Rubí finalizó el silencio con esa pregunta, el tono que empleó fue de mofa. Se aguantaba las ganas de morirse a carcajadas, fingía preocupación mientras que por dentro estaba muy feliz. Esta era la mejor noticia que la pudieron haber dado, loco Sam, sería desterrado y le arrebatarían a sus cachorros, y ella se quedaría con Alexander, sus cachorros y la corona. Un final perfecto para ella. Sam movió la cabeza apartándose del abrazo de su alfa, tenía el rostro pálido. —Qué está diciendo esa mujer? Eva ya no pudo más, tomó el brazo de Rubí con fuerza y la sacó a la fuerza de la habitación, y después cerró la puerta con fuerza. Bum. Alexander besó en la frente a Sam, le acarició la mejilla mientras le sonreía. —No escuches lo que dice. Sam se volvió a acurrucar en los brazos de su alfa, todavía estaba muy aturdido y se sentía agotado. Después de sacar a Rubí arrastras de la habitación la soltó, tenía el rostro ensombrecido del coraje. —No aprendes verdad? Rubí chasqueó los di
Ella frunció el ceño, ignorando por completo a Sebastián. Eva prosiguió con lo que tenía en mente al ver que los guardias que había llamado habían llegado. —Saquen a la señorita Rojo, y queda estrictamente prohibido que acceda al palacio mientras mi hijo viva aquí. Ha quedado claro? Los guardias asintieron, pese a que Rubí venía de una buena familia, le tenían muchísimo miedo. Sólo un necio provocaría la ira de Eva. Ellos se acercaron a Rubí, y la agarraron a la fuerza. —Suéltenme...no se atrevan a tocarme o se lo diré a mi padre. Ella forcejeaba con los guardias para que la soltaran, les pateaba y gritaba como loca. Los gritos de Rubí disminuyeron a medida que se alejaban, hasta que dejaron de oírla. Alfred dejó a Eva y a Sebastián a solas y fue a la cocina para que le trajeran la comida a Sam. —Qué te hizo Rubí?. Sólo con recordar las palabras de Rubí el rostro de Eva oscurecía, y sus ojos se volvían rojos de ira. Desvió su mirada con una cara de enojo que no era capaz de
A Alexander le preocupaba la cara pálida que tenía su hermano.Sebastián se acercó a él, puso una silla cerca de la cama y se sentó en ella.—Debo pedirte, implorar que te controles. Yo no te crié para que le hicieras todas esas barbaridades que me dijeron que le hiciste a tu omega, siempre quise que fueras una persona de bien y que no te dejaras controlar por tus impulsos.Ya bastante se había aguantado Sebastián.Desde que supo lo que ocurrió quiso echarle un sermón a Alexander, pero después de todo lo ocurrido no tuvo tiempo para tocar el tema.Alexander agachó la cabeza apenado por el sermón que le estaba echando su hermano.—Desde pequeño Merlín estuvo cuidando de tí, preparándote para que no fueras como los demás Licaón. Pero al final hiciste lo que tanto te dije que nunca hicieras.—Lo siento, yo nunca quise hacerle daño.Esa disculpa no fue suficiente para Sebastián, seguía muy molesto con él.—Y crees que con una disculpa se soluciona todo?Alexander negó con la cabeza, ni si
Buenas a todos los que leyeron MI LUNA, primero quiero agradecer a todos lo que le dieron la oportunidad. Hay un anuncio que me gustaría hacer. Este no es el final de la historia de Sam y Alex, sólo es el principio. En la segunda parte de la historia habrá más participación de los personajes secundarios, no quiero que estén de adorno. Diego tendrá más protagonismo, no quiero que se quede encasillado en el papel cliché del mejor amigo enamorado del protagonista, y que no tiene ninguna función más. Sus acciones repercutirán en la historia ya sea para bien o para mal, habrá más personajes secundarios.
En la mañana muy temprano Sam se levantó como todas las mañanas.Sabía que si se tardaba de más tendría que escuchar los sermones de su madre Eva, cuando él vió al amor de su vida no pudo evitar exclamar.—Dios qué belleza de hombre.Sam estaba mirando en su televisor la noticia en la que salía James, nunca se cansaba de verle.—Sam baja es hora del desayuno.La mamá de Sam estaba hablando desde el pasillo del segundo piso ,osea el mismo piso en el que él estaba.De lunes a viernes Sam se levantaba temprano preparándose para ir a la universidad, aunque la principal razón por la que lo hacía era porque así conseguía ver al amor de su vida, bueno su amor platónico ya que no le conocía en persona.—Mamá ya bajo.Sam cogió su mochila, puso todos sus materiales escolares dentro, su ordenador y cerró la puerta con prisas para no llegar tarde.Luego se acordó que se le había olvidado que no había apagado la tele, volvió a su cuarto y esta vez sí lo hizo y salió.Bajando por las escaleras perc
—De qué estáis hablando?La voz de Sam estaba temblorosa como si quisiera llorar.Eva y Laura dejaron de hablar cuando le vieron llegar, estaban sorprendidas y preocupadas.Laura corrió a abrazar con fuerza a su hijo.—Cariño dónde estabas?, me tenías muy preocupada.Laura le besaba la frente, las mejillas, revisando de que estuviera bien y no le hubiera pasado nada malo.—Quiero saber porqué habéis dicho que no soy vuestro hijo biológico.A Sam ya no le importaba el estado de Laura, sólo quería saber porqué dijeron eso.Sólo con pensar que Laura no era su mamá, y que sus hermanos no eran sus hermanos le aterraba.—Escuchaste mal—dijo Eva con tono frío como de costumbre.Laura se quedó en silencio, abrazando a su hijo.—Crees que soy estúpido?, os oí perfectamente. Si no comparto genes con ustedes significaría que me habéis prohibido todo por esa razón?Sam no pudo seguir gritando y las lágrimas empezaron a desbordarse, tenía la nariz moqueada y los ojos medio rojizos.Pese al dolor qu
Después de horas estudiando por fin terminaron,ya eran las 14:00 lo que significaba hora de la comida.Sam recogió todas su cosas escolares y lo puso en un cajón de estudio.—Diego vamos a comer.Él seguía tumbado encima de la cama de Sam.—No me puedo levantar por tu culpa.Él no había planeado estudiar hoy, quería tomarse un descanso de la universidad pero como no le podía decir que no a Sam, terminó agotando su energía en es estudio,en vez de en fiestas o sexo.—De qué estás hablando?Sam tenía los brazos cruzados,levantado delante de Diego,viendo cómo no se movía de la cama como un perezoso.—No te hagas el tonto sabes de qué estoy hablando—dijo Diego con tono cansado.Sam suspiró pensando en cómo este vago sacaba buenas notas.Aunque Sam sabía a qué se refería Diego,no tenía energías para estar discutiendo con él.—No seas exagerado, levántate.Sam agarró sus manos intentando levantarle, pero no pudo ni hacer que se medio levantara por lo menos.La diferencia de fuera era evidente
Hoy era lunes por lo que Sam tenía que ir a la universidad.Como siempre él estaba sentado en el asiento trasero del coche de Eva, estaba mirando vídeos de su amor platónico en el ordenador, con los auriculares puestos.Era la única manera que él encontraba para no asfixiarse en este ambiente tan pesado.Desde que tuvo aquella discusión con Eva, él ha hecho todo lo posible por evitarla, ya sea negándose a comer alegando que no tenía hambre, o simplemente evitar toparse con ella encerrándose en su habitación .Pidiéndole a Damián o a Laura que le trajera la comida a escondidas de Eva, y así estuvo comiendo en su cuarto.Luego de casi una hora en el coche llegaron a la universidad.Al llegar Sam se bajó del carro, o eso intentó.—Espera Sam.Eva miró a Sam a través del espejo retrovisor.Tch.Sam chasqueó los dientes con irritación y se detuvo.Ella miró a su hijo con ojos amenazantes, fulminándole y le advirtió con tono frío y siniestro.—Creo que no hace falta que te diga lo que va a p