Estaba admirada y sorprendida de la rapidez de los hermanos para negociar y moverse en esto de la mafia. Habían pasado quizá unos tres meses, todo había tomado su curso. Estábamos de regreso a la mansión, doblaron la seguridad. Sucedieron muchas cosas, había aprendido clases de defensa personal y manejo de armas. Me faltaban dos meses para graduarme como Química, todo gracias al profesor Albert. Había conseguido un convenio con la Universidad estatal, donde el expuso que "era un genio". Me dieron muchos puntajes y logré eximir más de la mitad de semestres, por lo que iba a tener mi preciado título. Tampoco es como que fue tan fácil, hubo muchas noches que no dormí por estar estudiando para pruebas y debates. Piero uso una de sus propiedades para crear los laboratorios donde estábamos produciendo la nueva droga. Tenían varios trabajadores, yo iba a su cabecilla. Dirigiendo y controlando que todo marchará de la mejor manera. Los niveles de producción aumentaron un 7% más este mes. La
Desperté sintiendo un fuerte ardor en mi brazo, mi cabeza dolía y amenazaba con explotar en cualquier momento. Me sentía confundida, había perdido un poco el sentido de la orientación. Recordaba perfectamente que había regresado con el camión a la mansión de los hermanos. Intente levantarme, pero me lo impidieron.—No te muevas, Ginebra. —advirtió—, estás herida.—¿Lo dices por mi brazo? no, no te preocupes estoy bien—respondí.—¿En que estabas pensando, mujer? ¡Casi te matan o peor aún, te llevaban detenida! —exclama—, Rob me ha contado todo, a pesar de que eres una terca, desobediente, te felicito por haber salvado a mis hombres y al cargamento. En serio que eres increíble.—No me regañes, en realidad no sé de dónde saqué la gallardía para hacer todo lo que hice. —expuse, aún no lo sabía, pero agradecía al de arriba por habérmela dado, sino no sabría con exactitud que hubiese ocurrido—, he matado a tres hombres, Piero. ¿En qué me convertí?—Querías entrar al negocio, ¿verdad? —pregu
El padre de los Santorini se había regresado a Italia, yo me encontraba mejor de mi brazo y ya no me dolía. Continúe haciendo entregas y acompañando a Piero o a Petro a reuniones relacionadas con Gmax, nuestra producción se había cuadruplicado y habíamos abarcado la mayor parte de Asia, teníamos un nuevo inversionista hindú, estaba muy contenta, porque jamás había salido de París y ahora iba a viajar con Piero a España. Había personas interesadas en comprarnos Gmax y debíamos visitarlas, además de una entrega de armas que pidió uno de sus políticos.Había terminado de alistar mi valija, llevaba ropa elegante y con estilo, ahora debía vestir diferente. Lleve todo lo necesario para los días que íbamos a estar, termine de vestirme y me coloque los tacones, ya no me molestaban como antes y se me hacía más fácil poder caminar. Tomé el bolso y guardé mi pasaporte, teléfono, cargador y billetera. Se sentía demasiado bien tener mi propio dinero, razón por la cual podía comprar mi vestimenta a
Por obra divina Rob nos interrumpió cuando estaba por responderle a Piero, suspire con alivio y me relaje. Tampoco sabía que decirle, ¿Qué se le responde a un "me encantas"? No sabía que decir y fui salvada por suerte. Su sola presencia me ponía los vellos de punta, ¿Cómo si quiera podía responderle a semejante comentario?—Ginebra, regresa al hotel con Titan.—ordeno—, debo resolver unos asuntos con Rob.—De ninguna manera, iré con ustedes—respondo inmediatamente. ¿a qué asuntos se refería?—No, no irás. —decretó—, te regresas al hotel y me esperas allí. En caso de que me demore, asiste a la reunión con los inversionistas, eso es mas importante, Gin.—Está bien—acepte porque sabía que resistirme no solucionaría nada y no él jamás cedería.Subí en la camioneta con Titan y dos hombres más. Condujo por todo Madrid hasta regresar al hotel, subí a la habitación y al entrar me sorprendí mucho, encima de la cama había una caja color dorado con un moño azul marino gigante, en el escritorio de
Después de todo aquello dicho por parte de Piero, las cosas se tornaron muy tensas entre los dos. Fueron los tres peores días, trataba de pasar lo más posible alejada de él, entre las cenas, conferencias, entrevistas y citas con Eliot (todas profesionales) hablando de su proyecto. Lo veía solo en la noche cuando me tocaba dormir.Luego, regresamos a Paris y realice las entregas que tenía pendientes, pese que Petro y Pierina se pelearon con su hermano al enterarse de lo sucedido, igual había decidido tomar mis cosas y alejarme de ellos. Sabía que era una gran inmadurez por parte de Piero haber relacionado los negocios con nuestros sentimientos, pero por un lado lo mejor era irme, tomar nuevamente mis planes de explorar lugares nuevos y mucho mejor si era lejos de París. Así que lo había hecho, estaba en Milán, no fue ningún otro país lejano como lo premedite alguna vez, estaba en una ciudad completamente diferente a lo que había querido, pero no estaba para nada disgustada. Al contrari
Nos encontrábamos en la preciosa Roma, habíamos volado en el helicóptero a la capital de la gran Italia. Íbamos sumidos en un profundo silencio casi sepulcral, Emma estaba molesta y era evidente, por el abrazo efusivo. Estábamos esperando que Francesco nos enviará las coordenadas exactas del recinto donde tenían a Pierina. Nos había dicho que era un búnker de alta seguridad, por lo que entrar no sería nada fácil, lo cual nos daba a pensar que quizá allí se encontraba el tal Georgiano Vítale Bianchi. —Ustedes se quedarán con Titan, no irán—ordenó Piero. —¿Por qué no? ¡De ninguna manera quiero quedarme sola!—refuto Emma haciendo berrinche. —Porque eres indefensa y débil—respondió—, no servirías de nada y estorbarías, también porque no sabes defenderte. —ahí estaba el Piero que conozco, intento suavizar lo último. Pero que insoportable, un berrinche tremendo ¿solo por no quedarse sola? Puff, hice caso omiso a la orden de Piero y al teatro que estaba haciendo con la Barbie, s
POV PIEROHabíamos entrado y parecíamos victoriosos cuando varios hombres nos llegaron por detrás. Nos apuntaban y no parecían querer bajar sus armas, Gideon uno de mis hombres, disparo primero, ellos estaban por dispararnos, cuando les dieron la orden de no hacerlo. —Calma perros, hoy no muere nadie—dijo fuerte y claro. ¿Y esté quién es? —, síganme, por favor.No teníamos más opción eran muchos y nosotros éramos muy pocos para enfrentarlos, me preguntaba ¿Cómo estará ella? ¿Le habrán hecho algo? Me dejaba tranquilo saber que era toda una fiera y además estaba con mi mejor hombre, Rob. Le seguí al hombre sin saber cuáles eran sus intenciones reales, ¿matarnos? era de esperarse, trabajaban para Georgiano, pagaría millones por mi cabeza. Mi sorpresa fue obvia cuando vi a Pierina con Rob y los demás hombres, excepto ella. Nos llevaron a la salida y nos dejaron ir, así sin más. Algo no andaba bien y lo sabía.—¡Pierina! —exclame feliz de verla sana—, ¿Te han hecho algo?—¡Hermanito!
Habían pasado varios días no sabía a ciencia exacta cuántos, pero se sentían una eternidad. Había recibido un sin fin de castigos y torturas para obtener la fórmula, estaba resistiendo todo hasta ahora, me seguían botando agua helada, no me daban de comer o beber más que una sola vez por día, pero nada se comparaba con la humillación de tener que hacer mis necesidades sobre mí misma, olía demasiado mal y cada vez me sentía más cansada y débil. Esperaba el fin de esta tortura, sabía que si hablaba todo cesaría, pero a cambio de eso traicionaría a los italianos. Y sé bien como cobran ellos la traición, con muerte súbita. Seguiría resistiendo todo lo que estuviesen dispuestos a hacerme, pues sabía bien que no me matarían porque era la única que memorizo la fórmula y no les conviene perderme. Mayormente por negocios, ellos quieren enfrentarse a los italianos y ser su competencia directa, pero eso no pasará, porque no pienso hablar. Seguía colgada de los brazos y a veces ya ni los sentía,