HISTORIA EMOCIONANTE, CADA CAPITULO UN DESAFIO, UNA HISTORIA DE AMOR, HUMILLACION, DESENFRENO, PERO TAMBIEN AMOR Y LEALTAD A UNO MISMO.
VICTORIASiento que me echan agua caliente encima con las palabras que suelta mi suegra.Tengo que mostrar mi loba, yo no puedo hacer eso y las personas justo ese día se darán cuenta que soy diferente. —¿Qué pasa Victoria? —pregunta mi suegra.—Nada—me pongo de pie con las manos temblorosas.—Hija, pero te pusiste pálida de un momento a otro—me toma de la mano que aprieta—y fría.—Yo, estoy bien, solo que no he dormido como se debe estas últimas horas.Me acaricia el brazo con ternura.—Hija, en verdad lo siento mucho, pero ven siéntate—lo hago y siento que el mundo se me esta cayendo a pedazos—cálmate, que se que todo se va a solucionar.—Si confió—deja un beso en mi coronilla de manera tierna que me saca una sonrisa.Ella es muy tierna. Amanda es la suegra que todos quisiéramos y no se si lo hace porque odia a Morgana, o porque realmente me aprecia. Sin embargo con la mente perdida comenzamos a hacer los preparativos para esa ceremonia y no se si decirle la verdad de una vez.Decir
ZARCOTengo muchas cosas en la cabeza, entre una de ellas es…—Zarco—es mi mejor amigo— déjame decirte algo sobre Victoria, esa mujer hay que hacerle un monumento.—No exageres—le digo porque se a que se refiere.—Tienes que reconocer que si no hubiese sido por ella, este contrato no lo conseguiríamos, además, Fue como si el universo hubiera alineado las estrellas solo para ella. Su energía, su pasión... todo eso, en conjunto la hace ver una maravillosa mujer. Y últimamente, he notado un cambio en ella. La veo más segura, más hermosa. ¿No lo sientes tú también?Me quedo mirandolo mientras tenemos el escritorio lleno de papeles.—Sí—no me queda mas que asentir—tienes razon Maximiliano. Es como si hubiera desplegado sus alas. Su belleza es tanto interna como externa. Y su amabilidad... es como un bálsamo para el alma. Creo que estamos viendo a una Victoria completamente diferente, y no puedo apartar la mirada.Tengo unos recuerdos calientes con ella que me ponen a mil, sinceramente mi h
ZARCOLa tensión en el aire es palpable mientras Morgana y yo nos enfrentamos a nuestras emociones.—Claro que quiero tener este hijo— le digo, pero sus ojos me escrutan con duda.—No parece así—responde ella—No te veo entusiasmado con la idea.Insisto, desesperado.—Te quiero, Morgana. Y también quiero a nuestro hijo. Pero hemos tenido demasiados problemas.Ella sacude la cabeza.—No quiero atarte con un hijo si no estás comprometido. Si ya no me amas, dejemos las cosas así."Morgana se sube al auto, pero antes de partir, me lanza una advertencia:—Si no formalizamos nuestra relación, me iré lejos y nunca verás a tu hijo."La amenaza de Morgana me ha deja aturdido. Mis ojos reflejan una mezcla de miedo y determinación. En ese momento, yo debp sopesar mi amor por ella y la responsabilidad hacia su hijo no nacido. Es un abismo emocional, y no hay respuestas fáciles. Pero algo en mi mirada dice que está dispuesto a luchar por ambos, aunque el camino sea incierto.—Me estas amenazando.L
ZARCO—¿Que haces aquí?—detesto a Alan que se mete en todas partes.El hombre me mira con una sonrisa mientras se acerca a Victoria a quien tomo de la cintura para que no se acerque a este imbécil.¿Alguien aqui esta celoso?Callate Dasthan.Le digo a mi lobo.Sientes eso amigo.Me dice el y si, teniendo tan cerca a Victoria le siento un olor diferente al que siempre usa y no hablo del perfume. —Alan amigo porque estás aquí—le pregunta ella nerviosa, con mi mano en mi cintura.—Te noté triste esta tarde y quise saber cómo estabas. Pero no sabía que estabas acompañando.—Está conmigo, ahora, así que puedes irte—Bramo viéndolo directamente mientras el me observa con una sonrisa en su rostro haciéndome enojar mucho más.—No es necesario amigo, pasa, tomemos una copa de vino.Ruedo los ojos porque no entiendo ella porque es tan amable con este odio. Sin embargo ella sirve unas copas de vino, mientras se va a la habitación para hacer no se que, pero nos deja a los dos solos que nos comemo
VICTORIACaemos a la cama y sus manos recorren todo mi cuerpo mientras yo siento que este está quemándose vivo. Sus besos me llevan a la locura y su mano se interna por debajo de la tela, tocándome los glúteos que amasa con fuerza sin soltarme los labios. Acaricio sus brazos tallados, su lengua se une con la mía y siento que algo en mi interior quema, no puedo explicarlo, se siente en mi pecho y se extiende por cada célula que me conforma.—Victoria—susurra mi nombre contra mis labios.Su mirada esta conectada a la mía y no detengo su impulso de estrellar sus labios contra los míos. Me besa de una manera violenta llevándome contra las cuerdas y aprieto su cabello, mientras separo mis piernas para meterse entre mis piernas mientras me estrecha con fuerza contra su cuerpo.Lo amo, solo Dios es testigo de todo lo que me hace sentir y aunque tenga que guardar todos mis sentimientos me permito solo por esta vez sentir sus labios. Sujeta mi rostro con ambas manos profundizando el contacto
VICTORIAMe despierto con la luz matutina filtrándose por las cortinas. Lo que paso con Zarco se me viene a la mente y sigo recriminándome lo que deje que avanzara.Quería que pasara, porque lo amo, pero el a mi no, y es lo que me duele porque sentí que me estaba rebajando aun más. Además, no tengo cara para afrontar mi verdad, en cuanto le diga que estoy esperando un hijo suyo, no me lo va a creer.El calor de las sábanas me abraza mientras lucho contra el sueño. El día comienza. Me levanto, mis pies tocan el suelo frío y me dirijo al baño. El agua caliente de la ducha me envuelve, y la espuma del jabón me transporta a un mundo donde las preocupaciones flotan lejos. Pero no por mucho tiempo.En mi mente, el secreto que llevo es como un tesoro delicado. Estoy embarazada, pero no sé cómo decirlo. ¿Cómo reaccionarán los demás? Sobre todo mi mamá, con sus expectativas y consejos bienintencionados. Me seco, me envuelvo en una toalla y me enfrento al espejo. Mis ojos color miel reflejan la
MORGANAEl sol brilla con intensidad sobre la piscina, sus rayos acariciando mi piel. Estoy tumbada en una cómoda tumbona, rodeada de exuberante vegetación tropical. El agua cristalina refleja el cielo azul, y el suave murmullo de las hojas de palma me envuelve en una sensación de paz.A mi lado, mi mejor amiga, Anastasia, se relaja en la tumbona vecina. Su cabello oscuro está recogido en un moño desordenado, y sus gafas de sol ocultan sus ojos curiosos. Sostiene un libro en su regazo, pero apenas lo mira. En cambio, su atención está fija en mí.—Morgana —dice Anastasia, su voz suave y ligeramente preocupada—, ¿por qué estás bebiendo vino si estás embarazada?Me llevo la copa de vino a los labios y saboreo el sabor afrutado. La risa burbujea en mi garganta antes de que pueda contenerla.—Anastasia, no estoy embarazada —le aseguro—. Solo estoy disfrutando de un momento de relajación. Además, ¿quién dice que las embarazadas no pueden disfrutar de un buen vino de vez en cuando?Anastasia
VICTORIAEl motor ruge, y el auto se acerca con una velocidad que parece desafiar la gravedad. Mi corazón late en mi pecho, y el tiempo se estira como un elástico a punto de romperse. ¿Es este el fin? ¿La última imagen que veré será la parrilla del auto, los faros brillantes como ojos de depredador? La angustia me envuelve, y cierro los ojos, esperando el impacto.Pero entonces, algo me embiste con fuerza. El mundo da un giro, y siento cómo mi cuerpo es arrojado hacia un lado. El asfalto raspa mis manos y rodillas, pero estoy viva. El auto pasa a centímetros de mis pies, y la adrenalina sigue bombeando en mi sangre. Abro los ojos y veo a alguien de pie junto a mí, respirando agitadamente. Su mirada es intensa, y su mano aún me sostiene, como si temiera que el asfalto me arrastre de nuevo.—"¿Estás bien?" — pregunta, y su voz es ronca, llena de preocupación. Asiento, incapaz de articular palabra. No sé quién es, pero me ha salvado. Mi corazón sigue latiendo con fuerza, pero esta vez no