Mucho se habla de esperar el momento perfecto para que ciertas cosas sucedan, mucho se habla de la intención de esperar por aquel momento cuando la realidad es; ¿por qué no hacer nosotros el momento perfecto? Eso era justamente lo que le estaba pasando a Victoria, la señora Victoria, la esposa del gran CEO de la compañía de la familia Bracamontes, el mismo que lo acababa de heredar todo. Siempre esperando el mejor momento para ir, siempre queriendo que fuera la ilusión más grande para que al final, tomara su bolso cualquier día de la semana y fuera hasta ese lugar donde sus dudas estaban siendo despejadas en ese momento. — ¿Está seguro de eso, doctor? —preguntó la señora, esposa de Gonzalo Bracamontes.El doctor sonrió al ver la felicidad impresa en el rostro de su paciente. Tres años se habían ido para que finalmente pudiera recibir aquella respuesta por la que había esperado tanto tiempo. —No podría estar más seguro, señora de Bracamontes. Una lágrima de felicidad nació desde e
PARTE UNO: LA TRAICIÓN Poco más de un kilómetro y ella ya estaría en casa, diciéndole a su esposo la buena nueva que le habían dado en el hospital. Había tantos escenarios que ya imaginaba para sorprender a su esposo que todo lo que ahora podía hacer era apresurarse para poder ver el rostro de su querido esposo. Iban a ser los mejores padres del mundo, ya podía saberlo.— ¿Mañana a la misma hora? —preguntó Gonzalo mientras en su pecho desnudo, tenía la cabeza de Rosario.—Sí, aquí estaré como siempre.— ¿Estás segura que mañana tiene el tratamiento Victoria? —preguntó el hombre acariciando la cabeza de la mujer.—Sí, ella me dijo que el doctor dijo que iba a comenzar un nuevo tratamiento con ella, la muy estúpida no consigue darte un hijo.—Lo sé. Lo sé, sé que se va a quedar intentando. A decir verdad, ya estoy harto de ella, no puedo creer que me mantenga en la misma espera, quisiera divorciarme de ella cuanto antes. Lo ves, Rosario, tenemos toda una vida para ser felices y tú aun
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO UNOLos ojos cristalinos de aquella mujer que lo había visto todo, frente a ella la imagen más asquerosa de la que pudo ser consciente, todo había cambiado de un momento a otro porque, de un momento a otro la felicidad que había en sui corazón se disipo como si del mismo viento que intentamos agarrar con las manos se nos va.— ¡Victoria! — gritó Rosario haciendo que Gonzalo se separa de ella. Sus ojos dieron con la mujer que intentaba cubrirse el cuerpo entero con la sábana blanca de su propia cama. No queriendo creer lo que estaba viendo, negó con la cabeza al momento. Su esposo, el hombre que más quería no le podía estar haciendo eso en su propia cara, no podía haber jugado con ella cuando ella estaba a punto de darle la noticia más sagrada que le haya dado a alguien.—Rosario —nombró Victoria acercándose con pasos lentos hasta ellos.Al momento su esposo se levantó de la cama estando en ropa interior mientras la mujer se levantó cubriendo su cuerpo
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO DOSVictoria cayó al suelo sin más fuerzas. Esas palabras estaban entrando como dagas en su corazón que la estaban haciendo morir lenta y desesperadamente.—Eres igual a tu padre, siempre yendo por el mundo pensando que el mundo les pertenece, siempre creyendo ser mejores, no tienes nada Victoria, me casé contigo porque era lo que más convenía si quería seguir adelante con estas empresas que se han aliado a ti.— ¡No te atrevas a hablar de mi padre, imbécil!Rosario rió al momento. Esa escena de ver a su amiga tan destrozada como siempre soñó le estaba dando el placer que nada en la vida le había dado antes.— ¿Por qué no va a hablar de tu padre, estúpida? Tu padre también era un maldito imbécil que creía en la gente.— ¡Cállate, maldita? Te voy a matar, juro que lo voy a hacer.— ¡Cállate, ni te atrevas a hablarle así a Rosario si no quieres que en este momento termine con tu maldita vida!A la mente de Victoria llegó aquella conversación que había e
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO TRES SEIS AÑOS DESPUÉSViernes por la noche. Un fin de semana más que llegaba como lo era cada vez que ella deseaba en que no llegara. Los ruidos altos, la música que no toleraba, la música que era obscena en ese lugar junto con todos esos hombres que iban siempre a divertirse y a pasarla bien por un momento mientras ella tenía que tolerarlos por el dinero que le pagaban con el solo hecho de que ella se acercara a la mesa de la gente que siempre estaba pasada de copas.Nada había cambiado en ese tiempo. Habían sido ya más de cuatro años trabajando en lo mismo y más de un año trabajando en ese bar que le había abierto las puertas como si de un trabajo más decente se tratara. Era cierto que se ganaba bien, era cierto que ella no había tenido que hacer nada más allá de vestir el vestuario para las meseras en ese lugar.Cinco años se habían ido ya desde el momento en que se juró hacer lo que fuera por mantener con vida aquella luz que había llegado a su
PARTE UNO: LA TRAICIÓNCAPÍTULO CUATRO¿Qué había de aquel bar que había abierto sus puertas al público en las noches, justo donde el bien dormía y el mal tenía el permiso de reinar ahí? ¿Qué había de aquel lugar que había abierto sus puertas al público casi de un momento a otro? Así era como funcionaban los grandes negocios, así era como la vida en el mundo oscuro siempre se iba a manejar, llevando un paso adelante, llevando todo un camino adelante ya recorrido mientras el mundo alrededor solo dormía y al final, despertaba solo para buscar pruebas donde no las había.La misma vida para Victoria conforme los días se iban, la misma rutina para ella y siempre, entregada al mismo lugar que le estaba dando el dinero suficiente para poder ir poner un plato de comida frente a su pequeño hijo. El mismo que había sido un milagro, el mismo que se aferró a la vida, ¿cómo ella podía negarle la vida que él esperaba vivir desde el momento en que ese maldito accidente sucedió donde buscaron arreba
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO CINCOTodo lo que pudo ver y de lo que fue consciente Victoria era de os zapatos bien lustrados de aquel hombre que parecía ser quien había levantado la voz. De un momento a otro, sintió como a Victoria la tomaron de los hombres, un hombre en cada lado, con mucho cuidado, como si no quisieran lastimarla más de lo que ya lo habían hecho aquellos otros tres hombres.— ¿Se encuentra bien, señorita? —Preguntó el hombre tan pronto como los otros dos hombres lograron levantarla del suelo.Con cuidado, Victoria se sacudió el polvo que pudo haber quedado impreso en su uniforme mientras se preparaba para dar las gracias a la persona que la había levantado de ahí.Y justamente de esa manera, como si se tratara de cámara lenta, Victoria levantó la mirada solo para encontrar frente a ella un hombre bien vestido, un hombre que tenía impresa la curiosidad en el rostro por saber cómo estaba ella.Era realmente guapo, el más guapo de los hombres que ella haya podido v
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO SEIS Tantos sentimientos encontrados, tantos pensamientos que estaban asaltando su mente, tanto que podía hacer y al mismo tiempo, tanto que no podía hacer cuando se encontraba ahí, con las manos agarradas, siendo tratada como una muñeca, una muñeca a la que el mundo le podía hacer todo lo que quisiera, un mundo que se reducía a solo tres hombres ahí que estaban dispuestos a hacerle todo el daño del mundo. De nada le había servido su propio silencio, de nada le había servido querer haber salido bien de ese lugar al mismo tiempo que callaba lo que le habían hecho y encima, protegía un trabajo que no le gustaba, que la estaba haciendo humillar, que la estaba dañando cuando la única cura podía ser su hijo. Las lágrimas corrían de sus ojos, no había nada más que pudiera hacer más que llorar, llorar y llorar.Lo que no sabía la vulnerable de Victoria es que su vida estaba a punto de cambiar en ese mismo instante en que un auto con los vidrios polarizados