BOSQUE.

Si seguía de esa forma de seguro pondría en peligro su embarazo, por lo que optó por descansar unos minutos.

Construido el refugio, se puso bajo los árboles y hojas protegiéndose de la nieve que no paraba de caer. Se acurrucó bajo el lugar en su forma de lobo, con su enorme pelaje conseguía entrar en calor.

Aunque él estaba descansado bajo ese lugar, todavía estaba alerta por si alguien aparecía. No se podía permitir el lujo de dormirse, sus ojos, oídos y olfato estaban alerta para cualquier imprevisto, o intruso. 

Inconscientemente Sam expulsó el mismo hilo rojo de la vez pasada, se sentía indefenso y quería que su alfa les encontrará y protegiera.

Al mismo tiempo en otro lugar, los secuestradores se separaron siguiendo el rastro de Sam.

Ahora que estaba nevando y había mucho viento, su aroma se estaba dispersando. Si segu&ia

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