CAPÍTULO 58: ¿SÍ O NO? Artem caminaba de un lado al otro de la sala como un león enjaulado; cada segundo que pasaba le hacía sentir que el tiempo se le escurría entre los dedos. Las palabras de Stefano resonaban en su cabeza: Víctor planea sacarla del país en horas. No podía perder a Liana. No quería perderla. Por otro lado, el recuerdo de lo que le había dicho antes lo atormentaba, esas estúpidas palabras que soltó: «No eres Susana». Él, más que nadie, sabía que no era Susana, pero esa verdad le dolía menos que enfrentar lo que Liana realmente significaba para él. Liana no solo era diferente, era más. Se había colado en su vida de una forma que Susana nunca lo había hecho. Liana lo había desafiado, lo había enfrentado, y ahora... ella era lo único que importaba. De repente, la puerta se abrió y Alexei entró, seguido de Larisa y un hombre que Artem no reconocía. El aire en la habitación se volvió más denso. —Ya revisamos las cámaras —dijo Alexei con tono serio—. El saboteador fue
CAPÍTULO 59: UNA MUJER DESCONOCIDA.El aire estaba cargado de tensión mientras Artem, rodeado por su grupo de hombres, esperaba dar la orden de ataque. Todos aguardaban en silencio, con armas en mano y miradas firmes, pero la mente de Artem no dejaba de darle vueltas a un solo pensamiento.—¿Cómo conseguiste a ese idiota? —preguntó en voz baja, sin volverse.Alexei, sabiendo a quién se refería, negó ligeramente con la cabeza antes de responder.—No me dio muchos detalles, Artem. Solo dijo que quería recuperar a alguien que Víctor tiene... Lo que supe es que odia a Víctor tanto como nosotros. En el bajo mundo las noticias corren rápido, y todos escucharon sobre la guerra empresarial que ambos tenían —Alexei cargó su arma—. Supongo que su odio hacia Víctor lo impulsó a ayudarnos.La explicación dejó a Artem pensativo. Si bien tenía sus dudas sobre las motivaciones de Delacroix, una cosa estaba clara: mientras la ayuda de ese hombre fuera útil para recuperar a Liana, no le importaba nada
CAPITULO 60: ¿CUAL ES EL PLAN?Liana miró a la mujer delante de ella y se puso nerviosa. Antes de que pudiera hacer algo, la mujer negó con la cabeza y dijo:—No te haré daño.Liana la miró con precaución. La mujer sonrió con dulzura.—Me llamo Carina.Extendió la mano, pero Liana dudó. Carina bajó la mirada y retiró la mano.—Entiendo que estés renuente y que no confíes en mí —dijo Carina.Liana frunció el ceño y preguntó:—¿Quién eres?Carina dudó un poco antes de responder.—Soy prima de Víctor.Al escuchar esto, Liana retrocedió e intentó alejarse, pero Carina la agarró del brazo.—No me temas —dijo tranquilizándola—. No te haré nada. Sé que estuvo mal que te tenga aquí en contra de tu voluntad, aunque mi primo no es como tú crees.Liana la miró asustada y confundida, Carina bajó la mirada y añadió:—Sé lo que es tener miedo y no poder escapar de tu verdugo.Sus ojos se llenaron de tristeza y Liana lo vio, no pudo evitar preguntar.—¿Víctor te tiene secuestrada?Carina negó con la
CAPITULO 61: ME TIENES HARTA.Minutos después…—¡Oye! ¡No estaba hablando de esto! ¡No voy a irme sin Artem! —gritó Liana.Leonardo rodó los ojos ante la renuencia de la mujer y la metió en el auto blindado en contra de su voluntad.—¿Crees que puedes ser de ayuda allá? —le dijo con exasperación—. Tu marido estará más tranquilo si estás en un lugar seguro, mujer. Ya deja de pelear y guarda silencio.—¿Qué? ¿Me estás diciendo que me calle? ¿Quién demonios te crees? ¡Déjame salir, no voy a...!Pero Leonardo ya había cerrado la puerta, silenciando sus gritos. Miró a uno de sus guardaespaldas y le dio instrucciones.—Llévala a la mansión Moretti, y asegúrate de que esté segura, ¿entiendes?El hombre asintió, y antes de que se fuera, Leonardo añadió:—Toma una vía alterna. No te confíes.—Sí, señor.A su lado y temblando de miedo, Carina luchaba por controlar su corazón asustado. Pero cuando Leonardo posó sus ojos en ella, el miedo empeoró.—Bueno, mi amor, tú y yo tendremos una larga charl
CAPÍTULO 62: ES UNA BASURA.Liana no podía creer lo que acababa de escuchar. Su mente se resistía a aceptar las palabras de Larisa, pero algo en su interior le decía que esa revelación estaba desgarrando la realidad que había conocido. ¿Su matrimonio con Artem... una mentira?—No puede ser verdad —murmuró—. Estás mintiendo. Artem no haría algo así...Larisa soltó una carcajada cruel, inclinándose hacia adelante con una sonrisa de superioridad.—¿De verdad eres tan ingenua? Claro que lo haría. Lo escuché con mis propios oídos, Liana. Artem y Alexei hablando de cómo todo esto... no es más que una farsa.Liana retrocedió un paso, negando con la cabeza.—No... No puede ser... él...Larisa la miró con desprecio, sus labios retorcidos en una sonrisa burlona.—¡Qué patética eres! Artem solo tenía un objetivo, Liana. Solo aceptó fingir casarse contigo porque necesitaba el poder de tu padre para poder vengarse. ¿No adivinas de quién y por qué?El aire parecía desaparecer del pecho de Liana. No
CAPÍTULO 63: TRATO TERMINADO.Artem miró a Liana, y a pesar del dolor palpitante de su herida, el alivio lo invadió al verla a salvo. Cada paso que daba hacia ella le costaba, su respiración era entrecortada, y la sangre seguía manchando su camisa, pero nada de eso importaba. Lo único en su mente era llegar hasta ella, abrazarla, asegurarse de que estuviera bien.—Krasota... (belleza) —susurró, su voz rota pero llena de devoción.Sus piernas temblaban bajo el peso del agotamiento, pero seguía avanzando, paso a paso. Los guardaespaldas que lo habían sostenido intentaron detenerlo, pero Artem se soltó con fuerza, decidido a llegar hasta ella. El dolor físico era soportable; lo que realmente dolía era pensar que podría haberla perdido.Sin embargo, Liana permanecía inmóvil, mirándolo con una mezcla de emociones que ni siquiera ella podía desentrañar del todo. Su rostro, habitualmente cálido y dulce, era ahora una máscara de hielo y furia contenida. En otro momento, habría corrido hacia é
CAPITULO 64: VENCER A UN FASTAMA.El rostro de Artem se contrajo y trató de incorporarse de nuevo, pero sus fuerzas no fueron suficientes y volvió a desplomarse. Con los ojos llenos de desesperación, extendió la mano hacia ella.—¡No! No puedo perderte... Por favor… ¡Ahh! ―él gimió de dolor, sus ojos nublándose.Pero Liana permaneció impasible ante la escena. El dolor en sus ojos era profundo, pero lo ocultó tras una máscara de indiferencia.—Vete, Artem. —Su voz tembló ligeramente, pero el frío en sus palabras no dejó espacio a dudas—. Quiero que te largues de mi vida.Se dio la vuelta y Artem intentó seguirla, pero cayó una vez más. Alexei, que había estado observando en silencio, se acercó y lo ayudó a levantarse.—Déjala, Artem —dijo mientras lo sostenía.—¡No! No puedo perderla —respondió Artem, tratando de apartarse. Pero Alexei lo sujetó con firmeza.—Sigues perdiendo sangre —le advirtió, llevándolo al sofá. Pero Artem, seguía con la mirada perdida en la dirección en la que Lia
CAPÍTULO 65: CUMPLIR UNA PROMESA.Artem se encontraba atrapado en una pesadilla. Estaba en el suelo, tapándose los oídos, intentando ahogar los gritos de su madre. Su corazón latía con fuerza, y el miedo lo paralizaba. Los sollozos y los gemidos de dolor de ella, golpeada brutalmente por su padre, lo consumían. Quería que todo terminara, pero los gritos solo se intensificaban, retumbando en su cabeza.De repente, un arrebato de valentía lo impulsó a ponerse de pie. Y caminó hacia la puerta de la habitación. Al abrirla, vio a su madre en el suelo, despeinada, con el pómulo hinchado por los golpes. La ira lo invadió al verla así. Sus manos se apretaron en puños y, sin pensarlo dos veces, clavó sus ojos en su padre.—Déjala en paz —gruñó con fiereza—. No vuelvas a pegarle.Mijaíl alzó una ceja con burla. Dio una calada a su puro antes de acercarse lentamente y soltar el humo en la cara de Artem, la frialdad de su mirada lo perforó.—¿Quién te crees para darme órdenes? —preguntó con despr