pequeña vida en su interior hacía que su corazón se acelerara y se llenara de amor. El médico quería hacerla ese día, pero ella quería hacerlo con Artem y él estaba en un asunto de negocios. Después de que asumiera el mando de la organización de su padre y la de Mijaíl, el trabajo era doble. Pero estaba segura de que la próxima vez estaría a su lado para ver a su hijo.Al salir al pasillo, los guardaespaldas asignados p
CAPÍTULO 130: PROMESA DE VENGANZA.«¡Quédese atrás, señora!…¡Liana, corre! ¡Por Dios, corre!..¡No, no! ¡Déjenme!..Los secuestradores la arrastraron hasta una camioneta negra. Intentó resistirse, pateando y gritando, pero fue inútil. Uno de ellos la golpeó en la cabeza y todo se volvió negro.»Cuando Liana despertó, la oscuridad la envolvía. Estaba atada a una silla, sus muñecas le dolían por las cuerdas que las inmovilizaban. Su cabeza latía, como si alguien la hubiera aporreado repetidamente. Trató de recordar todo lo que había pasado, pero los fragmentos eran confusos, como un mal sueño que no terminaba de encajar.De repente, la puerta se abrió y un hombre alto y corpulento entró en la habitación. Tenía una cicatriz profunda que le cruzaba el rostro, y en su sonrisa se reflejaba la crueldad que emanaba de él.—Veo que despertaste —dijo con una sonrisa malvada—. Y eso es bueno, porque tenemos mucho de qué hablar… tú y yo, 'amina (princesa). Mucho de qué hablar.Mientras tanto, en
CAPÍTULO 131: UN PLAN MAESTRO.En su estudio, Artem seguía caminando de un lado al otro; cada segundo que pasaba sin tener noticias de Liana le quemaba por dentro. Ahora que sabía que Jamal estaba detrás de todo, esa certeza lo enfurecía aún más. Había escuchado hablar de la crueldad de los jefes árabes, y el miedo se instaló en su pecho como un cáncer, empezando a destruirlo todo.No podía permitirse perderla, y menos sabiendo que estaba esperando un hijo suyo. Es por eso que la desesperación lo empujó a buscar a Santino, y ya estaba cansado de esperar.―¿Qué tanto puede tardarse? ―le dijo a Alexei, quien solo se había limitado a mirarlo.―Ten calma, ya llegará. No tiene alas, Artem...―¿Calma? ¿Calma? Nunca la tuve antes, ¿y crees que voy a tenerla ahora?Alexei solo respiró hondo y se esforzó por comprenderlo; él en algún momento fue él. Así que solo iba a dejarlo exteriorizar.―Voy a llamarlo de nuevo...Apenas iba a marcar cuando se abrió la puerta.―Lo siento, el tráfico hoy es
CAPÍTULO 132: COMIDA PARA GUSANOS.Después de la conversación, Santino y Alexei se fueron a afinar los detalles. Aunque Alexei no podría ir debido a su recuperación, quería ayudar en todo lo que pudiera. Mientras tanto, Artem estaba en su estudio, acompañado de su hombre de confianza.—Aquí está lo que pidió, señor —dijo el hombre, dejando un archivo en el escritorio.Artem, con el rostro inexpresivo, abrió el archivo y alzó una ceja al ver la fotografía. Era la chica nueva del servicio, la que habían contratado después del incidente de Víctor Rossi. La misma que había pasado desapercibida… hasta ahora.—Hice la tarea —continuó el hombre, con una expresión seria—. La chica tiene una identidad falsa. Pertenece a una célula conectada con un tal “Yamal”, y todo parece indicar que estos están unidos a la mafia de los Emiratos.Artem apretó los labios, y la ira cruzó su mirada. Las venas en sus manos sobresalían mientras cerraba el archivo de golpe.—¡Perra! —exclamó con desprecio—. Nos ha
CAPÍTULO 133: UNA TIERRA ANTIGUA.El avión privado descendió suavemente sobre la pista del aeropuerto de Abu Dhabi. A lo lejos, la majestuosidad de la ciudad se desplegaba con rascacielos resplandecientes y palacios blancos como perlas, deslumbrando entre las vastas arenas del desierto. Una vez todo estuvo en su lugar, Artem y Santino descendieron por la escalerilla del avión. Esperándolos, se encontraba un hombre de imponente presencia. Vestía una dishdasha blanca inmaculada, y sobre su cabeza un keffiyeh sujeto por un agal negro, destacando su porte real. Su mirada oscura y penetrante irradiaba una intensidad que hablaba de poder y peligro. A su alrededor, un grupo de guardaespaldas vestidos de negro vigilaban con rigidez, sus rostros severos y atentos.El hombre se apartó con elegancia de su Rolls-Royce y caminó hacia ellos y, extendió la mano primero a Santino y luego a Artem.—Bienvenidos —dijo con un ligero movimiento de cabeza.Artem y Santino respondieron con un asentimiento
CAPÍTULO 134: SUBASTA DE HALCONES.La noche había caído en el palacio y Artem y Santino fueron conducidos a sus habitaciones. Era un lujo que cualquier persona apreciaría, pero no Artem. Nada lograba distraerlo de la realidad desgarradora de saber que el amor de su vida estaba en manos de un hombre cruel y despiadado.Incapaz de conciliar el sueño, se levantó de la cama, vistiendo solo un pantalón de chándal, y se dirigió al balcón, donde las estrellas brillaban en el cielo como pequeños diamantes sobre el vasto manto oscuro del desierto. Sus ojos grises se posaron en la belleza del horizonte nocturno, pero su mente estaba lejos.La amargura y la desesperación lo consumían.—Resiste, krasota… Resiste. Iré por ti, aunque tenga que descender al mismo infierno para traerte de vuelta.Su pecho se contrajo al recordar la felicidad que había sentido al escuchar a Liana hablar de su hijo, de los sueños que tenían juntos. Pero ahora, esos sueños parecían tan lejanos, casi inalcanzables.De rep
CAPÍTULO 135: HORA CERO.La subasta avanzó y los murmullos en árabe llenaban el aire mientras el Halcón Dorado, una de las criaturas más preciadas, se exhibía con orgullo. Santino, con su mirada afilada, se inclinó hacia adelante, listo para ejecutar su parte del plan.—¿Cien mil? —preguntó el subastador, y un jeque de apariencia imponente levantó la mano sin dudar.—Doscientos mil —replicó Santino, atrayendo miradas sorprendidas de algunos de los otros asistentes.El jeque frunció el ceño y levantó nuevamente la mano.—Trescientos mil.Santino hizo una pausa dramática y luego, con una sonrisa, levantó la mano.—Quinientos mil.Los murmullos se intensificaron en la sala. Algunos de los asistentes intercambiaban miradas incrédulas, pero el jeque no parecía dispuesto a ceder.—Seiscientos mil —dijo con firmeza.Santino, manteniendo la calma, alzó nuevamente la mano.—Un millón.El silencio se hizo profundo en el salón. La cifra era exorbitante, incluso para una subasta como esta. El jequ
CAPÍTULO 136: LA EJECUCIÓN DEL TRAIDOR.Artem apretó los dientes, mientras observaba a Larissa con los ojos entrecerrados, sin apartar la vista del arma que ella sostenía. La furia dentro de él era incontrolable, pero sabía que cualquier movimiento en falso podría costarle la vida a Liana.—Eres una traidora —espetó, con desprecio.Sabía que Larissa estaría allí. La empleada había confesado que Larissa le pagaba por información sobre todo lo que sucedía en la casa. Ella había filtrado cada detalle, desde los preparativos de la boda hasta que Liana estaba en el hospital.Larissa lanzó una risa amarga, una que parecía más de resentimiento que de alegría.—Si tan solo te hubieras enamorado de mí… —murmuró con amargura—. Si me hubieras visto como veías a Susana, o como ves a esa perra ahora… —señaló con un gesto despectivo hacia Liana, que todavía estaba inconsciente—. Pero no. En cambio, me humillaste, me ignoraste, me dejaste sin dignidad. Todo lo que tenías que hacer era amarme, ¡y no