#58:

Rose:

Tira de mis cabellos, forzándome a elevar el mentón y separo los labios, respirando a través de ellos.

—¿Te lo ibas a follar?- masculla ente dientes, mirándome directamente a los ojos.

—¿A quién?

—No te hagas la tonta, Rose. ¡Al jodido masajista!

—¿Y qué? Soy una mujer soltera, libre…puedo follarme a quien quiera, dónde quiera, cuando quiera y…

Libera un gruñido, fundiendo sus labios con los míos y mordiéndome con desesperación.

—¡¿Es que quieres volverme loco?!

—No Víktor.- empujo su pecho, y lo aparto.- solo quiero que...

—Ni lo sueñes. No te dejaré en paz, Rose. No quiero, no puedo. ¡No!

Me abraza, apretando mis caderas, lamiendo mi cuello, y besando la piel de detrás de mi oreja.Me encojo al momento, porque me pone la piel de gallina.

—¡¿Podrías no ser tan jodedora solo por cinco minutos, y besarme de una maldita vez?!

Kilie:

El colchón a mi lado se hunde, y me siento de golpe sobre las sábanas.

—¿Qué sucede?

Marcos mantiene su vista fija en el suelo, retorciendo sus manos,
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