Sin duda alguna esta es la mejor noche que he pasado en toda mi vida, si alguien me hubiera dicho el volcán que era esta mujer desde cuándo la hubiera retenido conmigo. No sé cómo estuve tan ciego y loco para mantenerme alejada de ella todo este tiempo, sobre todo cómo olvide esa noche que la hice mía, por fortuna había dejado mi semilla germinando dentro de ella lo que me ha permitido tenerla hoy nuevamente.Había despertado desde hace mucho, solo que me quede contemplando su cara, abrazado a ella esperando a que despertaba para ver qué cara ponía ante lo sucedido. Sin embargo, creo que la he subestimado y quiere escapar de mis manos nuevamente, aunque es algo que no tengo pensado que haga.Por más que se removía discretamente en la cama, no tenía éxito, mi peso es mayor al de ella. Fue hasta que me ha dicho que va al baño, qué me vi expuesto a soltarla. Después de un momento la empecé a escuchar muy mal por lo que tuve que entrar por ella al baño, sus arcadas eran enormes, pero ella
— ¿Lograste localizar a tu hermana, Dominick?—Sí, está con el idiota de Xavier. Quedó de traerla en dos horas a la casa, ya le dije que se dé prisa si no quiere que yo mismo patee su horrible trasero, padre.—Te dije que estaba con él, pero no quisiste hacerme caso, ya debes dejar que tu hermana se arregle por ella misma. Una cosa es que haya perdido la memoria y otra muy diferente que no sepa lo que está haciendo con su vida, mejor date prisa y vete a trabajar que la oficina no se maneja sola.—Tiene usted toda la razón del mundo, señor Simón. La oficina no se maneja sola, tengo que manejarla yo, porque este gusano ni eso puede hacer.—¡¡¡Qué!!! —mencionamos mi padre y yo al mismo tiempo, no escuchamos en que momento Dayana se había aparecido.—Bien me lo dijo mi madre, los hombres solo te utilizan y después te tiran cuando ya no le sirves para nada —mencionó Dayana mientras bajaba las escaleras de la casa, con cara de drama.Me había olvidado que después de todo el enojo que pasó a
Xavier se ha comportado como un verdadero caballero durante todo este tiempo, pero mi cara de vergüenza no me la puedo quitar de encima con nada del mundo. No ha tocado el tema de lo que pasó entre nosotros anoche, sé que llegará el momento en que no podremos evitarlo y me estoy excusando con el dolor de cabeza derivado de la cruda, sin embargo la realidad es otra.Me ha pedido que hablemos sobre los pequeños y no sé qué responderle, prácticamente ha sido él quien ha estado parloteando sin que yo le presté la debida atención. Algo dentro de mi cabeza dice que le dé la oportunidad que me está pidiendo, pero tengo miedo que tome una mala decisión y cuando recupere mi memoria todo se vaya por la borda.Creo que se ha dado cuenta que no le estoy prestando mucha atención a sus palabras, y se ha quedado callado en lo que terminamos de desayunar. No quiero parecer una desinteresada en el tema, simplemente no me siento preparada para darle una respuesta de esa dimensión. Para mí es importante
Enfrentar a los padres de Yen, después de lo que paso entre nosotros no era fácil. Nunca había estado tan nervioso, mi estómago se había tranquilizado un poco después del desayuno y las pastillas me estaban ayudando con la reseca que traíamos.Me asegure que ella se viera lo mejor posible, las dos horas se convirtieron en cuatro o seis horas, la verdad eso era lo de menos. Al principio ninguno de los dos quería moverse del departamento, pero el hambre no, nos dio tregua.En cuanto llegamos a su casa, la invite a bajar del coche tomando se mano, desde ahí no la he soltado para nada. Ni siquiera cuando caminamos a la puerta de su casa, de Dominick no se veía rastro alguno, una parte de mi lo agradecía, al no estar él, tampoco estaría Dayana y la conversación solo sería con sus padres.—Puedo saber ¿dónde estaban, jovencitos? ¿Qué horas son estas de llegar a la casa? —los gritos de su madre casi me dejan sordo.Tanto ella como yo, dimos un brinco del susto. No esperábamos que estuviera c
Al igual que a Xavier, nunca me había dado tanto gusto ver y escuchar a Dayana. Ella siempre ha estado presente cuando más la necesito y este era un momento fundamental del que ni tenía idea que sucedía, yo estaba más ensimismada en mis asuntos con Xavier que lo que pudiera decir mi familia.Mi amiga me mira de arriba abajo como si buscara algo en mí, sin duda alguna me intimido por la forma en la que me veía. Estoy segura que ella sabe lo que paso a noche por su tonta sonrisa de poca monta.—Llego la que faltaba —dijo mi padre.—No sé si tomarlo como un alago o como una queja, señor Simón. Aunque ya debe de saber que soy parte de esa familia desde hace mucho, así que no se haga que bien que me quiere.—Eso es lo que tú dices, pero no tengo más remedio si ya Dominick dijo que no te iras de esta casa —menciono mi madre.— ¿Qué? ¿De qué hablan? —pregunte, me voy una noche y mi hermano y mi mejor amiga hacen de las suyas, o es que esto forma parte de mi pasado y no lo recuerdo.—Esto es
—Espero no llegar tarde a nuestra cita, señores.—Para nada muchacho, siempre tan puntual ¿Algo de tomar?—Lo mismo de siempre, ya sabe que no puedo vivir sin el cuándo llego a esta casa.—Que no se te haga costumbre por favor, no quiero que la loca de mi hija amargue mis pocos días que me quedan y arruinan mi paz.—Ruega porque tu hija nunca escuche la forma en que hablas de ella Jorge, o que los Sandoval no se enteren que prefieres que duerma en su casa que en la nuestra. Es como si no quisieras a nuestra pequeña bebe, e indefensa.— ¿Indefensa? no me gustaría saber cuándo sea todo lo contrario, Dayana no tiene nada de indefensa, sino me crees puedes preguntárselo a Dominick que sufre las consecuencias de su locura cada vez que se encuentra cerca.—Más que de acuerdo con usted, señor. Todos en la casa le tenemos miedo cuando ella se enoja, seguramente en estos momentos debe de estar acabando con todos porque no he llegado a la casa, lo único bueno es que mi hermana está ahí para con
— ¿Es cierto lo que dice mi hija, Xavier?— ¿Qué? —respondí atónico al cuestionamiento del padre de Yen, pocas veces pierdo el hilo de las conversaciones, pero en esta ocasión me había quedado perdido pensando en todo lo que sucedió anoche con mi esposa.La mirada de todos se encontraba sobre mí y lo que pudiera decir, no tenía ni idea de lo que me estaban preguntando y no creo que nadie quiera rescatarme de esta metida de pata. Principalmente Dayana que no dejaba de mirarme inquisitivamente como si quisiera atropellarme con su coche, una y otra vez.—Voy hacer sincero con todos ustedes, no les estaba prestando atención a la conversación, solo me encontraba pensando en mis pequeños hijos y lo que puedan estar haciendo en estos momentos —dije para desviar la atención en ellos.—Eso nadie te lo cree Xavier, pero vamos hacer como que lo hacemos para que no sigas pasando pena en esta casa —menciono Dayana.No sé porque en algunas ocasiones me cae bien y en otras como esta, siento que la o
No cabe duda que si me porto bien me ira bien en la vida, es por eso que todos los santos están de mi lado y me han ayudado a que las cosas salieran bien en todos los aspectos. A eso le llamo yo tener suerte en la vida, sobre todo cuando lo que menos me espera es paciencia con esta mujercita.Es tiempo de ir a mi casa para darme un refrescante baño y contarle a mi padre sobre los resultados obtenidos de mi parte, la verdad que estoy más que feliz que los señores Shelby no pusieran ninguna objeción con lo que tengo pensado hacer, pero sobre todo que fue su madre la que se ofreció a hacer la fiesta, lo que me quita un gran peso de encima.Que mejor que ella de conocer los gustos de su hija, y de paso que se entretenga en algo y deje de llenarle la cabeza de piedritas a mi madre con el tema de los nietos, aunque no sé qué es mejor. Estoy hecho por completo un lio, necesito un buen trago y una larga, larga platica con Xavier para que me cuente que tiene pensado hacer.Sea lo que sea no pi