—¿Vino del año 43 o del 33?—preguntó la chica organizadora.—Cualquiera estará bien—respondí.—¿Blanco limpio, blanco champan o blanco hueso? Es para los manteles de las mesas. —volvió a preguntar. Me comenzaba a marear con tantas preguntas y al mismo tiempo.—El que quedé mejor—respondí nuevamente.—¿Flores petunias o gardenias? Ambas tienen un importante significado…—alargó.—Ambas entonces—respondí masajeando mi cien, me dolía la cabeza y sentí que me daría migraña.—¿Pastor o sacerdote?—preguntó y no entendí muy bien—, Es decir, ¿Qué religión?—católicos supongo—respondí dándole una mirada en búsqueda de auxilio a Pierina.—¿Servilletas color beige o color hueso?—volvió a preguntar, mi cabeza palpitaba y dolía con intensidad.—Color…—farfulle pero luego negué con mi cabeza.—, Pierina, encárgate por favor. —pedí y asintió sin rechistar.Los preparativos de la boda eran una experiencia inexplicable, el estrés era el principal factor de todo el proceso. Sin embargo, los nervios corrí
El dolor de perder a alguien que amas nunca será comparado con el de perder a un familiar, peor aún a un padre o madre. No lograba entender el dolor que sentían Pierina y Piero, pero imaginaba que era horrible. Piero volvió con los cuerpos embalsamados de los Santorini, esa misma noche, fue muy doloroso escuchar los berridos de ambos, en ningún momento dejaron de llorar. Fui muy fuerte para brindarles fortaleza a ellos, me sentía muy mal. No sabía cómo ayudarlos a sobrellevar el dolor, me enfoque en ayudar a Pierina con el bebé. Ahora entendía porque mi papá sufría tanto, porque el temor de que algo nos pasara. Sus elecciones y decisiones tendrían una consecuencia tarde o temprano. Por mucho que doliera es la realidad, toda acción siempre tendrá una reacción. No nos quedaba más que intentar no sufrir esas consecuencias tan pronto, teníamos que seguir alargando la felicidad que teníamos, aunque fuera de poco en poco. La vida nos estaba golpeando muy duro con pérdida tras pérdida. Pero s
Narrador omnisciente.Los recién casados subieron al auto que los estaba esperando, donde sus escoltas de confianza los escoltarían hasta el aeropuerto, donde su jet privado los esperaba para llevarlos a su tan esperada noche de luna de miel. Pero no contaban con que el destino tenía otros planes para ellos. Durante el camino hacia la pista de vuelo, un conjunto de camionetas blindadas rodeo a la feliz pareja, tomándolos por sorpresa y arruinando totalmente su día, como era de esperarse los disparos tomaron acción en la escena, mientras que el ahora esposo protegía a más no poder a su ahora esposa. Rob el hombre de confianza o mano de derecha de Piero Santorini, los defendía maniobrando en el auto para evitar a toda costa que los disparos llegaran a ellos. Pero nada funcionó, un auto con un para choque de hierro, chocó el auto. Haciendo que el impacto fuera tan fuerte, que le arrebato la vida a los dos hombres de confianza de Piero. Unos hombres del otro bando vinieron hacia ellos, P
Había terminado de preparar mi café a las doce y media de la madrugada. Como era de costumbre me dormía cuando salía el sol, parecía una especie de vampiro. Estudiaba muy bien los detalles del relato, estaba escribiendo artículos para una revista de renombre en parís. Un trabajo que amaba, aunque me sentía un poco extraña. No recordaba ser amante de las letras, pero por alguna razón una parte de mí amaba escribir relatos de la mafia. En su contra por supuesto, no era para mí concebible que esas personas sin corazón mataran como si no hubiese un mañana, traficaran esas sustancias tan asquerosas que solo contribuían al daño físico y psicológico de la juventud. Había entrevistado a un narcotraficante que llevaba más de veintiún años encerrado gracias a la Interpol. Era una jugosa información que seguramente haría reconocido mi nombre, me costó mucho conseguir que me dejaran ver a aquel hombre. sin embargo, mi entrevista fue muy buena, aproveche a hacerle grandes preguntas que muchos quiz
Había corrido despavorida por las calles de París mientras me sentía culpable y muy mal de haber asesinado a sangre fría a aquel hombre. ¿Qué ocurrió conmigo? ¿Cómo es que sé usar armas y defenderme? ¡Nunca había tomado clases! Me sentía confundida y abatida. Divagaba mientras me preguntaba qué haría, no podía ir a la policía. Pues había matado a alguien, ¿Qué sería de mí? me sentía abrumada, mi mente no lograba pensar con claridad, tampoco entendía como era posible que mi cuerpo reaccionará así ante el peligro. No recordaba nunca haber tenido un arma en mis manos, tan siquiera sostenerla. ¿Como fue posible que logrará hacer todo eso? ¿Acaso era policía en mi vida anterior? no entendía nada y eso me mataba la cabeza, sentía mucho miedo. ¿Y si me estaban siguiendo? no sabía quién era, que fui o si tenía enemigos. Me encontraba sola, no podía contar con nadie, que podría hacer si em encontraban, era terrible no recordar, tener lagunas mentales de tu personalidad y vivencias. Quería rec
PIERO NARRA—¿Qué hiciste qué?—pregunté gritando con furia.Estaba torturando a Richard Lenac, había llevado las torturas a otro nivel. Haciéndolo confesar absolutamente todo, sentí un dolor punzante en mi pecho al escucharlo confesar todo aquello. Le habían borrado la memoria a Ginebra, por eso no podía recordarme ni recordar quien era y lo que habíamos vivido juntos. El odio que estaba sintiendo era incontrolable, quería hacerle muchas cosas a Lenac, quería matarlo lentamente tanto que sintiera el verdadero dolor. Mi Ginebra no podía recordar cuantas veces estuvimos juntos, cuantas veces la bese, cuantas veces nos salvamos mutuamente, cuanto transcurrió para estar juntos y nuestra boda que fue el día más feliz para ambos. Me sentía impotente y muy desolado, lo golpee tanto que le desfigure su rostro con rabia. Le pedí a Albert que acabara con él, que lo hiciera sufrir tanto que la muerte seria piedad. Lo detestaba, me había robado a mi más puro y grande amor.Me deje caer en la sill
—Pasaporte, por favor—pidió la azafata.—Aquí tiene—respondí entregándole mis documentos y tarjeta de débito.—¿A qué país desea su vuelo?—preguntó nuevamente.—¿Qué país me recomienda para vivir tranquila?—me anime a preguntarle, la mayoría de azafatas conocen el mundo entero y saben que país es más conveniente.—¿Vivir? Sí realmente me lo pregunta, me gusta el estilo de suiza.—respondió ensoñada—, Es un país hermoso y muy tranquilo, un plus son los suizos que están de lujo—dijo pícaramente y reí por su gesto.—Suiza será, entonces—respondí.Asintió y tecleo en su ordenador, me devolvió mis documentos en conjunto de un pasaje de avión, tenía un remolino de emociones azotando mi mente y cuerpo. Me sentía ansiosa y muy nerviosa, ¿estaba tomando la decisión correcta? ¿Y si el padre de mi bebe estaba aquí? No quería llenarme de más dudas, necesitaba huir. Necesitaba estar lejos de Paris por un largo tiempo, además de encontrar la paz y felicidad que no siento desde hace tanto. Habían pas
—¿Hola?—contesté mi teléfono mientras levantaba la cortina y así entraban mejor los rayos del sol.—¿Gabrielle?—preguntaron por la otra línea.—¿Quién es?—pregunté devuelta.—¿No te enseñaron que es de mala educación responder un pregunta con otra?—divirtió, pero lejos de divertirme me asustó.—Pues que ironía la suya porque lo está haciendo, ¿Quién es?—volví a insistir, mientras su risa inundó el altavoz.—El mismo carácter de siempre, me encanta—dijo en respuesta—, ¿Acaso no recuerdas mi voz?—preguntó.—Si lo hiciera no le estaría preguntando, así que no me haga colgarle—respondí segura, no sé porque razón le había contestado a un número desconocido y mucho menos porque no le había colgado si no me había dicho su nombre o quien era. Pero con tantas preguntas, necesitaba respuestas.—Soy Doménico, tú “Dom”—dijo con un tono, que mi mente confundió con un extraño recuerdo.—, Teníamos más de tres años de relación, princesa.—¿De qué hablas? No entiendo—pregunté tomando asiento.—¿Estás