— No puedo creer que mañana por fin haremos la ceremonia de iniciación.
La voz del padre de Melissa la hace sentir una vez más extraña, a pesar de estar feliz por estar de vuelta en su manada, esta vez para quedarse, el motivo la hacía sentir un poco mal. Miro el caldo en su plato sintiendo que de repente ya no se sentía tan apetecible. Su madrastra rechistó haciéndola mirar hacia ella.
—¿No estás feliz?
La chica no dijo nada porque prefería no hacerlo, volvió a bajar los ojos hacia el plato mientras su padre hablaba de lo único que parecía importarle. Melissa se sentía como una moneda de cambio pero parecía que nadie se daba cuenta de eso.
— Es un honor para todos — dijo su padre — después de todos estos años estamos a punto de firmar el pacto de paz con la manada vecina.
— Gracias a dios terminaremos con esto de una vez — la voz de su madrastra es amargada — nuestra hija incluso se tomó el trabajo de ir a organizar todo con la familia del alfa Gavin—miró a Melissa—¿Por qué tu no luces feliz?, deberías ser la mas emocionada.
—Tiene razón hija—el padre de Melissa la miró—esta es la boda que todos han esperado, básicamente estás teniendo un honor extremadamente especial—niega—incluso tu hermana se fue para preparar la ceremonia.
—Si , padre—dijo la chica alzando la mirada—solo me siento un poco conmocionada con todo…
—Deberías sonreír más, parece que estamos mandándote al matadero y no a la casa de la familia del nuevo alfa King.
Melissa frunció el ceño sintiéndose aún peor, sabía cómo eran las leyes de la manada, comprendía también que era su deber. Pero no le agradaba en lo más mínimo que ella estuviera en medio de todo aquello, incluso sin pedirlo. Porque tenía que aparentar felicidad si ni siquiera conocía al hombre con el que la casarían.
Melissa había aceptado su destino, pero esperaba al menos conservar la posibilidad de sentirse como quisiera. Su vida había sido difícil los últimos años, tenía demasiadas cosas que la asustaban y afectaban, así que una ceremonia en la que nunca tuvo posibilidad de opinar realmente no le interesaba.
La chica dejó su cuchara antes de ponerse en pie, realmente no deseaba seguir escuchando de cuanto necesitaban todos de ella después de que fuese expulsada de su manada junto a su madre solo para no molestar a la luna de su padre, una mujer que, aunque trataba de ser amable con ella, era más que evidente aborrecía que fuera la primogénita, la hija mayor de su alfa.
Melissa realmente no sentía que eso fuera un honor, ni siquiera sabía cómo iba a contarle a su futuro marido su secreto. Sin embargo, se prometió ir un paso a la vez y lo único que necesitaba en ese instante era alejarse de la cena familiar, donde ella realmente no era un miembro deseado.
— Me gustaría ir a mi habitación padre — dijo la muchacha inclinando la cabeza — creo que aún tengo un poco de jet-lag, así que, si me disculpan, me gustaría lucir bien en la mañana…
—Ahí está esa actitud—dijo su madrastra—no se como podrá ser una buena esposa comportándose así, seguro su madre no le enseñó modales.
—¡No hable de mi madre!
Grito la chica haciendo que su padre la mirara con el ceño fruncido. Melissa tragó antes de inclinar ligeramente la cabeza para disculparse antes su padre y su madrastra.
—Lo siento, estoy un poco sensible y cansada, realmente solo quiero irme a la cama padre.
— Quería que fuéramos a correr juntos hija — dijo su padre— hace años que no veo a tu lobo y debemos hablar de…
— Quizás mañana padre — dijo sintiéndose un poco avergonzada — hoy ni siquiera me siento con fuerzas para respirar.
Su padre la miró durante un momento, pero luego asintió, así que ella agradeció en silencio que pudiera escabullirse lejos del comedor. Subió las escaleras entrelazando sus manos. Ella también llevaba demasiado tiempo sin ver a su loba, tanto, que ni siquiera sabía si seguía dentro de ella. La tristeza de eso la hizo tener que detenerse a unos pasos del último escalón.
Se apoyó en la tallada barandilla de la escalera junto a su derecha y se recordó que tenía un problema importante, uno que en algún momento conseguiría solucionar o al menos eso esperaba ella. Caminó por el pasillo, hacía la única puerta al final de este, la abrió con la llave que siempre llevaba colgado de su cuello y ese olor familiar la hizo sentir un poco mejor.
Esta habitación había sido de su madre, luego fue de ella y seguiría siendo de ella por el resto de su vida. Prendió las luces antes de salir al balcón. La nieve que cubría el borde de su balcón la hizo suspirar. Por alguna razón, la nieve de Alaska le parecía mucho más hermosa que la de su pequeño pueblo en Londres.
Aunque extrañaba a su madre, debía admitir que su loba y ella adoraban la tierra donde vivieron los primeros seis años de su vida. Se acercó al balcón para dibujar su nombre en la nieve que lo cubría, se dijo que pronto sería una mujer casada, con un chico que escuchó era guapo, cosa que de un modo u otro la consolaba.
Cerró los ojos para respirar la brisa de la noche, pero frunció el ceño cuando olió algo extraño en el ambiente, escudriño en la oscuridad rodante en el jardín y su corazón se congeló cuando seis lobos aparecieron de la nada. Su respiración se detuvo cuando vio a los tres ejecutores que custodiaban la casa de su padre ser asesinados.
La muchacha abrió y cerró sus ojos tratando de algún modo de comprender lo que estaba pasando, pero estaba en pánico. Corrió dentro de casa para intentar avisar a su padre, pero cuando llegó al final de la escalera vio a su padre volar por los aires. Un inmenso lobo gris manchó de rojo la alfombra en el suelo, se acercó al inerte cuerpo de su padre que ni siquiera había podido cambiar y vio como clavaba sus colmillos en él.
Un gemido escapó de ella, el lobo sangriento junto al cuerpo de su padre abrió aún más sus fauces y la pobre chica en la escalera tembló. Pudo ver la maldad en sus ojos, la rabia dominante que poseía aquel hombre. Ella quería correr, quería salir de ahí lo antes posible, pero no era capaz de cambiar, lo sabía, así que solo corrió escaleras arriba.
— ¡Qué es todo esto!
Escuchó a su madrastra gritar, corrió hacia el lugar del que venía la voz, la mujer en medio del pasillo la vio. Ella asustada corrió a sus brazos ajena completamente al abrecartas en su mano y realmente pensó que estaba a salvo.
— Han matado a mi padre — lloró asustada— hay un lobo en la escalera y no sé qué está pasando, no sé por qué están haciendo esto o quien les permitió entrar, estoy asustada...
— Tranquila mi niña — dijo la malévola mujer — te prometo que todo saldrá bien, te juro que vamos a salir de esta situación en unos…
La voz de su madrastra se detuvo, ella sintió una ligera brisa antes de ver al cuerpo de dicha mujer caer al suelo bajo las patas de un inmenso lobo negro y Melissa no pudo seguir en pie cuando ese animal clavó con saña sus garras en el cuello de la mujer. Su corazón latió apresurado con un pánico que le congelaba hasta los huesos.
Ella tragó grueso, el sabor de la sangre que salpicó su rostro solo la hizo temblar aún más, pero de repente, la sintió. Su loba aulló en su interior. Sintió el calor abrasador quemar en su vientre y estuvo segura de que sus garras se extendieron cuando el lobo de ojos pálidos volteo sus ojos hacia ella.
Ese olor en el aire era extraño, Melisa no sabía qué era exactamente lo que era, pero su loba parecía ansiarlo. El lobo negro gruñó paralizándola. Sus ojos fijos en los del animal se sintieron cautivados y cuando esté colocó su nariz directamente sobre los pliegues de su vestido, justo en el vórtice de sus piernas. Ella tembló.
— No me mate por favor — suplicó asustada — yo… Yo no hice nada yo…
Unos pasos se escucharon en las escaleras, el lobo se apartó de ella para gruñir a quien sea que estuviera en ese lugar y cuando volvió Melissa se espantó. Ya no era un lobo el que estaba de pie, desnudo frente a ella. Era un hombre, uno con ojos brillantes que parecían estar completamente fuera de sí.
El hombre extraño la tomó de la mano, Melissa trató de escapar, pero no fue capaz debido a su fuerza y sobre todo a que sus pies parecían estar clavados sobre el suelo.
— ¡Usted mató a mi familia! — gritó — ¡No sé quién eres o porque lo has hecho! — ella forcejeó— pero voy a contarle a todo el mundo, voy a hacerlo pagar por…
— Tú no vas a decir una palabra — dijo tomándola de la mano — nunca vas a decir una palabra contra tu alfa, no serías capaz.
— Usted no es mi alfa, es el asesino de mi padre y le prometo que voy a matarlo.
— No vas a hacerlo — dice él sin chistar — ahora, cierra la boca.
Ella jadeó, se resistió como pudo, pero ese hombre la arrastró hacia la habitación de sus padres y la lanzo a la cama sin ningún remordimiento. Su loba aulló a pesar de llevar años sin decir nada dentro de su mate. Melissa tembló cuando su ropa fue rasgada y aunque su cuerpo ansiaba de alguna forma que él hiciera mucho más que eso, ella sabía que debía escapar pero no era capaz de hacerlo por algún motivo así que esa voz en su conciencia siguió cuestionando si podría hacerlo.
— ¡Bésame! — exigió el hombre sobre ella — ¡Ahora!
— ¡No! — gritó la chica tratando de liberarse aunque sus deseos eran otros— ¡Nunca voy a hacer nada con usted a voluntad!, ¡Nunca! — Melissa sintió la fuerza de su cuerpo cubrir el de ella — voy a vengarme y vas a arrepentirte — ella lo miró a los ojos — voy a vengarme, ¡Se lo juro!
El olor movió algo extraño dentro de Forest, la furia que estuvo fluyendo una y otra vez dentro de él desde que salió de su manada ahora estaba aún más vigente y él ni siquiera sabía por qué. Sus patas pizarrón aún más fuerte el suelo nevado que dividía los territorios, escuchó el aullido que venía a su espalda, pero no se detuvo porque había algo que no podía explicar o mejor dicho no quería explicar.Lo primero que el lobo vio cuando llegó a la propiedad del alfa vecino fueron cuerpos, cuerpos desmembrados sobre manchas de sangre que pintaban la fría nieve bajo ellos. El olor que tanto le preocupaba se hacía más intenso, el miedo también comenzó a mezclarse con el resto de aromas.Un gruñido vino de su izquierda justo antes de que un lobo tratara de atacarlo, lo mordió con saña, el animal gimió mientras él probaba su sangre y luego de asegurarse de que ya no podría atacar a nadie más corrió dentro de casa.Forest maldijo internamente cuando vio el cuerpo sin vida del alfa de aquella
Los pies le dolían, su cuerpo se sentía frío como el hielo a su alrededor a pesar de tener la capacidad de mantener su temperatura y la chica que lloraba desconsolada mientras corría en medio del bosque calló de rodillas en algún punto de su huida. La ropa que robó del armario de su madrastra era demasiado delgada, demasiado corta para su cuerpo, así que algunas heridas habían aparecido en sus piernas.La fría nieve quemó sus sensibles pies, la sensación entre sus piernas también le hicieron difícil caminar. La pobre muchacha lloró desconsolada mientras se dejaba vencer por el dolor. Sus manos se clavaron en la nieve haciéndola notar que sus garras no estaban ahí y pensó que también había imaginado eso.Su loba no había dicho ni una sola palabra desde que salió de la habitación, su pecho se sentía herido porque sabía que el hombre al que dejó en ese cuarto era su alfa. Pero Melissa se dijo que no debía sentirse de ese modo, ya que él era también el asesino de su padre. Estaba más que
— Quiero a cada uno de esos traidores vivos — dijo Forest mientras terminaba de colocarse su chaqueta — quiero que cada uno de esos perros sean ajusticiados por atreverse a hacer algo como asesinar al alfa de otra manada sin mi consentimiento.— Usted mató a la mayoría mi señor — dijo su beta — solo quedan cuatro personas y estamos tratando de descubrir quién está detrás de todo esto.— Me haré cargo — dijo antes de inclinarse — debería ir a casa, su familia lo necesita, sabe algo sobre la loba que me hirió.—No señor —dijo su segundo al mando —nada aun, pero seguimos buscando.Forest asintió, dejo que su hombre se marchara antes de mirarse en el mugriento, espejo del lugar donde había pasado los dos últimos días. La fábrica abandonada tenía un olor penetrante que hacía a cualquier lobo asquearse, pero necesitaba quedarse ahí mientras sanaba.El reflejo en el espejo hizo al lobo dentro de su mente sonreír, la cicatriz aun algo enrojecida que seguía en su frente a juego con la que cubr
El alfa sonrío cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, la chica asustada que lo había herido días atrás lo miraba con incredulidad desde el sueño donde aún seguía sentada y él no pudo creer que tuviera tanta suerte en el mundo o mala suerte, realmente no sabía cómo interpretar ese momento.La viuda de su hermano la miró con roña, tomó a la chica del cabello antes de empujar su rostro contra la comida esparcida en medio del suelo y Forest tuvo que controlarse para no ir por ella. No sabía qué estaba pasando o porque esa otra mujer decía ser la hija del alfa que fue asesinado unas noches atrás. Tampoco entendió por qué simplemente no cambiaba ante semejante maltrato.— Perdone por este señor — la mujer que seguía sin conocer se inclinó ante ella con prisas — esta tonta sirvió para la familia de mi padre y decidí ayudarla cuando devastaron a nuestra familia, pero ella no parece agradecerlo.La forma en que esa mujer hizo sonar las palabras no le gustaron para nada a Forest, sin em
— ¿Puedes creer que ese sujeto sea el alfa King?Melissa miró algo mareada a la mujer que seguía caminando de un lado a otro frente a ella mientras seguía atada. Raquel miró a Melissa mientras ella jadeó con hambre al ver el trozo de gominola en sus labios. La chica que llevaba tres días atada tragó con fuerza mientras comenzaba a sentir que sus muñecas ardían debido a la rozadura de las cuerdas.— ¡Además, cómo se atrevió a tomar el lugar de mi esposo! — la mujer molesta la miró — ¿No crees que es un desgraciado?Melissa cerró sus ojos con ganas de morir debido a la sed, la loba en ella seguía escondida mientras la única manera de que apareciera era que aquel hombre que ella odiaba se acercara. Forest, pensó, ese era su nombre, al parecer, y Melissa odio admitir que de no ser por las visitas de aquel hombre probablemente ya habría muerto de hambre.— ¡Préstame atención maldita sea! — la hermana de la chica, la pateó — ¿Quieres que no le diga a madre que te libere?— Vete al infierno
Para Red no fue difícil encontrar la habitación en la que habían colocado su madre y su nueva esposa a la pobre chica que pasó un par de días atada en medio del patio. Ese tipo de castigos no solían ser empleados con absolutamente nadie de su manada, pero Red sabía que su madre solo quería un poco de venganza.Puede que no fuera la luna de su padre, pero él sabía que le tuvo un poco de afecto. Red se quedó de pie en la entrada de la habitación, lo pensó una vez más antes de entrar dentro de dicho cuarto y cuando la chica semidesnuda en la habitación corrió hacia la cama para cubrirse.— ¡Señor!, qué hace aquí!Dijo la mujer asustada, Red no pudo apartar los ojos de la sábana que cubría un cuerpo que después acababa de confirmar, era bastante bonito. Carraspeo antes de cruzar sus brazos frente a su pecho. Miró hacia los ojos de la preocupada muchacha antes de hablar.— No tienes que lucir tan asustada muchacha — él sintió el polvo a su alrededor — ¿Cómo te sientes?Melissa miró al ho
Forest miró a la mujer que servía la cena mientras el olor dulce que solo él podía percibir se movían alrededor. El alfa miró a las otras tres personas sentadas a ambos lados de la mesa, recordándose que no debía demostrar absolutamente ningún interés por esa mujer, que después de todo podría ser su única debilidad. Aun si no quería admitirlo. Forest sabía que ponerla en peligro a ella sería poner su cuello expuesto para que cualquiera intentara tomar el lugar que tanto le había costado conseguir. El aura a su alrededor era oscura, cargada de asentimiento y quizás mucha más molestia de la esperada. El alfa king siempre supo qué tomar el lugar de su hermano bajo las narices de su sobrino y su madre sería una gran batalla, pero no podía dejar que ellos consiguieran lo que tanto querían. Anna ni siquiera era la luna de su hermano, se acercó a él cuándo la verdadera cuñada de Forest murió de una forma poco común y cuando dijo que estaba embarazada mi hermano simplemente pareció volver a
La piel de sus brazos estaba china, el escalofrío que recorría inminente su espalda también era algo digno de destacar y el corazón de Melissa, desbocado, seguía bombeando sangre ardiente a casa, a centímetros de su cuerpo. El olor que se hacía a cada segundo más intenso, también ardía fuertemente en sus pensamientos.La loba dentro de la chica aulló de placer, los sentimientos desbordantes que la acorralaban e impedían que se moviese de ese lugar sobre el colchón donde había sido recluida con el cuerpo de Forest desconcordaban completamente con el dolor y la rabia que invadía la única parte consciente de su mente.Era el asesino de su alfa, su hombre, la persona que debió darle felicidad, pero en lugar de eso era un asesino. El asesino de su padre, nada más y nada menos así que entregarse a él, a la pasión que ardía en ella más que hacerla feliz la destrozaba.Forest, movía su mano hacia la cintura de la chica bajo su cuerpo, su lobo aullaba una y otra vez en el más puro éxtasis de t