—No sé por qué no puedo ser feliz, ayúdame, Estela, tú eres muy feliz.
—Es viernes, deberías salir, no estar hablando conmigo sobre lo miserable de la vida, además la felicidad es algo distinto para cada persona, ¿qué crees que necesitas para ser feliz?
—No estoy segura, en realidad necesito ser feliz primero para saber que necesito
—Lucy, te complicas demasiado, pero si pudieras tener algo como acciones o personas, para tener felicidad ¿qué sería?
Lucy no pudo responder a esa pregunta, pero pensó en sensaciones que quisiera sentir, como la calidez de un abrazó y la calma y la tranquilidad del silencio.
Lunes por la mañana, Lucy va tarde camino al trabajo, quiere ver a su mejor amiga Estela. En la entrada se encuentra con un hombre muy atractivo, se quedó atónita un rato y no paro de sonreír y agradecer haberse levantado tarde. Se alejo de su mi mirada, entro al edificio y no dejó de pensar en mil formas de acercase a él si volvía a verlo, solo pensó en ello ignorando por completo a su mejor amiga.
Luego de un día cansado Lucy termino su trabajo antes que Estela, lo cual no era común y fue corriendo a la salida, deseando tener suerte de ver a aquel hombre de la mañana, y ahí estaba de nuevo, ese sensual hombre que mejoro su día, con el mínimo conocimiento en ligar se acercó al hombre de la forma más invasiva y extraña posible
— ¿Hola, tienes mucho esperando aquí?
—No, la verdad no. — decía mientras miraba la salida del edificio.
—Me pareces muy reservado, y te ves un poco mal ¿puedo ayudarte en algo?
—Estoy en un mal momento, y no suelo hablar mucho de eso, pero quizá debería hablar un poco más acerca de mis sentimientos…
—¿Necesitas un abrazo? —Preguntaba nerviosa, sin escuchar lo que el hombre decía, solo pensaba en como este hombre se veía muy solitario y triste y como ella desearía consolarlo y vivir una historia de amor con él.
Él no sabe lo que pasa, solo mira hacia la entrada esperando algo.
Entonces Lucy intento abrazarlo, el hombre se veía un poco asustado mientras ambos escuchan a una voz femenina muy molesta
Estela estaba en la puerta, miraba con odio la escena, el hombre noto y corrió hacia ella, ambos se alejaban discutiendo, dejando a Lucy de lado; mientras ella se lamentaba en silencio, al fin entendía la situación y lo que acababa de hacer.
Pasaron unos días…
Lucy no dejó de lamentarse el intentar ligar a la pareja de su mejor amiga y las acciones tan desesperadas que realizo ese día, desde entonces no volvió a saber de Estela, sentía que su mundo se derrumbaba porque no tenía más amigas, se sentó en el comedor divagando en voz alta: — “ahora no habla más conmigo, nunca lo imaginé, nunca lo había visto, me apresure demasiado al intentar acercarme a ese hombre, me siento desesperada, quiero hablar con ella, quiero disculparme, aunque aún me siento atraída por ese hombre, será que de alguna manera lo hice a propósito...”
Mientras todo eso sucedía una chica de recursos humanos se acerca.
—Necesito hablar contigo, es muy importante así que ven.
—Está bien—
Ambas van a la oficina de recursos humanos.
—Veras hemos recibido muchos comentarios sobre tu desempeño, así que tienes 2 opciones ahora, dejar el contrato hasta aquí o aceptar que te transfiera a un departamento diferente.
Al día siguiente…
Lucy había aceptado la transferencia, ahora debe comenzar de nuevo sin amigos y con miedo a fijarse en alguien y cometer más errores.
Mientras Lucy caminaba perdida en sus pensamientos, se golpeó contra una pared, casi cae al suelo, pero un extraño la sostuvo, era un hombre alto, esbelto, con mirada seria, pero cálida.
—¿Estas bien? —preguntó mientras la miraba directo a los ojos.
—Sí— decía mientras lo apartaba bruscamente, incomoda por lo que me paso estos días, sin importar lo que pensara de ese hombre, prefirió ignorarlo y correr a su escritorio.
Dos hombres se acercaron a Lucy
—Hola, yo soy Ryan seré tu compañero, como eres nueva debo presentarte al director de piso— señalando al mismo hombre que la ayudo hace unos minutos.
—Bienvenida yo soy Liam, tu supervisor — decía con voz disgustada.
Al escuchar eso Lucy quedo fría, el primer día ya tenía problemas con su supervisor. Desde ese día su supervisor la miraba con desdén, mientras tanto Lucy trataba de llevarse bien con todos y oía rumores de sus nuevas compañeras de trabajo.
—Saben he escuchado que Liam es un mujeriego, dicen que salía con Alexa del otro departamento y al mismo tiempo tenía aventuras de una noche con otras mujeres.
—Vamos Dayana, yo no lo culparía, es un hombre muy sexy, ¿tú qué piensas Lucy?
—Bueno, no sé, creo que, si es algo atractivo, pero no lo suficiente para mi gusto— decía confiada, intentando no cometer errores.
Sus compañeras la veían asustada y saludaban al supervisor, que justo acababa de llegar.
Lucy esperaba que se la tragara la tierra, pero no pasó, así que debía continuar con su vida.
—¿Hola jefe, en que podemos ayudarle? —decía Ana, mientras sonreía, disimulando la situación.
—Solo quería verificar que estaban trabajando en los informes que pedí.
—Claro ya casi están listos, se lo llevaremos en un momento— decía Dayana mostrándose serena.
Liam se fue, entonces le dieron los papeles a Lucy
—vamos llévaselos tú y cuéntanos si te dice algo sobre lo que paso—decían ambas casi al unísono.
Lucy solo asintió, ya que también quería saber si la habían escuchado, si la despedirían o recibiría un regaño; así que fue a la oficina de Liam, escucho voces, así que decidió esperar.
—Es muy molesto estar aquí, quiero hacer algo diferente con mi vida, no quiero vivir lo mismo que tú.
—Es por tu bien, sigue así, ahora lo haces bien.
—No es lo que quiero, no quiero tener una vida miserable como la que tú tuviste, ahora soy libre y siempre quiero serlo.
—¡oh! vamos, si ya trabajas para mí.
—Solo lo hago porque me obligaste, cuando trabaje en otro lado hiciste que me despidieran, ya déjame en paz.
Se abrió la puerta, salió Liam y un hombre mayor, ignoraron por completo a Lucy, así que llena de curiosidad se acercó a la secretaria.
—Disculpa, ¿Quién es el hombre que salió con el señor Liam?
—cómo es que no sabes, es director ejecutivo, Liam es su hijo, siempre viene y discuten fuertemente, creo que es porque Liam no quiere el puesto de su padre.
—Es que soy nueva aquí, no lo sabía; gracias— mientras se retira para buscar a Liam.
Liam estaba en la cafetería con algo en la mano, Lucy se acerca algo temerosa por toda la situación. Liam la ve fijamente y sonríe.
— Ambos escuchamos cosas que no debíamos ¿verdad? —decía tranquilo.
—A decir verdad, sí, solo quería entregar el informe que pidió, pero termine escuchando todo— exclamaba Lucy aun nerviosa.
—Está bien, no digas nada de lo que paso y yo no diré nada sobre lo que escuche, será un trato entre nosotros—decía felizmente
Mientras tanto Lucy se ponía más nerviosa, pero ahora porque este hombre serio le sonreía, además estaba asustada por escuchar que era un mujeriego y ella era muy mala con los hombres.
—Bueno si eso es todo, puedes irte— volviendo a su rostro serio.
Lucy se fue, cuando volvió a su lugar Ryan apareció.
—Lu, oye ¿quieres venir a una fiesta el viernes?, todos del departamento irán, será en mi casa, te la recomiendo, así conoces a todos.
—Está bien, pero solo si me acompañas un rato, no quiero estar sola en toda la fiesta.
—Me parece bien, nos vemos—decía mientras se iba.
El día de la fiesta llegó, Lucy se preparó mucho, no sabía cómo debía ir, siempre pidió consejos a su mejor amiga y ahora ya no estaba, fue a la fiesta, en la entrada la recibió Ryan, luego de un halago que pasó desapercibido por Lucy, le presentó a muchas personas, tantas que Lucy no podía recordar todos sus nombres; un poco cansada de tanto ajetreo y pequeños tragos que bebió se alejó al jardín.
—“Ahora que lo pienso ella siempre hablaba de él, fui yo quien no pudo reconocerlo, ni notar lo que pasaba, ella misma me dijo que tenía problemas con su novio, pero él intentaba arreglarlos, siempre he sido una mala amiga, creo que, si es un error pequeño, pero tengo mucho tiempo siendo despreciable, no la merezco, merezco que me odie”
Lucy comenzó a sollozar, cuando Ryan apareció
—Oye, ¿estas bien?
—Si, solo estaba pensando en mi vida. —decía viendo al vacío.
—No te lamentes tanto, es una fiesta, debes disfrutarlo, no lamentarte tanto—Ryan abrazo a Lucy—no te preocupes.
Lucy pidió que Ryan la llevara a su cuarto, Ryan la llevo.
—Sabes no soy muy buena ligando, pero siendo sincera quiero dormir con alguien, me siento un poco fea e inexperta, duerme conmigo—pedía Lucy mientras tomaba el brazo de Ryan.
—Eres muy atractiva, pero estás alcoholizada, no quiero aprovecharme de ti— decía mientras quitaba la mano de Lucy de su brazo.
—Ven, quiero dormir contigo— exclamo Lucy tratando de seducirlo.
Al día siguiente, Lucy despertó en casa de Ryan, estaba en ropa interior, así que asumió haber dormido con Ryan el día anterior, mientras Lucy se hacía ideas de cómo lidiar en el trabajo con esto, Ryan apareció. —¿Cómo te gusta el café? —decía con tranquilidad. —americano, oye Ryan, no recuerdo lo que paso anoche, pero espero que no afecte en nuestro trabajo…—Ryan la interrumpió entre risas. —No paso nada entre nosotros, bueno en realidad, me vomitaste encima, también te vomitaste, así que comenzaste a quitarte la ropa y yo la puse en la lavadora—todo esto mientras Lucy se ponía extremadamente roja—no te preocupes ya está seca, levántate y desayunemos. Ryan se fue y Lucy fue a ponerse su ropa, algo decepcionada por lo que paso y lo que no; Lucy siguió su fin de semana con normalidad, en otras palabras, aburrida. El lunes en un receso de Lucy pudo ver a Liam, en una de las mesas del comedor, tenía días sin verlo, se quedó observándolo un momento. —oye, cierra la boca se te está sa
Lucy iba camino a espiar un poco a Liam, cuando Ryan apareció. —Lucy, ¿a dónde vas tan feliz? —Voy a la cafetería por un café. —Genial, yo voy hacia allá. —decía felizmente. Ambos fueron a pesar de que Lucy no quería tener a Ryan cerca. —Dime Lucy, ¿a qué vienes tanto a la cafetería? —Ah, yo—haciendo un silencio mientras ve a Liam en la lejanía—las galletas de miel, sabes no las conocí hasta que vi a otros comiéndolas, pensé que eran de dieta, pero son buenas. —Pues no son mis favoritas, pero no asumas que la comida de dieta sabe mal, te lo dice un experto. —A que te refieres—decía Lucy mostrando algo de interés, ya que sabía muy poco de Ryan. —Verás tengo 2 años de ir al gimnasio regularmente, además suelo comer alimentos adecuados para mis metas, no soy un experto, pero muchas comidas de ese tipo son de mi agrado. —¡Oh!, eres muy perseverante, yo nunca he podido ir al gimnasio por tanto tiempo —Quizá nunca tuviste verdadera razón que te impulsará a seguir—decía Ryan mient
Lucy durmió mal por no dejar de pensar en lo que sucedió ayer, pero ahora debe enfocarse en el trabajo y los problemas presentes. —¡Oye, Lucy no olvides lo de esta noche! —No te preocupes no lo olvide Ryan—decía calmada, pero realmente lo olvido. Mandaron a llamar a Lucy, algo un poco extraño para ella ya que no tenia problemas en su trabajo, siguió las ordenes de quien la busco, hasta llegar a la oficina de Elisa. —Disculpa por traerte de esa forma, no esta bien visto que los jefes se lleven tan bien con sus empleados. —Me alivia mucho que no me llames por algún problema conmigo y mi desempeño. —Tu desempeño es terrible, pero no tienes tanto tiempo en atención al cliente, de todas formas, somos una empresa de diseño, no me interesan esas cosas y creo que a los de más alto rango tampoco. —Jaja, eso es ofensivo sabes, pero también pienso lo mismo. —¡ah! No me di cuenta, no me guardes rencor no soy buena hablando. —No importa, dime que sucede. —Nada, termine mi trabajo tempran
Lucy ya no se acercó en lo que quedaba del día, pensaba en cómo fue una tonta, que cada cosa que vio de Liam era una mentira, de todas formas, él era un mujeriego pensó antes de irse a casa a perderse en sus propios pensamientos. La noche fue fría, «Liam y Elisa fornicando, mientras Lucy observaba afuera esperando palabras que arreglaran la confusión», al menos eso soñó Lucy toda la noche, no paro de despertar desesperada, sudando y sin encontrar comodidad en ninguna posición en su cama, estaba molesta y triste, confusa. A la mañana siguiente. Lucy volvía al trabajo cansada y de mal humor, no hablo con nadie, solo veía al frente del computador intentando no pensar en nada. Mientras tanto Liam estaba de muy buen humor, ya que ayer hablo con su mejor amiga sobre como acercarse a esta chica que despertó su interés y que intentaba tomar en serio; no paraba de pensar en como hablar con ella y como acercarse. (Aunque hablando en serio, Elisa no es tan buena dando consejos amorosos) Lia
Al día siguiente el padre de Liam lo detuvo para hablar con él acerca de la reunión del día anterior. —Escúchame, entre poco voy a retirarme y quiero que seas quien dirija la empresa, Elisa es un gran empleado, pero no quiero que la hija de Warren este a cargo de la empresa por la que tanto trabaje. —Deberías hacerlo, sabes que no me interesa, solo estoy aquí porque no me dejas alternativa y pronto me iré. —No seas idiota, ¿qué harás con tu vida si no trabajas aquí? —Eso no te incumbe, ya déjame en paz, tengo trabajo. Liam se alejo de su padre, se dirigía a la azotea, cuando una voz femenina lo detuvo. —Oye, Liam—Se acerco a él sin mencionar más y lo abrazo—Tranquilo, yo estaré a cargo y te dejare libre. Liam se sentía aliviado y un poco culpable. —No tienes que hacer eso Elisa. —Sabes que me encanta esta compañía y tú la odias, será lo mejor para ambos. Ambos se apartaron. —¿Mejor cuéntame cómo vas con tu novia? —¿Por qué hablas de eso ahora? —Es tu lugar feliz, ahora es
En el trabajo Liam se encontraba confundido por las palabras de Lucy, no quería trabajar y pensaba seriamente en irse por ese día, para dejar de sentirse incomodo por la situación, ni siquiera quiso acercarse a contarle a Elisa. Mientras tanto Lucy llego al trabajo muy molesta por lo que paso ayer, está muy desconcentrada como para darse cuenta de que estuvo a punto de destruir un documento importante.—¡Oye!, pero ¿qué haces? Ese es el informe semanal. —decía Dayana mientras le quitaba el papel de la mano a Lucy.—disculpa no me di cuenta.—Sabes que puedes confiar en mí, dime, ¿qué te pasa?—La verdad, es que ayer salí con alguien, pensé que él me declararía su amor, pero al parecer no, solo quería salir conmigo, él tiene reputación de ser un mujeriego, comienzo a pensar que solo me ve como una de esas chicas con las que ha estado antes.—¿alguna vez te ha pedido o insinuado que duermas con él?—La verdad no.—No te ha insistido en que duerman juntos quizá no te ve igual que a las
—Oye Jane ¿seguiremos viéndonos en la universidad?—Claro que sí, eres mi mejor amigo siempre nos veremos, además nuestros padres también son buenos amigos.Bernard estaba muy feliz porque amaba mucho a su amiga, aunque pensaba más en que un día su amada Jane dejara de ser su amiga y se convirtiera en su pareja.Unos meses después…Bernard casi no había visto a Jane, la noto distante cuando su familia visito su casa y en la Universidad a penas lo había saludado, su único consuelo era que se había vuelto más cercano a uno de sus compañeros de piso.—¿Iras a la biblioteca después de clases?—No puedo, he estado saliendo con una chica y hoy iremos a comer.—Bueno diviértete.—Claro—decía sonriente Warren.Bernard no podía dejar de pensar en Jane, tenía casi dos meses de no verla, tampoco había respondido el último correo que le envío, ya no podía concentrarse, olvidó que Warren mencionó que saldría con su novia, así que luego de intentar estudiar en la biblioteca fue a buscarlo a su habi
Lucy estaba ansiosa, pensaba que de alguna forma Liam la odiaba, que posiblemente se sintió forzado por lo que ella le dijo, también se sentía mal porque una emergencia hizo que Liam se marchara, no sabia nada de lo que pasaba. El día pasaba, Lucy no tuvo el valor de contactar a Liam, así que espero al día siguiente, aunque seguía muy ansiosa intento seguir el consejo de su amiga y relajarse y hacer el trabajo que le correspondía, cuando le llego un memorándum un poco extraño, la llamaba a la azotea. Lucy subió, al entrar la puerta se cerró sola.—Lucy, ¿quieres ser mi novia? —decía Liam sonriente mientras aparecía por detrás.—Sí dijo Lucy—muy entusiasmada.Liam abrazo a Lucy.—No sé nada sobre el amor, pero me gustaría amarte con todo mi corazón.Lucy se ruborizo al instante—Yo también, no quiero que te vayas nunca.Estuvieron así por un rato, hasta que Lucy recordó que transpira y como adolescente asustada se apartó de él.—Liam, ¿cuál fue la emergencia por la que te fuiste?—Mi p