Me cance del comportamiento mimado que ha mantenido Yen durante todo este tiempo, me la llevare en estos momentos y le hare saber quien es en realidad el que manda. Al principio pensé que su padre me detendría, pero solo se quedó mirando las locuras que estaba cometiendo, algo que era una buena señal para salir corriendo de esta casa con ella en brazos.

Por más que tratara de hacer que la dejara en el suelo no pensaba hacerlo, casi la tiro de bruces cuando me vomito encima, ya buscare la manera de desquitarme por esto. Ahora vamos camino a mi departamento para hablar con ella seriamente, me he ido con cuidado al decirle las cosas por los problemas que pueda enfrentar sobre su memoria.

Los gritos que pegaban lejos de molestarme me daban risa, era como si de verdad la estuviera secuestrando. No creo que nadie logre hacerlo con un comportamiento como ese, muy seguramente la estarían regresando a la media hora de habérsela llevado y con una dote para que no la dejen salir nunca.

—Suéltame