Cinco años después: Rose: El mordisquea mi cuello, y yo intento apartarlo, muerta de risa. —¿No crees que ya ha sido suficiente? ¿Hmm, florecita descarada?- farfulla, lloviendo besos sobre mis párpados. —Oh, no. Por el contrario. – enredó mis dedos en su dorada cabellera, mirándolo directamente a los ojos.- has probado mi teoría, amor. Eres un amante excelente. Nos besamos, y nuestra hija corre, viniendo hacia nosotros, trayéndome flores en sus manitas. —Oh, gracias Baby.- susurro. —Bar- ba- ba.- farfulla ella, arrugando su entrecejo. No le gusta su sobrenombre “ Baby'’, por el contrario se empeña en hacer que todos la llamen Bárbara. Víktor, sonríe, tomándola en brazos. —Digna hija del Don.- murmura, besando las mejillas de la niña, quien libera un chillido de alegría. – nunca permitas que te llames bebé, es denigrante y ... —¿Qué tonterías dices, pecchi? Valiant se acerca, viene de la mano con su mujer, y tras ellos camina Mischa. Víktor comienza a discutir con su hermano
Doha, Qatar:Omër:—Lo que quiero decir, hijo mío, es que no comprendo tu negativa a tomar otras esposas.Contemplo a mi madre en silencio, con ceño fruncido.—Muy simple. Sabes de sobra lo paranoica que es Nuur. Tú misma tuviste que despedir a todas las sirvientas de la mansión, porque la condenada mujer creía que yo la traicionaba primero con una, luego con otra…—Eso no es lo mismo. – me interrumpe ella.- en esas ocasiones, Nuur solo defendía sus derechos, no eres ningún santo hijo, y viendo que nunca…o sea, ustedes no…—Sabes perfectamente que me casé con ella, por respeto a la memoria de Jamal. Nunca he sentido la más mínimo atracción por esa mujer.—Es por eso, que te pido que consideres la posibilidad de tomar otras esposas. Si no quieres tomar todas las que te permite la ley, podrías conformarte con solo una más.—No.—Hijo...—He dicho que no, madre. Por mucho que quieras ocultarlo e ignorarlo, Nuur no es una mujer mentalmente estable. Sus celos son enfermizos, me vigila, lla
El Cairo, Egipto:Christian:—¿Y qué le respondiste?—Obvio que le dije que no.Ella me lanza una mirada de reproche, entonando sus ojos almendrados, y mirándome con mala cara.Me acerco despacio, rodeando su cintura, olisqueando su cuello, para llenarme de eses aroma exótico que parece siempre impregnar su piel.—¿ Qué querías que le dijera, hmm? ¿ Qué tengo una relación enteramente sexual, prohibida y pervertida con mi jefa?Ella gime, y yo, deslizó mi mano, con rapidez hacia abajo, subiendo el dobladillo de su falda, haciendo el elástico del panty a un lado, e introduciendo dos dedos en su caliente, húmedo y apretado coño.—¿ Querías que le dijera a mi madre, que en vez de aprovechar los recursos que ha conseguido, me la paso montando a una leona del desierto?Ella tensa si espalda, estirando el cuello, en lo que lamo su piel.—¿Que te meto los dedos en el coño y en el culo? ¿ Que te digo cochinadas, porque te excita?Solloza, agarrada del cuello de mi camisa, escondiendo su rostro
Christian:Me visto, ciego de apuro, y salgo prácticamente corriendo de mi tienda, yendo a buscarla a la suya.Está sentada en la zona administrativa del campamento, sentada detrás de su buró, hablando por su celular, con expresión rabiosa en su rostro.—¡Esos suministros debieron estar aquí ayer!- brama colérica.- se les pagó lo acordado por adelantado, y no quiero excusas. ¡O traen TODO lo que pedí antes de mediodía o los acusaré de estafa!Cuelga, y le lanza una mirada furibunda a su asistente. La chica se mueve, incómoda, depositando varios folders de documentos delante de ella.—E…estos son…i…importantes, Señorita al Gala- balbucea, y Sunheri los toma, leyendolos con rapidez antes de firmarlos.Me quedo pegado a la entrada, cruzando mis brazos sobre mi pecho, sin quitarle la vista de encima.Quien la viera tan enfurruñada y mandona, no sospecharía que hace menos de una hora estaba saltando y chillando como gata en celo encima de verga.—Ahora no lo puedo atender, Señor Mendelson.
Moscú: Mansión de Rose Fiori: Víktor: Camino de aquí para allá, parezco más nervioso que el propio novio. Él se mueve, sigilosamente, alargando su mano a la botella de vodka y chisto en reproche. —Deja eso.- lo reprendo. – la última vez que estuviste aquí, te emborracharme, armaste un escándalo publico y te llevó la policía. Mi madre casi me deshereda por tu culpa. Rueda los ojos, abriendo el champán y sirviéndose una copa. —¿ Estás seguro de que es ella? Realmente crees es que la indicada? —Sí, lo estoy. Esa mujer me tiene loco. —¿No crees que te estás apresurando? Libera un gruñido. —Mira quien habla, el tipo que se casó dos veces con la misma mujer, y lleva años rogando por una tercera.- farfulla. —¡Touché!- me río. – realmente sí debe ser la indicada, estás más ácido que un pepinillo, primo. —¿ Cómo quieres que esté? Estoy enamorado como un perro de ella, pero ella solo quiere mi verga. Elevo las cejas. —Eso es bueno, por ahí se empieza. Mi padre suele decir, que lo
Cuando abrió los ojos, la asaltó un dolor terrible. Su vientre se contraía con una fuerza terrible, con apretujones diseñados para doblarla o partirla a la mitad. Liberó un grito, y sus esclavas vinieron corriendo a socorrerla, pero no había mucho que pudieran hacer por ella. La sangre comenzó a brotar de entre sus piernas, y el dolor de reconocer lo que realmente sucedía, la pérdida, fue más insoportable que el dolor físico. Cuando todo hubo terminado, tomó en sus manos en cuerpecito sin vida, ensangrentado y frío, y lo beso con desesperación. Lo único que habría quedado de su amor.La única prueba de su felicidad, y el último vestigio de su amado, acababa de morir. Permaneció en su cama, sin querer comer por semanas. Entristecida. Y cuando se recuperó lo suficientemente como para salir de su lecho, se fue a la chimenea tomó cenizas y rasgó sus ropas en señal de luto. Sulima se golpeaba a sí misma. Con la mano cerrada en un puño golpeaba su pecho. Desesperada.. Maldiciéndose
Diez horas antes: Club Trece: Víktor: Entre el vodka, el champán y la coca, mi cabeza es un lío. Pero estoy feliz, ¡carajo! ¡ Estoy casado! Menuda estupidez, estar trepando las paredes de felicidad por esto, pero no puedo evitarlo. Rose Ivanova. Oh, sí. Rose Ivanova…¡que bien suena! Y ella está aquí, sentada sobre mis rodillas, comiéndome la cara a besos, en lo que yo le estrujo las nalgas. Pero, también estoy vigilando que mi primo no se acerque al vodka. —Andiamo in una stanza e fottimi(Vámonos a una habitación y fóllame).- susurra mi esposa en mi oído, me encanta que cuando se pone cachonda me habla en italiano. Lame mi oreja, mordiéndome el lóbulo, y me pone las tetas en la cara. —¡Kyle!- bramo. —No es necesario que grites, ya tu madre me llamó y tengo órdenes precisas. Bien, me levanto, llevándome a mi zorra a follar, y es que no hay nada mejor en la vida. Cuando tu esposa es tu puta, y tu zorra, y tu amante… ¿Para qué necesitarías a otra mujer? Sunheri: Creo, que
Christian:—Madre, familia aquí reunida.- anuncio, con lentitud. – está es mi Sunheri Mendelson, mi esposa.—Que maravillosa noticia, sobrino.- susurra tía Sofía. – justo hace unos días, tu madre y yo comentábamos que...—Podríamos hablar en privado, un momento. Por favor, Christian.- pidió mi madre poniéndose en pie abruptamente.Arrugué el entrecejo.No esperaba que ella saltara de júbilo ante la noticia, pero tampoco esperaba que pusiera esa expresión de funeral.Asentí, depositando un beso sobre el dorso de la mano de mi esposa, y siguiendo a mi madre fuera del comedor.Me condujo a la sala de estar, y allí se dejó caer en un sofá, mirándome con seriedad, y recordé que cuando era niño y hacia alguna trastada.—No creas que no me alegra este nuevo acontecimiento, hijo…pero, ¿ No te parece un poco precipitado? Quiero decir, te llamé hace solo dos meses, y dijiste...—Mentí.Madre eleva las cejas.—Lo mío con Sunheri era puramente físico en ese entonces y ella no quería divulgar lo n