No me olvides.

El atardecer pinceló el cielo de una gama de colores entre naranja y violeta. El azul vivo pintándose cada más oscuro.

Terminó de limpiar la máquina de expresso, secó algunas tazas y pasó un paño húmedo con desinfectante sobre la superficie del mostrador.

—Buenas tardes —saludó alguien.

Frunció tenue el ceño. Algo en esa voz provocó una especie de burbujeo en su interior. Giró lento sobre sí.

—Buenas... —Su mirada aterrizó en unos ojos color azul eléctrico. Una oleada de nostalgia abrigó su ser por completo. ¿Por qué sentía como si conociera esa mirada?—. Uhm... ¿buenas tardes? —enunció-preguntó.

La suave risa del hombre frente a él removió algo en algún recoveco de su mente.

Se sintió extraño, pero de alguna manera aquella risa le sonó y resultó tan familiar. Con el ceño fruncido, miró detenidamente al hombre. ¿Por qué sentía que lo conocía? ¿Por qué oía un eco zumbar en sus oídos? Esos ecos... eran sus propios latidos.

—Me gustaría un expresso —Una sonrisa pincelada en el rostro aje
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP