Víctor.
Estúpida máquina se quedó sin cafeína. Solté un suspiro y caminé hacia la oficina de mi querido abuelito. Mi asistente, George, me acababa de informar que había sido convocado y era demasiado temprano por la mañana como para tener la conversación que sé que escucharé.
-¿Querías verme, abuelo? - Dije entrando en su oficina sin llamar a la puerta; hace años que nadie toca a su puerta en realidad porque la quitó al considerarla “un desperdicio de dinero, espacio y sin propósito verdadero”. Claro que también la mandó a quitar cuando estaba fuertemente medicado para aguantar sus reumas, pero como sea. No ha dado instrucciones de que la vuelvan a poner, así que pienso que lo decía de verdad.
-Acércate muchacho, debemos hablar. - Dijo serio dejando los documentos en sus manos y mirándome seriamente. - ¿Estás comiendo y descansando lo suficiente?
-Si, la querida Alicia incluso programa mi alarma para que me recuerde que debo comer tres veces al día. - Dije divertido. Esta instrucción sé que se la dio mi abuelo a mi ama de llaves después de que accidentalmente me desmayé en una reunión con importantes clientes; los médicos dijeron que se debió a mis muy pobres y bajos niveles de… prácticamente todo, excepto el estrés. Ese si lo tenía muy alto.
-Buena muchacha…- Dijo dando un suspiro soñador. - Lo que daría por treinta años menos; entonces la invitaría a salir y yo mismo me encargaría del asunto de los herederos de la empresa. - Dijo mirándome reprobadoramente.
A mi abuelo se le había metido en la cabeza que lo que me hacía falta para ser feliz era una complicación llamada matrimonio y una pesadilla llamada hijos. No tenía tiempo ni el interés en gastar mis escasos días libres cortejando a alguna mujer pegostiosa ni sacando a pasear a cualquier pequeño paquetito de sorpresas olorosas. Pero a mi abuelo, Víctor Lostking padre, tenía otras ideas.
-Ya sabes, me gustaría jubilarme en algún punto de mis ochenta y tres años. No me hago más joven ni tú tampoco. ¿Qué hay de malo en una buena mujer de anchas caderas que te ayude a continuar con el imperio? – Dijo pasándose las manos por el pelo en un gesto frustrado.- Ya hemos hablado de esto: Me gustaría verte feliz, casado y con hijos antes de retirarme e ir a vivir en alguna pequeña isla en la que me abaniquen la cara algunas señoritas de sesenta como mínimo… -Dijo en tono soñador y luego me miró disparándome dagas en los ojos.- Eres un mata sueños, ilusiones y esperanzas de este pobre y delicado anciano.
Yo di un suspiro. Era la misma plática de siempre: Yo soy el peor de los nietos, él solo quiere descansar, yo solo quiero trabajar… y este maldito discurso se repite en un ciclo sin fin… o al menos una vez por semana. Dejó de ser divertido desde hace cuatro años, pero amaba al abuelo y toleraba nuestras conversaciones fastidiosas con una sonrisa y la promesa de seguir buscando a la “adecuada” para el puesto.
-Repíteme, ¿Qué es lo que buscas en una mujer? Sigo presentándote a señoritas adecuadas y tu sigues rechazándolas. Se me están acabando las ideas y el cabello. - Dijo mi abuelo recargando su cabeza en su escritorio mientras soltaba una profunda exhalación. - Vamos, no seas tímido en las descripciones físicas de la chica. Estoy seguro de que puedo encontrar algo que ni siquiera tú seas capaz de rechazar.
Esta parte era nueva; su papel de casamentera acababa de comenzar durante el último año. Mas concretamente, después de su última operación para ajustar su marcapasos nuevo. Normalmente, yo le decía algunos rasgos ridículos y al azar antes de marcharme a seguir con mi trabajo. Él, durante toda la semana, buscaba mis excéntricas exigencias y para el fin de semana tenía alguna “reunión de emergencia” a la que tenía que asistir con mis mejores galas; obviamente, siempre eran encerronas en las que mi abuelo no muy sutilmente exaltaba las cualidades de la próxima señora Lostking. No sabía de dónde sacaba mi abuelo a las… señoritas, pero comenzaba a asustarme el tipo de chica que llevaba.
Hace tres semanas, le dije que me gustaban con curvas, pelo azul, verde y morado, que supiera hablar francés mientras bailaba y hacía equilibrismo en una cuerda floja. Ese fin de semana me llevó a un maldito circo, literalmente, y pude ver el acto de un payaso en la cuerda floja; al terminar me dijo que si le daba oportunidad me daría los diez hijos que quería. ¿Cómo rayos sabía el número de hijos que yo quería cuando obviamente, no quería hijos? Estaba más allá de mí. ¿Cómo m****a me daría a esos diez hipotéticos hijos si el payaso equilibrista era hombre? Un maldito misterio. ¿Cómo carajos mi abuelo no se dio cuenta de ese pequeño detalle antes de llevarme al jodido circo? Una incógnita hasta el día de hoy.
-Abuelo, agradezco tu enorme esfuerzo y preocupación por mi vida sentimental. Pero de verdad no estoy listo para una relación; no eres tú, soy yo. Quisiera darme un tiempo para enfocarme en mis prioridades laborales y tener éxito en mi profesión antes de siquiera pensar en el maravilloso mundo de la paternidad y sus múltiples retos. Ya encontraré a la mujer perfecta cuando sea el momento adecuado; me gustaría un amor de telenovela en el que nos veamos a los ojos y sepamos que somos perfectos el uno para el otro. Caminaremos juntos hacia el atardecer y nos montaremos en nuestros unicornios hacia el arcoíris más cercano…
-Corta el rollo, listillo. - Dijo chaqueando la lengua. Supongo que se dio cuenta de que no hablaba en serio hacia la mitad de mi discurso. - Ya que tú no te tomas el asunto con la seriedad que deberías, he decidido que te buscaré una buena chica a la que no le puedas decir que no… una chica como mi querida Clarisse.
-Abuelo…-Dije masajeando mis sienes; hablar de la abuela siempre ponía a mi abuelo sentimental y prácticamente no le podrá decir que no a nada de lo que me dijera en los próximos diez o quince minutos. Una buena jugada utilizar el chantaje emocional, viejo zorro astuto.
-Déjame terminar. - Dijo mirando al techo. - Tu abuela, que en paz descanse, fue la mujer más maravillosa que he conocido. Ella preparaba las comidas más exquisitas, cuidaba de mí, me hacía reír, era muy inteligente, sabía resolver problemas y nunca me quiso por mi dinero, aunque en ese tiempo no tenía ni un centavo a mi nombre. - Dijo con una sonrisa de ternura.- Fue gracias a ella que fundé este imperio: Ella creía en mí y me apoyó en todas las formas que pudo. Luego me dio la alegría más grande de mi vida…
-Mi madre. - Dije con un suspiro resignado. Ya sabía yo cómo iba a terminar esta conversación, solo esperaba que no fuera nada extravagante.
-Exacto, tú madre. Ella no descuidó nunca sus deberes en casa y siempre me recibía con una sonrisa sin importar la hora en la que llegara. Quiero eso para ti, pequeño. Tienes treinta y dos, un sueldo aceptable y una vida entera para amar y ser amado. ¿Por qué no me quieres escuchar? Es frío y solitario que Alicia te deje comida en el refrigerador y te despiertes con la única finalidad de hacer más grande nuestro imperio. - Volvió a mirarme seriamente y no sabía que sus siguientes palabras cambiarían mi vida para siempre. - Si ese es tu sueño, te ayudaré a conseguirlo.
Sacó algunos papeles de uno de los cajones de su escritorio y me los entregó con una media sonrisa. Yo los tomé sospechosamente.
-¿Qué es esto?
-Lee y calla. - Dijo y luego llamó por teléfono para tener listo nuestro helicóptero en cinco minutos.
El horror de lo que contenían los papeles me hizo casi soltarlos pero me obligué a leerlos hasta el último punto.
-No puedes hablar en serio…
Era un maldito contrato que no recordaba haber firmado pero ahí estaba mi hermosa firma y sello. Pero no era cualquier contrato, no; era un maldito contrato para participar en un programa de concursos que duraba un mes entero y que se realizaría en alguna isla paradisiaca.
-Estoy hablando jodidamente en serio. El productor es el hijo de un amigo mío; cinco chicas desconocidas, una chica celebridad de los medios, cinco actores y un millonario. Adivina cuál va a ser tu papel. - Dijo meneando las cejas.
-¡¿Y por qué carajos tengo que participar en esto?! ¡¿Cómo diablos conseguiste mi m*****a firma?!- Grite sacudiendo los papeles en su cara.
-Por Dios Vic, eres muy dramático. Te daré un pequeño consejo: Siempre lee lo que te doy a firmar. Tu firma la conseguí el fin de semana cuando te dije que para salir de esa horrible cita solo tenías que firmar un contrato de no divulgación. ¿No lo recuerdas?
¿Recordar? Habían pasado solo tres días y aún tenía escalofríos por la noche. Bueno, m****a, mi abuelo era muy listo.
-¿Cuál es el objetivo de este teatro?- Pregunté resignado a mi destino. Según el contrato, podría salir del programa si los televidentes votaban por mi; no sería difícil, solo tendría que ser un poco menos amable y el mundo me odiaría… aunque quizá eso afecte negativamente a la empresa. Estaba jodido.
-Que encuentres el amor, por supuesto.- Dijo mi abuelo dándome una mirada extrañada.- Sé de buena fuente que estará presente la heredera de Corbin Elegance. Puedes aprovechar y unir nuestras empresas.
-¿Te refieres a la mimada y fiestera con poco cerebro Elena Corbin?- Dije con horror. Ya había coincidido en alguna fiesta con ella. Pasé cerca de su grupo de amigos y se encontraba discutiendo salvajemente su excelente teoría de que la tierra era plana porque cuando ella volaba por el mundo siempre era en línea recta y no redonda.
-La misma. Ve, dale esa hermosa sonrisa que mi pequeña te dio y yo calculo que para septiembre me estaré jubilando, en octubre comenzarás con la producción de herederos y para mayo seré el bisabuelo más feliz del mundo que malcriará a todo el pequeño ejército de bebés que vengan. - Dijo con una sonrisa loca.
-Pero yo…
-Señor, disculpe la molestia. - Dijo Susan, la secretaría de mi abuelo. - El helicóptero ya se encuentra en el techo del edificio y en espera de nuevas órdenes.
-¡Excelente! Gracias, cariño. – Dijo mi abuelo y en cuanto se fue volteó su mirada hacia mi. - Ahora, sé un buen chico y aborda el helicóptero. Ya te están esperando.
-¿De qué hablas? - Dije confundido.
-Hablo del destino, muchacho. Hoy inicia el programa piloto y ya te esperan para partir a la isla. - Dijo despidiéndome.
Yo lo miré y mentalmente conté hacia atrás para calmarme. Me di la vuelta y fui hacia el elevador para ir al techo; de nada servía discutir con mi abuelo, era más duro que una roca y terco como una mula. Estaba seguro de que si no subía por mi propio pie, él me secuestraría o algo igual de absurdo.
Cuando regrese debo tener una buena charla con él… y con mi maldito abogado.
El helicóptero despegó cuando subí y me abroché el cinturón; ni siquiera me tomé la molestia de preguntar a dónde íbamos. ¿Qué más daba? De todas formas no es como si sabiendo hacia donde iba podría cambiar mi maldito destino.
Quince minutos después aterrizamos en un hangar privado. Bajé y enseguida un hombre me abordó.
-Buenos días, señor Lostking. Por razones de la temática del concurso le hemos asignado un nuevo nombre y nos gustaría que se lo aprendiera. - Dijo dándome un folder. - Sus compañeros del programa llegarán en alrededor de quince minutos. Por favor, siéntase libre de memorizar su papel mientras tanto. Si tiene alguna duda, yo me encontraré por allí. - Dijo haciendo un gesto hacia algunos bancos cerca de la entrada a la pista. - Encontrará algunos bocadillos por allá y el baño se encuentra detrás de la puerta de ahí. - Dijo señalando hacia dos direcciones completamente diferentes.
Se fue y yo caminé hacia algunas sillas cercanas. Abrí el folder y lo miré confundido: Mi “nuevo” nombre era Matt Damon. Esto tenía que ser una m*****a broma…
Seguí leyendo, yo era un bebé huérfano que fue encontrado en un campo de maíz; una amable pareja me encontró y decidió criarme como suyo. Amo el campo, el olor a vaca y las tardes de películas románticas comiendo palomitas porque todo eso me recuerda a casa. He tenido una vida dura en el campo, así que trato de mantenerme en forma y mi sueño es ser dueño algún día de mi propia granja, sacar un perfume inspirado en los cerdos y que mi primer hijo se llame Maicito.
Qué. M****a.
Comencé a reír histéricamente. ¿Desde cuándo mi vida se había convertido en un chiste? Y esto ni siquiera era la mitad de las tonterías que venían escritas en los dichosos papeles que me dieron.
Faltaba lo mejor: Era firme defensor de los derechos de los gansos.
Mátenme ahora. ¿A quién carajos se le pudo ocurrir esta tontería…?
-¡Buenos días, Matt! - Dijo un hombre de mediana edad acercándose a mi. - Mi nombre es Martin Boslo y soy el productor de ¡Atrapa un millonario! Veo que ya estás memorizando el guion. - Dijo orgulloso. - Se me ocurrió a última hora, ¿Por qué dar sus verdaderos nombres cuando podemos darles nombres de famosos? ¡Boom! Esto será un éxito seguro, y no te preocupes, no pensaba ser rígido contigo respecto a tu historia. Este pequeño borrador solo eran ideas mías. - Dijo con una brillante sonrisa. - ¡Puedes inventar la historia que quieras! Eso sí, recuerda que no puedes dar muchos detalles que lleven a pensar que tú eres el millonario porque entonces se terminaría el juego y eso no sería divertido. - Dijo apesadumbrado. - Además tendrás que darnos una compensación del 300% de lo estipulado en el contrato. En fin, menos mal que lo leíste antes de firmar y no tengo que repetirte estas pequeñas nimiedades que violan nuestro contrato. - Dijo recuperando su sonrisa. - Ahora me despido. Debo recibir a los otros concursantes; te veo en un rato.
Y se fue dejándome con la horrible sensación de que yo era un estúpido.
Megan.-¿Señorita? Ya hemos llegado. - Dijo mi buen amigo conductor y yo le sonreí con los labios apretados. Durante el camino había sido mi mantra el mantenerme fuerte, que yo podría hacer esto y que en un futuro cuando tenga mi restaurante y sea conocido internacionalmente me reiré de mis humildes orígenes: Un concurso de televisión.Pero también se me ocurrió por el camino que no había discutido lo suficiente con Elena: No le había pedido más dinero, no le había puesto límites a lo que podía o no hacer por ella… y prácticamente, le supliqué que me timara. Me sentía un poco idiota en este momento.La hermana Marie siempre me dijo que tenía que ver lo mejor de las personas y nunca anticiparme al mal porque eso solo genera conflicto y confusión; era mejor llegar a cualquier interacción humana con confianza y amabilidad porque la bondad con bondad se paga. Si, bueno, supongo que a la hermana Marie nunca la metieron en un acuerdo legal de mierda.Respiré profundamente y dejé ir el asunt
Víctor/ Matt.En los últimos minutos habían terminado de llegar los más pintorescos personajes: La barbie, el ratón de biblioteca, el cowboy, el mujeriego, el borracho, la animadora, el chico del gimnasio, la excéntrica y la mujer velluda. ¿De dónde saldrá esta gente?-¡Ya estamos todos! Venga, suban al jet y partiremos de inmediato. No pueden hablar durante el vuelo, lo siento. Deben de familiarizarse más con su historia antes de que los deje solos y me arruinen la sorpresa. - Dijo Boslo con una sonrisa brillante. Tenía ganas de golpear su alegre cara, en serio, nadie podía ser tan feliz a esta hora de la mañana.- ¡De prisa! No despegaremos hasta que no estemos todos ahí.Comenzamos a movernos… excepto la maldita Elena Corbin. Ella se encontraba feliz también, dando alegres carcajadas al leer su maldita historia. Enojado me encaminé hacia ella y la confronté.-Estamos a punto de irnos. - Dije con dientes apretados. Si he de ser sincero conmigo mismo, me sentía un poco mal por la for
Megan.El señor millonario se volvió agradable después de su siesta de belleza; no me importaba mucho porque no estaba aquí para convertirlo en mi mejor amigo, pero si tenía que convivir con él durante el próximo mes al menos me gustaría que nos lleváramos cordialmente.-En diez minutos bajaremos del avión, los instalaremos en la plataforma de presentación e iniciaremos con el programa. Si alguien necesita ir al baño, ahora es el momento- Dijo el productor Boslo con una sonrisa.Mis compañeros se estiraron y algunos se quejaron. Era un grupo bastante variado de personajes; no hablé con nadie durante el vuelo ya que era un poco tímida por naturaleza, pero esperaba que fueran personas agradables.Miré por la ventanilla y pude observar la isla no tan pequeña en la que iba a vivir el próximo mes: Hermosas palmeras, arena blanca y un gran complejo justo en el centro. Parecía más como un edificio de investigación pero bueno, ¿Qué sabía yo sobre arquitectura? Lo mío era la comida.-Pasajeros
VíctorDespués de que Finn nos llevara a nuestras habitaciones, yo me quedé encerrado en la mía aunque insistió en que éramos libres de recorrer la isla hasta mañana a las ocho de la mañana que era cuando comenzaríamos el siguiente reto.No tenía problema con el asunto de la maleta ya que ni siquiera estaba seguro de que tuviera una de esas; tal vez el abuelo se había tomado la molestia de preparar una o de decirle a mi ama de llaves que hiciera mi maleta, pero no lo sabía. Supuestamente tenía que bajar a recepción en diez minutos para escoger una cosa de mi equipaje pero francamente no me importaba. Así como tampoco me hubiera importado no haber pasado el reto. ¿Una semana sobreviviendo en una isla? ¡Ja! Yo sobreviví en el bosque, podía con esto y más.Alguien tocó a mi puerta y me levanté para contestar.-Buenos días, señor Damon. - Dijo una chica con un carrito de comida- ¿Le gustaría comer en su habitación o preferiría comer con el resto del personal en el salón comedor? También,
Megan.No podía creer que por un momento había pensado que el señor Dinero era un agradable ser humano. Por supuesto, sabía ser cortés y amable para conseguir lo que quería como el gran hombre de negocios que era. Incluso llegué a pensar que decía en serio lo de "hablar sobre comida". Por supuesto el balde de agua fría fue cuando caí en cuenta que en realidad se refería a que quería hacer negocios con la empresa del padre de Elena. No podía culpar a nadie excepto a mí misma de mi estupidez. Lástima, me gustaba su sentido del humor fingido.Salí corriendo antes de terminar de avergonzarme a mi misma con alguna tontería como... invitarlo a salir. Me deslumbró su sonrisa y su cara de niño bonito, ¿Su pequeño striptease en la playa? Puede ser que tenga sueños interesantes esta noche.Pasé por el cuarto de Bunny y pude escuchar serias arcadas, pobre hombre. ¿Cómo iba a saber que era alérgico al caviar que sirvieron en el avión? Ciertamente, yo no lo sabría. Jamás había probado eso ni me di
Víctor.-¡Buenos días madrugadores concursantes y televidentes!- Dijo el presentador- Hoy tenemos un emocionante programa en el que desafiaremos a nuestros doce participantes. Peeeero antes... Beyoncé, cuéntanos un poco de tu experiencia durante la noche.Las cámaras se dirigieron a la chica morena que tenía enormes ojeras bajo los ojos.-Fue horrible- Dijo con fuego en los ojos. -¡No seas tímida! Tenemos los videos, pero nos gustaría que nos cuentes al respecto- Dijo alegremente.Seguramente era instrucción del productor que contaran sus experiencias, pero eso no quitaba que el conductor estuviera en serio peligro de perder alguna extremidad dado la mirada de Beyoncé.-Me "refugié" debajo de un árbol antes de saber que el maldito estaba lleno de hormigas. Desperté con picaduras en el culo. ¿Quieres que sea más específica?- Dijo comenzando a enrojecer de rabia.-¡Gracias, Beyoncé! Ten por seguro que el público sufre contigo- Dijo el conductor sin perder la sonrisa.- Ahora, ¿Qué nos p
Megan.Era más fácil decirlo que hacerlo, al parecer. Cuando la ruleta cayó en lo único en la vida a lo que le tengo miedo, casi me desmayo. Pero tenía que hacer esto, ya la había cagado antes con el asunto de la bolsa; necesitaba enorgullecer a mi padre... digo, al padre de Elena. Aún no creía tener la publicidad que el señor requería para perdonar a Elena con sus constantes salidas en las portadas de los medios de comunicación más influyentes de la ciudad O, así que tocaba joderse y enfrentar a mi miedo más irracional: Ranas.Esperaba que solo fuera meter la mano en un estanque con algunas ranas y listo; pero después de ver los miles de grillos que salieron por la puerta cuando chico granjero la abrió... estuve a dos segundos de gritar.Cuadré mis hombros, recé una ración al cielo y abrí la puerta. Era un cuarto totalmente vacio; entré y se encendió una luz ultravioleta. Demonios, si una sola rana me saltaba encima yo...Entonces se abrió el techo y una lluvia de ranas me cayó encim
Víctor.Esta chica era un caso serio.Si la hubiera conocido antes... A pesar de todos los rumores que corrían sobre ella, quizá la hubiera invitado a salirCiertamente, en la fiesta en la que coincidimos se me hizo una pequeña niña rica sin cerebro y superficial pero... ¿Y si es solo fachada? Dios sabe que yo tengo que fingir que soy despiadado o si no, no tendría el respeto y admiración que ahora poseo. Fueron años de construir mi reputación ya que en el mundo de los negocios además de las conexiones, el dinero, el prestigio, la posición y la inteligencia, se requería de ser un buen jugador de póker para no mostrar tu verdadera cara. Eso ha llevado a que la empresa del abuelo crezca el triple de lo que creció cuando mi padre entró a la familia y al negocio.Siempre quise ser como él: Seguro de mí mismo y con la inteligencia suficiente como para tomar las riendas de la empresa, que mis empleados se encuentren felices con sus condiciones de trabajo y que, por lo tanto, el rendimiento