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Capítulo 2: Abandonada por todos.

— Papá por favor ven por mí a la estación del sur, trae un abogado, me están culpando de algo que no hice…— Dijo Kiara con voz ahogada apenas le atendieron el teléfono.

Está era su única llamada proporcionada por el estado y ya tenía muy claro que no podía llamar a su esposo, solo le quedaba su familia, ellos no podían abandonarla también.

Pensaba que después de conseguir probar su inocencia, tal vez podría intentar arreglar su matrimonio, pero ahora ni siquiera quería pensar en lo sucedido antes porque su corazón estaba hecho pedazos.

Solo quería concentrarse en arreglar esto para ir por su hija.

— ¿Cómo te atreves a llamarme? No quiero saber nada de ti, no me vuelvas a contactar, después de lo que hiciste para mí estás muerta, no tengo una hija como tú y no te atrevas a contactar a tu madre o hermana tampoco, no queremos a una asesina cerca. — Masculló su padre antes de colgar el teléfono.

Kiara solo pudo escuchar el pitido al otro lado sin poderlo creer, mientras sentía como si prendieran en fuego los pedazos que quedaban de su corazón.

Su familia, los únicos con los que se suponía que debería contar, su carne y sangre también la estaban abandonando como si ella no fuera nada, sin darle ni siquiera el beneficio de la duda.

¿Ni ellos ni su esposo la habían amado realmente que podían dejarla desamparada la primera vez que tenía problemas?

No podía soportarlo más y sus piernas se debilitaron, cayó al piso con las lágrimas cayendo por su rostro.

Ya no tenía ni siquiera a su propia familia, había sido abandonada por todos por algo que ella no había hecho.

El pánico volvió a invadirla, atormentándola, porque sabía muy bien que si su familia no la ayudaba las cosas estarían muy mal para ella, no podría probar su inocencia…

— Tan bonita, pero tan mala, no intentes dar lastima, camina a la sala de interrogatorios. — Masculló una oficial robusta tomándola del brazo con fuerza para hacer que se levantara y la llevó a la sala de interrogatorios donde estaban dos oficiales esperándola y la sentaron en la silla frente a ellos.

— La mejor opción para ti es que firmes está confesión, aunque de igual manera no es necesario porque tenemos todas las pruebas para hundirte, pero nos ahorrarás trabajo y a ti problemas, así que firma. — Exigió uno de los oficiales entregándole una página.

Kiara aún demasiado aturdida por todo empezó a leerla, queriendo entender un poco más de lo que se le estaba acusando y al terminar negó con la cabeza con desesperación.

— No, yo no lo hice, no sé porque me están acusando de algo así, pero yo ayer no salí de mi casa en ningún momento, mi… — Antes de que Kiara pudiera terminar sus palabras vio al policía que le exigió que firmara hacer un gesto y sintió como la mujer que la trajo aquí le jalaba el cabello y luego azotaba su cabeza contra la mesa de interrogatorios frente a ella.

— Mira pedazo de m****a, te metiste con las personas equivocadas, todo está en tu contra, así que no quieras darle la vuelta a esto y acepta tu destino, así las cosas serán más fáciles para todos, firma la m*****a confesión. — Gritó el hombre apretando los dientes mientras la miraba con desdén, quería cerrar este caso cuánto antes debido a quienes eran los Hearts, eran la familia más poderosa del país y si ellos querían hundir a Kiara rápido, era lo que él tenía que hacer.

Kiara apretó sus manos en puños y lo miró con la barbilla temblando y los ojos llenos de lágrimas, mientras su cara estaba llena de dolor y de su nariz había comenzado a salir sangre, pero había tomado una decisión: — Quiero un abogado, si quieren pueden torturarme o lo que quieran, pero yo no voy firmar ninguna confesión, no voy a hablar más con ustedes sin un abogado, así que dejen de perder el tiempo, no me van a hacer cambiar de opinión y recuerden que a pesar de lo que está pasando, yo sigo siendo hija de alguien importante y tengo una hija con Dereck Hearts, pase lo que pase sigo siendo su esposa y la madre de su hija, no pueden seguir actuando tan deliberadamente conmigo, no pueden matarme o dejarme gravemente herida porque les aseguro que tendrán que dar explicaciones a alguien y si esas explicaciones no convencen, ustedes pagarán las consecuencias.

Sabía que estos oficiales debían ser de los peores del sistema, pero ella no quería rendirse ni ceder pese al abandono de todos, porque ella tenía una hija por la cual volver.

— M*****a perra, ¿Quién te crees? — Preguntó el oficial lleno de rabia, pero Kiara no dijo una palabra. — Haré que ruegues por firmar la m*****a confesión. — Masculló levantando la mano para abofetear a Kiara y ella cerró los ojos en anticipación, pero el golpe nunca llegó.

— Cálmate, ella tiene razón, incluso si la odian los Hearts alguien como ella debe tener sus contactos y si le hacemos algo grave y sale a la luz nada estará bien. — Dijo el otro oficial que acababa de tomar la mano del que intentó abofetear a Kiara para impedirlo.

Y en ese momento Kiara abrió los ojos, todo su cuerpo estaba temblando, pero aún así intentó permanecer lo más calmada posible, recordando lo respetada que siempre había sido por las personas a su alrededor y miró al hombre que parecía que iba a explotar de furia y dijo: — Deberías escuchar a tu compañero, él tiene razón, durante toda mi vida he conocido a gente muy importante y quizás no puedan ayudarme a salir de aquí porque estarían enfrentando a la familia Hearts, pero no les importará destruir la vida de ustedes si me siguen lastimando y a nadie les importará lo que les pase y no crean que la familia Hearts los va a proteger, porque ellos no los conocen, ni siquiera deben saber sus nombres, no significan nada para los Hearts y ustedes solo deben estar actuando en base a lo que los abogados de ellos deben querer y no creo que valga la pena arruinarse la vida o algo peor por intentar complacer a los de arriba.

— Saca a esta perra de aquí ya. —Ordenó el oficial enardecido, pero sabiendo que Kiara y su compañero tenían razón.

Al ser encerrada en la celda, Kiara dejó caer la coraza que les había mostrado a los policías y empezó a llorar desconsoladamente y cualquiera que la escuchara podría pensar que la estaban matando y quizás eso no estaba lejos de la realidad, porque ella se sentía como si estuviera muriendo.

Había perdido todo en un abrir y cerrar de ojos, lo peor es que ni siquiera entendía como esto había sucedido.

Estaba completamente segura que ella no le hizo nada a Ava ni a Sara, pero todos creían que sí, incluso los policías decían tener pruebas, Dereck y Jared también estaban muy seguros de su culpabilidad, pero por más que intentaba recordar todo sobre lo sucedido ayer, su mente estaba en blanco y eso era aterrador.

Tanto que le costaba respirar cada vez que intentaba recordar más sin resultado.

Los días fueron pasando y nadie fue a visitar a Kiara, nadie vino a ayudarla y la esperanza de salir de esto se hacía cada vez más pequeña, porque a pesar de que los oficiales no le habían seguido insistiendo para que firmara la confesión, no tenía mucha esperanza puesta en su juicio, porque el abogado de oficio que le asignaron únicamente le insistía en que se declarara culpable de todo, alegando que habían suficientes pruebas en su contra para condenarla y que no había ninguna forma de conseguir probar su inocencia y aunque Kiara le explicó una y otra vez lo poco que recordaba, pidiéndole alguna solución, el parecía ignorar todo lo que ella decía.

Y como estaban involucradas personas poderosas, el caso se estaba moviendo muy apresuradamente, a ella su abogado solo le había dicho sobre un mensaje que supuestamente recibió diciendo que Dereck le era infiel y que habían videos que probaban su culpabilidad, pero Kiara se negaba a creerlo, porque ella ni siquiera podía recordar recibir tal mensaje.

Después de unos días en la estación, Kiara fue trasladada a la prisión estatal de mujeres.

Sus ojos estaban hinchados e inyectados en sangre, había pasado toda la noche, al igual que las anteriores preguntándose como estaría Alyssa y si había preguntado por ella, si la había extrañado y sin decir una palabra había pasado todo el procedimiento de entrada, hasta que la metieron en una de las celdas con dos reclusas que la ignoraron.

A la hora de la comida, tuvo que salir de la celda por obligación al igual que todas las demás, aunque ella no tenía apetito.

En el comedor habían muchos guardias, pero también había un televisor grande colgado arriba de una pared de difícil acceso en el que estaban transmitiendo las noticias.

“Aún la nación no puede creer que Kiara Smith fue capaz de hacerle algo tan atroz a su cuñada y a su amiga, aún estamos impactados de como una mujer puede volverse tan cruel, cada vez podemos confiar menos en las personas, afortunadamente ya esta recluida en prisión, ya no será un peligro para la sociedad, les dejo las imágenes del acontecimiento.” Dijo de repente la presentadora y los ojos de Kiara estaban abiertos de par en par mientras sus manos comenzaban a temblar.

Y su corazón dio un vuelco cuando vio su auto impactar contra el de Ava, podía verse que fue con toda la alevosía, porque el auto en el que las otras dos mujeres iban venía apenas saliendo de la casa y el suyo había estado esperando antes de impactar y luego huir de la escena.

¡No lo podía creer! Pero era su auto y aunque no podía verse con completa claridad la persona que conducía, parecía ser ella.

¿Realmente había sido ella?

Todo el cuerpo de Kiara se estremeció, negándose a creer que podría hacer algo tan cruel y olvidarlo, pero justo en ese momento recordó como una especie de Flashback, como de pronto en su sala sus ojos se volvían muy pesados, su cuerpo se debilitaba mucho y preocupada intentando no dormirse le dijo a Daría que no se estaba sintiendo bien, que llamara a un médico, pero Daría la tomó del brazo intentando ayudarla a levantarse y le decía: “Hermana estás bien, solo necesitas descansar, te llevaré a la cama.”

Pero antes de que esté mínimo recuerdo pudiera afianzarse en ella, sintió como alguien golpeaba su cabeza de lado, impactando justo en su oreja con una bandeja de comida haciendo que cayera al piso llena de dolor y sintiendo un pequeño pitido y algo caliente en la oreja golpeada.

— Zorra infeliz, ¿Cómo puedes tener un corazón tan negro como para hacerle eso a una mujer embarazada? — Gritó la mujer al mismo tiempo que volvía a golpearla.

Todo fue muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos Kiara no solo estaba recibiendo golpes de la mujer que la golpeó con la bandeja, sino que también otras reclusas que estaban cerca empezaron a darle patadas en todo su cuerpo.

Los guardias que estaban presentes como si disfrutaran del espectáculo, solo se acercaron a quitarle las mujeres de encima cuando Kiara ya estaba inconsciente y tuvo que ser llevada a la enfermería.

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