ARREPENTIDA…El ambiente en la oficina estaba tenso, cargado de palabras no dichas y miradas que lo decían todo. Alana intentaba mantener la compostura, aunque su mente era un caos. Sus ojos buscaban desesperadamente alguna señal en el rostro de Ángelo, alguna reacción, pero él permanecía en completo silencio, como si las palabras que ella acababa de soltar no tuvieran importancia alguna.Ella había intentado herirle de alguna forma, formaba parte de su impotencia, y su descontrol por no saber qué hacer o a donde ir, y algo en la mirada de Ángelo le dijo que había pasado los límites. Ella bajó la mirada a la boca de Ángelo y por un momento, todo pasó a segundo plano.Tenía una semana entera sin verlo, verlo, le había alterado todo, desde la rabia hasta el deseo, y su olor ahora solo la ponía más inestable.Ella abrió la boca en el último tono de desespero y volvió a mirar sus ojos.—¿No vas a decir nada? —preguntó, con el corazón latiendo desbocado. El silencio la desesperaba. La amen
SUSURROS…Era fin de semana, y Alana estaba en el balcón de la habitación, recibiendo el aire frío que golpeaba su cuerpo. Se sentía helada, pero no se había movido un solo centímetro durante horas, mientras admiraba la zona boscosa y un cielo gris.—Señorita… —ella saltó un poco, giró la cabeza para ver a una mujer de servicio que le sonrió—. El señor ha indicado una comida para la cena, entonces me envió a informar a usted y a la señorita Ivy…Alana frunció el ceño, y asintió.—Gracias…—De nada. Me retiro.Alana entró a la habitación sintiendo el escalofrío en cuerpo ante la temperatura adentro. Miró la hora y se tomó un baño caliente, sin prestar mucha atención a lo que se ponía esa noche.No le importaba esa cena en lo absoluto.Esperó en la habitación que pasara la hora indicada, y de mala gana se fue para caminar con lentitud, y cuando llegó al comedor principal, tanto Ivy como Ángelo estaban vestidos para la ocasión.Ella, en cambio, con una sudadera, unos tenis, y el cabello
MUY OSCURO PARA LOS DOS…—¿Qué te parecen estos? —Alana miró en dirección del dedo de Ivy, pero en sus pensamientos solo estaba Ángelo, casi desnudo en una silla playera cerca de la piscina.El verano estaba en su pleno apogeo, y ella estaba necesitando un poco de control para concentrarse en este momento.—Me parecen bien…—Ok, pero todo te ha parecido bien… —Alana parpadeó mirando a Ivy y luego negó.—Creo que tienes buen gusto. Las que elegiste quedaría bien con todo.Ivy tomó el aire y lo soltó, y luego miró cómo Alana volvía a ver a Ángelo por el rabillo.—Mañana iremos por nuestros vestidos. Tengo una estilista de confianza, aunque no sé si tú tengas una…Alana frunció el ceño mirando a Ivy y luego negó.—Ahora mismo no tengo nada, Ivy… —Ángelo tenía unos lentes oscuros, mucho trabajo por hacer, pero ahora mismo solo le apetecía tomar el sol, y ver el bikini de Alana que él mismo había elegido.Se estaba haciendo el dormido, pero podía escuchar toda la conversación entre su herm
PODEROSA…—Eres muy bonita con lo que te pongas, pero sencillamente ese vestido… —Alana miró los ojos de Ivy y notó cierta admiración en ellos para luego mirarse de pies a cabeza en uno de los espejos de la tienda lujosa en el centro de los Ángeles a donde Ivy la había llevado por la mañana.Noto considerablemente como su cuerpo en estos meses había cambiado un poco. Tenía algo más de caderas, y había aumentado unos dos kilos a pesar del estrés, la tensión y toda la carga emocional.A decir verdad, se veía mucho mejor que su anterior delgadez, y sus mejillas se veían un poco más saludables. Sin embargo, Ivy tenía razón. El vestido era perfecto por donde lo viera. Hormaba a la perfección y hacía más pronunciada su figura.Era un guante de seda, y se sentía muy cómodo, aunque no pareciera.—Es bellísimo.—Tú eres bella… —Ivy lo dijo acercándose a ella, y luego agarró su cabello—. Creo que para esta ocasión y por el escote de la espalda, un moño bajo con estilo sería perfecto.Alana asin
NO PODÍA ESTAR SUCEDIENDO…Ángelo solo pasó un trago duro por su garganta y sintió que su cuerpo se quedó paralizado por muchos segundos cuando vio a Alana mirarlo directamente.Él no pudo disimular como sus ojos se fueron solos a sus pies y comenzó a recorrerla de pies a cabeza, mientras con cada mirada, su cuerpo podía sentir la excitación extrema.No podía ser verdad que tanto se concentrara solo en Alana, porque incluso no solo era su belleza extraordinaria, ella podía joderlo verdaderamente solo con esa mirada, y lo mataba que pudiera leerla con precisión.Desde su distancia notó como ella abrió la boca, tal vez el aire que salía por su nariz no era suficiente, él podía entenderla cuando su cuerpo también estaba estremecido.Por un momento deseó que nadie pudiera verla, o disfrutar de lo que ella emanaba, por un momento quiso meterla dentro de sí, y solo con ese pensamiento comenzó a caminar hacia ella como si necesitara conservarla o retenerla junto a él enviándole un mensaje a
PESADILLAS…La sala se llenó de un caos imposible de detener. El grito desgarrador de Isabella reverberaba en los oídos de todos, y el eco de los disparos aún parecía latir en el aire.Alana parecía que se había quedado sin aire mientras sus oídos zumbaban y los sentidos parecían irse con su misma alma.Ella se quedó quieta intentando parpadear, pero las lágrimas ahora parecían ríos en sus mejillas mientras alrededor pareció sofocarla.—William… no…Sintió un dolor profundo en sus entrañas, las imágenes de su hermano desde que tenía razón de vida pasaron por su cabeza, mientras Isabella lloraba desconsoladamente y su padre trataba por todos los medios, casi desesperado, de conseguir una ambulancia.—¡Alana, mírame! —ella sintió cómo Ángelo la tocó, diciéndole de forma agitada cerca de su oído, pero Alana ni siquiera lo miró.No supo cómo tomó las fuerzas, pero corrió hacia el centro y notó como William tosió.—William… —la garganta le dolió tanto que se la quiso arrancar, pero ensegui
ACCIDENTEAlana tembló mientras las lágrimas cayeron de forma rápida por sus mejillas.Estaba lloviendo a cántaros y su ropa estaba empapada y pegada a su cuerpo cuando se bajó del auto y vio a la persona que había atropellado, tirada en el piso.Ella sacó su teléfono con urgencia, y se arrodilló para tomarle el pulso al hombre, mientras un sollozo escapó de su boca. La sangre se veía esparcida en el suelo, y él no se movía, y por más de que estaba tratando de retener su agonía, estaba desesperada.El tono del móvil repicando se escuchó en sus oídos, y su mano titiló mientras su boca no dejaba de moverse.—Por favor, por favor, contesta… —¿Alana?—¡Papá…! —ella soltó su primer gemido—. ¡Papá, necesito tu ayuda… he atropellado a un hombre…! Y creo… creo que él está muerto.Hubo un silencio muy largo. Alana sollozó mirando hacia todas partes, pero la calle estaba totalmente desierta.Un escenario realmente casi diseñado.—¡Por Dios santo, Alana! ¿Dónde estás? —Oliver preguntó con la vo
¿ESTÁS LOCA?Dos semanas después, Alana estaba sentada en un auto, con los ojos en blanco, preguntándose cuál sería su destino. Ella simplemente apretó una hoja de papel que decía que estaba libre, y que el juez había cerrado su caso por inconsistencias, mientras el auto se dirigía a la casa de su padre.La habían liberado de su condena, pero en su conciencia sabía que había matado a un hombre.Eso, sumado a todo este tiempo aislada de su familia, y totalmente de su alma.Ella tenía una lista larga en su cabeza, durante todo este tiempo, ese hombre misterioso le había dado instrucciones específicas y suficientes para seguir al pie de la letra, y ahora que estaba fuera de esa prisión, sabía que cualquier cosa, era mejor que estar detrás de las rejas.Sobre todo, porque, no la criaron para ser fuerte, era un montón de partículas hechas mierd@ y llenas de mucho miedo.El chofer manejó en silencio hasta la mansión de su padre, al que no había podido ver en dos largas semanas después del a