En la sala de estar vieron bajar a Angelo, se imaginaban lo que había pasado Pero aún así lo escucharon. — Me despido, Emma ha roto el compromiso conmigo, lo veo lógico después de que se enterara de que está esperando un bebé. Buena suerte con el padre. Los De León no estaban nada contentos, sobre todo Emmanuel. — Debería ir a sacar a Rafael de la habitación de mi hermana. — Dijo con los dientes apretados. — Espera Emmanuel, ellos tienen que hablar, realmente Rafael solo está intentando hacer lo correcto, solo que tendrá que demostrar que no engañó a tu hermana. (...) Arriba Rafael comenzaba la conversación. — Hiciste lo correcto al romper ese compromiso absurdo con el CEO Leyva, aunque todavía no entiendo cómo fue que en tan poco tiempo ya estabas comprometida con otro hombre. Deberías darme una explicación. — Tu si que no conoces la vergüenza, no tengo nada que explicarte, ahora sal que quiero descansar. — Emma, sabes bien que la paciencia no es mi fuerte, ya t
Los CEOS pronto estuvieron en el aeropuerto, el avión privado de los trillizos rusos ya los estaba esperando. Rafael había puesto su abrigador saco a Emma para cubrirla del frío, apenas subieron al avión la llevó a la recámara que tenía y la dejó descansar. Esperaba que no despertara hasta que estuvieran en vuelo. — Rafael, ¿Explícate por qué dijiste que traerías también a tu bebé contigo? ¿De que bebé hablabas? — ¿De cual va a ser? Del que Emma está esperando, ella se sintió mal y fue llevada al hospital, ahí en los exámenes que le practicaron se dieron cuenta de que está en cinta. — ¡No te lo puedo creer, vas a ser padre! Uno de los hombres más cotizados del país será padre! — Aleksey, estaba sorprendido. — Es mi momento de formar una familia, pero estoy tan molesto, Emma se había comprometido con otro hombre, eso me enfurece, si no he llegado me encuentro con mi mujer casada y mi hijo con otro padre. — Carajo, por poco y lo pierdes todo. — Alexandro comentó. — Y
Emma comió un sándwich y un jugo de naranja, también picó un poco de frutas, su humor después de comer mejoró un poco pero solo con Gisel, ella era muy linda y amable. — Felicidades por el bebé, llegando a la ciudad sería bueno que buscaras a un ginecólogo de tu confianza para que lleve tu embarazo, necesitas cuidados especiales. Saber cómo va creciendo y si tiene el peso adecuado. — Si... Lo haré, aunque todavía no sé si me quedaré, quizás vuelva con mis padres pronto. — Bueno... Con solo ver al CEO Mendoza y lo decidido que está en no dejarte ir. Yo no me haría muchas esperanzas con volver a casa. — ¡Ese salvaje me va a conocer, nunca debió secuestrarme! — No, no debió, pero no me vas a negar que fué muy romántico que luchara contra todos para llegar a ti y traerte de vuelta. — ¿Eso hizo...? — Si, nunca titubeó al respecto, espero poder encontrar un amor tan intenso como el que el CEO Mendoza siente por ti. Emma sonrió un poco, le agradaba mucho saber que Rafa
En el departamento de Emma De León. Ella y su novio se besaban, más está vez Ethan Mendía puso sus manos en los redondos senos de la hermosa asistente que había convertido en su novia. — Ethan. No... no hagas esto, ya te he dicho que no quiero que tengamos sexo hasta después de casarnos. — ¿Pero por qué? Tenemos tres años de novios Emma. No es normal que te me sigas negando como mujer. ¿Me amas, no es cierto? — S...si, pero eso no tiene nada que ver. Por supuesto que te amo Ethan, pero mis principios son importantes para mí. Solo esperemos hasta nuestra luna de miel. Te aseguro que será muy bello para ambos. — ¡Siempre lo mismo contigo! ¿Sabes? Me estoy cansado de que siempre saques el mismo cuento. Soy un hombre y tengo necesidades. — El hombre se puso de pié para pasar al sanitario. Pasaría a lavarse la cara antes de irse del departamento. Emma se había quedado pensando en que quizás su novio tenía razón y ella estaba siendo demasiado anticuada. Más un mensaje que entró
La asistente tomó su bolsa y salió a ver a su amiga Elena. Se habían conocido en el centro comercial un par de meses atrás. Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba deshogar su pena y aliviar un poco su atribulada alma. Condujo llorosa hasta la villa de su amiga donde había estado un par de veces tomando café sin imaginarse la sorpresa que le tenía la vida. — Emma, ¿Qué te sucedió, amiga? ¿Por qué estás así? — La mujer pelinegra abría la puerta para recibirla. Se notaba que había llorado y mucho. — Elena, ¿Estás ocupada? ¿Puedo pasar? — Por supuesto que sí. Mírate cómo vienes. Estaba alistando a Alina por qué su padre la llevará a jugar al parque. Mi esposo es un hombre muy ocupado pero se lo prometió a la niña. A Emma se le vino de pronto las palabras del mensaje que leyó. Eran las exactas que había visto escritas en el celular de Ethan. — Elena, tú... ¿Cómo se llama tu esposo? ¿Cuál es su nombre? — El corazón le latía a mil a la bella asistente. — Su nombre es E
Rafael viajó a aquellos tiempos cuando Emma, él y los gemelos Lombardi estudiaban en la misma escuela. Ella estaba dos grados menos que ellos pero eso no impedía su amistad. Aunque el CEO siempre la había visto con otros ojos. El cabello Rojizo de ella le gustaba muchísimo. Emma era muy linda y adorable. — ¿Dónde está ella? ¿Qué le pasó? — Escribía en su celular y lo enviaba a su amigo. — La encontré en un exclusivo bar del sur. Un tipo la estaba molestando. Seguro quería aprovecharse de su estado de ebriedad. — ¿Lo mataste? — Preguntaba el CEO fríamente. — ¡Diablos no...! Solo lo amenacé para que la dejara en paz y se largara. ¿Te sigue gustando, eh? — Sabes que tengo una prometida. — No fue eso lo que pregunté. Tu relación absurda no es el punto aquí. — ¿Para donde la llevas? No te atrevas a tocarle uno solo de sus cabellos, Domenico. — Ella es soltera, tú tienes novia. ¿Qué me lo impide? Ya te has decidido casar con Joana. Por cierto suerte con eso. Se sabe
Esa noche el millonario CEO Rafael Mendoza se quedó dormido en el sofá de la sala de su amigo observando a su antiguo amor. No fue hasta que el sol les dió a ambos en el rostro que despertaron. — ¡Carajo, me duele mucho la cabeza...! — La pelirroja se llevó las manos a la cabeza intentando atenuar el dolor. ¿En... dónde estoy? No conozco este lugar. — La jóven se puso de pie con dificultad, temía haber despertado con algún desconocido y haber hecho algo inapropiado, más cuando lo vió frente a ella, era él... Su amor de adolescencia, el hombre dormía en el sofá, Emma apenas alcanzó a ahogar un grito con su mano. El corazón de Emma parecía que se le iba a salir del pecho, ¿Qué diablos hacía su ex novio ahí? ¿Acaso él la había traído a su villa? El hombre que quiso con locura, Rafael Mendoza, yacía ahí dormido cubriéndose con su fino saco del frío. Estaba más apuesto de lo que lo recordaba, cabello oscuro, ojos verdes esmeralda tan profundos como el mar, sus gruesos y carnosos labi
La respuesta del CEO Mendoza fué tajante y hasta algo ruda. Emma no terminaba de discernir si su contestación le complacía o le disgustaba. Es decir, no quería volver a cometer el mismo error que cometió con Ethan y ser utilizada de nuevo. Bien decían que mezclar trabajo con romance nunca resultaba bueno. Pero a la misma vez se sintió un poco decepcionada. Al parecer su amor del pasado no conservaba ni un mínimo sentimiento por ella. — Okey... Entonces ha quedado claro. Mañana a primera hora estaré en tu oficina, llevaré a Elena para que las dos comencemos a trabajar. Ahora sí me voy. — Emma señaló la salida mientras comenzaba a caminar torpemente. — !Alto ahí! — El CEO volvió a detenerla. La pelirroja se detuvo como si la sola voz del hombre la paralizara. — ¿Y ahora qué, Rafael? Ya te dije que necesito marcharme. — Espera. El ojiverde caminó hasta ella y buscó su celular. Tecleó su número en el y se marcó. — ¡¿Qué diablos haces con mi celular?! ¡Esto es privad