Tamara se sentó en el auto por unos minutos, tratando de recuperar la compostura. No podía creer lo que acababa de pasar y la forma en que ese extraño la había dejado sin habla.
Se sentía un poco mal, porque ella no estaba para ver a los lados, cuando tenía un esposo buen mozo y bien proporcionado en su casa.“Por favor, no tienen punto de comparación con Joel” dijo su conciencia “Ese viene siendo cuando mucho una catedral de alguna ciudad, mientras que el espécimen masculino que acabas de ver es la basílica, que digo basílica, ese hombre es el mismísimo vaticano.”—Ay diosito, saca esos malos pensamientos de mi mente —pronunció en voz alta, sintiéndose avergonzada consigo misma.El resto del trayecto no pudo dejar de pensar en ese hombre, condujo a su casa y allí afuera lo estaba esperando su amiga, quien había estado esperándola preocupada, casi arrancándose los pelos, pero al verla tan tranquila abrió los ojos desorbitados.—Mujer, tú me quieres hacer morir infartada, venía conduciendo a más de ciento veinte kilómetros, propensa a multas, accidentes, porque te escuché desesperada y ahora está frente a mi tan fresca como una lechuga.Fue en ese momento cuando Tamara recordó lo que había ocurrido.—Me hicieron la inseminación artificial y debo esperar, varias semanas para ver si dio resultado… el problema es que llamé a Joel y ni siquiera se alegró… me trató mal, me reclamó que por qué lo llamaba para eso, como si él no tuviera cosas qué hacer —terminó de decir en voz baja, mientras su amiga hacía un gesto de desagrado y negaba con la cabeza.Como Tamara vio que Freya no dijo nada, le preguntó.—¿Qué piensas? —preguntó.—Tamara, sabes muy bien lo que pienso, yo tú no estaría tan empeñada en darle un hijo a Joel… me vas a perdonar, pero ¿Por qué te cuesta entender que ese hombre no te ama? —preguntó Freya.—Tú estás predispuesta por él, por supuesto que me ama… ha estado bajo una situación de demasiado estrés, está ampliando la empresa, y no ha conseguido el dinero necesario y es tan lindo que sabe que puede decirme para pedirle dinero a mi familia y no lo hace… —empezó a justificarlo.—Si seguro, ¡Qué considerado es! —exclamó la chica con sarcasmo— ¿Por qué debes de estar siempre justificándolo? A veces me pregunto si vives en una realidad virtual, porque la que veo que vives con Joel, te juro que no es nada agradable.—El problema es que nunca te ha caído bien, no has intentado llevarte bien con él, es un buen hombre, en el fondo es sensible, preocupado.—Si muy muy en el fondo y el tipo es como una especie de agujero negro… —como vio la expresión de tristeza en su amiga, le bajó a la crítica—, lo siento amiga, pero sabes que opino de él… es un interesado, sé que hay algo más, mi instinto me lo dice, todo lo que hace es con un propósito ¡Cuídate Tamara! Por favor, no quiero que termines con el corazón hecho pedazos.Tamara suspiró y bajó la mirada. Sabía que su amiga tenía razón, pero algo dentro de ella aún se aferraba a la esperanza de que Joel la amara de verdad.—Lo sé Freya, pero no puedo evitar sentir lo que siento. Yo lo amo, tal vez si pudiera tener un hijo con él, las cosas cambiarían, podríamos ser una familia feliz, él sería más cariñoso.Freya negó con la cabeza, se sentía tan impotente frente a la forma de pensar de su amiga.—No pienses en términos de "tal vez". Tú mereces a alguien que te ame por quién eres, no por lo que pueda obtener de ti. No te conformes con alguien que solo te quiere por conveniencia. Además, Tamara, un hijo no viene a darle felicidad ni estabilidad a un matrimonio, este es de dos, son ustedes quien deben darle vida y sabor, una relación debe basarse en lazos fuertes de amor, comprensión, respeto, eso no te lo va a dar un hijo.Tamara asintió, sabiendo que su amiga tenía razón. Pero, aun así, no podía evitar pensar en la posibilidad de tener un hijo con Joel. ¿Era eso realmente tan malo?Joel se convirtió en un hombre frío y calculador, pero ella pensaba que podría volver a ser el hombre que conoció, esperaba lograrlo con su amor. Sin embargo, después de varios años juntos, no lo había logrado.—Tal vez tengas razón, Freya. Pero yo sigo queriendo intentarlo. Me casé para toda la vida, no puedo renunciar ante las primeras adversidades, yo lo amo amiga, no puedo imaginar mi vida sin Joel, aunque… a veces siento que este sentimiento no es recíproco —dijo Tamara, diciendo por fin en voz alta lo que pensaba todos los días.Freya la abrazó y le acarició el cabello.—Entiendo que quieras luchar, que no desees darte por vencida, pero en un matrimonio debe haber un aporte de los dos, no importa que él aporte menos, pero debe dar algo y en tu matrimonio Tamara tú pones el 100% y Joel nada. Creo que en vez de amor es costumbre, después de todo dicen que la costumbre es más fuerte que el amor —suspiró impotente—. Por favor, prométeme que no te vas a dejar engañar por él. Si ves algo sospechoso, siéntete libre de hablar conmigo.»No quiero que te lastime más de lo que ha hecho… aunque no lo creas, te ha minado la autoestima, te ha opacado, te ha hecho una chica sumisa, temerosa y tú no eres esa mujer… Tamara, si un hombre te ensombrece, y no saca lo mejor de ti, allí no es, no te empeñes, porque va a terminar destruyéndote.—Ya no quiero hablar de eso —dijo Tamara con incomodidad—, mejor te cuento algo, cuando venía saliendo de la clínica de fertilización choque con un hombre… era demasiado bello, con los ojos verdes que parecían esmeraldas, muy alto, musculoso. Te juro que era un dios griego.Su amiga abrió los ojos de par en par.—¿Es en serio? ¿Tú viendo a un hombre distinto a Joel? Esto sí es nuevo. Permita el creador que pusieras esos ojitos en alguien más.—Ya Freya, no seas así, tampoco es que quiero algo con un desconocido, tal vez estaría bueno para ti —expresó Tamara y Freya abrió los ojos, asustada.—¡Estás loca! Yo soy agente libre, mi amor, todos me pertenecen, pero yo no pertenezco a ninguno —dijo con una sonrisa mientras su amiga volteaba los ojos.En ese momento, el celular de Tamara repicó, lo atendió sin ver la pantalla, y sonrió alegre cuando escuchó la voz de su esposo al otro lado de la línea.“Tamara, arréglate, voy a pasar por ti en un par de horas, necesitamos ir a un evento empresarial a las ocho de la noche, por favor, contraté los servicios de un maquillador, estilista, te mandé a una diseñadora, con tres vestidos que escogí, para que de allí decidas cuál ponerte, son del estilo que me gusta que lleves y los tacones altos porque no me gusta que te veas como un ratón frente a mí”, se escuchó la voz dura del hombre.—Joel, yo no puedo ir a ese evento… —no la dejó terminar y la interrumpió.“¿Qué estás diciendo? No te estoy preguntando si puedes ir, te estoy diciendo que tienes que ir, no eres tú quien decide, yo necesito que estés allí”.—Pero, Joel… escúchame, me hice la inseminación y… —él la interrumpió y no la dejó hablar.“Tamara, me importa una mierd4, la bendita inseminación artificial en este momento, necesito a mi esposa en ese evento, porque no voy a ir solo, vas a ir quieras o no, te voy a pasar buscando a las ocho de la noche. Espero que hayas entendido”, declaró cortando la llamada, mientras la mirada de la chica se cruzaba con la de su amiga, quien no podía controlar su indignación, si tuviera al hombre de frente, juraba que le rompería el hocico, porque ni siquiera podía llamarle boca a la de esa bestia sin corazón.Tamara cortó la llamada con una sensación de pesar en su corazón, estaba sentada frente a su tocador, mientras miraba su reflejo en el espejo. No podía creer la insensibilidad de Joel hacia ella, sobre todo después de haberse sometido a un procedimiento tan personal.Se sentía violada e indefensa, como si no tuviera control sobre su cuerpo ni sobre su vida, por un momento no dijo nada, solo pensando en lo que había ocurrido.La frustración le recorrió el cuerpo. Sabía que las exigencias de Joel eran injustas, pero también sabía que no tenía más remedio que cumplirlas. Al fin y al cabo, era su esposa y no se atrevía a oponerse a su decisión, así una parte de ella quisiera liberarse.Se volvió hacia su amiga, que miraba el teléfono como si fuera el propio Joel.—No puedo seguir así —dijo Tamara, con lágrimas en los ojos—, me siento atrapada, cada día más tengo la sensación de estar viviendo una vida que no me corresponde —dijo ahogándose con las lágrimas, no pudiendo ocultar más lo que
Con nuevas fuerzas, Tamara cogió el teléfono y marcó el número de la diseñadora que Joel le había enviado. Pidió que le enviara un nuevo enlace para ver los trajes disponibles y diez minutos después había escogido y ordenado que le trajeran tres vestidos sexys, nada recatados ni colores neutros como le gustaban a su esposo, así como cualquier otra opción que pudiera tener. Tamara iba a elegir su propio traje y no iba a permitir que Joel tuviera nada que decir al respecto. Tamara canceló a los otros profesionales y después de colgar el teléfono, Freya llamó a su estilista y maquilladora de confianza para que la ayudaran a prepararse. Mientras esperaba la llegada de su ropa, Tamara comenzó a imaginarse cómo se vería en los nuevos vestidos que había elegido. Se sentía emocionada por la oportunidad de tomar el control de su propia imagen y estilo por una vez. Incluso comenzó a considerar cortarse el cabello y cambiar su peinado para darle el estilo que le gustaba. Se preguntaba que iba
Tamara se sintió hipnotizada por la presencia del hombre que la había rescatado de la grosería del guardia. Su mirada se clavó en sus ojos verdes, que parecían escudriñarla con tanta intensidad que la hacía sentir vulnerable y expuesta. Se mordió el labio inferior, tratando de recuperar el aliento.—Gracias por intervenir —murmuró ella con un hilo de voz, tratando de recobrar la compostura que había perdido.Sebastini le sonrió de nuevo, con una sonrisa ladeada que le hizo estremecer las fibras más sensibles de su cuerpo y se dio cuenta que su expresión se veía más suave de cuando lo conoció.—No hay problema. Me alegra mucho haber llegado a tiempo, siempre me resulta placentero, rescatar a una dama en apuros —pronunció con cierto aire de arrogancia, que a Tamara la irritó.—Yo no necesitaba ser rescatada —dijo de pronto sintiéndose incómoda.Ante sus palabras el soltó una carcajada que le erizó los vellos de la piel.—Entonces tenemos percepciones diferentes.Esa voz provocó en Tamar
Joel terminó de arreglarse la corbata del traje sin dejar de mirarse en espejo, en la habitación que tenía en su oficina. Escuchó unos pasos y al girarse vio a la secretaria parada con una expresión de preocupación. —¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? —interrogó sin apartar la mirada de su rostro. —Es que hay un problema, señor, le juro que es algo que escapó de mis manos —dijo la mujer haciendo una pausa, sintiéndose un poco temerosa—, mandé al chofer a dejar la entrada de su esposa en la recepción de la cena, pero tuvo un contratiempo y no la pudo a entregar… así que lo más probable es que ella esté allí, no haya podido entrar o se haya regresado a su casa. El hombre chasqueó la lengua en un gesto de absoluta indiferencia. —No te preocupes, Tamara no se va a mover de allí hasta que no me vea, ella no hará nada distinto a como le digo… parece un robot, solo actúa como se le programa, es tan estúpida que no parece que fuera hija de una de las familias que llegó a ser la más poderosas d
Tamara sintió terror al ver la expresión molesta de Joel, intentó liberarse del agarre de su esposo, pero él la sujetó con más fuerza.—¡Quédate quieta! Habla de una m4aldita vez ¿Te quedaste muda? ¿No tienes nada qué decir? ¿Por qué andas vestida como una furcia? —Joel escupió las palabras con rabia.Tamara temblaba de miedo, pero trató de mantener la calma. No quería que su esposo la viera débil.—Yo… me vestí así porque quería darte una sorpresa… gustarte —respondió ella con voz aparentemente serena, aunque por dentro estaba atemorizada.Pero a Joel no le agradaron sus palabras.—Te dije de manera exacta cómo te ibas a vestir, si hubiese querido una put4 le habría pedido a alguna que me acompañe ¿Acaso no tienes vergüenza vestida como una zorr4 mostrando tu cuerpo a los hombres? Un cuerpo que lo más seguro es no les provoque nada, ¿Crees que viendo tantas mujeres altas, elegante, van a poner su mirada en una enana siniestra como tú? Tamara se quedó viendo a Joel con los ojos anega
Tamara estaba petrificada, jamás había visto a Freya tan enfurecida. Joel soltó a su mujer, pero en vez de dejar todo así, se giró, miró a Freya con absoluto odio y se enfrentó ella mientras esta seguía sujetando la zapatilla de manera peligrosa.Le tomó la mano y se la apretó con fuerza, pero Freya con la otra mano comenzó a golpearlo.—¡Tú eres la culpable de todo! Mal influencias a Tamara y la pones en mi contra y como no eres más que una mujer de cascos ligeros, que no le importa amanecer en la cama de cualquiera, solo estás buscando que mi mujer se comporte de la misma manera, seguro que se vistió así aconsejada por ti… quiero que te alejes de ella, no vuelvas a acercarte porque voy a pedir una orden de alejamiento —espetó con molestia.—¡Eres una Bestia! Sientes placer amedrentando un par de mujeres, pero seguro que tu valentía sale corriendo cuando ve a un verdadero hombre, ya vas a ver cómo hago un escándalo y saco a todos esos hombres de negocios para que vean el tipo tan des
Tamara no dijo nada de su acto de violencia contra ella, se sentía tan mal, que por un momento quiso que todo eso le estuviera ocurriendo a otra persona, pese a ello de manera automática se terminó de despojar de la ropa, por eso no se dio cuenta como él la miraba con desprecio. Cuando ella estuvo completamente desnuda, Joel la apretó contra su cuerpo y le dijo: —Mira Tamara, no quiero volver a verte acercarte a Sebastini. Si lo haces, te juro que me encargaré de que pagues las consecuencias. Tú eres mi mujer y tienes que estar dispuesta para mí cuando yo quiera —le dijo mientras pasaba sus manos por el cuerpo estrujándole la piel.Sus caricias no eran suaves, sino dolorosas, la masajeaba sin ninguna delicadeza, le apretaba sus senos haciéndola gemir, pero no de placer, sino del dolor. Ella no se opuso, dejo que él hiciera con su cuerpo como quisiera, mientras las lágrimas salían a borbotones de sus ojos, bañando su rostro.Lo único que se escuchaba en la habitación era el sonido de
Joel se quedó mirándola, simulando angustia, no iba a dejar que se fuera, no después de haberse enterado de que la familia Castelli no estaba en ruinas, si antes no quería dejarla ir menos ahora, pero sabía que debía ser convincente para convencerla, solo esperaba que pudiera seguir teniendo el mismo control sobre ella. —¿Pero por qué te vas? —se atrevió a preguntar y ella negó con la cabeza. —¿Eres capaz de preguntarme después de lo ocurrido? —inquirió con un sollozo —. A pesar de nuestras discusiones en el pasado nunca me habías golpeado… pero hoy rebasaste todos los límites, me obligaste a tener intimidad contigo, me humillaste llamándome golfa… solo porque quise verme diferente y cambiar para lucirte a ti —pronuncio ella en tono entrecortado—, me di cuenta de que soy yo la que he dado siempre en este matrimonio… cambié mi forma de ser, por ti, para agradarte… y siento que ya no soy ni la sombra de lo que era, necesito reencontrarme conmigo misma y eso solo lo puedo lograr aleján