Capítulo 4: Un contrato para vender su alma.

— Lo que escuchó, usted pronto estará en su domicilio, pero hay ciertas condiciones que usted debe cumplir para que eso ocurra.— Espetó Bratt.

Kiara sintió como si su corazón reviviera en ese instante, quería creer que Dereck estaba haciendo esto para ayudarla, porque la amaba, la extrañaba y había decidido darle una oportunidad de aclarar todo, pero si esto era así, ¿Por qué él no vino en lugar de mandar a Bratt y al abogado?

— ¿Cuáles condiciones? — Preguntó Kiara ansiosa y con su rostro pareciendo un poco más vivo, sintiendo su pulso acelerado.

Para ella en este momento no importaba nada más que poder regresar al lado de su pequeña hija y haría cualquier cosa para lograrlo.

— El señor Hearts le envió este contrato que usted debe firmar para proseguir, aquí está todo detallado, léalo por favor. — Respondió Bratt al mismo tiempo que dejaba un documento frente a ella, mirándola con un poco de lastima.

Los ojos ansiosos de Kiara se deslizaron rápidamente por este, leyendo cada una de las palabras, pero mientras más leía, más vacía se sentía y sus esperanzas volvieron a desaparecer.

Por lo que pudo leer le quedó claro que Dereck no estaba haciendo esto por ayudarla o porque se preocupara por ella, esto solo había sido una tonta ilusión de parte de ella, debido a que esto simplemente se trataba del bienestar de su hija, porque en los términos del contrato se especificaba que ella estaría en prisión domiciliaria únicamente hasta que el estado de salud de Alyssa mejorara, cuando su hija estuviera bien ella no tendría más opción que volver a la cárcel y seguir cumpliendo con su condena.

Pero eso no era lo único que decía en el contrato, sino que también se especificaba que tendría que firmar el divorcio cuando él quisiera sin exigir nada a cambio y que mientras ella estuviera en su domicilio sería una empleada de servicio.

Habían otros términos, pero Kiara no se atrevió a leer más ya su corazón dolía demasiado, sentía que la vida no paraba de golpearla, pero tratando de disipar las lágrimas, levantó la mirada con sus ojos llenos de determinación.

— Acepto, dame un bolígrafo y firmaré. — Afirmó ella, con tal de volver a ver a su hija y asegurarse de que ella se recupera y darle todo el cariño que pudiera en este momento en el que tanto la necesitaba, era capaz de venderle su alma al diablo y en este instante así se sentía.

Porque sabía que Dereck podía ser un hombre despiadado en los negocios y con cualquiera que se metiera con su familia, solo que creyó que nunca vería ese lado de él, pero ahora se daba cuenta que para él ella se había convertido en un enemigo y la trataría como tal.

Solo con leer el contrato y que no viniera a verla ni una sola vez en el tiempo que tenía aquí y que en el juicio ni sola mirara, más todas las golpizas que había estado recibiendo en nombre de la familia Hearts, le había dejado claro que ella era el enemigo para ellos e incluso saliendo de la cárcel su sufrimiento no se detendría, pero al menos podría estar con la persona que más le importaba en el mundo.

Los ojos de Bratt se abrieron de par en par, sorprendido una vez más antes de recomponerse y entregarle el bolígrafo.

Luego de que Kiara firmara él se fue rápidamente, dejándola con el abogado quien le explicaría un poco más del proceso.

Y justo cuando Bratt estaba por subir a su auto, recibió una llamada de Dereck, la cual atendió de inmediato.

— ¿Ella accedió o se negó? ¿Qué exigencias puso para aceptar? — Preguntó Dereck al otro lado de la línea con el ceño fruncido.

— La señora Kiara ya firmó, no exigió nada. — Respondió Bratt y al escucharlo Dereck se tensó.

Había creído que su esposa se negaría a firmar de inmediato, que pediría que él se encargará de que al menos la liberarán de todos los cargos para así no tener que volver a prisión nunca más, pero para su completa sorpresa ella había accedido fácilmente a unos términos que no eran buenos para ella en lo absoluto.

Claro que aunque ella no estaba en posición de exigir ni querer negociar después de lo hizo, él creyó que igual ella lo haría.

Después de todo, Kiara no era sumisa, era una mujer que cuando quería algo no cedía fácilmente y peleaba por obtenerlo, eso le había gustado de ella, pero después de saber de lo que ella era capaz, se sentía completamente disgustado con todo y no lograba entender que clase de juego ella estaba jugando ahora o que era lo que planeaba.

Nunca volvería a confiar en ella y sentía que tenía que descubrir lo que sea que tenga planeado antes de que ella logre su objetivo.

— Bueno entonces que el abogado prosiga, mi hija necesita a su madre de regreso cuánto antes. — Espetó Dereck pensativo y tenso, aún tenía pendiente una larga discusión con su familia con respecto a esto, sabía lo difícil que sería que ellos estuvieran de acuerdo, porque el enorme daño que le había causado Kiara a su familia no se podría reparar nunca y aún Ava ni siquiera despertaba del coma y tener que ver a la culpable de lo sucedido cada día solo alimentaria el dolor y la rabia.

En la gran mansión Hearts estaban reunidos en el salón, Carolyn, Jared y Dereck, esperando la llegada de Kiara, pero el ambiente podía sentirse lleno de tensión y Dereck habló:

— Saben que si no pueden soportar el tenerla aquí, yo puedo volver a mi Penthouse con Alyssa y con ella sin problemas, sé que esto debe ser especialmente difícil para ustedes.

— Por el bien de nuestra nieta podremos soportar su presencia aquí, porque no puedo dejar que esa asesina esté a solas con mi nieta, no confío en ella y solo estaré tranquila teniéndola bien vigilada. — Musitó Carolyn con los ojos cristalizados, su corazón estaba lleno de dolor por su hija y el nieto que perdió, pero quería estar también con Alyssa y aunque Kiara siempre había sido una excelente madre, Carolyn ahora dudaba de todo y prefería tener a su nieta cerca.

— Tu madre tiene razón Dereck, tú siempre estás ocupado y aunque tengas personal para que la vigile no es igual, por eso es mejor que sigan aquí. — Aseguró Jared apretando con cuidado la mano de su esposa para calmarla.

— Esta bien, pero si en algún momento es demasiado para ustedes, nos iremos, porque sé que haber tomado la decisión de liberar a Kiara no está bien, pero es que Alyssa la necesita.

— Lo entendemos hijo, es nuestra nieta y no soportamos verla llorar ni negarse a comer, por eso aceptamos tu decisión y aunque Sara, su familia y David estén furiosos por esto, cuando Alyssa se recupere, ella volverá a la cárcel dónde pertenece y ellos se calmaran. — Espetó Jared y Dereck asintió sin decir más.

Estaba nervioso por verla y al mismo tiempo furioso, no solo con Kiara, sino consigo mismo, porque él sabía bien, que pese a que la odiaba y nunca podría perdonarla por lo que hizo, en muchas de sus noches sin ella la había llegado a anhelar e incluso a soñar con ella.

Y no soportaba que aún estos sentimientos que pretendía enterrar del todo siguieran atormentándolo, porque una mujer como ella no merecía nada de él.

Por otro lado, Kiara en el auto no dejaba de temblar y le costaba respirar por los nervios que la avasallaban, aún no podía creer estar fuera de ese horrible lugar, pero también tenía miedo de como la trataría Dereck al verse, porque de su mente no salían sus ojos llenos de odio.

Pero en el momento en que el auto se detuvo en la mansión de sus suegros en lugar del edificio donde estaba ubicado el penthouse que antes compartía con Dereck, ella se tensó.

— ¿Por… Por qué estamos aquí? — Preguntó Kiara con un nudo en la garganta.

— Aquí es donde está el señor Dereck y su hija, de hecho, usted vivirá aquí a partir de ahora, por favor baje que la están esperando. — Respondió Bratt bajando del auto y Kiara hizo lo mismo ahora mucho más aterrada.

No solo tendría que enfrentarse a su esposo, si no que también a su familia, los cuáles la debían odiar con todo su corazón y deberían querer vengarse de ella.

Las golpizas que había estado recibiendo en la cárcel y las bofetadas que le dio Jared el día que fue llevada a la estación, lo dejó claro.

La puerta se abrió y Bratt entró, pero Kiara antes de seguirlo aún con su cuerpo tembloroso y la cabeza gacha, tuvo que apretar sus manos en puños para darse fuerza, recordándose a sí misma que no importaba si ella sufría, cualquier cosa valdría la pena por estar cerca de su hija.

— Buenas tardes señores, aquí está la señora Kiara, si eso es todo, me retiraré. — Dijo Bratt, quería alejarse de este encuentro que parecía ser una bomba de tiempo por la tensión y el odio que se sentía apenas vieron a Kiara.

— Bratt no hace falta que la llames señora, está mujer no merece ningún respeto, es una asesina y ahora será tratada como una empleada más aquí. — Espetó Jared con su voz llena de odio y Kiara tenía incluso miedo de respirar muy fuerte por miedo a provocar más rabia en ellos, pero no pudo controlar su necesidad de mirar a su esposo y alzó la cara, encontrándose con la penetrante mirada sombría de Dereck.

Y aún el corazón de ella se aceleró, lo había extrañado tanto, pero el hombre que veía no era a quien extrañaba en realidad, porque en estos ojos ya no había ni una pizca de la calidez que antes había al mirarla, él había cambiado mucho.

Dereck la detalló con frialdad, pero no pudo evitar sentirse incómodo al ver que ella estaba mucho más delgada, sus ojos parecían demasiado tristes y tenía un pequeño moretón que parecía estar desapareciendo en la cara y también en sus brazos.

En el juicio hace dos semanas ella también estaba golpeada y eso era algo que también lo había incomodado.

— Asesina, ¿Tienes claro como serán las cosas aquí no? — Preguntó Carolyn y Kiara sintió como si una puñalada atravesara su corazón y también mucho miedo, miedo de que pudieran llamarla de esta manera frente a su hija, al menos frente a su pequeña no quería que su imagen fuera manchada. — Mírame y responde asesina, ¿Sabes que pronto debes firmaras los papeles de divorcio y aquí solo serás un perro obediente?

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